Más allá del «dos días en casa, tres en la oficina»…

IMAGE: Michael Gaida - Pixabay (CC0)

En la escena norteamericana, cada vez son más las compañías que demuestran el aprendizaje al que dio lugar la pandemia y que permiten a sus empleados organizarse con mucha mayor libertad, con prácticas como la flexibilidad total de localización, la semana de cuatro días o la posibilidad de establecer horarios flexibles.

Compañías como Zoom, Slack, Bolt, Spotify, Amazon o Salesforce comienzan a reaccionar ante las cada vez más significativas demandas de sus empleados y la amenaza de encontrarse con oleadas de dimisiones y un importante drenaje de talento, y van dando pasos para proporcionar a sus trabajadores sistemas cada vez más desestructurados que les permitan seguir trabajando para la compañía mientras toman en sus manos elementos como el control de su jornada.

Lo que comenzó con esquemas primarios del tipo «tres días en la oficina, dos días en casa», que entienden la flexibilidad de manera completamente equivocada – ¿por qué precisamente dos días? ¿Por qué esos dos días y no otros? ¿Para qué tengo que ir hoy a la oficina si lo que tengo que hacer lo haría mejor en casa?, etc. – va evolucionando para ofrecer esquemas como la libertad de horarios: que los trabajadores puedan decidir ya no solo qué días van o no a la oficina, sino a qué horas quieren entrar o salir de ella, combinando en muchas ocasiones el trabajar desde casa por la mañana temprano, pero acudir a la oficina, por ejemplo, a media mañana, cuando la intensidad del tráfico ya ha disminuido.

Los esquemas de tipo «escoge dos días de la semana para trabajar en casa» no funcionan porque introducen rigideces absurdas en donde no debería haberlas. La tecnología y la elevación de su nivel de adopción llegan para generar más grados de libertad, pero la incapacidad de algunos directivos para entenderlo hacen que esos grados de libertad se desaprovechen, y que, por ejemplo, algunos compañeros, debido a sus elecciones arbitrarias de días para trabajar en casa o en la oficina, prácticamente no puedan verse las caras. La flexibilidad, cada día más, se prueba como una variable absoluta: del mismo modo que no se puede estar «un poco embarazada», no se puede ser solamente «un poco flexible». O decides confiar en tus trabajadores y liberarlos de obligaciones canónicas absurdas o de esos relojes de fichar tan evocadores del siglo pasado, o no lo haces, pero no te quedes a medias, porque lo único que ocurre cuando lo haces es que las políticas pierden su sentido.

Otras compañías toman decisiones como la reforma de sus oficinas, con el fin de convertirlas en lugares específicamente diseñados para llevar a cabo reuniones y sesiones de trabajo en grupo, pero asumiendo que la mayoría de los trabajadores, cuando tengan que trabajar de manera individual, preferirán hacerlo en su casa o en otros lugares. La oficina tal y como la conocimos, con personas sentadas simplemente cumpliendo horas, es ya cosa del pasado.

La jornada de nueve a cinco, esa que inspiró a Dolly Parton en su conocida canción, es cada vez más un anacronismo que las compañías, en países con mercados de trabajo funcionales, no pueden permitirse si quieren atraer y retener talento. Es la diferencia entre las compañías capaces de aprender de una circunstancia tan imprevisible como una pandemia, frente a las que solo saben mirar atrás, creer en mitos absurdos y tratar de recomponerse aunque su entorno haya cambiado. Con el tiempo, veremos a qué compañías les ha ido mejor.


This article is also available in English on my Medium page, «It’s time to move on from ‘two days at home, three days at the office’«

29 comentarios

  • #001
    Ernesto - 23 enero 2022 - 17:29

    Todo cierto, pero como leí por ahí… el detalle es que al final los comportamientos vendrán dados por la cultura de seguir al jefe, si la organización da la flexibilidad, pero tu jefe directo prefiere estar mas tiempo en la oficina, inevitablemente sin pedirlo, la flexibilidad se usar para estar mas en oficina que en remoto

    • Bonifacio fernandez - 2 febrero 2022 - 09:03

      no quiero

  • #003
    Gorki - 23 enero 2022 - 19:29

    Hay personas en este país que establecen sus horarios de trabajo según les convenga. Por ejemplo, juegan al golf en día laborable y luego trabajan un domingo si así lo prefieren, son los trabajadores autónomos.

