Mi experiencia con el tablet computing viene de muchos años atrás: en el año 2003, cuando mi laptop aún con las pegatinas antirrobo de UCLA comenzó a quedarse corto, adquirí un Compaq TC1000 con un procesador Transmeta Crusoe, una máquina que había recibido múltiples premios de diseño y que tuvo una vida muy larga. Era la época en la que mis conferencias comenzaban a hacerse populares, y el ordenador cumplía un doble propósito: por un lado, era muy ligero y tenía todas las entradas y salidas necesarias para conectarlo a cualquier sistema audiovisual, y por otro, generaba un cierto efecto show off muy divertido debido a su originalidad :-)
Aquella máquina, que aún conservo y que recorrió conmigo escenarios de medio mundo, me sirvió para convencerme de muchas cosas. En primer lugar, que la función táctil no me parecía en absoluto cómoda. En justicia, no era como ahora: la de aquel ordenador no se utilizaba con los dedos, sino con un lápiz con punta magnética alimentado con una batería AAAA muy finita especialmente diseñado para ello, que se almacenaba en un hueco en la propia pantalla. En los tres o cuatro años que estuve utilizando aquella máquina, pasar de teclear a usar la pantalla como táctil me pareció siempre incómodo, casi antinatural, y de hecho, lo hacía solo cuando no me quedaba más remedio. ¿Escribir con eso? Será porque estaba ya muy acostumbrado a teclear, pero me parecía un martirio, y no me generaba ninguna ventaja. ¿Dibujar? La verdad es que dibujo muy poco (solo sé dibujar árboles, así que si me pides que pinte un mono, pintaré un árbol y te diré que el mono está detrás), así que no soy nada representativo.
Hace algunos años, mis amigos de Microsoft me pidieron una conferencia sobre el futuro en la que comentase específicamente cómo veía a la compañía, que recientemente se había librado del nocivo y tóxico Steve Ballmer y contaba con un CEO infinitamente más interesante, Satya Nadella. De aquella conferencia, a la que fui con mi Mac – hacía ya entonces muchos años desde que me había pasado a Apple – salí encantado no solo por el feedback, que había sido muy positivo, sino también porque me regalaron una Surface con Windows RT la mar de mona, un dispositivo muy bien fabricado y terminado, de cuyo diseño la compañía estaba entonces profundamente orgullosa.
En aquel momento ya llevaba mucho tiempo usando dispositivos de Apple, mi único contacto con Windows era cuando usaba el ordenador del podio en las aulas en las que daba clase, y tenía cierta impresión de que, para un profesor de tecnología e innovación, perder la familiaridad que había tenido con ese entorno era una mala cosa. Hubo épocas, en los años en los que aún impartía clases de software, en las que mi familiaridad con Windows daba para reconocer incluso la «cara de error» de un alumno: no necesitaba ver su pantalla para decirle qué error había cometido. Con la sucesión de versiones de Windows, esa familiaridad se estaba perdiendo, y me parecía preocupante, así que puse un interés genuino e probar aquella Surface.
No fui capaz. Lo intenté, pero la experiencia ya no de la Surface, sino del tablet computing en general, me pareció que no igualaba para nada la de utilizar una laptop convencional, y que era algo solo aconsejable cuando no tenías otro remedio. Posteriormente he probado la version Apple del invento, el iPad Pro, y mi impresión ha sido básicamente la misma: a pesar de su conveniencia por ser más ligero, si puedo evitarlo, no lo utilizaré. No me parece un reemplazo digno para un ordenador portátil, y parece ser que mi opinión coincide con la de la mayoría de los analistas.
Durante esa evolución, he ido viendo cómo comenzaban a aparecer dispositivos de ese tipo en mis clases. Mis cursos son una buena ventana (en absoluto objetiva, pero no por ello menos interesante) para captar cómo evolucionan esas tendencias, así que es algo que siempre me ha generado curiosidad y que todos los años me lleva a contarlos y hacer algunas «estadísticas de andar por casa». Y en efecto, pude ver varios alumnos, dos o tres por grupo como mucho, que portaban dispositivos de tipo Surface o iPad Pro, y llegué a pensar que el fenómeno del tablet computing podía tener su nicho, y que mi ausencia de entusiasmo con ello podía deberse simplemente a que mi edad me hace más averso al cambio… vamos, ¡que voy viejo!
