Mi columna en Invertia de esta semana se titula «Teléfonos que se doblan o gafas de realidad aumentada» (pdf), y es una reflexión sobre lo que las compañías pueden hacer en función de sus características.
Varios fabricantes de smartphones enormemente potentes llevan ya varios años intentando que el mercado opte por los llamados foldables, teléfonos que se doblan y permiten o bien tamaños de pantalla muy grandes, o bien diseños que se cierran sobre sí mismos emulando los antiguos formatos clamshell. A lo largo de sucesivas generaciones de producto y de desarrollos de ingeniería de materiales, han conseguido que algunas de las limitaciones iniciales como la escasa durabilidad de las bisagras o de la zona de pantalla que coincide con ellas se subsanase de manera razonablemente satisfactoria, hasta conseguir diseños que son habitualmente utilizados en su repositorio de imágenes publicitarias.
Para estas marcas, los foldable phones son la vanguardia de la innovación, el cambio en el factor forma que justificaría que una gran parte de los usuarios optasen por cambiar el terminal que llevan en sus bolsillos por uno con esas características. Es, por así decirlo, su justificación para poder decir que son compañías innovadoras, que son capaces de convencer al mercado de que los terminales deben ser así.
Y sin embargo, ¿cuál ha sido el resultado? En todo este tiempo, mas de tres años, prácticamente una eternidad en este entorno, la cuota de mercado alcanzada por los terminales foldable no ha llegado al 1%. De cada cien personas, tan solo una lleva en su bolsillo un terminal con capacidad de doblarse, y seguramente lo hace porque algún pariente o amigo bienintencionado optó por regalárselo.
Simplemente, no hay manera. El mercado, claramente, no reconoce a esas compañías la capacidad de modificar las pautas que caracterizan el producto. Lo ven, pero no lo adoptan. Y mientras esas marcas se afanan por convencer al mercado, otra compañía, Apple, permanece completamente indiferente al fenómeno, sabiendo que muy posiblemente, si en algún momento considera, por la razón que sea, que un diseño foldable puede representar por la razón que sea una propuesta de valor atractiva, podría perfectamente lanzarlo y, con casi total seguridad, se convertiría en un fenómeno de ventas masivo.
¿Qué hace que una serie de compañías no logren ni de casualidad convencer al mercado de un cambio de diseño o de factor forma, y otra, en cambio pueda hacerlo aparentemente siempre que le da la gana? La diferencia está en las concepciones de la innovación: de market-driven innovation, compañías que tratan de deducir de la evolución del mercado hacia dónde puede ir la innovación, frente a product-driven innovation, que ponen todo su énfasis en el diseño del producto, y simplemente tienen la capacidad de decirle al mercado algo así como «tú no lo sabías, pero esto es lo que quieres y necesitas». De las primeras, hay muchas. De las segundas, muy, muy pocas, a menudo, solo una en cada mercado.
Este año, Apple se enfrenta a una gran prueba de liderazgo: tomar uno de esos productos que pretenden reinventar su mercado, el de la realidad aumentada, y a pesar de su elevado precio, tres mil quinientos dólares, convencer al mercado de que eso es lo que quiere y necesita. Hacer que el mercado entienda que el producto no es simplemente algo «para jugar» ni para «darse un paseíto por un mundo virtual», sino una nueva interfaz en la que consumir contenidos, trabajar y hacer todo lo que hoy hacemos con un ordenador o con un smartphone.
Un dispositivo personal capaz de sustituir de manera muy ventajosa nada menos que a la pantalla que todos utilizamos constantemente. Lo que las Vision Pro pretenden es convertirse en la plataforma del futuro, en la interfaz más habitual y preferente que utilizamos para casi todo. No, nadie en su sano juicio va a ir con eso puesto por la calle, en ese caso seguiremos utilizando nuestro smartphone, pero cuando puedas, cuando estés cómodamente en tu casa o en tu trabajo, sí preferirás ponerte ese dispositivo delante de los ojos y visualizar en él lo que sea que estés haciendo.
El lanzamiento parece que tendrá lugar en torno a enero o febrero, pretende ser el fenómeno más importante del panorama tecnológico en años, y será, una vez más, una buena medida de la capacidad de Apple para hacer eso que tantos intentan, pero solo unos pocos consiguen: reinventar completamente una categoría maldita, mientras los que estaban en ella (vendiendo muy poco) lo critican y menosprecian.
Una apuesta fuerte y un desafío fundamental: los que quieren, frente al que puede. Los que se afanan en convencer al mercado con publicidad y ferias de que tienen que comprarse un teléfono plegable para terminar llegando a un 1% del mercado, frente a los que simplemente dicen al mercado lo que tienen que comprar, y lo convencen de ello. Veremos cómo sale semejante jugada y qué podemos aprender de ella.
