Ian Goodfellow, uno de los ingenieros y directivos más importantes de Apple en el área de machine learning, con importantes contribuciones al área del deep learning como las redes generativas antagónicas (Generative Adversarial Networks, o GAN), se ha despedido de la compañía tras manifestar su descontento con su falta de flexibilidad y su política de retorno a la oficina.
El caso de Goodfellow, que fue fichado procedente de Google en abril de 2019, no parece en absoluto aislado: son muchos, hasta un 76%, los trabajadores de la compañía que manifiestan su descontento con una falta de flexibilidad que comenzó el pasado 11 de abril obligando a los empleados a trabajar un día a la semana desde la oficina, que el pasado 4 de mayo pasó a requerir dos días de trabajo presencial, y que anuncia que llegará a los tres días a partir del próximo mes de septiembre. Las críticas a la compañía son muy numerosas, y parece ser que un buen número de sus empleados se plantean la renuncia. Muchos de ellos, de hecho, han escrito una carta abierta a la dirección planteando sus quejas.
¿Qué ocurre cuando pretendes obligar a tus empleados a que trabajen de una manera determinada, cuando lo que ellos quieren – y han comprobado fehacientemente que pueden – es trabajar de otra forma? Simplemente, que muchos de ellos consideran que eres poco flexible, y que la propuesta de valor de su empleo pierde una buena parte de su atractivo. Si además muchos de tus empleados tienen una cotización en el mercado muy elevada y pueden fácilmente encontrar otros sitios en los que trabajar en los que los reciban, en muchos casos, con los brazos abiertos, puedes encontrarte con un importante problema de drenaje de talento, y sufrir claramente las consecuencias. Casi un 56% de los trabajadores de la compañía afirman estar pensando en abandonarla debido a la obligación de trabajar en la oficina, y algunos dicen que a partir del 23 de mayo, cuando el plan de trabajo híbrido incremente sus requerimientos de presencia, se verá un número récord de salidas de la compañía.
Cuando has invertido una auténtica barbaridad de dinero en unas oficinas espectaculares y estás además convencido, aunque sea falso, de que el estar juntos bajo un mismo techo es algo importantísimo, puedes intentar convencer a tus empleados para que vuelvan a esas oficinas. Pero si muchos de esos empleados llevan ya casi dos años trabajando desde sus casas con buenos resultados, si su nivel de conocimiento y familiaridad con la tecnología les permite trabajar muy cómodamente, y si muchos de ellos, además, han tomado decisiones vitales como irse a vivir a otro sitio o reorganizar sus vidas en función de la flexibilidad de trabajar como quieren y desde donde quieren, te puedes encontrar con un problema muy serio, aunque teóricamente pases por ser una de las compañías más atractivas de tu industria para trabajar.
Las prácticas, tras un buen número de meses, pasan a convertirse en hábitos, y puede resultar muy difícil convencer a alguien que ya se ha adaptado al trabajo distribuido de que ahora, sin más razón que la decisión de un superior, vaya a tener que volver todos los días a coger el coche, tragarse un atasco y acudir a un sitio en el que, por bonito que sea, seguramente le resulta menos agradable que su propia casa, en la que se encuentra de maravilla trabajando y donde ha comprobado que puede ser incluso más productivo.
Si esto le pasa a Apple, ya veremos qué le ocurre a otras compañías con menor capacidad de atracción y retención de talento. En el futuro del trabajo, las oficinas juegan un papel bastante poco relevante, por mucho que las empresas se hayan podido gastar en construirlas. En unos años, lo que ahora llamamos «trabajo distribuido» será simplemente «trabajo», y nos plantearemos cómo podíamos trabajar de otra manera y meternos varias horas a la semana en un atasco para ir a trabajar a un sitio concreto.
Si quieres nadar contracorriente, puedes intentarlo… pero prepárate, porque a medio plazo, no suele ser demasiado recomendable ni productivo.
This article is also available in English on my Medium page, «Apple: why a forced return to the office will lead to a brain drain«
Pues justo eso me ha pasado. He estado casi 5 años en una empresa. Tras trabajar en remoto 2 años pretendían hacerme viajar a Madrid mucho más… y he cambiado a otra que sí me permitía quedarme a trabajar desde casa… con el salario de Madrid.
Es un win-win para los trabajadores que podemos elegir, pero no creo que todos puedan, sobre todo en la España de los 3 millones de parados y del 40% de paro juvenil.
Me alegro por ti. Toda la razón… y sobretodo con ciertas mentalidades que todavía existen
Un saludo.
Las implicaciones del teletrabajo o trabajo distribuido son muy importantes, una auténtica revolución. Quien no lo acepte, en un mercado de libre competencia laboral, se quedará sin talento.
