La inteligencia artificial y la automatización como tendencia, en El País

IMAGE: El País

Eduardo Mesa, de El País, me envió algunas preguntas para hablar sobre la automatización como tendencia empresarial, partiendo del machine learning como forma de automatización cada vez más avanzada a partir del entrenamiento de modelos con datos de la cadena de valor para ser capaces de predecir o gestionar procesos, y llegando a la algoritmia generativa como posibilidad de llevar a cabo muchas más tareas que antes considerábamos privativas de los trabajadores humanos. Incluyó algunas de mis respuestas en su reportaje titulado «Trabajos automatizados para elevar la creatividad y la productividad» (pdf), publicado el pasado 29 de septiembre en el suplemento extra de Grandes Empresas.

A partir de ahi, llegamos a plantear el cambio en el modelo social que puede llegar a suponer, e incluso a mencionar brevemente la renta básica incondicional en alguna de las preguntas, aunque esto se salía más de la temática del artículo y no llegó a ser recogido en el mismo. En cualquier caso, un intercambio muy interesante, y un tema muy destacado en la agenda de los directivos actuales y de sus planes para adoptar una visión mucho más flexible y con más grados de libertad sobre la automatización de sus procesos – como la posibilidad de robots que aprenden simplemente por observación y que no necesitan ser programados línea a línea, o que son capaces de compartir espacio con trabajadores humanos – y que pone en perspectiva lo que hemos avanzado desde la primera oleada de automatización puramente «mecánica», al machine learning y, ahora, a la algoritmia generativa.

A continuación, las preguntas y respuestas que intercambié con Eduardo:

P. ¿La automatización es una de las principales tendencias empresariales en estos momentos?
R. La automatización ha sido una tendencia siempre, desde la mismísima Revolución Industrial, si no antes. Lo que ocurre es que las posibilidades de la tecnología para la automatizacion han sido tradicionalmente muy limitadas, porque dependían primero de la mecánica, que ofrece escasos grados de libertad, o de la electricidad y la electrónica, que los empieza a ofrecer pero son todavía bastante limitados y en función de pocos parámetros. Cuando empezamos a entrar en la combinación de la programación y la estadística, primero con el machine learning y, ahora, con la inteligencia artificial generativa, las cosas han cambiado, los grados de libertad han crecido muchísimo, y la automatización convencional ha pasado a ser automatización avanzada, en donde un algoritmo puede básicamente tomar las mismas decisiones – o mejores – que las que toma una persona, pero además, hacerlo 24×7, sin problemas de fatiga o de irregularidad en sus acciones.

P. ¿En qué sectores empresariales está más presente? ¿Son procesos que pueden afectar a todo tipo de empresas o no vale para todos?
R. Todo proceso en el que haya una toma de decisiones en función de variables puede ser objeto de automatización, hasta niveles nunca imaginados. Si una persona toma una decisión, lo hace en función de una serie de parámetros más o menos complejos, Pero si tomamos muchas instancias de esas decisiones en el pasado y de los resultados que nos ofrecieron, podemos entrenar a un algoritmo para que, en función de cualquier situación, tome esas decisiones mejor que como lo haría un humano, incluyendo factores que pueden ser extraordinariamente finos. Plantéate, por ejemplo, la soldadura que hace un robot en una cadena de montaje: un humano puede examinarla y saber si está bien hecha o no, pero tiene que hacerlo con muchos puntos de soldadura y en cada uno de los coches que salen de la cadena. Si ofreces a un algoritmo un montón de imágenes de soldaduras etiquetadas con si son correctas o incorrectas, terminarás obteniendo un algoritmo que, con una confianza del 99% – más de la que podría tener cualquier humano – toma la decisión de si aceptar el vehículo o devolverlo a Control de Calidad, por ejemplo. Ese caso, que es real e implementado por Daimler con la ayuda de BigML, es un éxito notable que permite ahorrar mucho dinero a la compañía, y además, mejorar la calidad de sus vehículos.

P. ¿Qué papel está jugando y jugará la IA en el futuro en todo este proceso?
R. La IA es una tecnología que hay que entender, pero que demasiada gente tiende a ver aún como si fuese algún tipo de magia. Si partimos de que un algoritmo necesita una gran cantidad de datos de decisiones previas para poder actuar, y que la calidad de las decisiones que tome dependerá de la calidad de la información suministrada, lo que tenemos es una tecnología que desarrolla los mismos procesos de toma de decisiones que desarrollaba un humano experto, pero que lo hace, además, sin ningún problema de horario, de fatiga o de irregularidad. Si añadimos además el parámetro generativo, tenemos que ahora los algoritmos bien entrenados, además de poder predecir una decisión o tomarla con muchas más variables implicadas de las que un humano podría imaginar tener en cuenta, puede también generar el mismo tipo de respuestas que generaría un humano, es decir, no actuar simplemente sobre una o varias variables, sino también, por ejemplo, generar respuestas en lenguaje humano, o muchísimas posibilidades más, En el futuro, la IA estará en absolutamente todas partes.

P. ¿Cuáles son los grandes beneficios para las empresas?
R. Los beneficios para las compañías tienen que ver con la optimización de todos sus procesos de negocio, que ya de por sí estaban basados en algoritmos, pero en algoritmos con participación humana. Si todas esas decisiones y tareas de cada vez más tipos pueden ser llevadas a cabo de manera automatizada, se obtienen procesos mucho más fluidos y menos limitados por factores típicamente humanos como el horario, los errores, la fatiga, el fallo humano, etc. Y dado que los algoritmos de inteligencia artificial se siguen alimentando con variables de feedback (el resultado de cada proceso), lo que obtenemos son procesos de mejora y optimización continua, que además pueden ser sensibles a cambios en las variables de entorno.

