Google y Wiz: ¿la enésima adquisición grandilocuente?

IMAGE: Wiz and Google logos

Según The Wall Street Journal, Google podría estar a punto de cerrar la mayor adquisición de toda su historia, la de la compañía israelí de ciberseguridad Wiz, por un total aproximado de unos 23,000 millones de dólares, pendiente por supuesto del escrutinio de las autoridades regulatorias y de algunos detalles sobre los pagos condicionados a empleados de la compañía.

¿Qué hace que una compañía israelí fundada hace cuatro años y con unos 950 empleados, que acababa de levantar mil millones de dólares hace dos meses a una valoración de doce mil millones, sea ahora valorada por Google en casi el doble? Su facturación, decididamente, no es la razón: alcanzaba, como máximo, los 350 millones anuales, según sus inversores. El software de Wiz ayuda a las compañías a llevar a cabo un seguimiento de su portfolio de aplicaciones en la nube, a lo largo de las arquitecturas complejas multicloud que hoy en día suelen combinar servidores alquilados a proveedores como Amazon, Microsoft y Google, con soluciones bare-metal, instalaciones propias y otras modalidades intermedias. La adquisición parece un intento de potenciar a Google Cloud para consolidarlo como uno de los proveedores más sólidos en el complejo tema de la seguridad de las operaciones en la nube, a generar más ingresos por servicios de seguridad, y atraer a más clientes de Wiz para que lleven a cabo sus operaciones en la nube de Google.

La competencia por la cuota de mercado en la nube es cada vez más fuerte: en un mercado evaluado en unos 76,000 millones de dólares en el primer trimestre de 2024, Amazon Web Services mantiene su liderazgo con 31%, seguido por un Azure de Microsoft que ya ha logrado acercarse hasta el 25%, y en tercer lugar, ya distante, una Google con un 11%. Algunos analistas prevén que ese mercado llegue a duplicarse en los próximos cuatro años sobre todo debido al enorme incremento de la popularidad de las aplicaciones de inteligencia artificial generativa, lo que hace no solo que la competencia se haga más dura, sino además, que el foco en elementos diferenciales como la seguridad pueda marcar una diferencia.

Por otro lado, cabe reflexionar un poco sobre las adquisiciones de Google, una compañía que, en la inmensa mayoría de los casos, lleva a cabo este tipo de operaciones para incorporar la tecnología de la compañía adquirida y, posteriormente, dejarla morir por una aparente incapacidad para consolidarlas en su cultura. Desarrollar una cultura de seguridad a base de adquisiciones en una compañía que habitualmente vampiriza a sus adquiridas hasta dejarlas secas como una pasa es, en el contexto de una ciberseguridad aplicada a las operaciones en la nube, que es enormemente dinámico y cambiante, una apuesta como mínimo complicada. Si la mayor parte del equipo fundador opta, como suele ser habitual, por coger el dinero y abandonar la compañía en cuanto sus acuerdos lo permitan, Google habría invertido un montón de millones para obtener tan solo algunos rendimientos temporales difíciles de consolidar en el tiempo. Básicamente, otra adquisición grandilocuente que termina quedándose en nada.

Por otro lado, en el clima actual de escrutinio de todos los pasos que dan las big tech, falta asegurar el acuerdo con los distintos reguladores, en un entorno como el de la nube que es de naturaleza multinacional y, por tanto, precisa del acuerdo de múltiples partes en distintos territorios. Las conversaciones para decidir si una adquisición de este tipo y tamaño supone o no una posible vulneración de las reglas anti-competencia podría plantearse como un proceso complejo, no recibir las correspondientes autorizaciones o, peor aún, amenazar con prolongarse en el tiempo, una situación que nadie quiere.

Veremos cómo evoluciona la operación. Pero por el momento, una compañía como Google, que habitualmente ha sido algo más contenida (tampoco mucho más) que sus competidores en el ámbito de las big tech, podría estar lanzándose a una operación que alcanza casi el doble de su adquisición cuantitativamente más relevante, la de 12,500 millones de dólares pagados por Motorola Mobility en agosto de 2011, también muy compleja desde la esfera regulatoria y que, de hecho, no se completó oficialmente hasta mayo de 2012. A ver cómo se le dan las cosas en esta ocasión.


This article is also available in English on my Medium page, «Google’s move on Wiz: a cybersecurity game-changer, or another pointless splurge

3 comentarios

  • #001
    menestro - 15 julio 2024 - 15:34

    La mayor parte de los desarrollos de Wiz han sido sobre Azure y la infraestructura de contenedores propia de sus servicios, habiéndose ya integrado como un proveedor de la plataforma de cloud de Microsoft. Ya son parte de Microsoft en términos de producto.

    Security researchers at Wiz discover another major Azure vulnerability

    Muchas empresas se orientan hacia un target desde el principio, en búsqueda de su adquisición, y Wiz ha sido financiada en sucesivas rondas, hasta llegar a una Serie E en menos de 4 años, con ese objetivo.

    Pasó de 0 a 6000 millones de valoración en 18 meses. Es una Gacela. Si Microsoft llega a parpadear, se les va otro múltiplo.

    Están los sospechosos habituales., Sequoia Capital, Horowitz, Index Ventures, Salesforce Ventures, Greylock, etc.

    Wiz inc – Crunchbase

    A unicorn on steroids: Wiz raises $130 million series B to reach $1.7 billion valuation a year after its launch

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  • #002
    Xaquín - 15 julio 2024 - 19:06

    Como dijo un comentarista, pienso que patinando un poco, voy a salirme del carril. Y echar un envite por la idea de un planeta cosmopolita. Porque, si algo demuestra la nube de internet (también las otras!), es que el localismo nacionalista está muy muy pasado de moda. Ya en en el XIX se inventó, aprovechando un exceso de permanencia ideológica del Medioevo, en la mente no ilustrada europea.

    Pero es que, llegar a la mitad del XXI, con el palito al otro extremo, resulta aberrante (muy muy mediocre).

    Si lo de poner fronteras al campo sonaba a propiedad medieval, la propiedad intelectual o virtual suena a música celestial de auténticos reyes de Persia (o anteriores).

    Pero, en fin, cuando Lamine Yamal sigue siendo africano (para muchos españoles), aunque haya nacido en Mataró, resulta como mínimo la representación más clara de nuestra siliconada mediocridad, como versión actual de homo sapiens.

    Ese homo sapiens que, por lo visto, prefirió integrar al neardental, en vez de extinguirlo por la fuerza. ¡Qué lejos estamos de normalizarlo!

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  • #003
    menestro - 15 julio 2024 - 20:45

    A lo que me refería, claro, igual que lo plantea Dan Ives, es que es una compra estratégica de Google, para sacar del mercado una de las piezas más valiosas de la ciberseguridad.

    «Shot across the bow at Microsoft and Amazon» – Dan Ives

    Disclaimer

    Al contrario que Dicaprio, tengo un empacho de Yogures. Desde los 29.

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