Aparentemente, la relación entre la pandemia y el uso de dinero en metálico proviene de sus inicios, de cuando sabíamos aún muy poco sobre los detalles de la transmisión del virus, y creíamos, erróneamente, que podía transmitirse por contacto con superficies.
Esa hipótesis tardó en demostrarse como falsa, y de hecho, nos ha dejado con algunos hábitos que parecen difíciles de eliminar, como el uso de gel hidroalcohólico en muchos sitios (completamente inútil, salvo porque hace que todos vayamos con las manos algo más limpias) o el abandono, por parte de muchas personas, del uso del dinero en metálico, identificado como algo sucio y peligroso.
Si unimos a esa información falsa los efectos de un confinamiento durante el que utilizamos la tarjeta de crédito para comprar todo tipo de productos a través de la red, tenemos la receta para la tormenta perfecta: la pandemia ha provocado que muchísimas personas abandonen el uso del dinero en metálico, y que muchísimos establecimientos acepten ahora el pago mediante tarjeta en cualquiera de sus modalidades (tarjeta como tal, teléfono, reloj, etc.) para cualquier transacción, incluso de importes muy pequeños.
En realidad, la pandemia solo ha sido un paso más en el abandono de una tecnología, el dinero en metálico, que llevaba ya tiempo en franca reducción en muchos países. En determinadas zonas de los Estados Unidos, en China o en Suecia, por ejemplo, pagar en metálico puede suponer como mínimo una mirada rara, y como máximo, no poder hacerlo si el establecimiento lo señaliza expresamente. En Suecia, de hecho, donde tan solo el 1% de los flujos económicos tienen lugar en metálico, ya prácticamente vienen de vuelta: el abandono del dinero en metálico convierte a muchos ciudadanos, generalmente mayores, en auténticos marginados, lo que ha llevado a algunos a señalar los problemas de una adopción muy rápida.
En otros países, como India o Alemania, el dinero en metálico cuenta con muchos más adeptos, aunque en el caso de los germanos también se está viendo un reciente retroceso debido a la pandemia. Los bancos centrales llevan tiempo previendo un mundo sin dinero en metálico y poniendo sobre la mesa la posibilidad de lanzar su propio dinero digital, mientras otros muchos se plantean la idoneidad del cash para muchos tipos de transacciones, su escasa trazabilidad, su anonimato, y se plantean si su abandono no representará un problema en ausencia de una tecnología que cumpla esos mismos requisitos.
Por el momento, lo que sí estamos pudiendo comprobar son las crecientes dificultades de muchos trabajadores en ocupaciones y países en las que existe una tradición de dar propinas. Las limpiadoras de habitaciones en hoteles, por ejemplo, están muy acostumbradas en muchos países a recibir propinas que los huéspedes les suelen dejar habitualmente sobre la almohada, pero ahora, esos huéspedes simplemente no llevan dinero en el bolsillo, y la reducción en esos ingresos, que les ayudaban a completar su generalmente exiguo salario, es notoria.
Lo mismo ocurre con otras ocupaciones como la hostelería, en la que algunos establecimientos aún no aceptan las propinas en la tarjeta por los problemas que plantea su contabilidad posterior, o muchos otros trabajos, desde quien te ayuda con el equipaje en un hotel, estación o aeropuerto hasta bailarinas en clubs de striptease o incluso personas que viven de la caridad. En algunas iglesias, el cepillo se pasa ya de manera electrónica añadiendo un código QR al recipiente de las monedas.
La cuestión se complica por las diferencias de costumbres: desde países en los que se toma prácticamente por sentado que un determinado porcentaje de la cuenta será entregado como propina y resulta casi insultante no dejarla, hasta otros en los que se deja simplemente el cambio o no se deja nada. Cuando los ciudadanos se acostumbran a no llevar dinero en metálico en el bolsillo porque simplemente deja de ser necesario, volver atrás puede costar bastante. Cada vez más, muchas personas se encuentran acudiendo a un cajero automático no porque necesiten dinero, sino simplemente porque van a ir a un hotel y necesitan algo de dinero para dar propinas.
