Mi columna en Invertia de esta semana se titula «El acuciante problema de la deuda climática» (pdf), y trata de explicar, al hilo de las catastróficas inundaciones de este año en Pakistán, completamente relacionadas con una emergencia climática que ha incrementado el volumen de las precipitaciones en un 50%, el concepto de deuda climática, que ya había sido, de hecho, comentado en medios por el ministro de finanzas del país.
¿Qué es la deuda climática? La que se deriva del hecho de que los países que están asumiendo los mayores problemas derivados de la emergencia climática sean precisamente países que no han prácticamente contribuido a provocarla. Un problema provocado fundamentalmente por el desarrollo de una serie de países, obtenido gracias al uso de combustibles fósiles durante muchas décadas, que se manifiesta, en general, no tanto en esos mismos países, sino en otros que han contribuido muy poco a esas emisiones. Mientras la inmensa mayoría de las emisiones se produjeron y se producen aún en países desarrollados, los efectos de la mayoría de las catástrofes climáticas, cada vez más frecuentes y más intensas, tiende a tener lugar en países en vías de desarrollo, que además, no son capaces de prepararse adecuadamente por tener pocos recursos para dedicar a ello.
¿Qué pasa cuando ignoramos la deuda climática y simplemente seguimos actuando como hemos hecho hasta ahora? ¿O cuando incluso, en el colmo de la desfachatez, pretendemos exigir a esos países que reduzcan ahora sus emisiones, mientras el mundo desarrollado mantiene los niveles de las suyas? Lógicamente, lo único que puede pasar: ahora, veinte países con alto riesgo derivado de la emergencia climática se plantean suspender el pago de su deuda externa, un total de 685,000 millones de dólares, y dedicar esos importes a prepararse para los cada vez más frecuentes desastres que se avecinan. Una medida lógica si pensamos que hablamos de países que gastan, como media, cinco veces más en los pagos de su deuda externa que en la preparación o mitigación de la crisis climática.
¿Qué pueden hacer países que ven a su población experimentar terribles desastres – las inundaciones de Pakistán han provocado miles de muertos y el desplazamiento de treinta y tres millones de personas, uno de cada siete habitantes del país – o que se plantean incluso dejar de existir, ante un problema como este? ¿Qué puede hacer Maldivas, un país cuya altura media sobre el nivel del mar es de 1.5 metros? ¿Y otros en los que el incremento de la temperatura media amenaza con provocar que, simplemente, no se pueda vivir en ellos? Ese tipo de escenarios distópicos están ya aquí, y los estamos viendo, como si fuera una siniestra lotería que puede tocar en cualquier momento.
La emergencia climática es un problema tecnológico, y sabemos que no solo puede mitigarse, sino que además, si lo hiciésemos, podríamos generar grandes ahorros. En su lugar, preferimos seguir funcionando como hemos funcionado hasta ahora, y ponernos plazos que sabemos que no vamos a cumplir, o que modificamos cuando surge una situación imprevista como una guerra, como si pudiéramos permitirnos el lujo de aplazar el problema más grande que la humanidad ha tenido en toda su historia. Cuando llegue una crisis de deuda, echaremos la culpa a la pandemia, a la guerra, o simplemente plantearemos soluciones coyunturales de reestructuración de la deuda de las naciones vulnerables.
Las soluciones a la emergencia climática nunca funcionarán si se dejan en manos de los intereses de cada país. Tomar decisiones conjuntas, supervisadas por una autoridad común, es indispensable si queremos evitar que el problema se convierta en insostenible. Que determinados países, ante un problema que no han contribuido a crear pero que sufren en toda su intensidad, rompan la baraja y provoquen una crisis de deuda de proporciones descomunales no es algo implanteable: de hecho, sabiendo lo que sabemos, lo extraño es que no haya ocurrido antes.
This article is also available in English on my Medium page, «Who really pays for the climate emergency?»
…mientras tanto en Francia…
63 multimillonarios franceses emiten tanto CO2 como el 50% de la población
El ecologismo en su vertiente colapsista es un fenómeno muy curioso porque ha calado en prácticamente todos los estratos sociales. Es decir, se ha superado la clásica lucha de ricos contra pobres. Y esto te hace pensar.
Nos están colando una serie de medidas regresivas mientras se dice que todo tendrá que ser más caro, lo que en la práctica significa la disolución de la clase media y una evidente situación de privilegio (mayor si cabe a la actual) de los ricos.