Apple, en este sentido, no se está portando nada bien con sus trabajadores. Ni les da flexibilidad ni les deja sindicarse…
Esta haciendo con sus empleados, lo mismo que con sus clientes … a pasar por el aro de mis decisiones porque yo lo valgo… XDDD
Ps.- No podia evitarlo… XDDDD
Ps2.- Espero que esa decision, sea un tiro en el pie de la empresa (y que se den cuenta). Que no sea santo de mi devocion es una cosa, que la considere necesaria, otra…
Al igual que otro gigante de la distribucion. Ley permite tener un delgado sindical en base al numero de trabajadores. Aparte de este tema creo que es un gran paso atrás: una vez que has probado, visto los resultados, seguramente en la mayoría de los casos han sido satisfactorios no quieres vuelta atrás. No voy enumerar los beneficios, todos los conocemos, si al empleado le motivas con una mayor independencia, conciliación laboral y demás, creo que produce hasta mas. Forma de trabajar es mas satisfactoria y al final todos ganan que es lo que verdaderamente cuenta.
Un saludo.
Soy consultor de ingeniería civil en una ciudad muy pequeña. Trabajo en mi estudio desde casa, y el ahorro económico y de tiempo, en traslados absurdos a una oficina que estaba a 10 km, es brutal. Como mucho una reunión en un espacio compartido a la semana. El Teletrabajo, incluso en micropymes de micro-ciudades tiene más ventajas que inconvenientes.
Personalmente creo que por muy práctico y útil que está siendo el trabajo remoto para muchas personas, considerar que esta modalidad trae beneficios en todas las áreas, es generalizar demasiado: en profesiones creativas como la mía, he podido notar una pérdida en la calidad de las ideas, mayores despistes, tiempos dilatados de respuesta que en otras circunstancias se habrían resuelto instantáneamente… y finalmente las consecuencias inevitables de estar más «aislado».
A día de hoy las tecnologías de videoconferencia siguen teniendo demasiados errores, cada 2×3 un «¿me oís? no se pq se corta la conexión», «te oigo duplicado», etc. Por mucho que la tecnología lo permita, y haya avanzado más que nunca, nosotros seguimos los de siempre, y la interacción directa trae un boost de motivación de manera natural que, al menos en mi carrera, he visto como se ha reducido drásticamente.
Creo que muchos trabajos donde te la pasas callado frente a tu PC y no requieres de mucha interacción, pueden ser realizados tranquilamente desde casa al 100%. Pero en el momento en que esto varía, es donde entiendo que Apple pueda ver problemas.
Desde mi perspectiva al menos, tengo muy claro que las grandes ideas surgen de la interacción con el mundo en general, no desde la comodidad de tu casa.
Creo que en el equilibrio está la virtud.
Intentar reunirse (no necesariamente en la oficina) todos los miembros del equipo de forma periódica un día a la semana agrupando reuniones me parece buena idea, sobre todo para introducir nuevos miembros. Incluso que los nuevos miembros trabajen presencialmente varios días con un veterano durante un tiempo (tampoco necesariamente en la oficina).
Eso dependiendo del tipo de trabajo y de las personas. A lo mejor en trabajos más creativos hay que reunirse presencialmente dos o tres días a la semana para hacer «brainstorming» y el resto del tiempo es trabajo individual y se puede hacer en casa.
En resumen, que la presencialidad o no debería ser flexible de forma que beneficie tanto al trabajo como al trabajador.
En efecto un equipo es mas que la suma de las partes, y veo difícil, (no imposible), hacer equipo sin una presencia física de sus miembros. El teletrabajo es solución para un limitado número de trabajadores, cuyo trabajo es adecuado para ratones de biblioteca, pero para otros trabajos donde hay que actuar en equipo, es difícil, aunque no imposible.
Totalmente de acuerdo.
Enrique escribe: «… estás además convencido, aunque sea falso, de que el estar juntos bajo un mismo techo es algo importantísimo».
Fíjate que hay matrimonios que opinan lo mismo, que vivir juntos es importantísimo. Aunque claro, hay parejas que prefieren vivir cada uno en su casa y conectar por internet. ;-)
Habrá casos, yo soy mucho más creativo en un cafetería frente a una playa, en un parque o paseando, que entre cuatro paredes de un edificio en el centro de Madrid al que me ha costado una hora llegar. Y, sin embargo, eso no quita que sea muy necesario reunirse.
Pero por eso estamos hablando de la flexibilidad y autonomía de los equipos de trabajo y no de trabajar en la oficina o aislado en tu casa por decreto.
Desconozco quien tiene razón, si los que propugnan el teletrabajo, como maravillosa solución a todos los problemas, o quienes propugnan la presencialidad, como una panacea para todos los males.
