Un rigurosísimo estudio con una muestra de más de doce mil niños en los Estados Unidos demuestra que la exposición al uso de pantallas no provoca absolutamente ningún tipo de deterioro cognitivo ni efectos sobre su cerebro o su bienestar, y que por tanto, todo el absurdo pánico moral desatado en ese sentido es simplemente eso: absurdo e injustificado. Simplemente, no hay relación entre el uso de pantallas y ningún tipo de problema cerebral.
Como es lógico, las pantallas tienen que ser tratadas como todo: educar en su uso evitando un uso abusivo u obsesivo y sabiendo qué hacen con ellas o a qué páginas acceden, pero del mismo modo en que hay que educar en el consumo de dulces o en cualquier otra cosa. Hablar de terribles efectos maléficos y peligrosos no tiene ningún tipo de justificación.
Cada cierto tiempo, surgen todo tipo de voces que abogan por la prohibición del uso de dispositivos a determinadas edades, alegando unos supuestos daños terribles. Es exactamente lo mismo que se decía en su momento de los libros o las revistas, lo que en mi generación se decía de la televisión – y tremenda turra que daban con ello – y que posteriormente se ha dicho de los walkman (¡oh, dios mío, una generación de sordos y de terribles accidentes de tráfico!) Aunque han pasado ya siglos desde que comprobamos que toda nueva tecnología provoca una oleada de pánico moral entre los ignorantes, no parece que nadie quiera interpretar que a lo mejor, es que simplemente el género humano es enormemente hábil adaptándose a su entorno, y que su cerebro aprende a utilizar la tecnología y no sufre ningún problema derivado de ello.
De alguna manera, ese tipo de pánico moral se asienta en la idea de que «tenemos que proteger a los niños», y utiliza ese argumento para imponerse porque, supuestamente, «proteger a los niños» es una de esas causas que lo justifica todo, aunque no haya nada de lo que protegerlos.
No, no tenemos que «proteger a los niños» de los smartphones ni de las pantallas. De lo que tenemos que proteger a los niños es de los imbéciles que creen que vienen «genéticamente preparados» para saber usar la tecnología, y que por tanto, no hay que enseñarles nada. Tenemos que protegerlos de unos padres que «están muy ocupados» como para educarlos, como para intentar enterarse de qué diablos hacen en sus dispositivos, o de unos colegios que no quieren complicarse la vida y prefieren prohibir, que siempre es más sencillo.
La teoría de que los colegios deben prohibir los smartphones porque los niños se distraen solo ha conseguido, por el momento, el dudoso mérito de que toda una generación sea tan sumamente torpe utilizando la tecnología, que terminen cayendo en ciberestafas, en fake news y en todo tipo de problemas derivados únicamente de una falta de formación. Lógicamente, si el sistema educativo renuncia a educar en tecnología y los niños terminan teniendo que aprender unos de otros, las carencias se convierten en enormes, y se evidencian en cuanto esos niños necesitan utilizar la tecnología para algo más que simplemente entrar en una app.
No integrar la tecnología horizontalmente a todos los niveles en la educación alegando un supuesto pánico moral y unos daños que nadie ha conseguido demostrar es simplemente irresponsable, pacato y absurdo. La idea de «como es nuevo, es malo y peligroso» es tristemente habitual, más común entre los más ignorantes que entre los más formados, y es muy sencillo refugiarse en ella para defender un tradicionalismo a ultranza, que impide que los niños se preparen adecuadamente para el contexto que les ha tocado vivir. Tristemente, por más estudios rigurosos e inequívocos que demuestren que no existe relación alguna entre el uso de pantallas y algún tipo de problema neurológico, los ignorantes seguirán ignorándolos, pretendiendo que son parte de alguna conspiración o alegando que «ellos conocen a un niño que una vez sufrió un problema». Si en lugar de escucharlos, de darles un crédito que no merecen y de incluso permitirles intervenir en el diseño de los sistemas educativos los relegásemos a lo que son, reductos de ignorancia con los que hay que acabar, nos iría mucho mejor como sociedad. Escuchemos a los científicos, no a los ignorantes, por favor.
Prohibir la tecnología por ley a una edad determinada es la idea más estúpida y retrógrada con la que me he cruzado nunca, y supone ni más ni menos que negarnos a educar en algo que los niños van a encontrarse ante sus ojos durante toda su vida, perdiendo un tiempo precioso para que aprendan a considerar esa tecnología como una parte normal de su entorno y a extraerle partido adecuadamente. En su lugar, preferimos educar ignorantes… porque nos es más cómodo darles el móvil para «apagarlos» en un restaurante mientras decimos que «los móviles en el colegio son muy peligrosos».
Panda de irresponsables…
This article is also available in English on my Medium page, «I’m going to keep saying it: screens are not harmful to children«
Lo que me hace gracia es que lo promueven los padres de los niños «enganchados». Es decir, no lo promueven los padres que sí han criado a sus hijos con y sin pantallas.
Piden una «ley» que les dé una excusa frente a sus hijos a los que nunca han sabido poner límites o que pensaban que se criarían sólos mirando insta y tiktok
Panda de irresponsables…. 100%.. Yo no pensaba exponer a mis hijos a pantallas hasta que hubieran aprendido a dibujar, leer libros o cómics de papel y a escribir.
