Daniel Jiménez, de la Revista Haz, me envió algunas preguntas por correo electrónico hace algunos días para un artículo que estaba preparando sobre el creciente auge del trabajo asíncrono, que publicó hoy con el título «El trabajo asíncrono, una nueva modalidad laboral para dejar de ‘calentar la silla’» (pdf).
La posibilidad de desarrollar culturas empresariales que ofrecen más autonomía al trabajador, que combinan modelos presenciales con trabajo distribuido y que, en general, plantean una relación menos de constante supervisión para centrarse en modelos más sanos y razonables se está convirtiendo en uno de los factores más importantes a la hora de que las compañías sean capaces de atraer y retener talento. Lógicamente, quienes sienten que tienen algo que ofrecer por sus capacidades, prefieren optar por ofertas que les permiten una mayor libertad a cambio de asumir una mayor responsabilidad sobre su trabajo, lo que determina que lo que quede en las compañías que no ofrecen esos modelos sean los trabajadores que no se ven cualificados para saltar al mercado en busca de esas condiciones. Un sesgo de permanencia negativo que, lógicamente, termina afectando a la competitividad de las empresas.
Lógicamente, el trabajo asíncrono no es ni para todas las empresas, ni para todos los puestos, ni para todos los trabajadores. Sin embargo, sí lo es para muchas más situaciones de las que se plantean habitualmente, y si no entra en el programa de muchas empresas es, simplemente, por un problema de cultura empresarial basada en la supervisión constante, en la filosofía de aquel taller de la revolución industrial en la que si el jefe no estaba permanentemente mirando, el trabajador no hacía su trabajo. Eso, en un entorno como el actual, genera muchas veces situaciones entre lo absurdo y lo directamente patético.
Hablé de trabajo asíncrono como filosofía hace ya bastante tiempo, al hilo del modelo de los cinco niveles de autonomía planteado por Matt Mullenweg en Automattic. En general, la ambición de todo directivo debería ser la de contratar trabajadores capaces de encajar bien en ese modelo y de trabajar adecuadamente y con un rendimiento óptimo en condiciones de autonomía, lo que implica la necesidad de un equilibrio entre la exigencia de un retorno adecuado a tiempo y una exigencia que potencialmente puede llegar a bordear la esclavitud, algo que solo una cultura adecuada puede generar. No, no todas las compañías, ni todos los directivos, ni todos los trabajadores están preparados para eso. Pero sí pueden estarlo muchos más de lo que habitualmente se plantea.
A continuación, las preguntas y respuestas que intercambié con Daniel para el artículo:
P. ¿Cuáles son las principales ventajas del trabajo asíncrono para las empresas? (productividad, eficiencia en los procesos, etc.)
R. Las ventajas del trabajo asíncrono para las empresas son, fundamentalmente, las derivadas de unos trabajadores adaptados a la lógica de trabajar en el entorno tecnológico actual. Si algo carece de lógica es tener herramientas avanzadas que permiten independizar el trabajo del tiempo y el espacio, y negarse a utilizarlas. Es una especie de herencia absurda de la Revolución Industrial, del trabajo en talleres y de directivos inmaduros e inseguros incapaces de adaptar su estilo de liderazgo, que creen que si no están encima del trabajador y obligándolo a hacer su trabajo en el momento en que él quiere, no van a trabajar. Lo más importante del trabajo asíncrono es la componente que permite al trabajador entender que la compañía confía en él y en su capacidad de tener el trabajo hecho a tiempo, sin necesidad de tener a un patético jefecillo mirándolo o controlándolo como si fuera un policía. Las empresas que son capaces de entender esa transición son capaces de atraer talento, porque el talento ha aprendido a demandar confianza y flexibilidad, y a rechazar las compañías que no se la ofrecen.