Sin embargo, leo en ZDNet que la división de Surface de Microsoft, que alcanzó su pico en 2022 con siete mil millones de dólares en ventas, ha experimentado una fuerte caída del 24% en sus ventas en lo que llevamos de 2023 y se esperan caídas similares o mayores en 2024, lo cual me genera impresiones no demasiado buenas. Que esas impresiones, además, coincidan con lo que fue mi experiencia de uso no tiene especial valor – de nuevo, mi experiencia podría estar sesgada por muchos factores – pero sí me lleva a pensar sobre ello. Apple no presenta cifras separadas para el iPad Pro, pero la evolución del iPad en su conjunto tampoco parece ser para vanagloriarse de ello: generalmente descendente si descontamos los picos que se corresponden con el lanzamiento de cada nuevo modelo.
Los tablets, en muchos sentidos, me generan la idea de estar centrándose en un uso «de sofá»: consumo de contenidos, alguna tarea sencilla como contestar un correo o navegar en la red, juegos… pero no me parece – podría por supuesto estar equivocado – que estén cumpliendo las expectativas de llegar a servir como un reemplazo del ordenador portátil. Seguramente haya usuarios que sí lo vean como tal, la capacidad del ser humano para adaptarse a las limitaciones de una herramienta y sublimar su uso es prácticamente ilimitada, pero no me parece que la evolución del mercado de tablets esté respondiendo a ese esperado fenómeno de sustitución.
Si además vemos que uno de sus proponentes, Microsoft, se encuentra con fuertes caídas de sus ventas en esa división, mi impresión vuelve a ser la de que los tablets planteados como sustitución de un ordenador, aunque puedan parecer en principio razonablemente atractivos, no son capaces de superar la prueba del uso cotidiano, y que ello lleva a que generen una escasa lealtad de uso y, por tanto, una repetición de compra baja. Microsoft no tiene por qué ser, en cualquier caso, significativa: su cuota de mercado en tablets es de un 11% frente a un 38% de iPadOS y un 49% de Android, pero incluso eso puede servir para interpretar que el uso de la gran mayoría de esos tablets no es exactamente el de servir para reemplazar a un ordenador portátil convencional.
¿Tiene futuro el tablet computing más allá de ser dispositivos para un uso relativamente marginal y no sustitutivo de un ordenador como tal? ¿Es mi opinión simplemente la de un perro viejo que ya no es capaz de aprender trucos nuevos? ¿Os veis usando un tablet o un dispositivo con pantalla táctil como ordenador de forma habitual? ¿Opiniones? ¿Experiencias?
This article is also available in English on my Medium page, «What do declining sales of Microsoft’s Surface tell us about the future of tablet computing?»
Enrique, estoy bastante de acuerdo con lo que planteas y llevo aproximadamente los mismo años que tu usando este tipo de dispositivos (mi primer dispositivo móvil fue una PDA Toshiba al inicio de los años 2000).
Creo que puede dar algo más de vida o algo más de usos a los dispositivos tipo iPAD, el nuevo Windows 365 in Cloud (https://www.microsoft.com/es-es/windows-365).
Yo lo utilizo (por supuesto sin desprenderme de mi portátil DELL) y realmente funciona bien y es, cuanto menos, interesante opción.
No digo que vaya a cambiar radicalmente el escenario que tu expones, pero un nuevo «player» esta sobre la mesa.
Eugenio.