Si la ley sale adelante, ¿quién es el guapo que denuncia a los críos? ¿van a ser tan cobardes como para comprar móviles a los hijos y luego enseñarles a esconderlo de las autoridades?
Le veo muchas dificultades a esta ley, es contrarrealidad.
Entiendo su postura, Enrique, pero si es cierto, como dicen expertos que salen en programas de televisión, que ha aumentado sensiblemente el bulling en los colegios y la alienación de las relaciones afectivas y sexuales, debido al acceso tan temprano que tienen los jóvenes al porno, habría que hacer algo al respecto. No creo que la solución sea prohibir el móvil, pero sí creo que, además de educarles, debemos activar algún tipo de sistema de control. No es normal que un chico de 12 o 13 años tenga acceso tan fácil a la pornografía a través de su móvil, o a videos de muertes reales que puedes ver en plataformas, o a cualquier otro contenido que por su corta edad no pueda comprender bien. En fin, siempre ocurre lo mismo con la tecnología, pero los que somos padres de niños menores (en mi caso, un niño de 4 años) nos acojona bastante el tema. Saludos y gracias por explicar siempre tan bien las cosas.
Cuando yo tenía 10 años un compañero de clase se traía a veces revistas porno de su hermano mayor y se las enseñaba al resto.
Con lo que las prohibiciones van a ser ir de bien poco.
Para estas cosas lo mejor es la educación en casa, no prohibiciones inútiles que solo sirven de excusa para, de paso, prohibir cualquier cosa que se le ocurra al político de turno.
Exacto, parece como si el porno, las drogas, el sexo , lo hubiera inventado Internet y antes no hubiera ni porno, ni drogas, ni sexo.
Es mentira que ahora haya mas riesgo que antes para la juventud, y cuando digo antes. hablo de los años 50 que es cuando yo era un niño.
Yo salía del colegio de frailes y en la misma puerta había un pipero que vendía cigarros por unidades, para el niño que quisiera fumar, y todos teníamos en casa suficiente alcohol para emborracharnos si queríamos , y por contar a lo que yo estábamos expuestos en el Club Apóstol Santiago de Madrid, del que yo era socio, había un piscina para mujeres y otra para hombres, pero lo que los niño y niñas hacíamos detrás del muro de los frontones que había al fondo del club, no se enteraba nadie.
Siempre ha a habido riesgos y quien los buscaba los encontraba sin dificultad. El problema entonces y ahora, es educar a un niño el que hay cosas, para las que aun no esta suficientemente maduro para enfrentarse. Pero me hace el efecto es que hoy muchos padres creen que educan a lo niños, con solo llevarlos al mejor colegio que puedan pagar y profesores que creen que su labor de educación acaba, si imparten adecuadamente una asignatura, y entre los unos y los otros quedan los niños educandose a su aire con ayuda de sus compañeros.
Dejemos los circunloquios
A la escuela se va a aprender no a mandar mensajitos de Whatsapp, ver tonterias en TikTok, o estar haciendo el imbécil.
Como diría tu amigo Paquito
Disciplina, disciplina y disciplina !!!
No es el que movil le vaya a volver gilipollas, pero es que si se lo han comprado en casa con 10 años, tiene todas las bazas para serlo ya, de lo que se come se cria
Entre la revista porno que podías ver tú hace decadas (que vistas actualmente parecen casi de disney) y el porno que puedes consumir hoy en día a un solo click de distancia hay bastante diferencia.
What exhaustive study do you refer to in this article?
Prohibir la tecnología por ley a una edad determinada es la idea más estúpida y retrógrada con la que me he cruzado nunca, y supone ni más ni menos que negarnos a educar en algo que los niños van a encontrarse ante sus ojos durante toda su vida
Por fin algo que podría haber escrito yo y firmarlo sin el menor asomo de duda.
+1
Probemos con la reducción al absurdo: ¿Las armas son tecnología? El problema no es la herramienta. El problema, en sociedad, es el uso que el simio sapiens le da, o puede dar ( el martillo es para clavar clavos, o ¿Para matar asestando golpes en la cabeza de un semejante?)
Los mal llamados problemas con las «pantallas», también a veces mal llamado Internet, malvado Internet, o Smartphones, no son más que en realidad el problema con un subconjunto de aplicaciones accesibles a través de esos dispositivos. Todas y cada una de las aplicaciones han sido creadas, diseñadas, con un fin completamente diferente. Nadie se hace adicto a la Wikipedia, sin embargo, el Tiktok es una historia completamente diferente y ambos son accesibles a escasos milímetros de distancia en una de esas mal llamadas pantallas. En algunos casos, esas aplicaciones tienen detrás cientos de ingenieros y psicólogos diseñando el producto para ser lo más adictivo posible y alienar toda nuestra existencia. No podemos dejar que esto suceda sin ponerle coto.
Y ponerle coto significa EDUCAR MÁS, no prohibir para educar menos.
Aunque suene duplicado: Si y No. O depende (la sangre gallega tira…).
Por un lado: Literalmente se ha duplicado el trabajo de los padres, en donde antes había que enseñar a los críos a vivir en el mundo offline, el de toda la vida, ahora además hay que enseñarles a vivir en un mundo online. Es muchísimo más complicado, le enseñas a cruzar las calles, le enseñas a beber el agua que no esté contaminada, y todo eso tiene su contraparte en el mundo digital. El doble de trabajo, incluso menos tiempo que antes. Todo un reto, prohibir no es la solución, permitir todo tampoco. Educamos a los críos para que crucen correctamente las calles. Pero también perseguimos y encarcelamos a los conductores kamikazes. Que, por cierto, es donde debería acabar Zuckerberg y otros como él por crear aplicaciones diseñadas con tan mala fé y falta de empatía (por ser suave) como la forma de conducir del kamikaze.