Pero, si no es una, sino muchas las empresas que han demostrado hasta el presente estar bien dirigidas, que optan por prescindir del teletrabajo, digo yo que será porque han detectado motivos de suficiente importancia para hacerlo y no porque los directivos sean dinosaurios que el meteorito no mató.
Si en vez buscar la «solución » simplista, de decir que esos dirigentes, que repito, demostraron en el pasado no ser nada tontos, tratan de «nadar contracorriente», intentamos conocer las razones que les llevan a considerar no viable el teletrabajo, quizá lleguemos a entender los motivos de unos y de otros para defender o atacar esta medida.
Puede ser. Hasta ahora se ha hecho, no tenia las condiciones tecnológicas actuales; que si algo puede fallar, comunicacion y muchas causas. Eso es un tema puede pasar presencial-en remoto. No hay nada 100% diga lo contrario miente… Tenemos que evolucionar hacia algo mejor y creo que el teletrabajo esta para seguir evolucionando y quedarse.
Por esa regla de tres, antes cavábamos con pico y pala y ahora existen maquinas que nos ayudan e incluso lo hacen/harán solas.
Saludos.
El mayor valor de una empresa es su gente no así sus instalaciones (oficinas), pero considero que se tiene que llegar a un equilibrio en dónde los trabajadores, según sus funciones deban ir a éstas siempre y cuando sea una situación dónde sea 100% justificable.
Con «nosotros seguimos (siendo) los de siempre» (CARLOS) y «en el equilibrio está la virtud» (BENJI), se puede hacer un buen resumen de la cuestión que trata la entrada.
Y matizando, que, ser los de siempre, no quiere decir que no se pueda evolucionar.
Así mismo, que equilibrio y punto medio no son sinónimos, ya que punto medio solo hay en un segmento y, como tal segmento, no tiene existencia propia. Aparte de que el equilibrio es un asunto de fuerzas y no de distancias, por lo que, según el contexto de actuación, puede estar más cerca o menos de ese hipotético «punto medio».
Por lo que, aseverar con total rotundidad, que trabajar en casa es mejor que trabajar en otro sitio, tiene tanto de majadería intelectual, como afirmar que todas las madres (y padres) cuidan de sus retoños. Y más teniendo en cuenta la pasión «cuquil» (hacer la cuco) que tiene esa versión mediocre de ser humano que tanto mentamos. Por ejemplo, descargar en los abuelos (o la sociedad civil) la responsabilidad tutorial de los padres, biológicos o adoptadores.
En el caso de la mediocre versión, eso puede redundar en un mayor grado de explotación del sector (femenino?) que lleve el trabajo doméstico. En el área de trabajo en común, será más difícil colar la clásica cantinela, de que «tengo mucho trabajo».
Uno de los problemas del teletrabajo es que mientras las ventajas son evidentes para el trabajador, (ahorro de desplazamientos y comidas, ahorro en tiempo de transportes y poder compatibilizar la vida familiar y el trabajo), las ventajas para el empresario no son tan evidentes, (ahorro de oficinas y energía), pero si en cambio son evidentes los problemas derivados del teletrabajo.
Por ello posiblemente en el futuro, se compensaran las ventajas para amabas partes. Por ejemplo, trabajar en casa cobrando por el mismo trabajo menos, que los empleados que lo hacen en presencial.
Los indios si saben sacar ventajas para retener el talento… XDDD
Una empresa india ha tenido la idea definitiva para retener talento: un «Tinder» para que encuentren pareja
Gorki, la ventaja para el empresario es que si no ofrece teletrabajo no va a querer trabajar nadie para él. Al menos que no tenga otra cosa y entonces si trabajen para él con toda la desgana del mundo.
No mientras haya mas gente buscando trabajo, que empresarios ofreciéndolo.
Gorki dice: «mientras las ventajas son evidentes para el trabajador, … las ventajas para el empresario no son tan evidentes … pero si en cambio son evidentes los problemas derivados del teletrabajo.»
y Enrique replica: «la ventaja para el empresario es que si no ofrece teletrabajo no va a querer trabajar nadie para él.»
Son dos temas relacionados pero diferentes. Gorki habla de ventajas para las partes y Enrique habla de relaciones de poder. Gorki lo sabe, que añade: «No mientras haya mas gente buscando trabajo, que empresarios ofreciéndolo.»
¿El teletrabajo es posible? Por supuesto, pero se trata de «otro trabajo» no simplemente de otra forma de trabajar. ¿Es el futuro? Probablemente, pero serán otro tipo de empresas, otro tipo de relaciones, otro tipo de vida.
Un siglo tras Taylor, el taylorismo (y sus avatares) sigue siendo dominando, así que antes que la sociedad cambie mayoritariamente al teletrabajo, pasará mucha agua bajo los puentes.
El primero que tendría que incentivar el teletrabajo es el Gobierno y mas hoy en día con el tema de Rusia.