Los que más contaminan lo seguirán haciendo y los que tienen un impacto insignificante verán reducida su calidad de vida.
Pero el verdadero debate (hasta aquí creo que todo lo que he dicho es bastante objetivo) es cómo unos han conseguido colarnos esta milonga y como se la han tragado los otros tan servilmente.
Ah, que ahora el cambio climático es una milonga del «ecologismo en su vertiente colapsista».
Joer, haberlo dicho antes, que yo andaba preocupado pensando que era una evidencia cientifica apoyada por la inmensísima mayoria de la comunidad científica.
Y cambiando de tema, entonces para el covid me bebo un vaso de lejía ¿no? .
La milonga es tu impacto en el cambio climático por coger un avión a la década, ir a trabajar en metro y pagar 10 céntimos por las bolsas de plástico.
Vamos, la vida media de la gran mayoría de personas.
La evidencia que aportas es objetivamente demoledora.
Sobre todo la bien fundamentada definición:
Ecologismo en su vertiente colapsista
Lo de la deuda climática es como la deuda o hipoteca que formalizó Europa cuando decidió hacer del planeta su sayo y almacenar el sudor del trabajo ajeno, como si un previo Don Elon Baterías fuera.
Y claro, ahora ya dicen que «si te he visto no me acuerdo». Incluso hay que aguantar a algunos Hijos de Papá Europa, decir que ellos no son responsables de lo que hicieron sus papás. Como si, la riqueza que tienen ahora (incluso siendo mediopobres), fuera el último maná que mandó el Dios de los hebreos.
Hay que tener jeta… ¡y falta de conciencia!
Por lo demás, del tema se anda ya muy saturado (exceso de negacionismo). Además, no olvidemos que está muy ligado a no querer recoger refugiados, después de haber sementado «perfectas» tempestades.
Enhorabuena por el blog. Sólo un comentario, Enrique. No tengo datos primarios, pero he leído que en Pakistán se partía de una situación de montañas totalmente deforestadas y eso ha agravado las consecuencias. Lo que quiero decir es que con buenos proyectos de restauración hidrológica (como los que tenemos en muchas zonas de España), los efectos de las inundaciones no serían tan letales. Y el que no hayan apostado por estas medidas con anterioridad , no se debe al cambio climático. En definitiva, las explicaciones a fenómenos tan trágicos suelen ser poliédricas. Un cordial saludo
Una de las claves futuras es la inversión en contención, diques, reforestacion, liberar costa, etc..,
@LUIS, no atribuyas el hundimiento de las torres gemelas a una mala planificación en su construcción lo que puedas explicar como consecuencia del choque en vuelo de un avión de pasajeros contra su fachada. El cisne negro siempre acecha.
En la india y Pakistán se producen inundaciones masivas de la cuenca del Indo y el Ganges regularmente, asociadas con las de la cuenca del himalaya y el Punjab, documentadas por los registros históricos desde hace 2600 años, .
Ya lo narraba Kipling en «Kim de la India», nos hemos criado viendo las inundaciones masivas del Monzón (Monsoon) en los telediarios.
La agricultura de esos países depende de las inundaciones regulares para prosperar, como en la cuenca del Nilo. Es un fenómeno climatológico que se conoce como Avulsión.
Estos fenómenos de inundación masiva en la cuenca del Indo están registrados geológicamente desde el período Cuaternario, hace 2 millones de años.
Pero igual ha empeorado el veranillo de San Miguel desde aquella época, habrá que preguntar al de las cabañuelas.
–
A 1000-year history of large floods in the Upper Ganga catchment, central Himalaya, India – Science direct
Seven centuries of reconstructed Brahmaputra River discharge demonstrate underestimated high discharge and flood hazard frequency – Nature
List of floods in Pakistan – wikipedia
Entiendo todo el planteamiento. Me parece acertado el punto de vista, excepto por lo de que los países del tercer mundo no somos capaces de prepararnos adecuadamente por tener pocos recursos para dedicar a ello. La corrupción ferozmente instalada en nuestras instituciones y el crimen organizado me parecen factores más acuciantes que la falta de dinero. Sólo cito el caso LAVAJATO como prueba, pero hay mucho más…
Sólo diré 4 cosas, para no ser censurado:
1. La primera que no voy a abrir más artículos de este hombre sobre cambio climático, porque me pongo de muy mal humor. El motivo, sigue los puntos 2, 3 y 4 si es que tienes tiempo e interés.
