El desastre de Ticketmaster

IMAGE: Jennifer Snyder on Flickr (CC BY-SA)

Ticketmaster es un desastre cocinado a lo largo de mucho tiempo. Lo sabe el gobierno norteamericano, que el pasado mayo inició un juicio antimonopolio para detener la conducta anticompetitiva que surge del poder monopolístico de su compañía matriz, Live Nation, que gestiona la práctica totalidad de los eventos musicales en el país. Pero lo saben también todos los usuarios que hayan intentado adquirir una entrada para un concierto a través de la compañía.

Con la reciente reunificación de Oasis, la banda de los hermanos Gallagher, la cuestión ha terminado de estallar. Una gira de conciertos de gran demanda, que la compañía ha intentado aprovechar para unir a su ya característica dinámica de miles de bots compitiendo con los usuarios para hacerse con entradas para vergonzosas reventas, para utilizar un sistema de precio dinámico que ha terminado haciendo pagar auténticas barbaridades a muchísimos usuarios que temían quedarse sin entradas.

Los sistemas de precio dinámico son un recurso habitual para asignar bienes de disponibilidad limitada en contextos de elevada demanda, ampliamente utilizados, por ejemplo, en el transporte de viajeros. Sin embargo, combinar su uso en un contexto en el que los usuarios se ven obligados a competir con una jauría de bots para imponer una presión elevada para hacerse con las entradas del concierto al que desean acudir es, claramente, un comportamiento abusivo.

El escándalo creado por semejante comportamiento ha llevado a la Competition and Markets Authority británica (CMA) a lanzar una investigación sobre la compañía por comportamiento abusivo, que debería saldarse no con multas o sanciones a la compañía, sino con una revisión completa sobre sus prácticas. Las ventas de entradas a través de la red son un desastre destinado a fomentar la reventa, oficializada en muchos casos incluso por los propios organizadores como «ventas entre fans», con el fin de convertir los conciertos en un objeto de deseo y evitar lo que realmente habría que hacer para evitar esas prácticas, que es algo tan sencillo como implantar la venta nominativa, que hoy solo se utiliza en muy pocos casos, a demanda de los artistas. Se puede hacer, técnicamente es sencillo, y en los casos en los que se lleva a cabo, funciona. Pero claro, es mejor seguir jugando al juego de favorecer la reventa y los precios abusivos, porque la casa siempre gana.

Hoy en día, el anuncio de un concierto al que quieres ir supone prepararse para, el día que se abre la venta, poner varios dispositivos con varios navegadores cada uno a intentar ponerse en cola, mientras una legión de bots perfectamente organizada te adelanta y se hace con las entradas que quieres, para que tengas que intentar adquirirlas más adelante, a precios abusivos o incluso arriesgándote a falsificaciones. Un conjunto de prácticas que favorecen la actuación de mafias y aprovechados, y fomentada por la propia organización.

Un concierto no es un bien esencial para nadie, pero eso no quiere decir que, por su carácter suntuario, tenga necesariamente que convertirse en un «vale todo». Lo lógico es tratar las entradas como un bien de asignación individual, que solo puede ser transferido en casos muy justificados y al mismo precio nominal. La resistencia de compañías como Ticketmaster a aceptar esa realidad ha desembocado en un comportamiento sistemáticamente abusivo, por el que no solo debe ser sancionada: además, es fundamental revisar e imponer cambios a su prácticas comerciales.

Ticketmaster es lo peor que ha pasado a la música en mucho tiempo. Esperemos que alguien tome de verdad cartas en el asunto y acabe con los abusos que han convertido algo como conseguir entradas para un concierto en una especie de pesadilla, y que ha alimentado demasiados esquemas que nunca debieron tener lugar.


This article is also available in English in my Medium page, «Ticketmaster is a rip off, and everybody knows it«

31 comentarios

  • #001
    Javier - 6 septiembre 2024 - 10:36

    En todo este asunto hay una parte que siempre pasa de puntillas: los artistas. De entre aquellos que tienen verdadero poder en la industria, son muy pocos los que han impuesto condiciones a las promotoras para tratar de beneficiar a sus verdaderos seguidores.

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    • F3r - 6 septiembre 2024 - 17:47

      Perdona, estas culpando a los músicos de algo?

