Todo indica que eso de tumbarse por la noche en el campo a ver las estrellas es una actividad que va a cambiar mucho próximamente. Cada vez más, el número de objetos que pasarán por encima de nuestras cabezas con aspecto de estrellas brillantes está incrementándose, hasta el punto de complicar la vida a los aficionados y estudiosos de la astronomía.
Una compañía aeroespacial de Texas, AST SpaceMobile, se dispone a lanzar su satélite BlueWalker 3, que tiene una particularidad con respecto a muchos otros satélites anteriores: su enorme tamaño. Como el CEO de la compañía, Abel Avellan, afirma, el satélite es «Made in TX— size matters!», y con su antena completamente desplegada mide nada menos que sesenta y cuatro metros cuadrados, lo cual lo convertirá, gracias a la reflexión de la luz del sol, en uno de los objetos más brillantes que podrán ser observados en el cielo nocturno. El satélite es un prototipo para poner a prueba lo que será su red de telecomunicaciones, consistente en un total de 243 satélites como ese en órbita terrestre baja (LEO), algo que le ha generado algunas discusiones con la NASA.
Al tiempo que esta compañía replantea las constelaciones de satélites en órbita baja, el líder de la industria, Starlink, sigue utilizando la capacidad no vendida de los constantes lanzamientos de los cohetes de su matriz, SpaceX, para incrementar cada vez más su flota, que supera ya las tres mil unidades y que pretende llegar hasta las 42,000. Pero además de seguir con sus lanzamientos de satélites como si no hubiera un mañana, los ha rediseñado para hacerlos sensiblemente más grandes y pesados, lo cual viene a reforzar las críticas que muchos observadores del cielo nocturno hacían al proyecto desde sus inicios: las hileras de satélites pasando pueden resultar muy visuales si estás simplemente entretenido mirando al cielo por la noche, pero su brillo puede impedir la observación de muchos otros fenómenos.
Y si ponemos al líder del mercado aeroespacial del momento, la Starlink de SpaceX lanzando miles de satélites, y a una pequeña compañía de Texas que afirma que ellos «no son unos cuantos cowboys lanzando satélites» con sus monstruos de sesenta y cuatro metros cuadrados, tenemos que pensar que en el medio hay muchísimas otras compañías en muchos otros países, todas ellas lanzando activamente objetos a la órbita baja del planeta, sin prácticamente regulación válida al respecto más allá de la que les planteen sus autoridades nacionales (encantadas, en muchos casos, de anunciar que su país apunta a ser «la próxima gran potencia aeroespacial»).
El resultado en no mucho tiempo, dada la enorme reducción de las barreras de entrada a la actividad, puede ser completamente demencial, y cambiar totalmente la experiencia de mirar al cielo por la noche. Pero al tiempo, hace verdaderamente difícil el trabajo, por ejemplo, de la exploración aeroespacial o de vigilancia de asteroides y otros cuerpos estelares que puedan tener rumbos de colisión con nuestro planeta, algo que obviamente no pasa todos los días, pero que sí conviene, dadas sus potenciales consecuencias, tener bajo control.
Si quieres salir a tumbarte al campo o a cualquier zona con poca contaminación lumínica una noche despejada, hazlo pronto, porque vas a alucinar en modo «romanticismo post-moderno» con la cantidad de cosas brillantes que no son estrellas y que vas a ver pasando por encima de tu cabeza…
ACTUALIZACIÓN (16/09/2022): el lanzamiento ha ido según lo previsto, y el satélite está ya en órbita.
This article is also available in English on my Medium page, «What’s the difference between a star and satellite?«
Va a ser maravilloso cuando una cascada de escombros satelitales nos cierren la salida al espacio (lo cual puede durar décadas o siglos, véase https://www.youtube.com/watch?v=yS1ibDImAYU). Como con el cambio climático, todo lo malo que puede pasar, pasará.
Al fin y al cabo todo el mundo está haciendo lo que hacían EEUU y la Unión Soviética cuando sólo ellos podían lanzar satélites, es decir hacer lo que les salía de los c******.
¿Ahora porqué tienen que restringir los demás sus actividades? ¿Para que las potencias establecidas mantengan su ventaja competitiva? Seguro que China entre otros es de esta opinión.
Es como el tema de China y las patentes: cuando en el siglo XIX EEUU estaba en pleno desarrollo se pasaban por el forro casi todas las patentes de fuera del país excepto quizás en algunos casos las del Reino Unido, ya que eran un socio comercial importante.
En cuanto fueron la potencia dominante empezaron a interesarse porque las patentes fueran efectivas.
Hablando de protestas ya veremos lo que va a pasar si a algún país se le ocurre llenar de paneles solares el espacio alrededor de la tierra. Porque eso ocurrirá en algún momento del futuro y la superficie que ocuparán esos paneles dejarán minúsculos a cualquiera de los satélites actuales.
No miro mucho las estrellas porque Madrid es un lugar poco adecuado para hacerlo, pero de vez en cuando voy a Somosierra, a una perdida y abandonada estación de tren, con un astrónomo aficionado y un pequeño telescopio a ver el cielo y, a parte de ver algún que otro satélite artificial, lo que se ven a cientos, son las luces de posición de aviones que cruzan el cielo en todas las direcciones,
No entiendo que los astrónomos no se quejen del constante paso de aviones y se quejen de los satélites artificiales. ¿No será la natural resistencia a todo lo nuevo?
Bueno, lo de los aviones, depende… Si te ubicas cerca de una aerovía verás muchos; si no, no.