2. Lee el libro «No hay apocalipsis» de Michael Shellenberger y sigue lo que escribe en twitter un tiempo.
3. Después de hacerlo vuelve a este artículo y repasa algunas de sus afirmaciones lee las fuentes que ofrece Enrique. Quizás descubras que estamos ante una emergencia climática y al fin aprecies esas fuentes, quien sabe…
4. Busca los directivos de organismos supranacionales que hacen afirmaciones más sorprendentes sobre el cambio climatico, BCE, FMI, en España, ministerio de transición energética, ministerio de hacienda, presidencia de la Comisión Europea….
Haz la busqueda en google sobre las personas que los dirigen (puedes ir hacia anteriores dirigentes si quieres), mira si tienen problemas con la justicia y no aceptes páginas raras, fíate sólo de fuentes tipo BBC, Washingtong Post, El País, New York times…
Quizás te sorprendas de la excelente selección, la limpieza y la competencia, quien sabe…
Luego piensa por ti mismo. En este blog no puedo decir nada más y creeme que hay más.
Descargado. Gracias por el aporte Ignacio.
He leído esta entrevista https://www.elconfidencial.com/cultura/2021-03-29/michael-shellenberger-activista-climatico-alarmismo_3009855/ , y otro tuercebotas y merluzo intenso que ahora quiere hacernos creer que, pese a todo, pese a lo que sea que venga que no niega que vendrá, (hay que tenerlos cuadrados), pues que somos la hostia y el futuro de la humanidad está asegurado por los avances científicos y la resilencia de la put*** madre que lo parió…
Ya sólo leer que el informe del IPCC es el más alarmista, cuando es uno de los más manipulado por intereses políticos, (la versión final, la que hacen pública) es de nota.
Con gentuza de esta calaña, tenemos muy asegurado un excelente futuro de ultra tumba.
Y esto está escrito a 25 de octubre de 2022 con un calorazo que lleva haciendo tooodo el put*** mes, que se lo pasaría yo por los güebos a este cenutrio. (Por algo le han dado tanta cancha en ese periodicucho PperoVoxero que es El Confidencial, por algo… Shame!!!
Hola Enrique.
Mira por donde hoy coincide con la publicación de tu artículo otro publicado por una serie de autores nada menos que en el New England Journal of Medicine, la revista médica de mayor impacto del mundo, bajo el título:
«Conferencia sobre el cambio climático COP27: se necesita una acción urgente para África y el mundo» y que también se refiere a la Deuda Climática que el mundo tiene con Africa, y dan los autores una serie de datos que ponen los pelos de punta. Entre otros:
Las sequías en el África subsahariana se han triplicado entre 1970–1979 y 2010–2019.6 En 2018, ciclones devastadores afectaron a 2,2 millones de personas en Malawi, Mozambique y Zimbabue.6 En África occidental y central, las graves inundaciones provocaron la mortalidad y la migración forzada por la pérdida de vivienda, tierras de cultivo y ganado.7 Los cambios en la ecología de los vectores provocados por las inundaciones y los daños a la higiene ambiental han provocado un aumento de las enfermedades en África subsahariana, con aumentos de la malaria, el dengue, la fiebre de Lassa, la fiebre del Valle del Rift, la enfermedad de Lyme, el virus del Ébola, el virus del Nilo Occidental y otras infecciones.8,9 El aumento del nivel del mar reduce la calidad del agua, lo que provoca enfermedades transmitidas por el agua, incluidas las enfermedades diarreicas, una de las principales causas de mortalidad en África.8 El clima extremo daña el suministro de agua y alimentos, aumentando la inseguridad alimentaria y la malnutrición, que causa 1,7 millones de muertes al año en África.10 Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la malnutrición ha aumentado casi 50% desde 2012, debido al papel central que juega la agricultura en las economías africanas.11 Los impactos ambientales y sus efectos colaterales también causan daños severos a la salud mental.12 En total, se estima que la crisis climática ha destruido una quinta parte de la producto interno bruto (PIB) de los países más vulnerables a los choques climáticos.13
El daño a África debería ser una preocupación suprema para todas las naciones. Esto se debe en parte a razones morales. Es muy injusto que las naciones más afectadas hayan contribuido menos a las emisiones globales acumuladas, que están impulsando la crisis climática y sus efectos cada vez más severos. América del Norte y Europa contribuyeron con el 62 % de las emisiones de dióxido de carbono desde la Revolución Industrial, mientras que África contribuyó solo con el 3 %.14
Las llamadas de atención deben de ser lo mas potentes posible, pero ya no se puede perder un minuto mas para evitar «emporcar» nuestro medio ambiente.