P. ¿Y de cara a sus propios trabajadores? (atracción de talento, mejora de la conciliación, etc.)
R. Para los trabajadores, la posibilidad de trabajar en asíncrono supone llevar a cabo un proceso de toma de control de sus vidas y de sus tiempos, una forma de madurar y de ajustar sus prioridades. Dado que esas posibilidades resultan muy atractivas para cualquiera, aquellos que están en mejor situación para demandarlas, los que poseen un talento que los hace interesantes para las empresas, se ven en situación de poder exigirlo, y directamente ignoran las ofertas de las empresas que no lo consideran. Además, los trabajadores más anticuados, acostumbrados a una supervisión directa e incapaces de entender el entorno o las herramientas asíncronas, son los que tratan a toda costa de quedarse en las compañías, generando lo que se denomina un «efecto Mar Muerto», un incremento de la concentración de trabajadores desfasados, lo que la convierte en un entorno decadente y cada vez menos atractivo.
P. ¿Qué papel tienen las soluciones tecnológicas de cara a la implantación del trabajo asíncrono?
R. Las soluciones tecnológicas ofrecen formas razonables de llevar a cabo el trabajo sin tener que sujetarlo a unos horarios o unas prácticas determinadas. La inflación de reuniones, por ejemplo, caracteriza a compañías que no son capaces de entender que la inmensa mayoría de las reuniones pueden sustituirse con un correo electrónico o un documento compartido. En el momento en que los trabajadores ven un documento con varios participantes en el que las distintas piezas de información van siendo aportadas por cada uno de los participantes relevantes, empiezan a entender que hay otra manera de hacer las cosas. Pero lo verdaderamente difícil en la mayoría de las compañías no es que lo entiendan los trabajadores, sino que lo acepte un management que, por lo general, se siente más seguro manteniendo un esquema de liderazgo trasnochado y caduco.
P. Esto por la parte buena. Por otro lado, ¿en qué perfiles de empresa no sería viable técnica o humanamente el trabajo asíncrono?
R. Lógicamente, existen compañías en las que la secuencia de trabajo es clave, y no se puede interrumpir en función de la conveniencia de cada departamento o trabajador, Hay compañías que son casi como una cadena de montaje, y que precisan de unos ritmos que tienen necesariamente que ser establecidos a golpe de horario preciso y con protocolos pensados para ello. Pero la mayor parte de las compañías, por mucho que sus directivos lo crean o lo pretendan, no son como una cadena de montaje.
This article is also available in English on my Medium page, «The virtues of asynchronous work«
Muchas veces pienso que nos esforzamos duramente por volver a descubrir la rueda.
Lo que Enrique denomina «trabajo asíncrono», es lo que siempre hemos denominado «autónomos», personas que trabajaban en su casa, o donde quisieran trabajar, y que se marcaban su horario de trabajo que mejor les viniera, simpre que cupliera con algunas exigencias de los contratistas, y que simplemente se las valoraban en función del rendimiento óptimo.
En empresas donde he trabajado utilizabamos autónomos, que yo recuerde, quien nos llevaba las nóminas, el asesor fiscal, el transportista que con su furgoneta nos hacia pequeños transportes, …
Sinceramente, nunca pensé que por ello fuéramos unos adelantados en la gestión empresarial.
Gorki, tu sardina ya está hecha. Déjame arrimar el ascua a la mía.
¿?
Te estoy diciendo que con tu comentario estás arrimando el ascua a tu sardina. Porque Enrique habla de asalariados vinculados laboralmente con la empresa. No de autónomos. Pero tienes tan grabado a fuego en tu mente la ideología empresarial (no es ideología, es método) que no eres capaz ni de verlo ni de entender mi comentario. Me preguntó cómo han conseguido las empresas tener incondicionales como tú, que siempre fuiste asalariado.
A ver… Si realizas todo tu trabajo para una misma empresa no eres un autónomo aunque estés dado de alta como tal.
Puedes ser autónomo y tener solo un cliente, ¡Cuanto te gustaría tener mas!.