This post is also available in English on my Medium page, «Innovation: wanting isn’t the same as doing«
Yo seria en principio un posible cliente de móvil que doblándose por la mitad se transforman en una especie de pequeña tablet, porque tengo una vista fatal y unos dedos torpes y escribir en mi movil es un sufrimiento.
Lo que pasa es que yo no tengo ese móvil, ¿Por que?, Porque he trasladado mi acción digital a un PC con un teclado cómodo y una pantallas que es un televisor de plasma de unas 40″. Ninguna tablet puede competir con eso..
Y mis hijos, que aun conservan vista de águila y dedos ágiles no sienten la necesidad de sustituir su teléfono plano, de 5 milimetros con funda, (para que vale), por un «cachopo electrónico» que no les cabe en le bolsillo trasero del pantalón.
¿Cual es entonces el publico de esos chismes? Pues me temo que gente rarísima y muy poco numerosa
En mi viaje a la central de Corníng en Cornig (Nueva York), nos enseñaron productos que pensaban sacar, Había un cristal que se oscurecía con el sol, que ellos entonces pensaron que era la persiana ideal para una ventana. Desgraciadamente no supieron bajar de precio del cristal y se ponía prohibitivo para ventanas y escaparates, por lo que terminaron sacándolo (sin excesivo éxito) como cristales de gafas de sol.
Y nos mostraron también el cristal, flexible el abuelo de los cristales de estos móviles, Allí nos lo presentaron como la solución ideal de la ventana trasera de un coche descapotable, Dabas un botón y la capota de tejido plástico se doblaba y se ocultaba en la parte de atrás de la carrocería, incluida la ventanilla posterior de cristal flexible, Tampoco parece que hayas resuelto los problemas que esa tecnología impone, pero en cambio si parece que se puede doblar como un libro..
El mercado es el que es y acepta o rechaza artículos por razones imprevisibles en el laboratorio de marketing que sólo tiene la posibilidad de presentar cien articulos nuevos y rezar porque el publico desee comprar al menos uno de ellos.
Todavía Corning sigue vendiendo bajo la marca Pyrex uno fuente redonda de tartas para horno, que en realidad era la tapa de un semáforo de ferrocarril que tenia que soportar a la vez el calor de una bombilla roja o verde y el frio exterior que puede hacer en Nebrasca, En 100 años no ha sido necesario ni cambiar los moldes. En cambio sacamos productos «mágicos» con la marca Pyroflam y Corel, no supimos comunicar sus ventajas al publico y el público no aceptó, y de verdad eran productos con propiedades mágicas. las placas vitroceramicas, son en realidad Pyroflan y eso se ha tenido un éxito loco
A mí, Enrique, no termina de convencerme tu análisis. Hay productos de Apple que ciertamente son muy buenos, como la MacBook o el iPhone, pero no hay que olvidar el enorme peso que tiene la marca. Es claro que si el producto no fuera bueno la gente no lo compraría, pero la verdad es que si Apple vendiera sus productos bajo cualquier otra marca, la caída de las ventas sería probablemente muy alta, aunque fuera el mismo producto.
Un ejemplo de lo que digo puede uno verlo con el Volkswagen Up /Skoda Citigo / Seat Mii que, como tú sabes, son el mismo auto. He buscado algún ejemplo de ventas de este vehículo en un país que no sea Alemania, República Checa o España (porque el factor de «apego a la marca nacional» también influye) y he encontrado las ventas de estos y otros autos urbanos en Francia en 2015. Como sería predecible, los resultados son:
Volkswagen up! – 5580 unidades
Skoda Citigo – 979 unidades
Seat Mii – 500 unidades
Esto muestra claramente el enorme peso de la marca, pues si la gente solo estuviera viendo la calidad del producto seguro que se hubiera decido por el Skoda o el Seat, que usualmente costaban alrededor de 500 euros menos. Es más, si la calidad hubiera sido el factor central de la decisión de la gente, seguramente no hubiera comprado ninguno de estos vehículos sino un Kia Picanto (4600 unidades) o un Hyundai i10 (2380 unidades), que además están homologados para cinco ocupantes y no para cuatro.
Aparte de la imagen de marca, también hay otros factores, como que Apple es ya un «viejo conocido» (esto no lo has pensado: Apple ya no es una marca nueva), además de que muchos han quedado atrapados por el denominado ecosistema, algo que es clarísimo si tienes un Apple Watch o unos AirPods.
