Mi columna de esta semana en Invertia se titula «Los desarrolladores y los derechos de los trabajadores» (pdf), y trata de explicar hasta qué punto un colectivo, el de los desarrolladores y los trabajadores tecnológicos, está empezando a convertirse en la vanguardia de los derechos de los trabajadores en general, al estar siendo capaces de materializar, sobre todo en algunos mercados de trabajo, la posibilidad de poder demandar a sus compañías el trabajar en modo distribuido si prefieren hacerlo así.
Se calcula que en torno a un 37% de los trabajadores en la Unión Europea serían susceptibles de poder trabajar en modo distribuido, con diferencias notables entre países que van desde el 27% de Rumanía hasta el 54% de Luxemburgo. Una parte significativa de este colectivo está formada por los desarrolladores: personas dedicadas a convertir ideas en código ejecutable, que trabajan sistemáticamente delante de una pantalla y que tienden no solo a no tener ningún tipo de dificultades coordinándose mediante herramientas tecnológicas, sino además, a valorar entornos en los que su capacidad de concentración puede ser elevada.
Cuando comenzaron los confinamientos al principio de la pandemia, muchos desarrolladores experimentaron la posibilidad de trabajar desde sus casas en modo distribuido, y para muchos, la experiencia fue muy positiva. Obviamente, existen casuísticas de todo tipo: intentar concentrarte mientras los niños corren o gritan por el salón o si tu conexión no tiene un buen ancho de banda supone circunstancias muy diferentes a las de personas que pueden dedicar una habitación específica a su trabajo o instalarse un monitor de gran tamaño. Pero en general, los desarrolladores se encontraron en una tesitura muy interesante: su mercado de trabajo, incluso en países con mercados disfuncionales como el de España, tiene una flexibilidad elevada que lleva a que los buenos desarrolladores reciban habitualmente ofertas de trabajo, y tienden a preferir las compañías que les ofrecen la libertad de trabajar de forma distribuida.
En esas condiciones, muchos desarrolladores comenzaron, a medida que remitían los confinamientos derivados de la pandemia, a exigir a sus compañías que mantuviesen sus condiciones de flexibilidad, y a irse a otras compañías si no lo hacían. Además, debemos tener en cuenta que el modelo de trabajo que llevan a cabo los desarrolladores implica en muchos casos no solo la flexibilización del lugar de trabajo en busca de un entorno cómodo y que favorezca la concentración, sino también la libertad a la hora de elegir horarios, de hacer pausas o de organizarse en el contexto de una cultura que promueva la confianza y la estimación adecuada de la productividad.
Al tiempo, hemos ido viendo avanzar movimientos como la sindicación en mercados como el de los Estados Unidos, en donde esa tradición era prácticamente anecdótica en ese entorno: en la práctica, se trata de una deriva que proviene del hecho de que los trabajadores tecnológicos sienten ahora que el balance de poder juega a su favor. Si sus compañías no quieren aceptar el trabajo en modo distribuido, simplemente cogen su teclado y se van a otra, con la tranquilidad de que, además, la encontrarán con facilidad, porque la demanda de desarrolladores es elevada.
Así, las compañías que deciden no flexibilizar sus condiciones, incluso cuando son empresas tradicionalmente muy deseadas en el contexto de la industria, se encuentran con un drenaje de talento en un ámbito muy sensible, y ven cómo sus mejores desarrolladores, los que saben que tienen fácil acomodo en otras empresas, salen por la puerta, generando un «efecto Mar Muerto» con consecuencias muy poco deseables a medio plazo.
¿Son conscientes los desarrolladores y otros trabajadores tecnológicos de que se están convirtiendo en la auténtica avanzadilla de un movimiento que pretende consolidar el derecho de los trabajadores a elegir su lugar de trabajo de manera flexible? ¿O simplemente se aprovechan de las condiciones de un mercado de trabajo favorable para sus capacidades en el que las compañías deben luchar por atraerlos? De una manera o de otra, estamos ante un claro avance ante lo que es, cada vez más, un cambio de modelo…
This article is also available in English on my Medium page, «How developers found themselves in the vanguard of labor activism«
Lo del cambio de modelo, como lo del de paradigma siempre estuvo algo sobrevalorado. En cierto modo tiene cierto paralelismo con el papel revolucionario (pseudo) de las llamadas vanguardias. Y ahora me refiero a las artísticas, aunque no andarían muy lejos (en efectos colaterales), las que podemos llamar políticas. En realidad tienen mucho más que ver con el ego de los humanos vanguardistas, que con un cambio profundo de su mentalidad teóricooperativa (praxis).