Dejo el enlace al artículo original por si alguien quiere echar un vistazo:
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMp2213503?query=TOC&cid=NEJM%20eToc,%20October%2020,%202022%20DM1573952_NEJM_Non_Subscriber&bid=1220266006
Hola Enrique.
Recién acabo de leer tu artículo sobre la deuda climática, y repasando el New England Journal of Medicine me encuentro con otro sobre el mismo tema, algo absolutamente inhabitual el que aparezca publicado un artículo sobre este tema en la revista médica mas prestigiosa y de mayor impacto del mundo, lo que ratifica la suprema importancia del tema y la urgencia en encontrarle una solución.
Dejo algunos datos que aparecen en el artículo:
Las sequías en el África subsahariana se han triplicado entre 1970–1979 y 2010–2019.6 En 2018, ciclones devastadores afectaron a 2,2 millones de personas en Malawi, Mozambique y Zimbabue.6 En África occidental y central, las graves inundaciones provocaron la mortalidad y la migración forzada por la pérdida de vivienda, tierras de cultivo y ganado.7 Los cambios en la ecología de los vectores provocados por las inundaciones y los daños a la higiene ambiental han provocado un aumento de las enfermedades en África subsahariana, con aumentos de la malaria, el dengue, la fiebre de Lassa, la fiebre del Valle del Rift, la enfermedad de Lyme, el virus del Ébola, el virus del Nilo Occidental y otras infecciones.8,9 El aumento del nivel del mar reduce la calidad del agua, lo que provoca enfermedades transmitidas por el agua, incluidas las enfermedades diarreicas, una de las principales causas de mortalidad en África.8 El clima extremo daña el suministro de agua y alimentos, aumentando la inseguridad alimentaria y la malnutrición, que causa 1,7 millones de muertes al año en África.10 Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la malnutrición ha aumentado casi 50% desde 2012, debido al papel central que juega la agricultura en las economías africanas.11 Los impactos ambientales y sus efectos colaterales también causan daños severos a la salud mental.12 En total, se estima que la crisis climática ha destruido una quinta parte de la producto interno bruto (PIB) de los países más vulnerables a los choques climáticos.13
El daño a África debería ser una preocupación suprema para todas las naciones. Esto se debe en parte a razones morales. Es muy injusto que las naciones más afectadas hayan contribuido menos a las emisiones globales acumuladas, que están impulsando la crisis climática y sus efectos cada vez más severos. América del Norte y Europa contribuyeron con el 62 % de las emisiones de dióxido de carbono desde la Revolución Industrial, mientras que África contribuyó solo con el 3 %.14
Por si quereis echarle un vistazo al artículo, que no tiene desperdicio, viniendo de donde viene además, os dejo el enlace:
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMp2213503?query=TOC&cid=NEJM%20eToc,%20October%2020,%202022%20DM1573952_NEJM_Non_Subscriber&bid=1220266006
Pues…..
Por qué está cayendo tanto el precio del gas: «Nos sale por las orejas»
Igual que digo «cara»… digo «cruz»…
Europa ha conseguido que el gas le sobre. A cambio, está destrozando el liderato de las renovables
La culpa de todo la tiene Mesopotamia que introdujo la agricultura.
Esto le encantara, Sr Gorki…. :P
La industria comienza a tener dudas sobre si realmente será posible tener coches eléctricos baratos
No me encanta, porque un coche eléctrico barato es lo que pensaba comprar cundo reviente el Ibiza.
¡Qué hago yo con un armatoste como un Tesla, si ya no tengo necesidad de fardar!
Te felicito por hablar de este tema. Hay mucho de neo-colonialismo en el discurso y acción climática de los países desarrollados. Estos olvidan que han sido los mayores beneficiados de la explotación de recursos fósiles y en las ultimas décadas han subcontratado la contaminación y la explotación laboral a otros países de tal manera que sus ciudadanos puedan adquirir productos baratos.
Ahora exigen a los países de menores recursos que adquieran tecnologías que aun son muy caras a estos mismos países. Si los países desarrollados quieren tener credibilidad en la lucha contra el cambio climático deberían abrir todas las licencias y patentes para que todo el mundo se beneficie y proceder a una transición acelerada.
Evidentemente eso no va pasar, como no paso con las vacunas contra el COVID.
MV