Pues yo he tenido un iPad durante muchos años, me sirvió perfectamente para contenido multimedia y juegos básicamente (hablamos de la época 2010-2020). Cuando quedó desfasado (literalmente no podía usar las aplicaciones porqué no eran compatibles con mi versión de iOS, me busqué una alternativa. Esta fue la Xiaomi Pad 5. Tablet de 300€, pantalla 2k 120Hz. Lo interesante viene ahora, a los pocos meses de tenerla, vi que había un proyecto para instalarle Windows ARM a la tablet. Mr puse a ello y fue realmente sencillo, con unos mínimos y conocimientos y unas horas lo tenía listo. Lo mejor de esto es que ahora tengo DualBoot Windows y Android en la tablet. Me compré un teclado + mouse + funda en Aliexpress por 30€ y os puedo asegurar que esta combinación es increible. En casa, uso Android básicamente porqué para consumir multimedia me es más útil. Cuando voy a la universidad, booteo en Windows y junto al teclado y ratón me va de lujo para las tareas de ofimática. Sinceramente, por 330€, la mejor compra de mi vida. En mi caso, la tablet me sirve 100% como tablet y portátil y sin ningún tipo de compromiso dado que tengo S.O de tablet y S.O de sobremesa.
«idea de estar centrándose en un uso «de sofá»»(EDans).
Muy buena imagen, a la que le añadiría un «uso en mesa clásica» (ni siquiera ad hoc y, eso sí, con mac de mesa mejor que portátil).
No me quedan los dedos pegados a pasar hojas en un libro analógico, pero no pienso morirme pegado a una teclas táctiles ni de coña. De hecho siguen siendo un suplicio para escribir con «xeito».
Y, por otro lado, la tablet (by Apple) no le llega ni a la parte exterior de la carcasa a un iphone. Además (la que yo tengo) tiene siempre algún problema con la wi-fi y es un estropicio constante, si quieres hacer comentarios en X (antes Twitter).
De hecho lo del «sofá» (o la mesa de terraza baruna…) es un síntoma de un estilo de trabajo, donde la interactuación con el medio informático se hace «muy difusa». Al estilo de los comentarios en chats actuales, que de comentarios (frases lógicas) tienen muy poco, ya que yo los denomino aspectos básicos del lenguaje perruno de los preadolescentes. Y, para eso, yo prefiero «dialogar» con mis perras, que son mucho más intuitivas.
Enrique, me gustaría comentarte mi experiencia. Yo soy profesor y enseño habitualmente contabilidad y finanzas que implica por supuesto, hojas de cálculo, análisis de datos, creación de escenarios e informes en procesadores de texto. Género informes dinámicos y otras monadas como análisis de riesgo y esas cosas. Sigo sin entender cómo es que los influencers hacen a un lado cualquier ordenador y se empeñan en decir que un iPad es la mejor opción para trabajar. Asumo que «trabajar» significa para ellos hacer videos y escribir texto plano porque yo no puedo hacer ni una porción de lo que hago en un iPad. Desde cosas pequeñas como un formato adecuado en Word con referencias bibliográficas hasta una simple tabla dinámica. Es imposible. Y no es que no lo haya intentado. Me compré un iPad Pro que es muy bonito pero está ahí, arrumbado listo únicamente para apps que se pueden manejar en un celular.
Siempre he sido de PC. Intenté con Mac pero eso de comprar software para instalarle windows no me va. Prefiero windows. También tengo un largo kilometraje (aprendí en los tiempos de MS-DOS y Lotus con Chiwriter para que te des una idea). Por ello, considero que tengo suficiente experiencia con las computadoras Windows que me sirven muchísimo. Y sí, trabajo con Surface Pro desde que salieron. Son mi caballito de batalla en la calle. Entiendo que no todos la recomiendan pero en mi caso, es muy útil. Hago lo mismo que en mi laptop aunque no es tan cómoda si estás en ella más de cuatro horas seguidas. Dado el caso ¿qué sí podría ser cómodo en uso son parar?
