El Centro Nacional para Asuntos del Consumidor (NCAC) de Japón acaba de publicar un conjunto de sugerencias para sus ciudadanos relacionadas con lo que llama la «planificación digital del fin de la vida», con una serie de consejos sobre cómo llevarla a cabo, comenzando por incluir en nuestro testamento los nombres de usuario y contraseñas de todos los servicios y suscripciones que utilizamos de manera habitual en la red.
Los consejos del organismo público japonés están motivados por los cada vez más habituales problemas de familiares de fallecidos a la hora de intentar cancelar o eliminar sus servicios o suscripciones, por no conocer los nombres de usuario o contraseñas con los que se dieron de alta. Entre los consejos, están algunas cuestiones que pueden parecer de auténtico sentido común, pero que aparentemente, muy pocas personas llevan a cabo, como mantener una lista completa con todas las suscripciones y servicios junto con su nombre de usuario y contraseña, asegurarse de que los familiares más cercanos pueden desbloquear su smartphone en caso de emergencia, considerar poner todos esos datos en un documento disponible en el momento de la muerte (un testamento o documento de últimas voluntades), o utilizar un servicio en el que designemos a alguien que reciba nuestras credenciales de acceso cuando hemos fallecido.
Aunque pueda parecer macabro, las complicaciones que pueden surgir a partir del fallecimiento de una persona con una vida activa en la red pueden ser muy complejas y difíciles de gestionar si no se tiene alguna manera de identificarse con sus credenciales. La llamada «digital inheritance« no es una cuestión para tomársela en absoluto a la ligera, y puede incluir en muchas ocasiones cuestiones verdaderamente importantes junto con otras que simplemente permiten evitar algunos gastos o complicaciones.
Google posee un servicio desde hace ya muchos años, con el eufemístico nombre de Inactive Account Manager, en el que permite designar «herederos» que recibirán las credenciales de acceso a una cuenta de Google después de tres, seis, nueve o doce meses de inactividad de la misma, en donde yo tengo designadas a mi mujer y a mi hija. A lo largo del tiempo, me he encontrado artículos con distintos consejos de este tipo, algunos muy recomendables, en sitios tan conocidos como The Verge, The New York Times o PC Magazine, en los que revisar si tenemos todo atado y bien atado ante un eventual problema del que a nadie le gusta hablar, pero al que todos acabamos llegando más tarde o más temprano.
En la era de las criptomonedas, pueden plantearse más problemas todavía, porque en muchos casos, la dificultad para gestionar monederos digitales, cuentas en exchanges o apuntes en la cadena de bloques puede superar las habilidades digitales de nuestros herederos. Algunos amigos míos, de hecho, cuentan con documentos detallados con un nivel de precisión impresionante en los que explican paso a paso cómo gestionar todos sus servicios de pago, sus cuentas en bancos e incluso sus servidores en caso de fallecimiento.
Si usas un gestor de contraseñas, las cosas se hacen algo más fáciles, porque suele bastar con asegurarse de que la contraseña maestra es conocida por nuestros herederos para que puedan obtener acceso a todo lo demás, siempre que lo mantengamos convenientemente actualizado y aseado. Pero en cualquier caso, es algo que, por mucha pereza mental que nos dé, deberíamos plantearnos y dejar convenientemente resuelto si queremos librar de muchos potenciales contratiempos a nuestros seres queridos.
Pensaba pasar del asunto de hoy, pero, después del de ayer… esto sí es auténtica poesía homérica del siglo XXI. Buscando nuestra Ítaca digital, como si fuéramos Ulises y no versiones mediocres de homo sapiens. Solo algo peores que él.
Esta semana, Linkedin me sugirió el perfil de una chica con la que trabajé hace muchos años y desgraciadamente falleció poco tiempo después. El perfil sigue activo.. y Linkedin me lo recomendaba!. Esto me llevó a revisar los perfiles de conocidos que también han fallecido. Todos activos..