Ni el Imperio Romano ni el modelo T de Ford fueron cambios que pudieran sobrevivir a una cierta obsolescencia natural, que debe tener cualquier obra humana (o de un chimpancé).
Algo que se llama evolución es implacable. Ya que siempre está guardada en la recámara la consiguiente regresión evolutiva. Y, por ese motivo, algo que se llama «paso de frenada» ante el cambio revolucionario, por las buenas o por las malas, resulta mortal de necesidad.
Algo que por cierto vienes repitiendo, por activa y por pasiva, en las entradas del blog.
Para mí, el símbolo del cambio «no querido» lo sigue representando el Príncipe de Salina. Y ya no me extiendo , porque andamos navegando aguas tecnológicas donde muchos aducen, que la tecnología solo vale para fabricar tornillos en serie (o a la buena de algún dios).
Y no olvidemos que el nuevo «Ford/Dios», intitulado Imperio Tesla, tiene los días contados, aunque sea en modo nanosegundos luz.
Dela época que retrataba a Don Fabrizio nos quedó algo bueno?
La Pizza Margarita
Bueno pero aparte de la Pizza Margarita
Si la Estación Central de Milano un poco posterior pero de la misma ideología que D. Fabrizio
No hoy la vida de Brian no toca, el tema es más serio.
Si Don Tomaso di Lampedusa, a la sazón responsable de la desventura del Príncipe, supiera en lo que han convertido su isla, y que el verdadero protagonista de esa historia es el pobre can Bendicò y como le afectó al pobre la ruina….
Pues si ahora que en la «Lampedusa de D.Enrique» son los desarrolladores son los que marcan la pauta de los derechos laborales.
Aquí mientras la carniceras hacen oidos sordos, ofreciendo su carne de despojo al mejor postor en el infojobs.
Por eso en este país a las casquerías se dice que venden «Idiomas y Talentos»
Adopta un desarrollador, que te mire como Bendicò !!
Yo he podido hacer justo de lo que habla el post. Tras la pandemia hice las maletas y me vine a Andalucía… con el salario y condiciones de Madrid.
Lo que hago solo solo 15-20 en toda España que sepamos hacerlo, así que la empresa con tal de no perderme me dio unas buenas condiciones flexibles.
Ahora trabajo más horas que antes (como en 20 min, entro antes, me voy después…) pero tengo 0 minutos en tráfico, 0 problemas de adaptar mi horario al del gimnasio cerca de casa, etc.
Entiendo que soy un privilegiado y España tiene un mercado laboral atrofiado, pero espero que en el futuro esto sea el estándar. Acordémonos del post de Enrique sobre trabajos manuales (carretilleros con su torito) que se van a ir automatizando/digitalizando (lo que salga más barato ganará)
Lo que sí me temo es un gentrificación en las costas andaluzas de guiris, informáticos como yo y autónomos que vendan online, etc. y una pérdida de valor absoluto de ciudades como Madrid.
En Madrid pagaba por un piso de 52m2 unos 900€/mes en Sanchinarro. Por ese precio aquí tengo chalés con vistas al mar… no hay color.
Y si internet fallase: Starlink
Enhorabuena, Benji. Soy ex-vecino (vivo en Sanchinarro) y la verdad me das mucha envidia.
Un único problema que veo (y lo digo con todo el respeto) es que, igual que menciones que hay sólo 15-20 personas EN ESPAÑA que sepan hacer tu trabajo, y por ello te permitieron ir a Andalucía con las condiciones de Madrid, la empresa encuentre otra persona en el extranjero que también sepa hacerlo, pero con unos costes mucho menores.