Enrique, después de tres años con iPad reconozco que nunca más me compraré una tablet. Es un artilugio farragoso, limitado para ciertas funciones del que lastra siempre un teclado inalámbrico Bluethooth que necesita cada dos por tres pilas de juguetes de Reyes…
He escarmentado. Tengo más o menos tu edad y no es cuestión de edad, pienso. También depende del para qué. Soy profesor de instituto y escribo mucho y trabajo con pocos programas y muchos pdf. Es la tablet, como dices en tu artículo, un artilugio de sofá. Es su hábitat por antonomasia.
Invertiré pronto en mi siguiente portátil con Windows. Renovaré el que tengo desde hace seis años. De los Mac también salí escarmentado. ¿Para qué quiero un Ferrari si con un cuatro latas me sobra? Ne quid nimis, decían los antiguos.
Gracias por tu artículo.
No puedo mas que coincidir contigo. Como usuario de varias tablet (todas regaladas por alguna promocion) no me siento a gusto con ellas. Incluso el movil me causa un cierto rechazo, obligandome, por ejemplo, a leer fuera de casa este blog, y esperar a estar frente a mi pantalla para contestar.
Argumentare en cambio, que donde si he visto un uso intensivo (y temo, eficaz) ha sido en puntos de venta, donde el trabajador con la tablet en la mano, toma las anotaciones y gestiona desde tu pedido, hasta tu nuevo contrato, o como vi cuando andaba en hosteleria, los distribuidores de consumibles. Mas practica, me decian, que las antiguas PDA’s.
Creo que si tienen recorrido, pero en otros ambitos. O en usuarios menos exigentes.
Opino igual que tú.
Soy ilustrador y desde hace casi dos años mis trabajos digitales los hago únicamente con el iPad. Y me sirve perfectamente para esa tarea.
Tengo compañeros de profesión que están satisfechos, como es mi caso, y otros que no acaban de sentirse cómodos del todo y usan el iPad para tareas muy concretas, pero el grueso de su trabajo siguen haciéndolo en un ordenador tradicional, por llamarlo así.
En mi opinión, para un uso de herramienta creativa 2d, creo que da la talla. Pero puede ser frustrante en el manejo más general. Tiene un administrador de archivos bastante básico, que por lo que sé, es una de las grandes carencias que se le critican. Con toda razón.
En definitiva, muy de acuerdo con tu análisis, excepto si tenemos en cuenta la creación de arte. Ilustración, para ser más exactos.
Saludos.
Nunca tuve una, pero mi madre (tecnófoba) estaba encantada con una Amazon Fire porque la pantalla gigante le permite enviar y recibir whatsapps de todos sus hijos y marido sin problemas. Le veo nicho con los mayores que necesitan letras enormes que en su teléfono no pueden ver, ni mucho menos teclear.
Pero para un uso profesional necesitas herramientas profesionales, y las tablets son un segmento de «juguete».
Eso sí, Enrique, no sé si tienes acceso a datos que yo no encuentro. En el mercado de los PCs me he encontrado (y he acabado comprando 2) con los Mini PCs, unos cubos de 10x10x5 cm que sustituyen al sobremesa. Me he pillado uno con procesador N100 de 6W y va a la misma velocidad, incluso convirtiendo videos, que mi Skylake-6700K. Ni muerto me pillas comprando de nuevo un sobremesa teniendo estas pequeñas maravillas por 200 euros.
Y si lo que quisiera es viciarme, espero a que salga una USB4 y le pongo una eGPU y listos.
Hace unos años me quería comprar una tablet para consumir contenido. Al final acabe comprándome un Chromebook con pantalla táctil, ya que me podía hacer de tablet android y además tenía un Chromebook con el que podría trabajar. Tenía ganas de probarlo.Ciertamente para trabajar se me ha quedado corto. Se quedaba congelado cada dos por tres, tengo la limitación de no poder descargarme todos los programas que necesito, etc… No obstante, para hacer cosas en la web, y con algo de paciencia, puedo ir tirando. Al final, lo he acabado usando de manera residual como una tablet y poco más. Para trabajar uso mi portátil. También es cierto que el chromebook que me compré era un modelo básico.