La solución virtuosa no se ha movido ni un centímetro del punto intermedio en el que se ha ubicado siempre: Zanahoria, si y Palo, también. Pero bien dados. Por ejemplo, prohibir el «scroll infinito» es dar un palo al aire. Como poner un límite por software a 120, solo en los Tesla. Que bien que ya no hay kamikazes en Teslas. Hemos solucionado el problema de los kamikazes?
Eso mismo me gustaría saber a mi, porque yo si podría nombrar unos cuantos estudios científicos rigurosos que demuestran justamente lo contrario y cualquiera que sepa algo del funcionamiento cerebral, podrá justificar sin mayores problemas el efecto real y probado que sí tiene el mal uso de las llamadas pantallas. Por otro lado y al margen de la política y otros factores a los que aquí se alude, en la mayoría los centros escolares a día de hoy no se prohibe el uso de la tecnología, sino todo lo contrario, se potencia de una manera responsable y cívica, aquellos que están dentro del sistema de una manera u otra podrán confirmar esta información (no dejemos que una minoría empañe el correcto desempeño de muchos/as)
Els conflictes cauen en picat als instituts on han prohibit el mòbil: «La millor decisió en anys»
Como no os molestareis ya os lo traduzco…
Yolanda Cárdenas, directora del instituto Montserrat Roig de San Andrés de la Barca, lo tiene claro: «Es la mejor decisión que hemos tomado en años». Como en todos los centros de secundaria donde han tomado medidas para prohibir el uso del móvil en sus instalaciones, la decisión fue largamente meditada y aprobada en consejo escolar. «Pensábamos que sería difícil, pero ha ido mejor de lo que esperábamos», explica la directora, que destaca el trabajo previo de concienciación tanto con los docentes -que tampoco pueden llevarlo encima- como con el alumnado. Lo positivo de su balance es que el patio vuelve a ser un espacio donde se escuchan las risas, los juegos y las conversaciones cara a cara y, además, han caído en picado las interrupciones permanentes en clase y los incidentes vinculados a las redes sociales. Al menos en horario lectivo.
Según las cifras hechas públicas la semana pasada por el Departamento de Educación, en el tercer trimestre del curso pasado [cuando se realizó la encuesta], un 53% de los centros educativos catalanes tenía regulado el uso de los móviles en las Normas de Funcionamiento de Centro (NOFC). Una regulación que el próximo curso tendrán que tener todas las escuelas e institutos siguiendo el marco regulador que estos días se está debatiendo en diferentes sesiones extraordinarias del Consejo Escolar de Cataluña. Unos cambios en la escuela que llegan en paralelo a la movilización por parte de las familias para rebajar la presión social que hace que por ahora los doce años sea considerada la edad «normal» para acceder al primer smartphone.
«Lo peor era gestionar las horas entre clase y clase, los ratos donde se encontraban solos en el aula, sin profe. Que pudieran tener móvil nos generaba muchos más problemas que beneficios, ya que aprovechaban para hacer vídeos que colgaban en las redes y era todo un sufrimiento -recuerda Cárdenas-. Si no se hace pedagogía en casa, cuesta después que los alumnos, que son menores, hagan un buen uso». La directora hace referencia a problemas tan dispares como generalizados. Por ejemplo, grabar alumnos o docentes sin su consentimiento y compartirlo en redes, chatear en el aula, hacer directos de TikTok desde el mismo pupitre, interrumpir la clase con el sonido de un audio que se dispara sin querer, o incluso pedir ir en el lavabo y tardar una eternidad en volver.
MEDIDA FLEXIBLE
«Estamos contentos, la medida está funcionado y, si hay algún docente que en alguna materia lo necesita, envía un correo para avisar que ese día sus alumnos llevarán el móvil para realizar alguna actividad y no hay ningún problema», concluye la directora de Montserrat Roig.
Àlex Salleras es director del instituto Pla Marcell, en Cardedeu, las escuelas de esta localidad se declararon al inicio de este curso ‘libres de móviles’. Y aunque la valoración es muy positiva, el docente se muestra un punto menos optimista.
«LUCHAR CONTRA UN GIGANTE»
«Esta es una medida excepcional. Lo que hace falta es una regulación por parte de Salut», señala Salleras, quien admite que se tomó la decisión de prohibir el smartphone porque había llegado un momento en que la gestión del aula se le había ido de las manos. «Llegaban al instituto con muchas horas de pantalla; en primaria, las familias han estado derivando en pantalla la distracción y las horas libres de las tardes y los fines de semana; era luchar contra un gigante», admite el director del Plan Marcell [centro que siempre había sido ‘promóviles’], convencido de que lo que hay que hacer es acompañarles. «Como sociedad hace falta algo más que un marco regulador del Departamento de Educación», insiste el docente, que afirma tener más preguntas que respuestas.