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      • CgZ - 6 septiembre 2024 - 18:48

        Yo sí les acuso de algo. De ser unos cobardes y mantener un silencio sepulcral y cómplice al respecto, en especial en España, por regla general. Me parece alucinante que seamos tan valientes para unas causas y tan cobardas siempre para lo que nos enfrenta a los problemas de nuestro sector. Sí, los músicos tienen una parte de la responsabilidad de firmar contratos con condiciones que abusan de su público y parecen no darse cuenta de que el producto que ofrecen, ha sido reducido a ser poco más que un cebo para obligar a sus fans a introducirse por fuerza, en algo que yo no llamaría negocio, sino estafa.

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  • #004
    Juan T, - 6 septiembre 2024 - 11:08

    Pues a mi, eso de pagar burradas por ir a ver a gente sin talento, me habla mas de las facultades de la gente que las del algoritmo de venta.

    Vamos que no me da ninguna pena que engañen a los fans de Bad Bunny visto que ya se autoengañan bastante a si mismos.

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    • Gorki - 6 septiembre 2024 - 11:47

      Opino igual, Si quieren pagar una burrada por ver/oír a Oasis que lo paguen, que a nadie obligan a ello, ni es artículo de primera necesidad.

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    • Enrique Dans - 6 septiembre 2024 - 11:51

      No seas impresentable. Habrá gente con talento y gente sin él, y te podrá parecer un artículo no imprescindible, pero de ahí a que te parezca perfectamente normal que unos sinvergüenzas se dediquen a estafar a la gente, va un trecho. Hay prácticas que, simplemente, no se pueden permitir, y no puedes utilizar un «a mí me da igual, no voy a conciertos ni me importa» como forma de pasar del tema.

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      • Gorki - 6 septiembre 2024 - 12:07

        El jamón 5J es también magnifico y muy caro, pero no es vital. por eso no lo compro, Desconozco si el precio es justo o esta sobrevalorado,

        A mi no me da ninguna pena, que una persona gaste un monton por ir a oír a Oasis, es su dinero y se lo gasta como quiere, otras personas se lo gastan en un traje de Chanel. Están en su derecho, pero yo no firmaré por que bajen el precio de los trajes de Chanel ni las entradas de Oasis

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        • Javier Cuchí - 6 septiembre 2024 - 13:20

          Yo voy de cuando en cuando a conciertos (pero no de rock, sino sinfónicos) y, aunque sin tanta exageración, pasa lo mismo (por cierto que el Palau de la Música lo gestiona también Ticketmaster).

          Yo tengo mis opiniones sobre [ciertos tipos de] rock, pero son mías, personales e intransferibles. Estas cosas forman parte del mundo de la cultura y, conceptualmente, tan culto puede serlo un fan rockero como yo; o, a lo mejor, más, vete a saber. Y el acceso a la cultura es un derecho universal y, por tanto, no debería poder ser objeto de especulación. A este respecto, y cada cual en su ámbito, da igual Corín Tellado que Cervantes. Exactamente igual.

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          • Gorki - 6 septiembre 2024 - 13:35

            ¿Sabrías poner el «precio justo» a un concierto de Oasis? ¿Sabes poner el «precio justo» a un Festival de Bayreuth?

            Estoy de acuerdo que el acceso a la cultura es un derecho universal, y creo que todos nos congratulamos que haya mucha «cultura» gratuita y no entro en valorar que es mas cultural, Corín Tellado o Cervantes.

            Pero hay «fenómenos culturales» que tiene plazas limitadas y parece mas justo que el acceso al ellos se haga por subasta que por sorteo

          • Javier Cuchí - 6 septiembre 2024 - 15:27

            Gorki: en una sociedad capitalista (y nos guste o no estamos en ella) los precios no son justos o injustos: los precios son, simplemente, lo que la gente está dispuesta a pagar por ese producto o servicio. Se llama «oferta y demanda». Lo que cuesta un concierto de Oasis es lo que se paga por él y lo mismo Bayreuth.

            Lo de Corín y Cervantes: no se trata de ver qué es más cultural. Ambos son fenómenos culturales como (me sangra el corazón al decirlo) el mismísimo fútbol. Las preferencias por una cosa u otra proceden de o generan una distinta extracción sociocultural.