¿Por qué razón la gente no compra un teléfono plegable? Simplemente porque son todavía muy caros y su durabilidad a largo plazo es aún dudosa. ¿Compraría la gente un plegable de Apple? Probablemente sí, pues la gente ya está cansada de que el iPhone siga teniendo la misma forma desde hace mil años. ¿Significaría esto que Apple ha vuelto a reconceptualizar un producto? Significaría, sencillamente, que Apple tiene una base de clientes fieles enorme y que la gente percibe su marca como de alta calidad. Los nostálgicos todavía recuerdan, además, el Think different.
¿Cuál es el mejor teléfono plegable en este momento? Pues probablemente lo es el Huawei Mate X3. ¿Pero vale la pena comprar un Huawei considerando que no tiene instalado Android? Pues diría simplemente que la marca de la manzana tiene la ventaja adicional de que si le aparecen competidores fuertes el gobierno de su país podría eventualmente darle una mano, al igual que a cierta marca de autos eléctricos. ¿O no?
El poeta Antonio Machado tiene una frase que aclara el concepto. <b«Todo necio confunde valor y precio»
De acuerdo Seat en Francia cuesta 500 € menos que el Volkswagen, y son iguales, porque confundes lo que vale el vehículo que es el mismo, con el precio de venta que es diferente,
Precisamente un buen marketing es aquel que hace que el precio v de venta se separa mucho del precio de cost o fabricación
Indudablemente Volkswagen tiene mejor marketing que Seat. Pero eso no es nada, Mi mujer trabajaba en Ives Sant Laurent, y luchaba a brazo partido por estirar al máximo la diferencia de coste de los perfumes, con el precio de venta, y te asombrarias de las diferencias que conseguía.
Gorki, no confundo de ninguna manera valor y precio. Creo que no has leído detenidamente lo que he escrito. Enrique dice que Apple hace un product-driven innovation y lo que yo digo es que no hay que dejar de lado el enorme impacto que tiene la marca Apple y que si Apple vendiera sus mismos productos bajo otra marca no obtendría de ninguna manera la misma cantidad de ventas, lo que implica que la gente se fija mucho en la marca y su decisión de compra no está necesariamente vinculada en primer lugar a lo innovador del producto.
Lo que cuentas de Ives Sain Laurent es algo que hace Apple todo el tiempo, lo que da como resultado que, según dicen, Apple pueda obtener una ganacia del 50% o más por cada producto que vende. Y si bien el marketing puede incrementar la diferencia entre el costo de fabricación y el precio de venta al público, es claro que hay un límite que cada marca puede alcanzar. Quizá muchos españoles prefieran un Seat a un Volkswagen equivalente (por el factor de «apego a la marca nacional» que he mencionado), pero en la mayoría del mundo nadie pensaría de la misma manera.
La posición de la marca Volkswagen en la mente de la gente a nivel global es muy superior a la de Seat (que en inglés suena a «asiento»), tanto que ahora el nombre que va a permanecer es el de Cupra. Y la ubicación de Apple como marca es ciertamente muy alta, pero no hay que olvidar que parte de ello también es el hecho de que es prácticamente la única marca norteamericana de smartphones, pues Motorola y Google tienen un porcentaje de ventas en Estados Unidos bastante bajo.
Sr Gorki, no siga difundiendo el concepto «plasma» para referirse a las pantallas, cuando de todos los TV que se decían de «Plasma» en la época de los plasmas, no eran más que una mínima cantidad; y ahora que hace años que han desaparecido, menos todavía: Son lo que son, puritos LCD de toda la vida.
Saludos.
Gracias por la información, Ni puta idea de como funciona una pantalla de TV. Sólo se que me valen de monitor de ordenado, por la decima parte de dinero que un monitor de ordenador.
Bueno, ahora tambien hay que empezar a contar con los OLED y todas sus variantes.
Aún no está claro cual será la tecnología ganadora, pero básicamente hay dos enfrentadas: las que, básicamente, son OLED, con las que, básicamente, son LCD. Cada una de ellas con mil variantes que cada fabricante introduce para presumir de la mejor pantalla.
Hay un bueno video en youtube (lástima que ahora no tengo el enlace) que explica todas las tendencias, variantes incluidas.
Un saludo.
No me gustan los celulares fordables porque se me hace incomodo andar en la calle por su peso y tamaño.
Es muy pesado y voluminoso para llevarlo en mi bolsillo, y con la inseguridad que hay en la calle, no me sentiria bin abriendo un celular de esa magnitud llamando la atencion de los asaltantes.