«Hay un currículum que se está desplegando que recoge la competencia digital como una competencia a trabajar y alcanzar. Y las competencias digitales son ordenadores, pero también móviles. La cosa es: ¿cómo lo hacemos? ¿En qué momento debemos empezar a dar ¿herramientas? Nosotros ahora mismo nos veíamos incapaces, con el peso que tienen las redes sociales en la vida de los jóvenes, de poder trabajarlo. Antes de la pandemia, sí, pero tras el confinamiento se produjo un cambio», subraya.
La preocupación de Salleras es lo que ocurre más allá de los muros del colegio. «Prohibir el móvil en el instituto es una medida fácil de implementar, lo complicado es que haya una gestión por parte de las familias fuera del centro», considera Salleras, en cuyo centro, antes de la pandemia, los alumnos podían tener el teléfono encima de la mesa, puesto que era una herramienta de trabajo más.
UN MUNDO NUEVO
Desde que vetaron los móviles –tras comprobar que los riesgos que implicaban se habían comido todo el terreno a las oportunidades que ofrecían– han comprobado cómo los jóvenes «están descubriendo otras formas de ocupar los espacios, de participar». Los patios son más ruidosos, las criaturas se mueven. Están presentes. Una observación compartida por todos los centros que han prohibido su uso en las horas de recreo (sólo el 12% de los institutos que ya regulan el uso del smartphone lo dejan consultar en el patio).
Dos adolescentes consultan su móvil, a la salida de su instituto, en Madrid.
EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA
Cuando se pide al alumnado, la respuesta es la misma. A su edad, son muy conscientes de que el móvil es más fuerte que ellos y de que es muy difícil concentrarse en clase si sabes que tienes una notificación pendiente; y que cuando entra en escena un smartphone desaparecen los juegos y la socialización frente a frente. Al final, también se reconocen afortunados de disponer de espacios ‘libres de móviles’ donde relacionarse diferente.
«UN CAMBIO DE CHIP»
«Los jóvenes han realizado un cambio de chip», coinciden docentes de varios centros que en los últimos tiempos han puesto límite al uso del móvil. También destacan que hay menos conflictos digitales, «aunque las personas sitiadas siguen siéndolo», apunta Salleras. Y coinciden en algo más: «La clave del posible éxito de ese paréntesis sin móviles la tienen las familias». Lo tiene muy claro Marta Caño, directora del instituto Maria Espinalt del Poblenou, barrio en el que nació el movimiento ‘Adolescencia libre de móviles’.
La normativa de este centro consiste en requisar los móviles y depositarlos en una cajita cerrada con llave a conserjería hasta que termina el día. Si reinciden tres veces, deben dejarlo en el centro toda una semana, desde que llegan hasta que se van. «Y está funcionando. Hoy no había muchos móviles, por ejemplo, en la cajita, mientras que al principio había muchos», apunta Caño, que se ha ofrecido a ir como directora en la próxima reunión de la afa para aprovechar el runrún y remar juntas . «Darles recursos para hacer este acompañamiento con el móvil o quizás organizar alguna charla consensuada –apunta–. Debemos establecer complicidades para mejorar el uso del móvil que hace el alumnado, que queremos todos».
¿Han probado a encadenar los niños a los pupitres? Probablemente aprendan mas.
Has probado a leer el articulo?
Espera…. me adelanto a tu respuesta…
Has probado a entenderlo???
Si, gracias por traducirlo , pero precisdamente entiendo perfectamente el catalán y conozco la mentalidad imperante en las de las escuelas catalanas.
Iluminame y dime en que se diferencian del resto de España, anda… que siguiendo tu costumbre de desviar las cosas ya veo por donde vas…
y me demuestras que por mucho «entender el catalan», no te enteras de lo que dice el articulo… que basicamente, es de lo que yo estoy hablando.
Iluminame y dime en que se diferencian del resto de España En el resto de España las escuelas cumplen las sentencias judiciales , (por ejemplo)
Coño Lua, que sabemos que en Cataluña obligais a los niños que no hablan en catalan a llevar piedras en la mochila.
Que nos lo han contado El Mundo y Ana Rosa.
Sí, gracias por aclararlo, pero precisamente entiendo perfectamente el pensamiento y mentalidad imperante en la zona nacional.
Qué pereza…
Hay que probar a ver más cosas además de antena3 y la razón.
Lo de Antena 3 es lo mejor del mundo: «levanta la cabeza», dicen… para que así puedas ver más tiempo la televisión!!
Gorki:
Existen sentencias judiciales gracias a retrogrados, como tu. Aqui en 40 años de inmersion linguistica jamas ha habido ningun problema hasta que las derechas vinieron a agitar el avispero. Y los moviles, que es de lo que estamos hablando, no tuvieron nada que ver.
Si quieres, una vez mas, que sigamos con la discusion del articulo de eDans, bien. Si tus argumentaciones (o la falta de ellas) son hacer lo mismo de siempre e irte por peteneras, por mi punto final.
Matt:
Y los akelarres los sabados por la noche, no los olvides… XDD
Hombre, yo fui a la escuela en Vilanova i la Geltrú y no hubo manera de escoger el castellano como lengua vehicular, y te hablo del curso 1989-1990. Cuando me enseñaron el alfabeto se dejaron la «ñ».
La inmersión de todas formas era tan fracaso en mi época como ahora. Salías al patio y todos hablábamos (como niños) lo que más natural nos saliera. Y ahora cuando oigo a niños que vienen de ahí, es más de lo mismo.