            Es lo que hay.

          • Gorki - 6 septiembre 2024 - 16:56

            Exacto Javier y el precio en la reventa del concierto de Oasis, (me sangra el corazón al decirlo), es el que es y si hay gente dispuesto a pagarlo,… Se llama «oferta y demanda»

          • Gorki - 6 septiembre 2024 - 20:42

            Los monopolios son otro tema, y yo estoy convencido que lo mejor es la libre competencia, así como que Internet lleva hacia los monopolios de hecho, no los legales.

            Pero de lo que tu hablabas, es de la reventa, y siempre ha existido como tu mismo indicas y siempre han elevado el precio de las entradas. (O las bajaban, si no las conseguían vender, como pasa con los billetes de avión).

            Pero volvemos al principio. Siendo este un articulo, no de primera necesidad, sino mas bien de lujo, como los famosos Lamborghini, para mi, que pongan el precio que quieran y que cada cual, compre o no, según su parecer. No voy a llorar una lágrima por este tema.

        • Javier - 6 septiembre 2024 - 13:53

          Gorki, no estás entendiendo el fondo del asunto.

          El problema no es que los precios sean caros o baratos. Eso dependerá de lo que cada uno esté dispuesto a pagar, de lo que le guste, oferta y demanda, etc. Es lo que ocurre con el jamón 5J.

          El problema de Ticketmaster es el sistema de venta, donde artificialmente se da preferencia a un sistema de bots que “compran” las entradas y que un segundo después (oh, milagro) esas entradas están en el portal de reventa (portal casualmente de la misma empresa).

          Volviendo al ejemplo del jamón, la equivalencia sería que tú hayas decidido ir a comprar ese jamón al Sánchez Romero y, al llegar allí, personal de la tienda estuviese comprando todas las existencias (CON DINERO DE LA EMPRESA) y un segundo después ese jamón se estuviese vendiendo al doble de caro y un cuarto trasero.

          Eso se llama reventa, es adulterar el mercado, en muchos supuestos es ilegal.

          No tiene nada que ver con si algo es caro o barato.

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          • Gorki - 6 septiembre 2024 - 17:08

            Siento informarte que la reventa es un negocio que existe desde siempre, En Madrid existía en un local abierto al público, un negocio llamado Golidia que revendía entradas de espectáculos. Hoy ese negocio lo sigue haciendo por internet, entre otros Rebeltickts, un negocio totalmente legal que supongo que paga todos los impuestos que le corresponde.

            Para el promotor le da tranquilidad saber que tiene vendido el aforo, la reventa es una especie de seguro, y lógicamente quien corre el riesgo de no vender unas entradas, quiere un margen de beneficio. ¿Que hay de raro en ello, como el que vende sandías, o boquerones.

          • Buzzword - 6 septiembre 2024 - 18:17

            Gorki

            ¿Te acuerdas de las taquillas de reventa «oficiales» que se ponían alrededor de la plaza de las Ventas?

            Siempre ha habido ticketmaster pero se llamaban de otra forma.

            Los monopolios lo que hacen es distorsionar los mercados. Cuando hay un Lobby en algún sitio lo que hace es corromper la libre competencia. Hace poco se hablaba que los chinos habían hecho de la necesidad virtud, y como estaban avanzando ante las políticas de EE. UU.

            Lo de ticketmaster mientras midan bien su corrupción van bien, pero si fallan en su estrategia les puede pasar como a Bertin, que luego fueron cuatro gatos, y tuvo que suspender.

            Yo estoy con Enrique, no es la típica ley de oferta y demanda, se trata de manipular y corromper la citada ley.

            Que si que luego habrá gente para todo, pero no siemptre. Y si ahora metes el medio internet, es peor, porque internet es una máquina de favorecer la monopolización

          • CgZ - 6 septiembre 2024 - 18:47

            No, el problema en mi opinión son las dos cosas. No tener un precio cerrado, basado en el mercado y en el coste de lo que ofreces y no en la pura especulación, casi extorsión, es lo que genera todo tipo de problemas. No, las entradas, una a una, no deben valer lo que alguien esté dispuesto a pagar. Eso no es un mercado es una subasta.