En general es el problema que veo con el teletrabajo. El hecho de vivir en Madrid (o similares) ocasiona gastos elevados, incomodidades, etc. pero también actúa como barrera de entrada (hay menos competencia por un puesto de trabajo). En el momento en el que tu posible competencia es cualquier lugar del mundo con conexión a Internet, las barreras de entrada desaparecen, y no veo motivo por el que una empresa se decante por un trabajador con un salario elevado pudiendo contratar a otro que haga lo mismo por la mitad.
Que lo mismo puedo estar equivocado. En todo caso, ¡enhorabuena, de verdad!
Para fiarte de Starlink
https://www.xataka.com/espacio/tormenta-solar-provoca-destruccion-80-satelites-starlink-lanzados-este-mes
Fíante mejor de WiMax
.
El WiMAX es terrible…. aquí y en todas partes
¿Lo has utilizado?
Yo si en Valencia y me parece tan bueno como la fibra de mi casa. aunque la verdad no hice la prueba
de velocidad, me bastaba como funcionaba para usos normales, como ver Yputube. y el mínimo le cuesta ami hijo 6 euros sl mes. y con uso razonable hablamos de unos 45 euros,.
Benji
¿Has oido hablar en estadística del cherry picking?
Cuando uno mismo es su propio ejemplo, el cherry-picking es inevitable. Es como inducción vs. deducción.
Por eso digo que España esta con un mercadolaboral atrofiado
Veo dos tendencias contrapuestas para el interés de los trabajadores tecnológicos del primer mundo.
Por una parte tienen la posibilidad de elegir trabajar en remoto aunque su empresa no esté por la labor, vista la facilidad de cambio a otra empresa que lo permita por la demanda de ese tipo de trabajo.
A medio plazo todo lo contrario. Los trabajadores del mismo ramo del tercer mundo se harán con esos puestos de trabajo, tal como pasó con los trabajadores afectados por la globalización por la emigración de las empresas a paises de costes mas baratos.
En este caso habrá una globalización del talento y se buscarán los trabajadores mas baratos que hagan lo mismo.
Y el problema ( oportunidad para ellos , eso si) es que la educación en prestigiosas universidades para prepararse para esos puestos, que es la ventaja que tiene occidente aún, se va a poder hacer online a precios irrisorios, con lo que los trabajadores del tercer mundo van a poder formarse como aquí, con la diferencia de que su motivación va a ser muy superior por las condiciones de vida de esos paises.
Por poner un ejemplo : en el mundo del arte hoy en dia aprendes mucho mas en cursos online con los profesores mas vanguardistas , motivados y preparados, que yendo a la Facultad de Bellas Artes tragando materias complementarias que no te interesan impartidas por profesores que solo van a llevarse el sueldo, no se interesan por sus alumnos, ni están dispuestos a reciclarse para formarte en las últimas tendencias, acompañados eso si , por una mayoría de alumnos que han recalado ahí nadie sabe por qué, visto su desinterés.
Miel sobre hojuelas.
Fuerza lo que se dice fuerza tenemos poca. Si estamos con el convenio caducado desde 2019, convenio de las tic, y no hay visos de que se solucione en un futuro cercano.
En este momento histórico, cualquier programador con mediana experiencia y que sepa ingles, tiene trabajo asegurado o en una empresa española o en una extranjera.
Ello le permite marcar en este momento, hasta cierto punto, las condiciones, «Quiero trabajar en tu empresa, si me permites vivir en Benalmádena»
Tradicionalmente los informáticos, no hemos pasado grandes crisis, pero si hemos pasado, de estar buscados, a estar buscando donde ir, porque nuestra compañía nos explota de forma inmisericorde, (entiéndase, trabaja 10 horas diarias y no pidas cobrar horas extras).
Que se aprovechen de un buen momento no quiere decir que estén a la vanguardia de nada, Si cambian las tornas agacharán las orejas. Lo de casquerías y venta de despojos, se ha dicho precisamente de las empresas de programadores y con cierta razón.