No sé a que viene tanto revuelo cuando al final los profesores hablarán todo el catalán que quieran (es su vida, es su lenguaje) y los niños hablarán todo el español que quieran (es su vida, es su lenguaje)
Tambien te llenaron la mochila de piedras y te azotaron 100 veces en el patio?
Hay que tocarse los dallonses, para pensar siempre que el otro es el terrorista, el que no cumple las sentencias, el que esto o lo otro, pero siempre el otro. Eso es de primero de franquismo, y recoge una tradición milenaria: «El cumplimiento de la ley por encima de la convivencia ciudadana», que dijo un hijo de fruta de los cuerpos y seguridad del Estado (ojo, no del pueblo, no, del Estado), en sede judicial. Y los jueces presentes, de la misma cuerda franquista que ese hijo de fruta, le rieron la gracia y le hicieron la ola, y luego, condenaron a otros como si hubiesen matado, violado y comido a niños por las calles.
Pues bien, que se sepa: la mother fucker lengua española, también es una imposición, aquí y en Pekín, como lo es cualquier lengua que se hable. Sólo los necios creen que han elegido libremente la lengua que hablan, cuando, en verdad, se le han metido en la boca a las patadas, literalmente. (Como mucho, acepto que sea una elección forzada.)
En fin…
Saludos.
Deja el vino, anda…
Lua
Aún queda gente sensata, buena noticia
Es que nadie ha dicho que tener un movil sea malo. Ni que la tecnologia sea nociva.
Se discute, es uso de la misma, que eso, si puede ser nocivo si no se hace adecuadamente. Lo que han hecho esos institutos y que ahora se va a extender, es simplemente racionalizar su uso.
Afortunadamente ya soy profesor jubilado. Porque si intentan prohibirme usar el móvil en el centro, la tenemos. ¿Cuándo se van a enterar que los profesores no somos niños sino que vamos al centro a trabajar?
Gracias, Lua, estupendo artículo para ver el otro punto de vista.
Nos alerta aquí Enrique Dans de los ignorantes que quieren cortarnos las alas, pero, con todos los respetos para nuestro anfitrión digital, no está muy lejos de la ignorancia el emitir juicios tan categóricos sobre un problema, más aún si es un problema de salud, a partir de los resultados de un solo estudio, por muy riguroso que sea ese estudio (por cierto, quiero pensar que se ha echado mano del dictamen de al menos un especialista en metodología de investigación en el ámbito del estudio para llegar a presentarnos este trabajo como «rigurosísimo»).
Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que cuando establecemos límites en nuestras sociedades no los establecemos pensando principalmente en quienes no los necesitan, sino en quienes son más vulnerables a la falta de esos límites. No todo el mundo tiene acceso a «buena educación» en su familia u otros ámbitos extraescolares, y es el sistema educativo el que debe compensar en la medida de lo posible esas carencias si no queremos dejar a cada individuo abandonado a su suerte. Además, si el uso de móviles influye en las dinámicas educativas y socializadoras de los entornos educativos, es por supuesto un factor que se debe tener en cuenta a la hora de regular esos entornos, y si limitar la presencia de móviles en esos entornos, aun no teniendo efectos cognitivos directos sobre el aprendizaje, tiene efectos indirectos positivos en el entorno de ese aprendizaje, son beneficios que hay que sopesar frente a los perjuicios de recurrir a una restricción.
En cualquier caso, creo que no se está hablando de borrar los móviles, ni mucho menos las tecnologías en general, de la vida de los jóvenes, sino de regular su uso (en primer lugar, restringiéndolo) en el ámbito educativo.
En fin, no me parece que, contra el prohibicionismo que tiende a ser muchas veces de trazo gordo, sea recomendable responder con negacionismo de problemas que tiende a ignorar la complejidad del mundo y la necesidad de navegarlo con prudencia.
El problema, es que tanto en la sociedad, como sobre todo, en este blog, es muy fácil caer en la polarización extrema: o es blanco, o es negro, o estás conmigo o contra mi…
Y al final se acaban perdiendo todos esos matices, esos grises, que para sorpresa de algunos, también existen.
La lectura detenida del estudio en cuestión es esencial para comprender plenamente sus hallazgos. Da igual lo que diga un estudio, si está de acuerdo con tus tesis se alaba(cherry-picking)
La afirmación de que la exposición al uso de pantallas no provoca absolutamente ningún tipo de deterioro cognitivo ni efectos sobre su cerebro o su bienestar debe interpretarse con precaución. La investigación en sí misma indica que, en el estudio de casi 12,000 niños en Estados Unidos, no se encontraron evidencias de impacto en la función cerebral o bienestar. Es vital recalcar que la ausencia de evidencia en este estudio específico no equivale a una conclusión generalizada para todas las situaciones.¿Cuántos estudios sobre el tabaco y el cáncer negaban la evidencia?
Es obvio que la interpretación del estudio pueden variar según el lector y su nivel de familiaridad con la metodología utilizada. En este sentido, se evidencia un claro sesgo de confirmación y no se ha investigado sobre si el método es idóneo, hay por tanto una necesidad de una evaluación crítica de la investigación y la idoneidad del método. Raro sería que una resonancia detectara a un friqui enganchado…
Asi que resumiendo, el estudio NO DEMUESTRA nada, simple y llanamente, lo que es evidente, puedes tener un padre que es imbécil por dejar al crio estar 4 horas enganchado a un movil, que no se va a detectar…en el hijo, la enfermedad del padre
Enrique, un placer como siempre leerte. Quería comentarte algunos matices que no he visto en el artículo.