P. ¿Y para los empleados? ¿Podrán dedicarse a otras tareas y fomentar la creatividad en sus puestos de trabajo? ¿Hay aspectos negativos o controvertidos, en especial en relación con la posible pérdida de puestos de trabajo?
R. Lo importante es redefinir el concepto de trabajo. Si planteamos muchísimos de los trabajos que hoy hace una persona, es evidente que muchos de ellos consisten en meros automatismos, que una persona lleva a cabo simplemente porque no había una forma óptima de automatizarlos. Algunos de esos trabajos son tareas teóricamente poco apreciadas y no especialmente bien pagadas, pero que consisten en cadenas de operaciones muy complejas, como recoger o clasificar basura. Otros son como el management, bien pagados pero con reputación de ser imposibles de automatizar. Sin embargo, la inteligencia artificial va a ser capaz de automatizar en buenas condiciones la mayoría de ellos, por lo que habrá que plantearse redefinir el trabajo humano y dotar a la sociedad de formas de compensar a quienes no tienen que trabajar, porque su participación ya no es necesaria. Habrá personas que vivan de una renta básica incondicional garantizada, que cobrarán absolutamente todos los miembros de la sociedad trabajen o no (y los que trabajen y no la necesiten, la devolverán como impuestos), y otros que encontrarán formas de añadir valor que alguien esté dispuesto a pagar, y suplementen esa renta básica con ingresos adicionales. Si no redefinimos esos mecanismos, nos encontraremos con que las personas se rebelarán mucho antes de que lo hagan las máquinas.

P. ¿Cómo se imagina el futuro en los próximos años en relación con estos temas?
R. Me imagino una adopción cada vez más rápida de la inteligencia artificial en todas las industrias, y una serie de competidores que sean capaces de cristalizar esa adopción en forma de ventajas en costes, en calidad de servicio o de producto, etc. gracias a los algoritmos que ofrecerán compañías de inteligencia artificial o que desarrollen ellas mismas. Las compañías que no se planteen la introducción de esos algoritmos irán quedando restringidas a nichos cada vez más pequeños, y terminarán por desaparecer. Toda compañía de hoy en día será una compañía de inteligencia artificial dentro de diez años, o directamente no será.

5 comentarios

  • #001
    Gorki - 3 octubre 2024 - 12:19

    Afortunadamente ha pasado con el aumento de productividad en general, que uno de los beneficios conseguidos, ha sido rec ducir la jornada laboral, y el aumento de días de vacaciones.

    Comparando la jornada laboral que hacia mi padre y sus vacaciones, con la mia ya hubo una gran mejora, pero comparo la jornada laboral mia y mis vacaciones con las de mis hijos, y veo que el proceso ha seguido y a la par del aumento de productividad ha seguido una reducción efectiva de la jornada laboral,

    Por poner un ejemplo, el tema de la conciliación de trabajo y familia, que es de plena actualidad, nunca se pudo haber planteado en mi vida laboral. Yo estoy convencido que el previsible aumento de productividad de la AI, ira acompañado con este otro proceso de reducción de la jornada labao real, aunque no sea mas que para segur ir teniendo trabajo para todos.

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    • Benji - 3 octubre 2024 - 14:44

      La diferencia es que nuestros abuelos mantenían ellos enteros a la familia (mujer y 6 hijos) mientras que ahora con 2 salarios usas uno para el alquiler/hipoteca y el otro para coche y gastos. Te queda lo justo para 1-2 niños o nada.

      En esa parte hemos perdido mucho respecto a nuestros antepasados

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      • Gorki - 3 octubre 2024 - 15:41

        Tenemos muchos mas elementos de confort que nuestros abuelos, electrodomésticos,. climatizadores, automóviles, veraneo en la costa,… y claro está, los tenemos que pagar.

        Si viviéramos como nuestros abuelos, sin coche propio, en una casa de alquiler con un brasero, una radio para todos, una maquina de coser que nos surtía de ropa a todos, un teléfono en el pasillo, y controlando el gasto de luz y teléfono, posiblemente podríamos vivir con un sueldo. (y el trabajo de la mujer en casa).

        Pero claro, ¿quien quiere renunciar, al veraneo en la costa, el coche y la la televisióon de metro y medio con Netflix?.

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        • JM - 3 octubre 2024 - 16:18

          Hablarás por ti con nivel de ingresos.

          Conozco gente que vive como tú dices y no se pueden permitir tener un hijo.

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  • #005
    Xaquín - 3 octubre 2024 - 12:56

    «robots que aprenden simplemente por observación y que no necesitan ser programados» (EDans).

    Resulta muy interesante este apunte, porque a mí me lleva a una pregunta : ¿Qué tipo de trabajador (con IH) ponemos a operara delante de un robot, que debe aprender de él? ¿Vale cualquiera, o debemos evitar aquellos trabajadores (que los hay y más que las meigas) que son muy mal ejemplo, para aprender a ser eficientes.

    Estoy pensando en lo que me comentaban sobre el caso HUNOSA y me digo : joder, pues sí que iba a aprender mucho y bueno el pobre robot!!!

    O, ya más cercano a mi ecosistema profesional, pienso en los muchos (muchos!!!) profes que tuve que aguantar en un claustro… y me digo lo mismo : pobre del robot que le tocara acompañarlo en el aula, para ir aprendido a ser un docente simplemente profesional.

    También es verdad que los robots no son tan tiquismiquis (depende supongo del programador) y se puede ir tirando como hasta ahora. La mediocridad y el aguante van de la manita.

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