Siempre es un placer leerte. Yo también fui poseedor de la Surface RT y estaba encantado, era un cacharro muy bien diseñado y que daba todo el sentido del mundo a Windows 8. Con los años he tenido todo tipo de tablets de todas las marcas, y actualmente mi macbook air ha sustituido de lejos la experiencia de estos aparatos. La única tablet que sigo usando es una Samsung Tablet Galaxy Tab S7 y por un motivo: el lápiz, un lápiz que es a mi modo de ver el único valor agregado al que no puede competir un portátil.
Yo tuve una surface por capricho y la verdad que para estudiantes (universitarios) la encontré estupenda. Cierto es que siempre pensando en el uso en el aula, en casa siempre tenía otro ordenador, pero alguna vez la conecte a un monitor y listo. Es verdad que algún programa funcionaba peor o necesitaba un portátil, pero cosas muy puntuales. Para editar los PowerPoint dados por los profesores y poder leer, usarla como cuaderno en general, y en cualquier momento era perfecta y la echaba de menos cuando estaba con mi portátil.
Con lo ligeros y delgados que son ya muchísimos portátiles no veo las ventajas de una tablet para tareas donde se necesite teclado y/o ratón.
El interfaz táctil es fácil de usar, pero para tareas que necesiten de cierta precisión difícilmente iguala al teclado y ratón. Y si realmente los necesito mejor que vaya todo junto.
Discrepo de la opinion mayoritaria.
He estado muchos años con una Surface Pro 3 que compre durante un viaje a USA como reemplazo 100% de un portátil y sobremesa.
La clave está en tener tu escritorio con su doc-station, tu teclado, raton y monitor(es) externos.
Cuando tienes que viajar llevas un dispositivo de poco mas de 1Kg, y no un tocho de 15″.
La susodicha llevaba un i7 (4a Gen), Windows Pro (y no un RT «recortado»), 8 GB de RAM y disco SSD. Muchos portátiles de hoy aún no lo igualan.
La sigo manteniendo, pero por cosas del destino ahora es mi empleador el que me suministra un portátil que con el doble de especificaciones rinde peor.
Para mi la gama Surface Pro es todo un acierto en el ámbito profesional. Eso si, cara para el común de los mortales (> 2K).
Tambien he tenido buena experiencia, tuve por 5 años una Dell venue 8 pro que se dejo actualizar hasta windows 10 con buen soporte de dell, entonces me pasé a una Latitude 7285 core i5 que lleva 6 años y ya la bateria no dura mas que 2 horas de las 8 iniciales, muy mal para una tablet, pero hay que ver la capacidad frente a otras. cumplió su ciclo y volvería por este tipo de maquinas, la razón, su peso. Tomar notas y dibujar esta bien, pero llevar un solo equipo de viaje, falta todavia mas durabilidad de bateria, pero ya consigues provesadores Snapdragon que corren windows o la nueva linea propia de microsoft mas económica y liviana que intel, todas las opciones las recomiendo con teclado removible, estoy deacuerdo en que no siempre vas a usar el lapiz.
Yo soy profesor universitario y cada vez veo a más de mis alumnos cambiando el portátil en clase por un iPad con lápiz, normalmente junto con la app GoodNotes.
Y en mi uso diario yo también lo empleo. Pero como complemento a un ordenador. Es una especie de libreta vitaminada, totalmente adecuado para su uso en lectura y marcado de PDFs que luego se integran en Zotero, revisión de documentos o comunicaciones (correo, videoconferencias, etc). Lo que no le veo es como sustituto en la navegación, supongo porque ni Safari ni Firefox están a la altura de Firefox de escritorio con sus extensiones.
En mi caso sí puedo decir que me ha sustituido al portátil pero no al ordenador de escritorio.
Es una cuestión de flujos de trabajo. Las tablets no son reemplazos del ordenador de escritorio (portátil o no) porque son sistemas operativos diferentes con flujos de trabajo diferentes.