    Supongo que el mismo Dans, preparara el contenido de sus clases en el momento que leo crea mas oportuno y que puede aplazarlo a otro momento, si ese día tiene que ir al médico, sin pedir permiso a nadie,

    Sin embargo autónomo, es algo que la mayoría de la gente no quiere ser. No obstante, vamos hacia una sociedad que el ser autónomo será cada vez mas corriente, porque las leyes ponen cada vez mas difíciles las relaciones patrono-empleado,

    Se admite sin problema que te separes amistosamente, pero eso no es posible si tu eres a patrono. Va a a ser solo mas difícil que desprenderse de un empleado, desprenderse de una mascota.

    Con tanto protección, va a resultar que nadie desee tener empleados, ni mucho menos mascotas.

    • Lua - 23 enero 2022 - 19:59

      Tu nunca has sido autonomo, verdad (autonomo, no «falso autonomo»?
      No hace falta que me contestes… XDDD

      • Gorki - 23 enero 2022 - 21:18

        Si he sido autónomo y he tenido mi propia empresa familiar.

        • Lua - 23 enero 2022 - 22:04

          Por ejemplo, juegan al golf en día laborable y luego trabajan un domingo si así lo prefieren, son los trabajadores autónomos.

          serias un autonomo con infula empresaria… vamos… no conozco yo a ninguno que fuera a jugar al golf (ni a la petanca, ni a…) XDDD

          Es que, por lo general, un autonomo (insisto, en general) curra hasta mas que un empleado fijo…

          Y si, he sido autonomo casi 6 años, y he tenido 3 empresas (por no querer seguir siendo autonomo)

          • Gorki - 23 enero 2022 - 23:28

            Un autónomo José Manuel Lara, fundador de Planeta, decía «Un negocio que no da para levantarse a las 11 de la mañana, ni es negocio ni es nada.

            Yo trabajaba muchos días de fiesta y fuera del horario comercial, pues así me lo pedían mis posibles clientes, pero si por ejemplo un martes me venía mal trabajar no quedaba con nadie ese día y no trabajaba, Lo que no quiere decir que no trabajara, sino que lo hacia cuando nos venia bien a mi y a mis clientes.

            Te asombraría la cantidad de gente en edad de trabajar que juega al golf en día de diario.
            .

  • #008
    Ángel "el bueno" - 23 enero 2022 - 19:39

    Todo muy ok, pero…. ¿Qué ocurrirá con los horarios de Comercio…?

    • Juan T. - 23 enero 2022 - 20:52

      ¿Comercio? ¿qué comercio?….Hoy paseaba al lado de unos edificios construidos hace 5 años con todos los bajos repletos de locales. Todos vacíos.

      • Carlos R. - 24 enero 2022 - 14:50

        ¿Por dónde?

    • Gorki - 23 enero 2022 - 21:24

      Al menos en Madrid cada tienda abre y cierra cuando les conviene, no hay horario de comercio y no pasa nada,

      Hay farmacias 24 horas y bares que abren solo por la tarde/noche, establecimientos que no cierra a la hora de comer y otros que si, unos que trabajan hasta los domingos y otros que cierran los lunes.

    • Lua - 23 enero 2022 - 22:06

      Por lo general, eso depende de cada comunidad… aun asi, hay horarios estipulados, segun las licencias a las que te acojas… (al menos en hosteleria)

      Dicho esto… los horarios/dias laborables que se mencionan, poco o nada tendran a ver… si te otorgan la facilidad de estar en casa… puedes ir a comprar cuando gustes…

  • #013
    Javier - 23 enero 2022 - 21:39

    Como dice el CEO de mi empresa en Suiza: “si nadie tiene que ir a la oficina ni tan siquiera vivir cerca para ir ciertos días, ¿qué sentido tiene contratar empleados aquí y no en otros países donde cobren una tercera parte?”

    Es muy bonito sobre el papel hablar de la deslocalización de los trabajadores pero no veo cómo puede llevarse a cabo de manera realista.

    Un saludo
    Javier

  • #014
    Pepe - 24 enero 2022 - 08:13

    Lo que comenta Enrique me parece genial. Pero en un marco regulatorio como el Español, con una rigidez laboral absoluta y con normativas como el control horario de jornada, esto es imposible.