Aparte de las ventajas para el trabajador como conciliación laboral, perdida de horas de transporte, etc, tenemos las colectivas : ahorro energético, menos contaminación, etc.
Pero me sorprende Apple, que debería estar a la última en estos temas, aunque supongo que tendrán fundadas razones.
Un edificio nuevo de trinca para estrenar, que no ha resultado barato precisamente… hay que amortizarlo… XDD
Habría que saber para qué quiere IE. la sede de la quinta torre de la Castellana, si profesores y alumnos se ven por teleconferencia.
Ese edifcio es más disruptivo que un sistema de conferencia hecho con 2 yogures y 1 cuerda.
PAAAM…!!!! XDDD
Porque nosotros estamos exactamente en la situación contraria: nuestros alumnos QUIEREN venir a clase presencial, salvo cuando viajan o están enfermos. Ahora puedes asistir a clase como tal, en el aula, o desde donde te dé la real gana, pero pudiendo participar en las discusiones de clase como si estuvieras físicamente en el aula. Eso es lo que se llama un entorno híbrido que se adapta a tus usuarios. Las compañías deberían hacer lo mismo: tener sedes físicas pensadas para algunas actividades sociales, pero que se pueda trabajar desde donde a uno le dé la real gana. Y en su caso, la mayoría de los trabajadores, aparentemente, prefieren trabajar desde sus casas la mayor parte del tiempo, independientemente de que a veces se acuda a la oficina para determinadas actividades específicas.
Loa alumnos prefieren a la comunicación presencial a la las teleconferencias,, Unos señores que nadan contra corriente.
Y he ahi mi pregunta….
Como puede ser que los alumnos QUIERAN lo presencial
y que los trabajadores QUIERAN lo «tele»…
(ejem…)
Resumiendo, el que paga manda, sea empresario o estudiante, si dicen presencial pues presencial…
Curiosamente los estudiantes son la «crème de la créme» y eligen lo mismo que los empresarios que aqui se les ha tildado muchas veces de dinosaurios que no ven más allá del micro-management
Siendo utópicos, cuando salgan de esa escuela de negocios Enrique les haya evangelizado de las bondades del no presencial. Pero mientras todos al atasco.
Suerte con las crias asilvestradas !!
Pues es fácil de entender. Los alumnos van a la universidad no sólo a formarse sino también a socializar, que es una parte crucial en esa etapa de desarrollo. Los trabajadores en cambio, van a una oficina a cumplir con su responsabilidad a cambio de un sueldo con el que poder llevar a cabo su vida, lo cual casi nunca incluye el deseo de pasar 8 horas diarias interactuando con gente a la que, de poder elegir, no vería ni en pintura.
Todas las sectas tienen su Palmar de Troya. Además los aficionados a espiar, con el teletrabajo no podrían mirar por las ventanas para ver a Jobs viendo los teleñecos.
Lo más cómodo no siempre es lo mejor. Y menos para la media de las personas. Da pereza ir algún día a la oficina. ¿Pero tiene beneficios para el equipo, el profesional y la empresa? Estar en una organización dónde sólo ves a tu equipo próximo (burbuja) puede ser un problema. Y para los nuevos en la organización un gran problema. Los pasillos, los cafés, las post reuniones y las reuniones presenciales tienen grandes beneficiarios que las videos y herramientas colaborativas no consiguen. Mi experiencia de estos dos años es que el teletrabajo es superproductivo pero se pierde colaboración entre diferentes equipos lo que redunda en reducción de la colaboración y la innovación y por tanto competitividad a medio plazo. Algo verán esos alumnos del IE para querer ir a clase en un ambiente telemático en que se mueven El equilibrio entre pros y contras es lo que hay que encontrar. La pereza y acomodamiento son características humanas. Los que se molestan en formarse parecen valorar la presencialidad.
Uno de los desafíos de la adopción 100% del teletrabajo entiendo que es la gestión de equipos deslocalizados para llevar los proyectos a buen puerto, incluyendo la inclusión de nuevo talento al equipo y la generación del sentimiento de pertenencia.
La gestión de equipos es una disciplina de cierta complejidad cuando se realiza presencialmente, y tanto más compleja en modalidad remota.
Las empresas en las que hay una rotación de trabajadores media o alta, donde entran y salen miembros del equipo en tiempos de 1-2 años, o incluso menos, cuentan con esa dificultad añadida: tener que gestionar a personas de las que a penas conoces nada en modo presencial.
Como en todo, los gestores y mandos intermedios necesitarán un periodo de adaptación al nuevo formato., y con el tiempo empezarán a emerger las ventajas.
Imagino que en las escuelas de negocios se estará abordando el tema desde hace tiempo, y ahora con mayor motivo.