Por otro lado, no existe un equivalente sencillo, algún tipo de app que permita a un usuario hacer un pago de manera instantánea y sin complicaciones a otro, de manera razonablemente discreta y sin necesidad de comunicar siquiera el número de teléfono o la identidad. Un problema si pensamos que las propinas o la caridad representan una parte del modelo económico que tiene un valor importante para muchas personas, y que la alternativa de simplemente abandonar esos hábitos porque dejan de resultar convenientes puede terminar siendo un problema importante para muchos. ¿Será capaz la tecnología de plantear una solución sencilla para esos pequeños pero habituales pagos en los que no se requiere trazabilidad alguna, y sin que ello suponga un problema de seguridad?
This article is also available in English on my Medium page, «How the pandemic helped kill off cash«
«el uso del dinero en metálico, identificado como algo sucio y peligroso»
sucio y peligroso es que alguien (con mejor o peor intencion) pueda controlar lo que haces con tu dinero (y con tu vida) en todo momento
Me añado a la descripcion….
Hace casi 20 años que no tengo tarjetas, vivo feliz, uso solo metalico (siempre llevo minimo 50€ en la cartera) y si alguien me mira mal, dos problemas tiene…XDDD
Me sumo, en mi cartera, mi única tarjeta es de débito y es el bonobus, tengo una tarjeta de crédito que uso de Guindas a peras y es porque viajo no me gusta llevar mucho dinero encima y en los viajes la única tarjeta que aceptan en los hoteles es de crédito, porque con una de débito si el n banco está cerrado no pueden comprobar si tengo saldo.
Pero como dice Dans detecto que el pago con dinero está en regresión como cuento en otro comentario.
Hasta el presente, no he tenido nunca problemas por pagos en metalico (e incluyo hoteles).
Que me miran «raro»? Si, pero es que me la pela… el dinero es dinero y les guste o no, y por mucha tecnologia que metan por medio estan OBLIGADOS por ley a aceptarlo… caso contrario, llamadita a la policia… (y las tonterias se disipan rapido…)
Otro más que se suma.
Yo siempre en metalico.
Es el modelo chino. Orwell.
Otro colectivo afectado son los que mendigan
He visitado el útimo absurdo captalista de Madrid que es el Centro comercial Oasiz. Digo absurdo capitalista, por que no tiene ni pies ni cabeza, Esta a unos 25 Km de Madrid, (al lado de la Base de Torrejón), y es un exceso de superficie lo mires como lo mires,
Para hacerte ir han potenciado el ocio, a si que como estaba mi nieta en casa hemos ido a que lo conociera y montara en algunas atracciones diferentes, una retroexcavadora infantil y algo que definiría como un cochecito de inválidos biplaza de dos ruedas, tipo Segway . El caso es que para sacar el tiquet de estas atracciones, no admiten metálico, tienes que pagar con tarjeta. La razón es que así ni hay cajero, ni hay que hacer caja, el ingreso entra directamente en la cuenta correspondiente y el control lo hace el banco.
También en algunos bares han cambiado la caja por unos aparatos, en el que por un sitio metes tu dinero y por otro sale la vuelta, sin que el empleado toque el dinero, La razón la misma se elimina el cajero y el control de la caja.
Yo creo que es una tendencia que se impondrá en un próximo futuro, no por petición de los clientes, sino por petición de los vendedores. Los pagos en metálico se quedaran para aquellos que por un motivo u otro no se quieren que Hacienda se entere de la transacción.
PD.. Oasiz merece la pena verlo una vez en la vida, (no mas), y daros prisa, porque pienso que cerrara pronto, no he visto ni una sola persona con bolsa de una tienda, es decir la gente, (de Torrejón y Alcalá de Henares), va allí, (como yo), a echar la tarde, pero ni Dios va con intención de comprar nada, (ni siquiera hay hipermercado). Puede tener, (difícil), futuro como parque de atracciones, pero para eso, prefiero el Parque de Atracciones de la Casa de Campo.
En mi caso, prefiero no llevar dinero en metálico. Me falta dar el siguiente paso y no llevar ni tarjeta. Hasta el DNI lo puedes llevar en el móvil ( yo aún lo llevo físico).