Creedme si os digo, que algo tan “sencillo” como dar de baja una línea de móvil, puede suponer un quebradero de cabeza durante meses… y mientras, cobrándote la factura… y en esto las contraseñas no pintan nada…
MODO IRONIA ON
Creo que es tan sencillo que todo lo que rodea al mundo en general medio bobo de internet…
Vamos a ver, no quito razón ni la pongo. Simplemente vamos a comparar poniendo un simil
El Sr. Pollo la casca, ipso facto, y no se ha preparado para saber si quiere ser enterrado a lo Burger King o a lo Mc.Donalds ( Si hubiera sido el Sr. Delfín podría haber puesto en su testamento vital que quiere que le entierren en Escabeche, no en aceite)
A lo que ibamos. El Sr. Pollo es un devoto amante de la cultura, conocido agnóstico, y que vivió una vida analógica y algo digital…
* Tenía su trabajo como académico
* Escribía libros
* Daba conferencias
* Hizo sus pinitos en videos, podcasts
* Tenía mucha gente que seguí sus ocurrencias en Facebook,
Y ahora de repente. HA CASCADO
Y a raiz de este artículo (interesante) me hago estas preguntas. Puede exigir él o su familia lo siguiente
¿Que se anulen las suscripciones?
Mi respuesta: SI.
Pero en esta vida de papeles, eso no se hace de hoy para mañana,… y va a costar un EGG
Y puede exigir su familia, que cierren su twitter, su FB, su cuenta de Ashley Madison, su cuenta de El Ventorro, etc
Claro, faltaria más !!
Perdona… borrar sus aportes a FB sería como quemar sus libros… ¿no?
Dicen que mientras permaneces en la memoria de las personas, no te has ido del todo….
Asi que Sr. Pollo, date por contento que no te cierren FB, y las cuentas de tus vicios
MODO IRONIA OFF
Bastante razón… sobre todo, si tus intenciones son que quede tu impronta a futuro para alimentar tu ego más allá de tu fenecimiento… XDD
Pero para el común de los mortales, una vez ocurrido el óbito, los problemas crecen. Insisto, no hace falta hablar de tus carteras de bitcoins. Cosas tan simples, como los servicios esenciales (agua, luz, gas), tus líneas de móvil, o incluso tu simple cuenta bancaria, aunque la tengas compartida con tu pareja, se convierten en un infierno…
Ya puedes hacer testamentos, ya…
De verdad preocupa que una vez la espiches, que van a hacer con tu cuenta de FB, Twiter o Insta??? En el mejor de los casos es que no puedan hacer nada, así te evitas que el cuñao que tanto te quería, empiece a publicar sandeces en tu nombre… XDD
Ahora bien… si de verdad posees esas cuentas que se manejan con contraseñas…. Hombre si… tu ya te has ido y para ti han acabado los problemas… no se los des a los que quedan detrás y pónselo fácil… XDD
He perdido la contraseña de mi ex blog y ya no puedo entrar en el como administrador. No es que me importe mucho, pues ya lleva meses muerto, pero te das cuenta de cuantos de tus lugares en Internet no van a poder acceder tus hijos, si la palmas.
Realmente no creo que entrar en mi email, Facebook, o cosas semejantes les quite el sueño y en lo realmente importante, o pueden entrar como titulares, (en mis cc), o tiene un permiso concedido ante notario, para que me puedan representar en caso de morirme o quedar gagá.
Este último documento lo hicimos mi mujer y yo , a petición de mis hijos, vistas las dificultades que tienen amigos suyos, con sus padres en demencia senil o Alzeimer, para hacer cosas tan aparentemente sencillas, como retirar un certificado en Correos o cambiar de proveedor la luz eléctrica.
«En caso de que muera: borren el historial de mi navegador»
XDDD
Superado….
and destroy my phone XDDDDD
(lo sorprenente es que hay gente comprandolos…) XDDD
Hace poco falleció mi padre. Durante un tiempo mantuve su teléfono móvil activado por si alguien le enviaba un WhatsApp o lo llamaba, para poder comunicarle lo sucedido. Él no tenía redes sociales, pero quizá habría hecho lo mismo, ya que entiendo que a las personas que lo conocían, pero no se habían enterado de la noticia, les gustaría saberlo.
Hoy en día, las redes sociales son nuestro “yo digital”, y debemos decidir qué hacer con ellas cuando ya no estemos. Es importante pensar si queremos que se borren, que alguien las continúe gestionando o cualquier otra opción. Como bien dice Enrique, es un tema que conviene dejar en orden antes de abandonar este mundo.
Y no hablemos ya de contraseñas de bancos, aplicaciones financieras, de salud, relacionadas con la administración…Todo esto puede convertirse en un gran problema si no lo dejamos bien atado.
Ah, y por cierto, ahora tenemos los métodos de autenticación biométrica, como la huella dactilar o el reconocimiento facial. Importante disponer de una alternativa de autenticación que no dependa de algo que, obviamente, ya no estará disponible.
Primero de todo, mis condolencias. :-(
Suscribo el comentario.