Lo que refiere JM, se llama falso autonomo, Gorki, y esta penado por ley.
Puedes ser autónomo y tener un cliente, ninguno o varios y no está pendo por la ley. Difícilmente un señor que trabaja cuando quiere y donde quiere, puede ser considerado empleado fijo de un empresa.
Eres tozudo: FALSO AUTONOMO
Lo que dice JM es «falso autonomo»: trabajar PARA una empresa… no tener como CLIENTE a una empresa.
Fue mi error entrar al trapo contigo, Procurare que no vuelva a ocurrir
No se te ocurre otra estupidez que imitar a C3PO? :P
Si te corrijo en algo que estas equivocado y te lo demuestro, aceptalo. Yo lo hago cuando me pasa a mi. asi de sencillo.
«La imitación es la forma más sincera de admiración con la que puede pagar la mediocridad a la grandeza»
Oscar Wilde
Una cosa es externalizar el trabajo y desentenderse de las condiciones económicas, laborales e incluso técnicas en las que se realiza (autónomos contratados), y otra muy distinta convertir a tus propios trabajadores en personas con autonomía para gestionar su trabajo, siempre dentro del marco cultural, económico, legal y técnico de tu empresa, y completamente alineado con él.
Lo primero ya lo conocemos, y además es en muchos casos una vía para suspender el Estatuto General de los Trabajadores y tener a gente trabajando a golpe de látigo y zanahorias en un marco completamente desregulado y con importantes límites en el aprovechamiento de la relación entre empresa y trabajador. Lo segundo es una nueva pantalla en la evolución del mercado laboral y la cultura empresarial y en la mejora de las condiciones de los trabajadores y, a la vez, de la relación trabajador-empresa y las ventajas para el proyecto empresarial.
Tristemente es muy fácil pasar del «trabajo asíncrono» al «trabajo esclavo 24x7x395» no sólo a causa de la empresa, que si no lo haces no estas «rindiendo lo suficiente» sino a causa del vicio del trabajador de «querer dejar todo terminado».
Al final entre un trabajador excesivamente proactivo y un trabajador con responsabilidades que trabaja lo necesario las empresas suelen preferir al primero.
Carai, me acabo de enterar que los esclavos romanos, si iban al trabajo en un horario flexible, cuando los amos los necesitaran son como autónomos, falsos autónomos o falsos esclavos. Ni entro ni salgo…
Es cierto que lo de asíncrono suena mucho a IE(S, business), pero el amigo Edans no andaba tan perdido con el mundo esclavo y autónomo (falso o de verdad).
No estará de acuerdo conmigo, pero me parece que hablaba más bien de un trabajador tipo Clint en las pelis del Leone… hace su trabajo y cobra… en vez de pistola suele usar ordenata… si se le quiere llamar autónomo, pues vale… pero dudo mucho que tome ayudantes «para ampliar el negocio»… en fin, como siempre ,considero que el sesgo lector suele hacer muchas trastadas en este patio del profe de «los business».
Tú mismo caes en la trampa de ese “sesgo lector”, al no saber diferenciar, como Gorki, quien es quien.
El mismo Gorki es quien ha equivocado el primer razonamiento, pretendiendo llamar “autónomo” a todo aquel que pudiera trabajar fuera de su oficina (asíncrono, que queda muy “majo” llamarlo así ahora). Y de ahí, todo el hilo que se ha generado, que tiene que ver entre cero y nada con el articulo (si, me declaro culpable de continuarlo).
Como bien indica el enlace que he puesto (y que tu “lectura diagonal” omitirá) se dan ciertas circunstancias por las que se puede diferenciar un autónomo de un falso autónomo, empezando porque la empresa te exija dedicación exclusiva. En ese caso, ya no eres “autónomo” y a eso se fija la ley en primer término.