El dinero físico va a seguir perdiendo uso la cuestión es como ayudamos a los que tienen más difícil adaptarse.
Por cierto, los billetes de 100 palante tienen un uso muy ligado a la delincuencia y no son necesarios para el uso diario así que se podrían eliminar.
Y la política,
El único dinero que vale es el dinero físico. De resto son 1 y 0 que si no hay sistema, te quedas viendo un chispero.
Tengo una cuenta de ahorros porque me toca tenerla para que allí me depositen mis honorarios, pero si por mí fuera no le dejaría ver ni un centavo a los bancos, que hacen millonadas con el dinero de los ahorradores y pagan intereses paupérrimos a sus ahorradores.
Que el dinero digital será el futuro? Posiblemente. Pero no ahora.
Perdón???? He leído clubes de striptease….?
No salgo de mi escombro… La cruda realidad es que jamás me plantearía cómo dejar una propina a una de esas mujeres básicamente porque no he ido nunca a uno de esos sitios.
La película airbag nos enseñó quién Galicia hay muchísimos, y yo subo bastante a menudo a la comunidad gallega por motivos de trabajo pero la verdad es que nunca me he fijado en qué tantos de esos clubes hay.
Me alegro que toques ese extremo porque hombre, si hay alguien y deben de ser muchos los varones qué usan estos servicios me resulta fácil concluir que alguien que accede a un servicio de este tipo no se plantee ni por asomo que después de sobar a una chica que está más sobada que el dinero pueda encontrarse en una situación de riesgo por manejar metálico.
Con todos mis respetos hacia esas nobles mujeres y que como dice un amigo mío nunca engañan, porque en el fondo el que accede a esos servicios ya sabe que le están engañando. En cambio nuestras esposas nunca sabemos si nos están engañando o no.
Poderoso caballero es don dinero en cualquiera de sus formatos, pero vamos, es fácil imaginar que resultará tremendamente fácil adaptar un código QR en las minúsculas prendas que estas mujeres visten o incluso en su piel si ya las iglesias se plantean ponerlo en el cepillo de recoger limosna.
No sé si se verán los emojis te partirme de risa pero imagina una fila de ellos….
La verdad es que la inmensa mayoría de las transacciones están tan superdocumentadas digitalmente que el uso de dinero en efectivo apenas confiere privacidad: los grandes y medianos gastos siempre están documentados y los pequeños… bueno, no sé a quién puede interesarle -desagregadamente- cuánto pan compro cada día y a quién se lo compro.
Pero lo cierto es que hace muchos años que pago siempre que puedo con tarjetas y eludo sistemáticamente el efectivo. Hasta antes de la pandemia, me daba corte pagar digitalmente menos de 20 euros; la pandemia me ha permitido realizar todas mis compras con tarjeta (vaya, con el NFC de mi móvil) por pequeñas que sean. Y al que me exige efectivo lo boicoteo por sospechoso de fraude fiscal.
Queda el tema de las propinas, tan debatido desde siempre. En lo que a mí respecta, siempre he considerado que el hecho de que ciertas industrias paguen una miseria a sus trabajadores «porque complementan con las propinas» constituye un auténtico fraude laboral. Por otra parte, el abogado que dirigió mis ya lejanísimas prácticas de pasantía me enseñó el arte de la propina: dejar cinco pesetas -me decía en 1976- es una cutrada y una estupidez; lo que llamamos «propina» debe responder o bien a un soborno o bien a agradecer -que no pagar– un servicio o favor extraordinario, por lo que la propina sólo debe darse en billetes (en aquel tiempo, el valor más bajo de los billetes era de 100 pesetas y con cien pesetas se hacía sobradamente un recorrido medio en taxi en Barcelona o Madrid, por ejemplo); las astillas en un juzgado -absolutamente inevitables entonces- no bajaban de 500 pesetas.