  • #017
    Javier - 6 septiembre 2024 - 11:22

    Yo lo que veo (tampoco estoy descubriendo el fuego) es que todo se acaba pervirtiendo por la codicia.

    Recuerdo en mi época de adolescente hacer colas interminables en la FNAC de Callao para conseguir entradas para conciertos, en horario que generalmente implicaba faltar a clase.

    la llegada de Internet debería (en teoría) hacer ese proceso más cómodo, sin necesidad de desplazarse, colas a la intemperie… y generalmente fue así. Hubo una época que podías sacar las entradas con relativa facilidad (llegabas a tiempo o no, simplemente). Pero, ay la codicia, el intentar ganar más y más, obtener más márgenes, ha pervertido completamente el proceso.

    No hablo de los precios. Ya no estamos en los 90, los artistas apenas obtienen ingresos de la venta de discos sino que lo hacen de los conciertos. Y no me quejo del precio, cada uno es muy libre de poner el precio que quiera, que ya se encargará la oferta y demanda de ajustarlo. Pero estas artes de Ticketmaster son de sobra conocidas desde hace muchísimo tiempo, no hace falta investigación que lo demuestre, y no se ha hecho absolutamente nada.

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  • #018
    menestro - 6 septiembre 2024 - 14:01

    Los sistemas de gestión de oferta dinámicos se concibieron en las líneas aéreas para optimizar la gestión de las plazas, de forma que no volasen aviones vacíos, optimizando los precios y segmentando la oferta, lo que es una práctica competitiva para reducir el precio de los billetes .

    Estas prácticas de gestión de la ocupación no están regulados por la UE, debido ala libre competencia de precios entre compañías aéreas, dejando un margen para la manipulación de precios que se producen los espectáculos. En EE.UU. es una práctica regulada por la Robinson–Patman Act

    Lo que sucede con Ticketmaster es que aprovecha esa estrategia de optimización de costes para una práctica totalmente diferente, que es el Offer Dripping, la modificación de precios al alza por por reducción de la oferta, a causa de la compra automatizada, que sí está regulada y vetada.

    Aprovecha la demanda de los reventas para incrementar los precios, lo que contraviene cualquier normativa de protección de los consumidores, aprovechando esa regulación destinada a las líneas aéreas.

    Si hablamos de situaciones similares en la vivienda y la disponibilidad de bienes de primera necesidad, pues nos encontramos ante una nueva area en la regulación de las manipulaciones de mercado, que a la UE le va a tocar a afrontar, más aún con los nuevos sistemas de fijación de precios de AI en el Proptech.

    Surge pricing in Real Estate

    Hablando de cosas dinámicas,. hay quien no logra aprender nada aún después de que su vida dé un giro de 180º en solo cinco días, fuera de su pequeño escenario narcisista. Esto no es Kansas, Dorothy.

    Responder
  • #019
    Victor - 6 septiembre 2024 - 14:37

    Para empezar te obligan a compra entradas con un año de antelación Un año. Yo se si esta semana o la que viene o la otra puedo ir o no a un sitio, pero ¿dentro de un año? Eso sería lo primero que habría que limitar, y sería muy muy pero que muy sencillo hacerlo. Pero por lo que sea no les da la gana.

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    • Gorki - 6 septiembre 2024 - 20:45

      ¿Quien te obliga a comprar entradas con un año de anticipación? ¿Quien te obliga a acudir a un determinado evento?

      Responder
  • #021
    Marcos - 6 septiembre 2024 - 14:54

    Vaya por dios, lo último que pensaba que sucedería ha pasado.

    Ayer hablando acerca de la gira mundial 2025 de BTS, cuando los chicos salgan de hacer el servicio militar koreano y acerca de lo previsiblemente difícil que sería conseguir entradas debido a Ticketmaster y su también servicio de reventa (todo gracias a los bots).

    Y hoy me encuentro con esto. Ya hasta Enrique nos espía para afinar la temática del artículo en cuestión, jajajaja… .

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  • #022
    alguien - 6 septiembre 2024 - 15:08

    ¿ Por qué no se asocia cada entrada a un DNI ?

    Responder
  • #023
    Daniel Terán - 6 septiembre 2024 - 16:36

    Como dice un conocido, si prohibieran la entrada de teléfonos móviles en los conciertos, las entradas costarían la mitad.

