Un informe de Morgan Stanley prevé un crecimiento explosivo para la demanda de los robots humanoides Optimus de Tesla, con expectativas de que, en 2040, 8.7 millones de robots Optimus trabajarán 117 horas semanales a $10/hora, con un margen del 40%. Si su penetración de mercado alcanzase únicamente un 5% en los Estados Unidos, estaríamos hablando de sumar unos 1,500 millones de dólares al valor de la compañía, unos cien dólares más al precio de la acción por cada 1% adicional, y un negocio definitivamente mayor que la venta de automóviles.
¿Cómo orientarse en el mercado de la robótica? Hablamos de una industria en la que conviven compañías fuertemente consolidadas con robots industriales no humanoides, los típicos brazos robóticos articulados con seis o más grados de libertad, como la originalmente alemana, ahora china KUKA, la japonesa FANUC o la sueca-suiza ABB; con los archiconocidos y virales Spot o Atlas de Boston Dynamics; y con robots humanoides como el citado Optimus de Tesla, pero también otros como 1X, Figure, Agility, Sanctuary AI o Apptronik, entre otros, con muy distintos niveles de desarrollo. O incluso, por qué no, con los robots de almacén de Amazon y otros, o con los da Vinci quirúrgicos de Intuitive Surgical.
Orientarse en tan enorme variabilidad resulta, como mínimo, complejo, pero existen pocas dudas de que este tipo de tecnología va a colonizar muchísimas áreas en un espacio de tiempo relativamente corto, lo que supondrá cambios muy fuertes en la economía. Por el momento, ya tenemos compañías de automoción como BMW o Mercedes-Benz incorporando robots humanoides a sus fábricas, pero también ideas interesantes como los robots mucho más ligeros (treinta kilos, frente a los 80 ó 90 de otras compañías con un enfoque más industrial) y asimilables para tareas en el hogar de la noruega 1X.
La primera gran diferencia estriba en el uso o no de tecnologías generativas. Frente a los robots simplemente programables, o que operan mediante algoritmos sencillos y controlados, los que operan mediante LLMs, deep learning e inteligencia artificial generativa ofrecen una mayor flexibilidad y adaptación, que puede resultar muy útil en determinados contextos.
Pero además de esta cuestión, que podría terminar incorporándose a básicamente cualquier diseño si resulta apropiado, está el factor forma, humanoide o no. Las ventajas de los robots humanoides que imitan la anatomía humana es su diseño, apropiado para los entornos reales: el mundo en general tiende a estar construido para los humanos, con puertas, herramientas, escaleras y espacios de trabajo diseñados para la ergonomía de las personas, lo que hace que los robots humanoides puedan interactuar fácilmente y manejarse en ellos de una manera enormemente flexible y con menores limitaciones que los propios humanos.
Desde el punto de vista de la versatilidad, los robots humanoides pueden llevar a cabo una amplia gama de tareas que tradicionalmente hacían los humanos, desde recoger y embalar mercancías hasta ensamblar maquinaria, manipular objetos delicados o incluso cocinar, lo que permite el despliegue de robots de uso general para entornos de trabajo no estructurados y variados. Además, los humanoides están diseñados para coexistir con los humanos de forma segura e intuitiva, resultan menos intimidatorios y resulta más familiar para los humanos interactuar con ellos. El desarrollo de funciones de seguridad mejoradas garantiza una colaboración fluida entre humanos y robots, y su forma similar a la humana puede reducir la capacitación o el ajuste de la conducta de los trabajadores humanos en su relación con ellos, como en el caso de tareas colaborativas en entornos minoristas, sanitarios e industriales. Se adaptan mejor a entornos dinámicos y no estructurados, y pueden acomodarse rápidamente a diseños cambiantes, obstáculos inesperados o terrenos no uniformes.
La forma humana permite una conexión y comunicación emocional más sencilla, lo que hace que puedan servir como compañeros, asistentes o educadores cuando se necesita inteligencia emocional. Las expresiones faciales y el lenguaje corporal mejoran la confianza y la interacción del usuario, como en el caso de robots sanitarios, atención a personas mayores, atención al cliente o educación. Además, pueden reemplazar a los humanos en trabajos físicamente exigentes o repetitivos, en funciones peligrosas o que requieran mucha mano de obra en sectores como el almacenamiento, la fabricación y la construcción. Tareas como levantar y mover objetos pesados o realizar trabajos manuales repetitivos parecen muy adecuadas para un robot humanoide que no implica un rediseño de su contexto de actuación.