Quizás ahora marquen la pauta en obtener derechos, pero tradicionalmente el desarrollador informático ha representado el arquetipo de trabajador explotado con horas extra no remuneradas, presiones y apuros para la puesta en marcha de sistemas, vacilado con desplazamientos a clientes y viajes, etc. Pues nada…, que ahora ya no es necesario en la oficina el microondas para calentar el cuenco de arroz.
Si ya Benji dice en el comentario 003 que ahora trabaja más horas que antes… ¿qué pasa? que antes no trabajabas tus 8 horas y ahora sí, ¿o es que desde que trabajas en casa has decidido hacer horas extra? El número de horas extra anuales suele ser limitado, en cuanto cubras el cupo tu empresa quizás debiera contratar a otro empleado más… Pues eso, los informáticos se ponen las esposas ellos solos y le entregan las llaves a la empresa.
Pues yo, que también me dedico a la informática, desde mi último cambio trabajo solo mis horas y aunque cobro algo menos en total salgo ganando bastante si contamos el salario por hora trabajada. Eso sin hablar de las condiciones de trabajo.
Antes trabajaba mis 8 horas – 9 horas y me iba a casa. Con una hora de ida (por el tráfico en el norte, A-1, Alcobendas, etc) y una hora de vuelta.
Era divertido escuchar la radio, pero es mejor para mí organizarme mi tiempo a mi antojo en lugar de tener que buscar entretenimientos para tiempos que no controlo.
Es gracioso que un accidente de tráfico camino al trabajo se considera como accidente laboral, pero de cara a horas pagadas no.
Ahora entro antes porque me hace ilusión y salgo después porque quiero terminar algo y soy más efectivo cuando no hay reuniones interrumpiendo. De nuevo, voy más hacia objetivos que hacia horas.
De todas formas hemos pasado de ser 8 a ser 25 en un año, seguimos creciendo. No puedo realmente culpar a mis jefes de no poner recursos suficientes, hacen lo que se puede.
«Software is eating the world» A16Z
Pues eso. Los Software developers son la élite. Y por mucho tiempo.
La inmensa mayoría de empresas punteras del mundo están buscando buenos sofware engineers. El mundo es suyo.
Al menos de momento, Cierto lo que dices, buscan gente razonablemente buena, no hace falta ser un águila, pero que tengan fluido inglés.
Conozco varios y algunos son solo razonablemente buenos.
¿Alguien ha oído hablar de empresas como Henry o Microverse? Se trata de una especie de academias virtuales que ofrecen una formación superintensiva como desarrollador y que afirman que los costos del curso se los empezará a pagar una vez que la persona que ha participado en el mismo haya conseguido trabajo. ¿Alguna opinión fundamentada al respecto?
Yo he llegado a la informática por autoaaprendizaje, Por tanto creo que una ayuda online puede ser aun mucho mejor,
El mayor problema del autoaprendizaje es que el estudio inicial de la informática es generalmente igual de tedioso que el estudio del solfeo, Si no se tiene una vocación muy fuerte uno mismo tiende a abandonar al cabo de poco tiempo-
Acudir a una academia física u on-line facilita, el tener un profesor que marca la pauta de estudio y el tomarte la lección, de alguna forma te ayuda a estudiar. Por otra parte el profesor te saca de puntos en el que a ti solo te cuesta salir.
También el pagar es un incentivo para no dejarlo, pues el dejarlo no es gratis.
De todas formas programar es algo sencillo, es como ser traductor, no es ser novelista, que seria ser analista,
Es un embudo de marketing de libro, ponen un cebo (atracción), te van a cambiar la vida, te hacen una prueba para ver si eres apto y cumples con el perfil, (dato: tener la secundaria les vale), y te enrrolan por cero euros, a una formación muy básica, pero eso si has firmado un contrato, luego tendrán su bolsa de empresas (carniceras) que te pagarán 501$ y una bonita deuda, y se van quedando con un 15%.
Olé, cada vez son más listos los ratones colorados, en el full stack tienen 17 semanas, en la publi dicen +700h.
Cuando clases de verdad tienen unas 400 horas
Hay gente que les parecerá bien, y a otros no.
https://www.youtube.com/watch?v=mDBraho81Q8
Gracias, Gorki y Meji Jon, por sus valiosos comentarios.
Meji Jon –> Meji Yon