El día que converjan ambos sistemas operativos (tablet y tradicional) tendrá sentido. Windows o MacOs en la nube vía navegador o app (ya sé que Windows en la nube existe, pero no es una opción asumible económicamente para todo el mundo).
Mientras tanto, un portátil seguirá siendo un dispositivo de producción (o de inclinarse hacia adelante) y una tablet, un dispositivo de consumo (o de reclinarse hacia atrás, o de sofá como ya se ha dicho).
Saludos
Pues mira por donde tanto el HP como la Surface RT las tengo en mi poder. El HP sustituyó a mi Netbook ysu uso fue un depende. Buena autonomía pero demasiado peso y un teclado nada práctico para usarlo en transporte (tren, metro). La RT fue la curiosidad de ver un Windows no Intel y manejar Excel y buscar información. Para un uso similar al que di al Netbook en mis vacaciones cumplía muy bien pero no tanto como reemplazo de mi portátil.
Por entonces en el curro nos daban un Lenovo i5 pesadito pero que ni diseñado para usarlo en el Metro sobre mis rodillas y un buen desempeño conectado a un segundo monitor.
Pillé para mí uso un Dell i5 de segunda mano que me dio muy buen resultado, hasta que en el curro nos pusieron a todos unos HP de pantalla interna Full HD y por entonces penúltima generación.
Eso sí fue amor al primer bit, y cuando comenzaron a restringir todo por la seguridad lo primero que hice fue buscar un i7 primo del del curro.
Probé varios híbridos tableta/Netbook pero su conector al teclado era siempre su punto flaco, por donde se producía el grueso de averías.
Mi sobrino es abogado y antes de venir a Madrid a trabajar siempre tenía un iMac y un MacBook
Pero ahora su iPad es lo que usa un 50% y el resto el MacBook pero decía que se iba a pasar a la tablet.
Como todo, depende del uso que le des un aparato va a cubrir mejor o peor tus necesidades.
Pero cada vez veo a más jóvenes usando los iPad grandes en las cafeterías.
Allá por 2012, mi ser de trabajo estaba compuesto por un laptop Dell y un iPad. Trabajaba en la oficina con el portátil, siempre conectado a una dockkstation que me permitía llegar a la oficina, asentar el equipo en su ubicación y tener el equivalente a un sobremesa, con su monitor “grande”, teclado y ratón inalámbrico y conexión por cable a la red corporativa.
Cuando me iba a casa, me llevaba el iPad que utilizaba, sobre todo, para navegar desde el sofá, consumir contenido y responder correos. Intenté usarlo para tomar notas con aquellos lápices con almohadilla de espuma, pero la experiencia de uso era penosa.
Por eso, en mi bolsa, siempre había un cuaderno y un bolígrafo.
En 2014, adquirí una Surface Pro, con procesador i5, y su Windows “completo”, nada de RT.
Por supuesto, también adquirí la correspondiente dock para mantener los dispositivos en el puesto de trabajo.
Cuando iba a casa, llevaba la surface. En el sofá, desacoplaba su tapa/teclado y sustituyo al iPad. Con el tiempo y con aplicaciones como OneNote, ha ido sustituyendo incluso al cuaderno. Tomo notas escribiendo a mano que convierto a texto.
Hoy tengo una Surface Pro 8 y no tengo ninguna intención de cambiarla si no es por otra Surface más moderna, cuando quede obsoleta.
Por fin dejo de sentirme como un alma abandonada en el desierto que piensa que las tabletas (digo «tabletas» porque así no tengo que pelear por si es «los» o «las» tablets ;-D) no le llegan ni a la altura de la suela del zapato a los ordenadores portátiles si pensamos en el uso como herramienta «de trabajo» o para hacer cosas mínimamente «informáticas».
Por más que lo intento analizar con perspectiva, el auge está siempre centrado en lo mismo, ese uso «de sofá de casa», como si fuera «un teléfono móvil un poco más cómodo para la vista y los dedos».
Pero cuando veo a la gente en una reunión con mil cachivaches en forma de conectores, teclado, ratón… leches, si eso ya lo lleva «de serie» un portátil que puede ser casi poco más que una tableta.