Los robots no humanoides destacan para entornos en los que la eficiencia, el coste y la especialización son más importantes que el factor forma. Se diseñan para optimizar tareas específicas, como en el caso de los brazos robóticos o los vehículos autónomos, en los que pueden ser mucho más eficientes que los humanoides de uso general. Los brazos robóticos industriales en la fabricación o los robots móviles autónomos (AMR) en almacenes ofrecen una velocidad y precisión inigualables, una menor complejidad y un coste más contenido porque tienen menos partes móviles en comparación con los humanoides, son más fáciles de mantener y más económicos de implementar, y ofrecen una mayor eficiencia en entornos estructurados.
Este tipo de robots están optimizados para entornos donde las tareas y los diseños son predecibles, desde cintas transportadoras a robots en líneas de ensamblaje o drones en logística, y tienden a ofrecer una mayor escalabilidad, porque se pueden producir masivamente de manera más sencilla y escalar más rápido, como las decenas de miles de robots Kiva utilizados en los almacenes de Amazon.
Los robots humanoides, por tanto, tienden a destacar en entornos dinámicos, centrados en el ser humano y no estructurados, en los que su versatilidad, su movimiento similar al de los humanos y su capacidad de interactuar con herramientas diseñadas para personas los convierten en ventajosos. Los robots no humanoides tienden a predominar en escenarios estructurados, repetitivos y específicos de tareas debido a su mayor eficiencia, escalabilidad y rentabilidad.
De una forma u otra, y con muchos actores interesantes en liza, parece razonable esperar un despliegue cada vez mayor de la robótica en todo tipo de campos, aplicaciones e industrias, con todo lo que ello puede conllevar en términos de productividad y de redefinición del trabajo. Llevamos hablando de robots desde hace tiempo inmemorial y con ese mismo término desde 1920 gracias al checo Josef Čapek, pero decididamente, nunca habíamos estado tan cerca de la generalización de su uso. Y si no eres consciente de los cambios que puede traer consigo, vete dedicando un rato a pensar sobre ello…
Una vez resuelto el tema de la recarga de energía, y el formato «del bicho en cuestión», según la tarea, función y riesgo asociado, es la única forma viable que veo de que puedan colonizar La Luna/ Marte (y más allá), con un pequeño plantel humano que se encargue de la administración y mantenimiento para que «la cosa» funcione más o menos (apuesto que recién para 2080 de forma más o menos organizada)
Todo lo demás, un brindis al sol.
Me vienen a la cabeza miles de preguntas intentando imaginar un futuro lleno de robots por todos lados.
¿Qué va a pasar con toda esa masa de trabajadores que serán completamente prescindibles? No creo que sea capaz la sociedad de crear suficientes puestos de trabajo que absorba a todos los parados.
Pienso que cada vez es más acuciante plantear en serio la renta básica universal.
Si lo hacemos bien, este incremento de productividad no tiene porqué conducir a un incremento del desempleo, sino a una reducción del tiempo de trabajo de cada persona medido a escala global, como ha pasado en las revoluciones industriales que han venido sucediéndose desde el inicio del siglo XIX: la primera revolución industrial (con sus telares y máquinas de vapor), la posterior revolución agrícola (con sus tractores y cosechadoras) o la revolución electrónica e informatica (con las consiguientes automatizaciones de las tareas industriales y administrativas).
Todas ellas provocaron transferencias en los sectores y localizaciones en los que eran necesaria la mano de obra, y una reducción de la jornada laboral, pero no una bajada de las unidades de trabajo necesarias a nivel global, más bien al contrario.
Absolutamente de acuerdo, la robotización permitira realizar tareas que ahora son prohibitivas precisamente por el coste de la mano de obra.
Se me ocurren las siguientes:
Reciclado, muchas labores de reciclado no se pueden llevar a cabo porque la previa clasificación del material a reciclar es muy cara.
Silvicultura, Hay mucho territorio pendiente de la forestación que no se hace por el coste que esta tiene. Tampoco hoy el bosque produce beneficios económicos, porque por ejemplo la mano de obra para recoger las piñas, cuesta mas que el producto, Lo mismo pasa con el aprovechamiento de la leña y la poda.