  • #015
    Pablo - 24 enero 2022 - 10:08

    «La jornada de nueve a cinco, esa que inspiró a Dolly Parton en su conocida canción, es cada vez más un anacronismo que las compañías, en países con mercados de trabajo funcionales, no pueden permitirse si quieren atraer y retener talento.»

    En España se trabaja de 9 a 19h. Ojalá tener un anacronismo como el de 9 a 17h.

    • Enrique Dans - 24 enero 2022 - 10:12

      Lo de las dos horas para comer ya no es que sea anacrónico, es que es directamente cavernícola, de cuando necesitábamos dos horas para ir a cazar nuestra comida, hacer un fuego, cocinarla, comerla y dormir la siesta… :-D

      • Meji yon - 24 enero 2022 - 10:46

        Querido «Modelno»:

        Lo civilizado es el estilo UK: Bajarte corriendo al M&S a comprar un sandwich prefabricado de esos envasados en plástico relleno de plástico… Viva la civilización decadente

        Moraleja: Quedamos en que cada uno tiene que ser flexible ¿y no podemos hacer comidas tradicionales de 2h. sin prisas, si ese es nuestro deseo?

        ¿En que quedamos en la burra o en los 30 reales?

        Un cavernícola gourmet!

      • Aitor Menta - 24 enero 2022 - 10:58

        Depende. Hay muchas personas que prefieren comer en el trabajo un tupper con una ensalada o calentar unos macarrones en el microondas de la sala-comedor, despachar la comida central del día en 15 minutos y vuelta al tajo. Sobre todo si viven lejos del lugar de trabajo, y esas 2 horas le suponen una auténtica pérdida de tiempo.

        Yo, que vivo a 10-13 minutos de mi trabajo(en función del tráfico), me permito comer como un marqués, compartir la hora del almuerzo con mis hijos que llegan del instituto a la misma hora que llego de trabajar, al igual que mi señora, podemos soltar lastre después de comer tranquilamente en nuestro wc, aprovechar unos minutos para poner algo de orden en la casa, y vuelta al trabajo después de desconectar 2 horas. Entiendo que no todos mis compañeros de trabajo viven igual de cerca que yo ni tienen las mismas condiciones en casa, ¿pero por qué tendríamos yo que comer solo en el trabajo, mi mujer en el suyo, y mis hijos solos en casa cuando todos nos movemos en un rango de 15 minutos desde nuestro hogar? ¿Es eso conciliar? ¿De qué sirve toda la matraca del teletrabajo si el que tiene que trabajar presencial no puede disponer de tiempo para comer como una persona, y sólo se admite que rellene el depósito en menos tiempo de lo que carga las baterías un coche eléctrico?

      • Lua - 24 enero 2022 - 11:42

        Dos horas?
        y hasta tres en algunos sitios… XDD
        (8-13 /16-19h)

        Eso siempre me ha jodido.

      • Gorki - 24 enero 2022 - 12:27

        Tiene mucho sentido en ciudades pequeñas, por ejemplo Reus, donde andando llegas a tu casa desde el trabajo en 10 minutos, comes tranquilo en tu casa, descansas, (incluso juegas la partica) y vuelves a trabajar,

        Desde luego no tiene sentido en Madrid, pero lo ideal en Madrid, no tiene por que serlo en el resto del país, Yo siempre he envidiado la calidad de vida en ciudades pequeñas.

        • Enrique Dans - 24 enero 2022 - 16:49

          Dejadme resaltar que a lo que me refiero es al uso de la tecnología y las nuevas posibilidades para INCREMENTAR los grados de libertad, no para reducirlos. Es decir, en el nuevo escenario laboral, una persona puede decidir trabajar desde su casa o no hacerlo, o tomarse dos horas para comer, una o tres si lo ve oportuno. Por tanto, no se trata de que «ahora no vamos a poder tener dos horas para comer», sino todo lo contrario: ahora podrás tener lo que te dé la gana en función del día que tengas, porque el énfasis pasa de estar en el control a estar en la confianza y en la medición objetiva de resultados, en lugar de hacerlo mediante un proxy de mala calidad como el número de horas que pasas sentado en una silla determinada…

  • #022
    Meji yon - 24 enero 2022 - 11:12

    No, la legislación española no es una norma del neolítico

    Control horario: Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo

    ARTICULO 10 -> regulación específica sobre el registro de la jornada laboral, modificando el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores.