¿Tienen su hueco? Sin duda y, en muchos casos, es una pasada lo que ofrece (pienso por ejemplo en un comercial de los que van recorriendo las tiendas de calle, por poner un ejemplo rápido), pero no, no son un reemplazo de un portátil, ni-de-le-jos.
Nota: Esto lo pienso aun poniéndome en la piel de usuario puro y duro, dejando de lado todo mi sesgo informático un tanto viejunillo ya.
Yo he tenido una Surface rt que tenía muchas limitaciones, pero a la que te adaptadas bien y podías hacer muchas cosas de las que necesitabas en el día a día (soy maestro). Luego pasé a una Surface pro5 y con ella pasé cuatro años en los que apenas tuve que usar el sobremesa porque con ella podía hacer casi todo lo que necesitaba. En esta segunda ya tenía el lápiz y me parece que este accesorio es lo que marca la diferencia en uso de estas tablets con respecto a un portátil al uso.
Al final, cuando mi Surface pro empezó a dar problemas de batería acabé buscando algo más en cuanto a rendimiento, pero sin renunciar al lápiz y a la pantalla táctil y compré un Surface book 3 que es el que uso actualmente. Con su pantalla táctil extraible, gráfica dedicada y aprovechando mi viejo surface Pen (sigue siendo compatible) llevo sin usar el sobremesa unos dos años. De vez en cuando lo enciendo para mantenerlo actualizado porque realmente no lo he necesitado.
Tableta no pero los portátiles de menos de 15 deberían todos tener SIM Card y reducir su peso.
Mirar el Samsung Galaxy Book pro. Más ligero que un Ipad+teclado y con SIM. ❤️❤️
No parece enganchar con el público en mi opinión por su muy confusa gama de portátiles, la mayoría basura, pero para mi ese modelo y un par similares que salieron después es casi la perfección.
Los portátiles profesionales (Dell Latitude, Lenovo ThinkPad y HP ProBook) tienen cmo opción un módulo SIM que vale normalmente menos de 100€.
Yo he regalado mi tablet de 8 pulgadas y me he comprado un Acer convertible de 13 pulgadas con Windows 11.
Uso más ordenador que tableta en mi vida cotidiana.
Tengo 40 y pocos años. Crecí con la mecanografía siempre alrededor, no hay nada como un teclado físico para mí.
Llevo más de 5 años utilizando 2 tablets para trabajar. Sí, para trabajo puro y duro. Una Android y una iOS. No entiendo mi realidad usando 2 computadoras para machos pelo en pecho. Es demasiado estúpido negarse a la posibilidad de aprovechar la tecnología para optimizar procesos productivos argumentando desde los riñones.
Tableta y reloj inteligente son subproductos a los que no se les ha encontrado una función propia para el publico en general (excepto para ilustración y diseño en el caso de las tabletas y robarte los datos de salud en el del reloj).
Mi experiencia con tabletas y portátiles ligeros empezó con el iPad Pro 2º gen (que lo usaba para tomar apuntes, leer, de viaje…) y el MacBook Air de 13.3″.
Luego cambié a un MacBook 12″ y finalmente un iPad Air con M1 pero siempre me han parecido ambos dispositivos muy caros y «limitados»… el iPad air M1 prometía que desde su puerto thunderbolt te podías conectar a una pantalla externa y tener multipantalla como si se tratara de un ordenador, algo que nunca llegó ni tras la promesa de Apple de incluirlo en la próxima versión de iPadOS, así que me defraudó bastante.
Hace tiempo que voy abandonando los productos de la manzana y ahora tengo dos Dell Latitude: un 5330 de portátil principal (i5 12gen) y un 7210 2en1 (tablet, i5 10 gen), ambos con Linux y son una maravilla de productividad, ya que no me siento limitado en ninguno de ellos: en la tableta tengo el mismo software que en el portátil pero me permite tomar notas manuscritas y tenerlas sincronizadas con todos los dispositivos. La tableta me da más de 10 horas de autonomía y el portátil ronda las 8.
