La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos con un margen amplio y, además, con el control del Congreso y el Senado es una de esas cuestiones que hacen que me preocupe muy seriamente, y no solo por los Estados Unidos, país en el que he vivido y que amo, sino por toda la humanidad.
No lo digo yo: lo dice el MIT, que califica la victoria como «una trágica pérdida» para la lucha contra la emergencia climática, que da lugar a un retraso que, simplemente, el mundo no se puede permitir. Que el segundo país más contaminante del mundo caiga ahora en manos de un negacionista de la emergencia climática, que se ha comprometido a autorizar a las empresas petroleras a que hagan todo tipo de exploraciones adicionales y extraigan todo lo que quieran de todas partes, incluidos lugares protegidos, es una auténtica desgracia sobre la que resulta terriblemente frustrante que el mundo tenga que simplemente quedarse parado a esperar, sin poder tomar ninguna medida.
¿Esperanza? Poca, pero representada por el hecho de que el apoyo de Elon Musk haya comprometido algún tipo de medidas que impidan que el ascenso progresivo de los vehículos eléctricos se vea frenado por las políticas demenciales de un presidente tan profundamente inculto y acientífico, que da auténtica vergüenza ajena. La victoria de Trump va a hacer que las políticas medioambientales de los Estados Unidos den un giro muy brusco, como si la ciencia fuese una cuestión de opinión, pero no nos engañemos: si Donald Trump ha salido elegido con el apoyo que ha conseguido, quiere decir que no solo él es la personificación de la aberración climática, es que más de la mitad de los ciudadanos norteamericanos creen que esa cuestión es algo que no vale la pena.
Algo hemos hecho muy mal cuando más de la mitad de los ciudadanos de un país rico y con acceso a la educación no consideran la emergencia climática como un asunto prioritario, y son capaces de votar a un presidente abiertamente negacionista, simplemente por cuestiones cortoplacistas como su percepción – errónea, además – de la economía.
Otra cuestión que permite mantener un mínimo de optimismo en un contexto completamente terrible es el hecho de que el mapa de la energía esté cambiando a tanta velocidad: las energías renovables, sobre todo solar y eólica, ya no pueden ser detenidas por mucho que Donald Trump pretenda. Unos costes muchísimo más bajos que hacen que incluso en los estados más conservadores como Texas la inversión sea tan elevada, que no hay forma de parar ese proceso.
La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca es una noticia verdaderamente desastrosa para el mundo, en absolutamente todos los sentidos. Terrible para la emergencia climática, tremendo como ejemplo de democracia sometida a un populismo y a una desinformación de niveles estratosféricos, y dramático si pensamos en las políticas de «America First» y de abierto desprecio al resto del mundo. Es, en todos los sentidos, una barbaridad que descarta a los Estados Unidos como país estable y como referencia mundial. Es, claramente, el fin de la era en la que los Estados Unidos marcaron el pulso del mundo, con todo lo que ello va a conllevar si pensamos en la alternativa que viene con fuerza, el país que domina todas las tecnologías emergentes y de futuro.
Mientras el mundo intenta mirar hacia el futuro, los Estados Unidos se han quedado anclados en el más oscuro de los pasados. Lo pagarán, y muy caro. Pero lo peor es que además, lo pagaremos todos.
Me preocupa más el aspecto político, sobre todo el retroceso en libertades y social que se producirá (que espero no se contagie a Europa) y también el comercial.
El cambio de paradigma energético ya no depende principalmente de EEUU sino de una pluralidad de países con China a la cabeza.
EEUU lo puede retrasar, pero no detenerlo.
Te has dejado llevar, como casi todos, sobre todo al final.
El Pato Trump es el elefante que ha entrado en la cacharrería porque está convencido de que es suya. Pero él no sabe una mierda de socioeconomía y política, y menos de psicología… así que no deja de ser el elefante que los poderosos de la tribu sueltan por la selva moderna para hacer de las suyas (de los poderosos)…
Pero el capitalismo USA sigue basándose mucho más en el trabajo continuado del burro, que va pasito a pasito haciendo más ricos a los que ya son ricos. Y que incluso no gustan de los Mr. Musk, venidos «de fuera», para dar lecciones de gran sacrifico a un nuevo Manitú.