La propina sistemática, la que se suele dejar principalmente en los bares, debería desaparecer, quedando reservada, por ejemplo (y en un billete de 20 o incluso de 50 euros) para agradecer un favor especial: por ejemplo, cuando intentas ir sin reserva a un restaurante abarrotado, y el jefe de sala o el camarero, al ver la cara de desilusión de tu mujer, logra encontrar un rincón en el que poner una mesa adicional.
El único dinero en efectivo que llevo encima es a estos exclusivos efectos (y lo empleo de pascuas a ramos, obviamente). Fuera de estos casos, y siguiendo estrictamente la doctrina de mi viejo mentor, jamás dejo propinas.
Pues para variar, yo siempre con Apple Pay. Me parece cómodo, seguro y me lo aceptan en el 99% de los establecimientos.
Tal y como se apunta en el artículo, solo tengo tres problemas:
1) Propinas
2) Lavado del coche (por ahora no he visto ninguno con lector RFID)
3) Máquinas de vending (algunas ya lo llevan, otras requieren monedas)
Y sí, pienso que el dinero es sucio y, hasta cierto punto, antihigienico.
Pero además, llevo mi carnet de conducir y documentación del coche en la app «Mi DGT» y creo que en breve (si no ha salido ya), se podrá llevar el DNI.
Por lo que por ahora, además del móvil, sólo llevo en mis bolsillos el móvil, el DNI y la tarjeta sanitaria.
Que todos mis movimientos económicos se registran? Mejor, no tengo nada que esconder. Además, me permite estudiar mejor en que me gasto el dinero…
Pues yo me he pasado totalmente al efectivo,y no tengo problemas. Solo los pagos domiciliados en C/c, pasan por el banco. https://www.plataformadenaria.com/
El debate del control sobre el uso del dinero no es entre metálico o tarjeta. Ya lo han dicho por ahí arriba, qué interés tiene nadie en tu hábito de compra en alimentación u otras pequeñas transacciones. Incluso si le haces un bizum de 500€ (o varios en diferentes días) a un ñapas no lo va a mirar ni Hacienda, y eso ya es mucho decir.
De hecho, aunque pagues en metálico posiblemente tu banco lo pueda saber, si quisiera, si tienes habilitado el permiso de ubicación en su aplicación.
El debate es entre el dinero fiat y las criptomonedas. Así que todos los que se han rasgado las vestiduras por su privacidad en esta entrada y luego echan pestes de las criptomonedas que se lo hagan mirar.
La gestión del efectivo supone un coste de gestion importante y un problema de seguridad en muchos establecimientos que mueven candidades de dinero importantes, como supermercados o gasolineras. La principal preocupación de una cajera de un supermercado es que le cuadre la caja al final de su turno, y en muchas tiendas de barrio y gasolineras la preocupación por los atracos suele ser alta. El uso de terminales de autopago mitiga en parte el problema (al administrativo y parte del de seguridad, aunque sigues necesitando de un blindado si mueves mucho dinero), pero los costes de este tipo de terminales son muy altos.
Esto de lo que yo conozco, en otros sectores me imagino que habrá problemas similares.
Es triste para los gruposmas vulnerables, pero creo que la lógica económica conduce inevitablemente a la desaparición del efectivo. Tal vez reemplazado en parte por sistemas de monedero electrónico, está por ver.
Para los que quieren dinero físico por privacidad, criptomonedas.
Por lo demás prohibiría el dinero en metálico, sirve para defraudar, para que te lo roben y para generar economía sumergida.
Yo quiero pagar menos impuestos, pero lo que desde luego no quiero es que unos paguen (paguemos) y otros no.
El dinero en metálico es a las criptomonedas como el avión a la diligencia
¿Criptomonedas? No es dinero físico, ¿Tu has visto de cerca un Bitcoin? Dinero físico son monedas de plata.
Claro que el papel moneda sirven para defraudar, el mayor defraudador es el emisor, un Banco Oficial, Ellos imprimen billetes sin ton ni son. (Ejemplo, Venezuela, pero también el Banco Central Europeo)
Qué es mas robo, ¿Que devaluen mis ahorros, o que no pague el IVA de un café?
Primero:
criptomonedas
Segundo:
Por lo demás prohibiría el dinero en metálico, sirve para defraudar,
ole… XDDD