Veo regularmente ninos en carritos (menos de 2 anos) con el móvil y los dibujos. Falta matiz en tu artículo cuando hablamos de «ninos».
Cuando hablamos de educar en tecnología, me parece que se le da demasiada importancia. Cualquier nacido en los últimos 20 anos es capaz de usarla aún sin tener ninguna educación formal al respecto.
Si hablamos de adolescentes, la comparativa con el periódico o los libros no tiene mucho sentido. Con el televisor si es parecido (en mi opinión el televisor es peor por ser más pasivo), pero la diferencia es que no te puedes llevar el televisor a todas partes. Y la protección a tiktoks, bombardeos en notificaciones o otras «drogas digitales» no esta bien regulada ni se espera que lo este. Grupos de adolescentes con limitaciones en la comunicación entre personas, que prefieren mandar un mensaje antes que hablar pueden ser serias limitaciones para su futuro. Hablar de prohibir tiene sentido en horario escolar en mi opinión para evitar presiones sociales.
Sobre los «padres ocupados», seguramente los hay vagos y que ignoran pero un poco de empatía con los que no pueden pagarse un canguro o una persona de la limpieza. Antes de dejaba a los niños solos con 8 anos, hoy se considera abandono infantil.
Enrique, cito parte de la discusión de la página 305 (16 del pdf) del estudio que mencionas:
El citado estudio de Orben, Przybylski, Blakemore y Kievit (2022), dos de ellos autores del estudio que has puesto en consideración, dice entre otras cosas:
Las citas originales están evidentemente en inglés, pero me ha parecido que su traducción podría facilitar el que sean más ampliamente comentadas.
La verdad es que nunca he tenido la idea de que las pantallas pudieran impactar negativamente en el desarrollo neuronal de los niños. Tal vez en Estados Unidos esta idea esté difundida. Lo que sí afecta desde una perspectiva educativa es el modo cómo los jóvenes usan los dispositivos que en muchos casos solo se han transformado en impulsores de la procrastinación, el postureo y el acoso y no en la vía de acceso a aquella biblioteca universal y plataforma propagadora de las artes y las ciencias con la que muchos soñábamos.
Harina de trigo y cocaína. Dos sustancias muy similares de usos, resultados y consecuencias para la salud muy dispares. Wikipedia y TikTok. Son la Harina de trigo y la cocaína. No son las pantallas el problema, como tampoco lo son las sustancias con aspecto de polvo blanco.
Mauricio
Exacto!!
Lo que sucede es que ese estudio se lo han leído en este blog persona y media. Dejé de leerlo cuando comprendí el método no me convenció… creo que no hay que ser especialista en este asunto para comprender que es el típico estudio viciado de origen, aplican un método estadístico riguroso para establecer de algún modo una premisa que se ve desde el principio que no es válido salvo para confirmar sesgos.
Bajemos a tierra: Imaginemos que se tratara de confirmar que pasar 4h delante de una pantalla daña la vista. Como bien dices depende mucho de factores no estudiados, por poner un pero no es lo mismo 4h seguidas que hacer descanses de 5 minutos, cada hora. Y ya el colmo es asumir que en vez de medir la vista y el ojo de cada niño, simplemente se le evalúa con una foto de retrato, y luego afirmar que en esa foto «no detecta nada anómalo en el ojo». Es un estudio tan pueril e inútil, que parece mentira que no haya más comentarios al respecto. Si estas son las pruebas, creo que sirve y mucho para evidenciar el deterioro anómalo detectado externamente a los niños.
Recomiendo a quien no lo escuche que vayan al podcast, coffee break, en su web señalyruido.com, es una tertulia de ciencia de verdaad, se dedican a analizar semanalmente papers, y lo de ruido viene precisamente de la cantidad de sesudos papers, que son ruido, y no aportan nada al mundo científico. Este paper es un claro ejemplo de paper mojado, nada más.
«Lo que sucede es que ese estudio se lo han leído en este blog persona y media»
Porque no hacía falta. Estaba claro que ningún «estudio» (recolección de correlaciones cogidas con pinzas; lo que un profe mío llamaba «colección de sellos») puede concluir ahora mismo nada.
De hecho el paper simplemente dice que con su metodología no hay evidencia, y no mienten…
El que tenga oídos que oiga.El que tenga ojos que vea…
Enrique, cito parte de la discusión de la página 305 (16 del pdf) del estudio que mencionas:
El citado estudio de Orben, Przybylski, Blakemore y Kievit (2022), dos de ellos autores del estudio que has puesto en consideración, dice entre otras cosas:
Las citas originales están evidentemente en inglés, pero me ha parecido que su traducción podría facilitar el que sean más ampliamente comentadas.
La verdad es que nunca he tenido la idea de que las pantallas puedan impactar negativamente en el desarrollo neuronal de los niños. Tal vez en Estados Unidos esta idea esté difundida. Lo que sí afecta desde una perspectiva educativa es el modo cómo los jóvenes usan los dispositivos que en muchos casos solo se han transformado en impulsores de la procrastinación, el postureo y el acoso y no en la vía de acceso a aquella biblioteca universal y plataforma propagadora de las artes y las ciencias con la que muchos soñábamos.