Además siempre olvidáis que la mitad del pueblo usaamericano no traga a las bestias pardas como Trump, aparte de mucho «deshomizado», que anda a su bola y no le gustan ni los elefantes ni los burros.
Un país nacido de un puñado de pirados religiosos, tiene el fondo suficiente para resistir incluso un tsunami natural. Y más cuando le ha llegado, en general, lo mejor que ha producido el mundo en mentes innovadoras. Esas mentes que se instalan en el conservadurismo, vía gen social negativo, pero que, como le pasará a Mr. Musk, no aguantan los palos en las ruedas del progreso capitalista muy desorganizado… puede que me equivoque, pero la tecnología se le va a atragantar al bocazas trumpista, porque la evolución no admite ni elefantes (que le pregunten a los dinosaurios) ni cacharrerías mal organizadas, aunque en este aspecto el ser humano es demasiado calzonazos par dejar que la naturaleza (sea lo que eso sea) siga al mando del proceso evolutivo.
El Pato Trump es, en cierto modo una vuelta al más puro neandertal… y no pienso que le guste a la madre naturaleza este tipo de hijos malparidos.
A tener en cuenta que la simbología partidaria está al revés, precisamente para resaltar que «tanto monta, monta tanto».
Recomiendo leer ‘El clima: no toda la culpa es nuestra:
Lo que dice la ciencia, lo que no dice y por qué importa ‘ de Steven E. Koonin. Muestra con argumentos científicos que…no toda la culpa es nuestra.
Yo estoy convencido que el votante en usa y probablemente en toda la UE mayoritariamente no piensa en la emergencia climática para elegir el sentido de su voto. En general, al votar, se piensa en como llegar a fin de mes y otras cosas pero esa no es una de ellas.
En este tema no sé si influye mucho el hecho que en el fondo, casi nadie parece creerse “íntimamente” la amenaza existencial que se avecina. No por el hecho de no existir (cosa que no lo sé al 100% pero tiene mala pinta), sino porque como humanos nos cuesta sentir algo a través de la razón que no tiene una repercusión inmediata y del cual es fácil olvidarse cuando cambia el tiempo a la semana y todo parece ir bien.
Y tengo la percepción que esto sucede también a personas como las que frecuentamos este blog (incluyendo al autor, claro) porque si “íntimamente” estuviéramos convencidos al 100% de la fatalidad que se avecina, ¿qué sentido tendría el hablar de Nvidia, Stripe, Apple, la Lista Robinson, etc) y no dedicarnos por completo a evitar el colapso?
Me da la impresión que en temas transcendentales (incluso en la religión), hay una contradicción entre las formas de vida y comportamientos que tenemos con las supuestas convicciones y certidumbres que decimos tener.
Sencillamentre los necios son mayoria y eso no tiene arreglo, vamos derechos al desastre.
En el hinduismo hay ciclos cosmicos por donde hay que pasar en la evolucion de la Conciencia.
El mas oscuro de todos es el Kali Yuga, una especie de purga kármica colectiva.
Sus principales caracteristicas son::
Desintegración de valores morales y éticos (materialismo, egoismo, individualismo y consumismo).
,Aumento de la violencia y el conflicto ( división, polarización social y enfrentamiento),
Corrupción en las instituciones y liderazgo de los mas depravados.
Degradación ambiental
Aceleración del tiempo y estrés constante
Aumento de la ignorancia y pérdida de conocimiento espiritual
Desigualdad económica y crisis social.
Transformación de los roles y valores familiares, etc.
Me temo que estamos en esa fase, y eso no tiene remedio por que los ciclos ocurren inevitablemente.
Justo despues viene la Edad Dorada…..para los que sobrevivan.
Por cierto, en previsión de que Trump deje Europa al pairo como la otra vez, con la OTAN y los aranceles, yo respondería con una coalición China-UE (dejando clara la cuestión Rusia-UE) , a ver si USA se lo puede permitir geopolíticamente.
Yo también.
La mayoría solo piensa en el beneficio propio y en llegar al final de mes como mucho.
Luego están los que piensan que como somos muchos, puede ser una solución.