    ¿ Y para que se hizo? Para controlar que se cumple el tiempo de trabajo estipulado en los contratos y que el número de horas extraordinarias no supera el máximo permitido.

    En definitiva, ese Decreto Ley, porque señores este pais no se llama Disneylandia, se llama España. Es decir aquí no hay unicornios por la calle, ni siendo más castizos perros atados con longaniza. Estamos en un país que si se utiliza lo de «calentar la silla» es una medida porque aqui salvo raras excepciones lo que impera es la ley del embudo, el que tiene la baraja marcada no es precisamente el empleado. En un país con un paro juvenil del 30%, llegando en algunas zonas a más del 50%, ¿quien va a decir eso de jefe jornada flexible?

    Muchos en el blog abogan por no controlar horas… ¿Y la carga de trabajo quien la controla?

    Un trabajador que atiende asistencias procedentes de un call center ¿Es flexible? Y la carga, cuando hay incidencias, que le decimos que si tiene 5, 10 15… 100… puede atenderlas cuando quiera, pero eso si…cumple el SLA ¿Y la carga?

    Bueno saludos al Tio Gilito, que con esto de la flexibilidad, está ojiplático !!!

    • JM - 24 enero 2022 - 14:15

      Muy bien dicho.

    • Gorki - 24 enero 2022 - 17:50

      Qué difícil es reconocer que la obligación de fichar es un retroceso para el empleado que no vale para nada, Al que le tiene acojonado y trabaja diez horas, a las ocho horas, se levanta de la mesa ficha y se vuelve a su puesto de trabajo. un par de horas mas.

      • Meji yon - 24 enero 2022 - 19:07

        Aqui el único que no sabe reconocer algo eres tú.

        No es un retrocoeso es un delito de acoso laboral lo que viene siendo el clásico empresario ladrón, y si un trabajador es «de los chungos», que los hay, se le puede ir la cabeza… dios no lo quiera, así que rece para que solo le caiga una inspección

        Además sSabes que existe la obligación de denunciar los delitos si eres conocedor de ellos. Así que si conoces algún empresario que esté amenazando a sus trabajadores lo mejor es que lo denuncies. Y si no, abstente de hacer apología de un delito, por algo que te imaginas e incitas con tu comentario.

    • Lua - 24 enero 2022 - 19:22

      La siesta española se rie del sueño americano… XDDD

  • #027
    JuanMa Rguez - 24 enero 2022 - 13:33

    Todo empieza y acaba en la responsabilidad personal, en el camino estarán las políticas de empresa y normativas laborales

  • #028
    Xaquín - 24 enero 2022 - 16:13

    La flexibilidad, esa propiedad de la materia, que tanto le cuesta asumir al cerebro humano (mediocre etc), resulta una capacidad básica, que precisa el proceso biológico (y social) de la adaptación a un determinado ecosistema.

    Sería bueno que fuésemos capaces de establecer una buena combinación de variables obligatorias y variables voluntarias, para ir desechando el concepto de trabajo atado a una determinada forma de producir bienes materiales. Y acercarnos así, a un tipo de ecuación del trabajo, mucho más flexible, e incluso con soluciones lúdicas.

    Entendiendo, desde luego, que al hablar de «producción material», nos referimos también a lo que entra en el mundo de la producción artística. Incluidas las actuales estatuas invisibles ( y todo tipo de producto virtual). Siempre se habló de la materia de los sueños, tanto los que nos invaden cuando dormimos , como los invasores en plena vigilia.

    Pero no nos caerá esa breva. Como bien dices, bastante es que no se nos empantane (por décadas), una simple flexibilización de calendario/horario.

  • #029
    Transi Cruz - 28 enero 2022 - 18:26

    Me parece estupendo que vayamos evolucionando a otras formas de organizar nuestro trabajo, pero como todo, hay que ir progresivamente. No todo el mundo sabe trabajar por objetivos ni muchos jefes valoran los resultados frente a las horas invertidas. Esto tiene que inculcarse desde la educación. ¿No podríamos llevar esto también a las aulas? Si desde pequeños les inculcamos esta gestión del trabajo más flexibles los convertirán en seres más productivos y enfocados a objetivos, no a calentar la silla.

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