Volviendo al artículo, y en el supuesto caso de estar contratado por la empresa, que ha tenido a bien en su magnificencia, que trabajes desde donde te de la gana, eso no te convierte en autónomo, como mucho «desplazado». Otro si, es que las empresas, quieran o no adherirse a esa modalidad, o como esta ocurriendo en algunos casos, los propios trabajadores prefieran la oficina (algo que Gorki, nos ha contado en múltiples ocasiones, es su preferencia, que la maquina del café, da para mucho).
En la antigua Roma, no recuerdo que hubiera legislación laboral (bueno, si, o trabajas o te arreo), ni que hubiera sindicatos… ahí la cosa del Espartaco ese… XDDDD
Qué buena! Por un puñado de dólares. Verdad? O es La muerte tenía un precio?
La llamada «Trilogia del Dolar» son tres (como no):
– Por un puñado de dolares (1964)
– La muerte tenia un precio (por unos dolares mas) (1965)
– El bueno, el feo y el malo (1966)
XDDD
Pues va ser la última, porque El bueno, el feo y el malo describe mejor el panorama político español.
Ahora vais y le explicáis a Garamendi ese concepto tan cuqui de trabajo asíncrono. Verás qué risas…
Le llamaban Trinidad? (1970) XDDD
Como están las cabezas….
«Puedes ser autónomo y tener un solo cliente» y leyendo el enlace que tu pones me parece que no es una estupidez decirlo porque puede que se de el caso:
Remuneración: Si el salario NO viene impuesto por la empresa sino por el autónomo; y su periodicidad NO está estipulada tampoco por la empresa,
Dependencia: El trabajador NO está sujeto a las normas y organización de la empresa: horario, vacaciones, tareas que se le encomiendan, recursos humanos que utiliza, …
Ajenidad de medios: Los materiales necesarios para la realización de su trabajo, SON propiedad del autónomo…
Dicho esto, yo creo está claro que el artículo hace referencia al trabajo asíncrono de los empleados no del trabajo asíncrono de los autónomos :)
El problema no son los trabajadores o departamentos que sí pueden y saben trabajar por objetivos. El problema es los que no.
Tratemos de aplicarlo en la vida real, en una empresa normal y no una de esas cuqui, y que nos cuenten la experiencia en gestión de equipos.
El verdadero problema es que hablamos de trabajo distribuido, mejoras de las condiciones,…. pero luego mientras el entorno industrial europeo se va a garete (y para no hablar de VE hablaré de Solarwatt, fabricante de PV de más de 30 años) seguimos demandando todo muy barato y comprado en el portal asiático de turno.
Tengo claro que puedo recibir muchas criticas por lo que voy a escribir: lo importante es tener un trabajo del que poder quejarse, y aspirar a mejorarlo, no aspirar a un gran trabajo mientras tomo el sol al calor de SMI.
El problema es que esto va directamente en contra de la ley que nos hace fichar. Yo en principio gozo de cierta libertad en mi trabajo que se podría denominar asíncrona, pero tengo que fichar a las 8, a las 14, a las 15 17:30… un absurdo.
Correcto. Y para mayor perversión hay personas que piensan que eso es culpa del empresario que quiere controlar a los trabajadores porque no se fía de ellos
Imagino que la respuesta es para mi
Le puedes dar todas las vueltas que quieras. No discutiamos que puede o no hacer un trabajador o cuestiones del articulo. Discutiamos esto (un hilo degenerado):
«JM – 30 abril 2024 – 17:07
A ver… Si realizas todo tu trabajo para una misma empresa no eres un autónomo aunque estés dado de alta como tal.«
Y para ir regresando al articulo, dejame añadir:
– Entiendo que el articulo habla de esas empresas, que deciden que sus trabajadores puedan seguir su labor desde sus casas o centros ajenos a la empresa porque sus labores lo permiten. Aunque eDans en este articulo no lo especifica tanto, si lo hizo en el anterior que nos enlaza en su texto. (y si no es asi, corrigeme eDans).