No me imagino en un futuro andar con un celular fordable. Es muy bueno poder tener una pantalla doble en un celular, pero no estoy dispuesto a pagar el precio de llevar tanto peso y la incomodidad de poder agarrarlo en mi mano
Yo creo que Tim Cook se equivoca con este producto. No hay ecosistema ni aplicación práctica ahora mismo (aparte de la pornografía que siempre menciona Gorki).
Se va a jubilar por lo bajo y Apple puede perder algo de su brillo por lanzar un producto inútil.
En lo demás, de acuerdo con los foldables parcialmente. Yo quisiera tener uno, pero no estoy dispuesto a pagar los casi 2 000 pavos que piden para los modelos con procesadores y cámaras que quiero. Y ahí, si saben contar, que no cuenten conmigo
Desde luego no me visto de buzo de buena gana. S mi las gafas 3D me parecen muy incómodas y aislantes excesivas de la realidad,
Mi mujer, ha ido con mi nieta una exposición «inmersiva» sobre Pompeya y uno de los números es una gafas 3D que te hacen ver a los otros visitantes como bustos romanos de marmol con un número y una misteriosa mano,
Vino contenta y mi nieta también de la expòsición, pero vista una exposición Inmersiva, has visto todas, Lo ,mismo paso con el cice en 3D que aparece y desaparece como el Guadiana durante años para volver a salar un par de vec ces en la siguiente generación, y con aquel libro que si mirabas fijamente se veían las cosas en 3D Todos compramos e uno pero no el segundo.
Son fenómenos de feria, como la mujer barbuda, y la cabra con dos cabeza, curiosos, pero que no tiene un segundo pase.
Google ya fracaso con aquel visor de cutre cartón y con las gafas inteligentes, Sin ceramente no tienen mayor porvenir que los parques temáticos como Warner, o Puy du Fou- Para verlos una vez en tu vida, Pero pedir 3500 € para pasar una tarde de juerga, me parece excesivo
No hay ecosistema ni aplicación práctica ahora mismo
Con todo el respeto Sr. BENJI, que diga eso implica que no tiene ni idea de qué son realmente las llamadas gafas.
El Apple Vision no es un periférico que deba añadirse a otro dispositivo, no son unas simples gafas.
El Apple Vision es un dispositivo autónomo, es un ordenador con un interfaz diferente, que ya ejecuta directamente todas las aplicaciones de iPad, que lleva su propio Sistema Operativo -VisionOS- y su propio kit de desarrollo de aplicaciones.
Obviamente no es un ordenador para usar en la calle como lo es el teléfono, y obviamente también, no va a costar US$3500 porque eso sólo es el dispositivo que se ha vendido a empresas desarrolladoras de software. ¿Será caro? Sin duda, pero será algo comprable porque es un ordenador.
Es largo, sí, pero merece la pena escuchar este podcast en el que habla de Apple Vision y Meta Quest un desarrollador con amplia experiencia.
https://cuonda.com/apple-coding/la-guerra-de-los-nuevos-mundos-con-eduardo-herranz-de-virtual-voyagers
Pues nada, ya están aquí.
https://www.apple.com/apple-vision-pro/
Yo en cambio veo al Vision Pro no como un producto de masas, de momento, pero sí una plataforma que va a evolucionar, y mucho.
Me da que el VP puede tener mucho éxito en viajeros de avión, que hoy disponen de internet potente y cargador en sus asientos Business. Ese segmento, junto con alguno más (Sports TV, Videoconfs) harán un producto no muy exitoso inicialmente, pero suficiente para establecer la plataforma y evolucionar hasta el upgrade que sea un éxito total (+ ligero y + autonomía)
Completamente de acuerdo con Gorki y Benji. Cuando haya un producto tipo gafas disponible lo podremos juzgar con detalle, mientras estrategias de mercado de esa multinacional que reinventa todo como propio, mejorando eso si, los precios los suben siempre a su favor.
Y yo que creo que las gafas tendrán el mismo destino que Apple Maps, el Touch Bar, el Air Power.
O con suerte termina siendo un Mac Pro.
El maps de Apple es bastante bueno. Ha mejorado muchísimo en los últimos años. Google maps sigue siendo mejor si se necesita usar el buscador porque su motor de búsqueda sigue siendo insuperable. Si se tiene la dirección, ahí no veo casi diferencia y hasta estéticamente es posible que el de Apple esté más logrado.
El Pro mio esta funcional al cabo de 10 años. Linux empower claro. Pero el HW reconozco que esta a la altura de HP, Lenovo,…
¡¡Que horror!! que mál suena «foldable».
Vamos, plegable de toda la vida.
Intentemos ser menos «snobs» :-D