Pero tienes razón y aquí, a partir de algunas quejas razonables, se genera mucho cuento. Es que no se ven las estrellas… pero… ¿quién mira a las estrellas? Unos cuantos centenares, quizá dos o tres millares, de astrónomos profesionales y aficionados. El resto no les hace ni puñetero caso. Y ese resto que no hace ni puñetero caso constituye la masa de los que se quejan de que no se ven las estrellas, pero también se quejan cuando sus calles están insuficientemente iluminadas (en su opinión) y quieren tener en sus manos todas las telecomunicaciones del mundo, que serían imposibles sin satélites.
Es como los que se quejan del cambio climático cuando se bajan del coche (porque ir en metro es de pringaos) y se meten corriendo en casa para gozar de un aire acondicionado gélido puesto a toda leche, encienden luces como si no hubiera un mañana y usan una tele de dos metros cuadrados.
Tururú.
Vaya por delante, que cualquier avance tecnológico, si demuestra ser un bien para el conjunto, me parece perfecto.
Satélites de telecomunicaciones, meteorología, investigación, GPS, etc…
Donde veo un problema, es en el punto en que un país o una empresa, decide “que el cielo es suyo”.
Vería lógico, por ejemplo, en el caso de Starlink, que el gobierno de USA, diera su aprobación para rellenar el espacio correspondiente (haciendo la proyección espacial aproximada) a su espacio de cielo. No así, a inundar el espacio “de otros”, como se suele decir “por sus santos testículos”.
Debería ser, como el condominio de la Antártida de 1959, pero más ajustado a razones.
Si quieres ser, un bien común, perfecto. Si vas a ser propiedad/beneficio de una empresa, ya no tanto.
Ha preguntado alguien, a Paises Bajos, a España, a Italia…etc?
El cielo también es suyo, porque el cielo, es de todos.
Ya ha habido en estas líneas comentaristas, que, en tanto fans de la astronomía, han mostrado sus desacuerdos. Ni que decir tiene que la propia comunidad científica, también está expresando su oposición a “la basura galáctica”.
En mi caso particular, la contaminación lumínica del área metropolitana de Barcelona, me hace que esa afición me vaya quedando en desuso cada vez mas. Si quiero practicarla, tengo que coger toda mi cacharrería y desplazarme a zonas de interior de Catalunya, o preferentemente, al Pirineo.
Y créanme, ver pasar el “trenecito”, en medio de una foto de larga exposición, te hace mentar a todos los santos… y a todos los diablos.
Encantador el video del Sr. F3R
Supongamos que ponemos un millón de satélites de 64 metros cuadrados en una órbita baja de, digamos, 500 km.
64 metros cuadrados son 640 000 cm2, y multiplicado por un millón son 640 000 000 000 cm2
El radio de ésta órbita con respecto al centro de la Tierra es de 6 371 + 500 = 6 871 km = 687 100 000 cm
¿Qué tanto por uno del cielo “taparía” ese millón de satélites?
Lo podemos calcular aquí (hay que redondear a bastantes decimales):
https://rechneronline.de/winkel/solid-angle.php
Ese millón de satélites ocuparía un ángulo sólido (Omega, estereorradián o sr) de:
0,000 001 36 sr, que, dividido entre 2 x pi (ya que un hemisferio ocupa 2 x pi sr = 6,28 sr) daría:
0,000 000 216 (en tanto por uno) de lo que “ocuparía” todo el hemisferio.
Y eso si los viésemos siempre perpendiculares… y todos ellos en nuestro hemisferio.
El cielo es muy grande.
Muchas cosas se ven con su dimensión real si se echan unos números.
Vuelvo a lo que dije ante, la polución lumínica, (e innecesaria, una cosa es alumbrar el suelo de una ciudad pero no el cielo de la misma), y la polución industrial, (inevitable pero posible de reducir), son los verdaderos obstáculos para contemplar el cielo.
En Madrid hay un viejo observatorio astronómico en el Retiro, Cuando se edificó, no seria el lugar mas adecuado para hacerlo, pero se podía observar el cielo desde allí. No es la culpa de los satélites ni de los aviones que no se pueda utilizar hoy para nada, la culpa es de la actividad terrestre.
Disculpen. Me corrijo un poco.
El valor calculado en mi anterior mensaje no es muy correcto.
Ese valor correspondería a un hipotético observador situado en el centro de la Tierra y siendo un hemisferio de ésta transparente.
La siguiente aproximación sería algo más atinada:
En realidad, desde la superficie de la Tierra solo se puede ver una parte de los satélites mencionados, quizá una veinteaba parte.
La distancia se reduce desde 6 871 a 500 km. Y el área de cielo que ocultan crece con el cuadrado de esa reducción.
En definitiva, el área ocultada crece unas diez veces más que los 0,000 001 36 sr mencionados y se quedaría en 0,000 014 sr en tanto por uno como aproximación.
Lo que haga falta por satisfacer el capricho egomaníaco de unos cuantos multimillonarios. Ya se regularan solos los satelites, como el mercado.
Un blog científico en español, hecho por científicos, que recomiendo encarecidamente leer, es Naukas donde ya hace unos años, se quejaban y con razón del problema:
La amenaza de Starlink
¿No os da más miedo que se puedan caer sobre nuestras cabezas como a los galos de Asterix?
Hay una vieja película
(? los dioses sé han vuelto locos ?) en lo que a unos papúes en Australia, les cae encima una botella de cocacola, caida de algun aviòn, y piensan que es un regalo de los dioses;
el bucle de esta parábola se cierra con un ejemplar de flecha papúe que yo he tenido en mis manos en una colección privada de Barcelona, donde la punta de la flecha es inequívocamente un trozo de botella de cocacola tallada..
La pelicula fue un exito para su bajo presupuesto. (La tengo en mi coleccion)
Pero una matizacion…
No es Australia, sino Sudafrica, y no son papues, sino bosquimamos. :)
De acuerdo a veces no me acuerdo.
En todo caso son ab-origenes