Es probable que el señor Dans tenga razón en sus argumentos, pero no estoy tan seguro de que la tenga en sus exabruptos, que deja caer con una generosidad expresiva digna de mejor causa. Estos últimos no refuerzan su argumentación, solo dejan ver que el asunto le pone nervioso.
Si hablamos de pantallas puramente como cristal o ventana para acceder a contenidos puedo entender y estar de acuerdo con el articulo.
Pero si hablamos de lo que hay detrás, es decir aplicaciones creadas por y para atrapar a los usuarios entonces el matiz cambia y para mi si son un peligro y no solo para los crios.
LA mayoría de los conflictos en el hogar vienen dados por el uso y control del móvil o portátil.
No hay nada para lo que no sirva un móvil y la excusa para su uso para los jóvenes. Desde relacionarse entre ellos hasta el acceso a las tareas escolares, pasando por entretenimiento de todo tipo.
Gestionar el acceso por su puesto es tarea de los padres, pero suele ser el origen de muchas disputas que por supuesto hay que asumir.
Antes cuando éramos pequeños por supuesto había peligros, pero la mayoría se quedaban fuera cuando entrabamos en casa, y ahora siguen dentro.
Antes el numero de piperos, drogadictos, etc al que te exponias era limitado, ahora no, ahora cuando entras en internet no sabes con quien te estas relacionando.
Por supuesto no puedes vivir en una cueva pero creo que negar lo negativo de las tecnologías es muy simple e irreal.
Literalmente se ha duplicado el trabajo de los padres, en donde antes había que enseñar a los críos a vivir en el mundo offline, el de toda la vida, ahora además hay que enseñarles a vivir en un mundo online. Es muchísimo más complicado, le enseñas a cruzar las calles, le enseñas a beber el agua que no esté contaminada, y todo eso tiene su reflejo en el mundo digital. El doble de trabajo, incluso menos tiempo que antes. Todo un reto, prohibir no es la solución, permitir todo tampoco.
La solución virtuosa no se ha movido ni un centímetro del punto intermedio en el que se ha ubicado siempre.
Deberíamos fumar porros con nuestros hijos pero en un ambiente relajado y explicándoles lo que les puede pasar?
Menuda argumentación: ¿Deberíamos acostarnos todos juntos con su madre, y les explicamos qué está pasando y qué les puede pasar…? A ver si ahora vamos a decir que ese terreno (el sexual), no es un campo sembrado de minas bastante más peligros que muchísimos otros…
Lo que comenta este filósofo y sociólogo me recordó a lo que señalas habitualmente sobre la tecnología: que el problema no se encuentra en ella, sino en la educación que se da a la población, desde que son niñxs y jóvenes, sobre su uso y la importancia de que desarrollen un pensamiento crítico.
https://youtu.be/KxXAeMxAWHg?feature=shared
Sobre la cuestión que refiere de utilizar diferentes y fiables fuentes de información, utilizo un agregador de noticias de distintos medios, y un infaltable en él es tu blog, cuyos artículos espero siempre con ganas.
Mi enhorabuena por la constancia y claridad con que expones temas que, directa o indirectamente nos afectan a todxs.
Como anécdota puedo contar que en uno de tus posts hablabas sobre el «furor del neoconverso», y al intentar ampliar información sobre el concepto en internet, no me encontré con una entrada en Wikipedia (al menos en la versión en español), sino con un artículo tuyo del 2006 en Libertad Digital.
Todo un ejemplo de continuidad en tu labor divulgativa sobre innovación.
Un afectuoso abrazo, estimado.
COLATERAL Muy buena idea poner una frase en el logo de 54×54
El 90 % de los padres con respecto al uso de pantallas por sus hijos tiene una disonancia cognitiva.
Quieren que sus hijos no usen demasiado las pantallas pero tampoco quieren usar su tiempo para ocuparse de ellos, e incluso les hay que no quieren que sus hijos usen pantallas para no quieren que les molesten mientras ellos las usan.
Así que dejemonos de cuentos, si tu hijo está jugando con una pantalla es por que tu no quieres jugar con el. Y si no prueba y ya verás que rápido suelta la pantalla
Algo asi…
Un padre ha grabado la diferencia en el comportamiento de sus hijos cuando está usando el móvil y cuando no. Por esto es tan importante darles atención
Este comentario es el mejor de todo el hilo
Prueba a hacer caso o a controlar constantemente a un hijo que va al instituto. A los 10 minutos te manda a ….. con los hijos pequeños puede servir pero a ciertas edades no. Con 14 o 17 años no tienen el autocontrol ni la madurez para decir no a esta tecnología que les absorbe. Vuelvo al ejemplo de la defenestrada, en este blog, directora del instituto. Lo demás es demagogia para defender lo indefendible. Tenéis el mismo argumento que loa que venden el fentanilo, ellos deciden o la culpa es de los padres…..
La función de un martillo es la de clavar y sacar clavos (según el modelo).
Luego ves Oldboy (la versión buena, la coreana) y ya si eso…
El problema para los menores no es que dañe si cerebro. Si no que es un ocio tan adictivo y absorbente que les impide hacer otras cosas que necesitan para aprender y madurar. En los recreos dejan de hacer deporte y jugar, muchos dejan de salir o de relacionarse con la familia…. no parece saludable y bueno. Todavía no tienen capacidad de decir no y de autocontrolarse. La directora del instituto lo ha comprobado. Es un hecho.