    Responder
  • #024
    Javier Lux - 6 septiembre 2024 - 17:16

    Me da que la solución vendrá de crypto, NFT personalizados. Un ticket una wallet, una persona. Reintegro posible con penalización y reventa suspendida. Para evitar bots, no más de 2 reventas de cada ticket.

    Parece fácil de hacer.

    Responder
  • #025
    F3r - 6 septiembre 2024 - 17:51

    Rae.
    Capitalismo: dícese de «Un conjunto de prácticas que favorecen la actuación de mafias»

    Luego que si el comunismo no funciona..me parto

    Responder
  • #026
    Buzzword - 6 septiembre 2024 - 18:23

    Dejando fuera el comunismo.

    La cantinela entre lo privado y lo público. Resulta que un determinado servicio se dice que si es público no es tan efectivo y es más caro que lo privado. Es una mentira podrida

    Si un determinado servicio lo hace una persona, y cobra 1000€, está claro que tendrá un overhead x por la gestión, Pero a igualdad de costes, si se contrata en directo por la administración, no tienes que pagar además el lucro de la empresa. Lo que sucede que si se hace en directo la contratación en formato público, la mordida no existe, pero si se hace en privado, luego circulan los sobres para tener ese Jaguar aparcado en tu plaza y que tu mujer no sabe de donde ha salido.

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  • #027
    Lua - 6 septiembre 2024 - 19:11

    A finales de los 80 y principios de los 90, tenia un conocido muy ligado a las producciones musicales y con muchos contactos. A través de él, conseguíamos las entradas para conciertos en el extranjero, con su, entre 3 y 5% de incremento por “gestión”. Y yo era un buen cliente. He seguido giras enteras por toda Europa. Pagar ese sobreprecio, obedecía al trabajo que hacia para conseguir esas pocas entradas, que luego revendía. Insisto, precio de la entrada oficial, más el pequeño margen. (en ocasiones eran invitaciones de BackStage, y eso era mas caro).

    Alguno ya ha apuntado a una solución, que si no recuerdo mal, fue ColdPlay quien la insinuó: Identificación vía DNI. De hecho, tengo entradas compradas en los principios de la intersnete esa, donde teníamos que presentar el DNI para ver si coincidía con el del comprador. Así que no es nada nuevo. Se podría hacer sin problemas. La pregunta es porque no se hace?.

    Se les desmonta el negocio…

    ———
    Triste, que eres un triste.

    Responder
  • #028
    Matt - 6 septiembre 2024 - 20:26

    Los sistemas de precio dinamico son un abuso SIEMPRE.

    Responder
    • Gorki - 6 septiembre 2024 - 20:50

      ¿Y como crees que se marcan los precios? – Por la Ley de la Oferta y la Demanda. ¿Crees que el mercado funcionaria mejor si los precios los marca el BOE?

      Responder
      • Buzzword - 6 septiembre 2024 - 21:51

        La ley que citas, vemos que en general a lo que nos ha traido a los abusos que conocemos todos.

        Ese mundo que cuando hay libertad de abusar de las personas que tienen una necesidad, por ejemplo un cáncer, un transplante o algo tan natural como un parto, en el sistema que no está regulado y privan las empresas hablamos de facturas que pueden superar la centena de miles de dólares. Cuando se institucionaliza la previsión pública en la sanidad, pues esos atropellos no suceden.

        La realidad es que el 10% de la población acumula el 76% de la riqueza global, mientras que la mitad más pobre de la población sólo posee el 2%.

        Encogerse de hombros y no hacer nada para poner freno a los abusos no va a solucionar el problema.

        Responder
  • #031
    Jesús - 6 septiembre 2024 - 21:46

    El poder de Ticketmaster es muy muy grande.
    Alguien comentaba la responsabilidad de los músicos aceptando la situación. Pues bien, a mediados de los 90, cuando ya era muy famosos, Pearl Jam intentaron salirse de la rueda y organizar una gira por su cuenta. ¿Resultado? Tal cantidad de problemas con sitios, seguros, organización, etc… que al final tuvieron que desistir. Ahora imagínate si en vez de ser un grupo de éxito mundial eres un solista poco conocido o una banda más entre tantas ¿Qué podrías hacer?

    Responder

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