Construcción, se precisan miles de viviendas pero no se construyen porque salen a precios prohibitivos.
Acuicultura, se precisa automatizar los procesos para labrar, y pastorear el mar.
Cuidado de ancianos, es evidente que la población envejece a pasos agigantados y que la natalidad está bajo mínimos, se precisaran muchos robots para cuidar a la creciente población anciana.
Pues eso que somos prescindibles. La evolución de las ocupaciones requiere de la adaptación de las personas para ocuparse en otras actividades. Tal como los trabajadores que encendían y apagaban las farolas o las diversas ocupaciones que desaparecen con cada innovación.
Quienes no puedan adaptarse serán obsoletos. Por otro lado, la reducción de la natalidad puede ser un evento paralelo que sin quererlo coexista con el aumento de los robots, pero el humano que no sea lo suficientemente preparado o formado para los requerimientos ocupacionales (más intelectuales) y solo tenga la fuerza bruta no podrá competir con los robots y por tanto difícilmente podrá desarrollarse en lo laboral. Taxistas, cargadores, operarios, manufactura, construcción, muchas ocupaciones que no son especializadas podrían desaparecer, pero podrán como siempre ha ocurrido permitir el surgimiento de nuevas ocupaciones. Por ejemplo, quien apagaba y encendía las farolas nunca se imaginó que alguien podría ocuparse en desarrollar juegos tridimensionales en ambientes virtuales con avatars y personajes que parecen casi reales en las consolas de hoy día.
Supongo que será tan «multimodal» que podré jubilar la muñeca hinchable, y si despues me puede hacer un cocktail y tenemos una charla sobre Kierkegaard, pues la repanocha.
Un pequeño error, el autor de RUR es Karel, hermano de Josef. https://es.wikipedia.org/wiki/Karel_%C4%8Capek
Pero el autor del término «robot» fue Josef, aunque luego el escritor fuera Karel…
Yo los veo como «the next big thing». Apple, en vez de dedicarse a diseñar coches, se debería decantar por explorar el mundo de los robots, como está haciendo Tesla.
Apple ya abandonó a principios de año el desarrollo de un coche 100% autónomo.
Sus casi 2000 empleados fueron transferidos a la división AI.
En este caso lo de menos era el hardware, que de todas formas le fabricaría alguna empresa china, lo importante era el software, y eso es básicamente IA.
Evidentemente puedo estar confundido, pero creo que hacer robots humanoides es poco acertado, Los robot tendrán la forma que sea mas adecuada al trabajo que realice, pues admitiendo bastante flexibilidad el trabajo a realizar, será dentro de un área específica.
Por poner un ejemplo, el robot doméstico por excelencia es la Roomba, Este robot ha pasado de a barrer y aspirar el polvo, a además, fregar el suelo, pero tiene las dimensiones adecuadas para meterse por debajo de los muebles, si un robot humanoide quisiera meterse debajo de una cama lo tendría muy complicado. Y un robot barriendo con un escoba y fregando el suelo con una mopa. que es lo que podría hacer un robot humanoide, lo considero un paso atrás.
Otro robot es la Thermomix, (o sus competidores), diseñado para triturar, mezclar y cocer un alimento, podía compensarse con algo que fuera capaz de echar ordenadamente y en su momento los ingredientes de la receta, haciendo el proceso de batido y calentado preciso en cada paso, Tampoco veo que un robot humanoide mejore el resultado.
En la industria pasa los mismo, los robots de Amazon son muy útiles para hacer el Picking pero son plataformas con una cesta encima capaz de desplazarse no veo útil que fueran robots humanoides-
Tradicionalmente las soluciones tecnológicas que hemos encontrado los humanos, no proceden de copiar la solución que encontró la evolución natural sino otra totalmente diferente
Si precisamos desplazarnos inventamos la rueda no la pierna mecánica, si que remos volar inventamos e la Hélice no la cola de pez, y si queremos volar inventamos el reactor y no las alas batientes.
Un brazo mecánico, no es como un brazo, igual tiene tres codos, que doblan en cualquier posición y las «manos»· son solo una bola en que se puede insertar diferentes herramientas. Un ascensor no es un aparato que suba por las escaleras. Una moto en nada se parece a un caballo.