Su cerebro está en construción. Lo está toda la vida, pero en esa época más. Exponerlos a toda la basura diseñada para mantenerlos pegados a las pantallas (con el propósito de mostrarles más anuncios y que el Zuckerberg de turno ingrese más dinero… ) generándoles adicción de manera premeditada, ufff… Es cuando menos un experimento de proporciones colosales. Las consecuencias no las podrán estudiar muchos. Se me ocurren dos oportunidades: que algunos integrantes de la generación en formación actual se salven de la adicción por tener una genética que los haga inmunes a las trampas adictivas, estudien, se conviertan en científicos y descubran lo que pasó en las primeras décadas del siglo XXI (alggo similar a cuando descubrieron el pastel de las tabacaleras añadiendo aditivos para incrementar las adicciones o las petroleras pagando estudios para meter ruido y desviar la atención de la responsabilidad directa de la quema de combustibles fósiles en la crisis climática). La segunda es más de Asimov: que lo haga una AGI, por curiosidad. Tener curiosidad es lo que demostrará que realmente es una AGI.
Uf, vaya porreo inconsumatus…por una vez me quedo con toda la aportación gorkiana, porque su liberalismo colma todas las necesidades (en este caso concreto de uso racional de pantallas informativas, de todo tipo) de poner límites precisos, pero al mismo tiempo muy flexibles, para adecuarse al contexto social pertinente. Y que , además, se puede generalizar para muchos usos, infantes, adolescentes y adultos.
Lo de la directora de instituto es de comecocos, que parecía ya superado (hablo con 33 añitos de experiencia, y pasando por la primera fase de prohibir móviles en un IES). Pero, como pasa con la Biblia Queer, nos intentan trasladar a épocas anteriores a la Ilustración. Aunque les (sic) muy descaradas (sic), nos quieren vender la lavadora de que hacen lo contrario.
Ahora volvemos a la aristocracia prerrevolucionaria, prohibiendo un receptor de información el siglo XXI, que te sitúa en cualquier fuente donde mane conocimiento.
Como si estuviéramos en la casa arbórea, donde unos adultos quieren controlar tu vida adolescente, diciendo lo que debes saber y hacer, porque ELLOS/ELLAS y ELLES, son los que saben como andar por los árboles y tu eres una simple cría simiesca.
Al estilo de los que saben más que los demás, esos que no se cansan de decir a los «de este blog», que no sabemos tanto como ellos. Me viene a la memoria REM, aquel descomunal sabihondo, que tanto tanto sabía, que algunos dejamos de de leer sus comentarios.
En fin, saludos homéricos (a todos), pero sin tenerle miedo a las obras humanas, que no sean de destrucción masiva.
Y como nos obligan a ser algo científicos, contrapongo el comentario de 047JUANT con el de 047GABRIEL… que, además, repite el sacrosanto soniquete «en este blog» (debemos ser los malignos defenestradores antiequipos directivos, venidos directamente del Más Allá)
Como alguien ha señalado, en efecto, ahora se podían aportar otra docena de estudios con el mismo rigor que dicen exactamente lo contrario. Ambos estudios totalmente equivocados, al no tener en cuenta un punto crucial: el individuo que usa estos gadgets es un terminal más de la red, forma parte de la misma, y como sujeto está en exclusión interna a la misma red a la que está conectada.
Así que no, ni lo afectan ni no lo afectan, al cerebro, porque jamás se trata del cerebro, al menos de lo que entienden estos piernas que realizan estos estudios de andar por casa, por «cerebro»,. «Simplemente» introducen cambios en los programas de goce de los individuos.
Es decir, en esas sus satisfacciones tan paradojales que una prohibición, en este caso, lejos de soliviantar, alivia… Lo cual, también nos dice hasta qué punto están llegando las cosas cuando ha de ser alguien de fuera el que te diga que no, porque hay algo en uno que no puede más que decir, sí, sí, sí, sí, a lo podría estarte matando…
Saludos.
Buenas tardes,
Tengo un hijo de 10 años y otro de 9. El de 10 años se asemeja bastante a mi comportamiento a su edad, prefiere pasar el tiempo con tecnología que con sus iguales, y no le culpo por eso, pero es algo que por suerte sé lo que es y lo que le puede llevar a malas consecuencias, y a él no le puedo echar nada en cara porque su carácter introvertido le lleva muchas veces a ello.
Utilizo software de control parental para limitar su uso porque, con esas edades, la corteza pre frontal, que es la que gestiona este tipo de asuntos, está muy poco desarrollada, y es necesario establecer unos límites porque ellos estarían horas delante de la pantalla.
Estoy de acuerdo con lo fundamental del artículo, es necesario educar a los niños a utilizar la tecnología y en ello trabajo todas las semanas.
Eso también, en mi hogar tenemos la pareja empleado, no tenemos a nadie que nos limpie la casa y llegamos agotados de la jornada laboral, a diferencia de la época de nuestros padres, donde una persona se ocupaba de los descendientes y muchas veces con gusto.
Si además de dar de comer, educar, ayudar en los deberes, me tengo que poner a educar a mi hijo en el uso de tecnologías por el tiempo que sea necesario, creo que la diferencia de un esclavo de la época colonial en los EEUU y mi vida se diferenciaría mucho salvo los latigazos.
Seamos algo realistas.