– Puedes trabajar en remoto/asincrono, sin necesidad de ser autonomo. Puedes tener un contrato con la empresa que te ofrece trabajar desde casa. Que los materiales los pongas tu o la empresa o que se renegocie el sueldo, depende de tus tragaderas.
– Puedes trabajar para varias empresas (si los trabajos/horarios lo permiten) sin necesidad de ser autonomo. Solo con contratos (temporales por obra servicio). Este es mi caso en mis clases (trabajo para 7 consultoras) desde que me harte de los autonomos. Un curso = un contrato.
Pero…
– Tu empresa puede exigirte dedicacion exclusiva por muchos motivos (competencia, etc),. Si ademas, te obliga a darte de alta en autonomos, eres un falso autonomo.
Repito:
«Lo que dice JM es «falso autonomo»: trabajar PARA una empresa… no tener como CLIENTE a una empresa».
Ese es el pequeño matiz que lo cambia todo.
Perdon… mi comentario era para Filoksenia…
Sí LUA; si estoy de acuerdo en lo que dices, los falsos autónomos es lo que dices pero también me parece correcto lo que dice GORKI, en que puede haber un atónomo que tiene un solo cliente y que esa no es condición suficiente para ser considerado un falso autónomo., que tiene que haber más atributos. Pero bueno, como dices, todo esto ha degenerado y no aporta mucho cuando supongo que en el fondo, está todo muy claro :)
No problemo… :P
El lema de los sindicatos este 1º mayo en España es:
«Por el pleno empleo, menos jornada, mejores salarios»
Releo el artículo, y lo que saco en conclusión es que habla solamente de tener disponible de forma flexible a un trabajador, para cuando el patrón decida, tenerlo disponible, no veo que haya de ningún modo virtud para el empleado o profesional en esa relación laboral tóxica.
Simplemente en un momento que no hay pleno empleo, y que las personas tenemos el puñetero defecto de comer todos los días, el fomentar ese eufemismo que se titula «trabajo asíncrono» es una versión en neolengua de un vicio empresarial muy antiguo: tener a las personas con derechos laborales en precario.
No hay más cera que esa. Obviamente el empresaurio feliz de no pagar disponibilidad, ni horas extras, etc etc. Igual algún workalcohólico o brainless se le engaña con un palo y una zanahoria, pero a los que tenemos los huevos pelados, como que no cuela.
Como empleado, la verdad es que llevo haciendo trabajo asíncrono (y teletrabajo parcial) desde que empecé (circa 2001), excepto cuando, brevemente fui experimental (un experimento es el cliente más exigente con los horarios!).
Como empleador (público y privado):
1) por defecto les doy/damos libertad absoluta para gestionar su vida como prefieran, a no ser que haya tareas experimentales concretas y fechas límites, en cuyo caso suelen apañarse solos para cumplirlas, organizarse entre ellos y responder. Verdaderamente no hay nada como explicarle a la gente el sentido que tienen las cosas, el cómo depende el éxito de TODOS de cada uno de los objetivos, para que la gente se motive y cumpla, prácticamente sin intervención de «los de arriba».
2) cada vez veo más en los más jovencillos que el teletrabajo y la capacidad de organizar su tiempo es uno de los requerimientos clave a la hora de elegirte como empleador, en igualdad casi con el salario. Es decir, o pasta o felicidad (por simplificar). Hace poco una potencial trabajadora no aceptó nuestra oferta básicamente por no poder ofrecer teletrabajo (nos habría gustado, pero el proceso que le tocaba hacer está en un punto de inicio muy muy crítico que necesita presencialidad exhaustiva!)
PD: Por supuesto me doy cuenta de que la ciencia y el mundo startup de deep science no es representativa del resto del mundo privado ni público. Como en tantas otras cosas (gestión de la evaluación del mérito, etc), la investigación científica es como echar un vistazo al futuro a través de un ventanuco.