Por mi trabajo Linux es la mejor opción que puedo instalar, en concreto uso PopOS en la tableta y Debian en el portátil.
Hola Enrique, normalmente suelo estar bastante de acuerdo en los enfoques de tus artículos, (independientemente de compartir o no algunas opiniones en ellos, que también de normal las comparto), pero en este artículo creo sinceramente que el enfoque no es correcto. Lo veo así por una sencilla razón, lo basas en que la surface es una tablet que además hace cosas de ordenador al uso, cuando es al revés, en el caso de la Surface de Microsoft (no hablo de modelos RT o con chip ARM), es un ordenador perfectamente funcional y capaz (más capaz que muchos sobremesas diría yo) y, además, tiene cosas de tablet como la pantalla táctil, soporte para pencil etc. Piénsalo como si a tu MacBook Pro o Air le dotas de una pantalla táctil y soporte para el Apple Pencil ¿dejaría de ser menos capaz, o menos ordenador, ese MacBook si no usas ninguna de esas cosas? no creo.
Esto lo escribe alguien que ha tenido una Surface Pro 3 como ordenador principal desde 2015 hasta 2022, 7 años. Utilizándolo tanto como un sobremesa conectado a monitores externos como un portatil al uso y como una tablet.
Por tanto, de saque hablar de «tablet computing» metiendo a Surfaces no RT o ARM creo que de base es incorrecto, independientemente del resto de conclusiones.
Un saludo!
Llevo 4 años con Surface Pro, ahora estoy con la Pro 8 (i7 1TB). Me parece espectacular. Creo que es bastante mejor que un pórtatil tradicional para notas, trabajar en entornos limitados (durante vuelos largos), en reuniones formales es mucho menos agresivo que un laptop.
Las versiones anteriores tenían problemas con monitores muy grandes si usabas a la vez applicaciones con video o alto procesado de datos pero esta versión aguanta sin problemas.
Para mi es la opción por defecto, sólo iría a un laptop tradicional si tuviese una funcionalidad concreta que necesitara.
Son dos herramientas distintas.
La integracion de las superficies tactiles en los laptops más las mejoras del software ayudan pero no resuelven al 100%.
¿Trabajar en una tablet?, no gracias. Ya lo hice en un viaje no es lo mismo, por eso llevo las dos.
Finalmente creo que el «problema» radica en la conceptualizacion inicial del metodo de entrada mouse vs. dedo. Asi pues, no usaria un PC con Android ni un tablet con Windows.
Mi opinión usando un iPad Pro conectado a un teclado y ratón, es que para el 85-90% de usuarios suple perfectamente todos los usos que podría necesitar dar a un ordenador. Sé que no es lo que tienes en mente cuando hablas de tablet PC, pero en mi opinión el iPad pro en su estado actual califica como tal: navegador completo, gestor de ventanas, RAM suficiente para hacer multitarea, aplicaciones potentes, gestor de archivos, capacidad para conectar a un segundo monitor… y una potencia que deja atrás a la mayoría de ordenadores portátiles «tradicionales» actuales.
Para mí personalmente, como programador, no es capaz de sustituir el portátil y queda como dispositivo secundario, que utilizo para navegar por internet, consultas rápidas, escribir… Pero si mi trabajo consistiera en ofimática, no tendría problema en pasar 8 horas trabajando con el iPad.
Incluso para aplicaciones más «Pro» como edición de vídeo, imagen, sonido… cada vez es más competente, y cada vez más software especializado tiene versiones completas para iPad.
Por cierto, algunos de los enlaces que compartes sobre el iPad son bastante antiguos. Vengo siguiendo los avances de este dispositivo desde entonces y no tiene nada que ver con lo que era en 2016. Si no lo has probado desde entonces, recomendaría mucho probar la (muy cara, por otra parte) experiencia de usar un iPad Pro de 12.9 pulgadas con el Magic Keyboard.