El doble filo de las tecnologías de captura de dióxido de carbono

IMAGE: Climeworks

Los escasos frutos tangibles en términos de acuerdos y compromisos de la COP26 de Glasgow y la apertura en Islandia de una planta, bautizada como Orca, hace aproximadamente un mes están volviendo a atraer atención hacia una tecnología, la de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CCS o CDR), que algunos pretenden plantear como una posible solución al problema de la emergencia climática o como una forma de demostrar que están haciendo algo al respecto, pero que, en la práctica puede convertirse simplemente en una forma de ignorar la realidad y en un pretexto para evitar tomar las decisiones que realmente hay que tomar.

En efecto, la captura directa de dióxido de carbono de la atmósfera puede resultar una tecnología interesante en determinados contextos, pero en la práctica, dadas las concentraciones del gas en la atmósfera, que se miden en partes por millón, resulta no solo muy ineficiente, sino además, muy escasas. Los planes anunciados por los Estados Unidos para supuestamente lograr eliminar gigatoneladas de dióxido de carbono mediante plantas de este tipo de una manera que tenga sentido económico se plantean, vista la eficiencia de la planta islandesa, como una especie de sueño distante y, aún así, ineficiente.

La planta de Orca en Islandia, la más grande de este tipo construida en el mundo, es capaz de capturar 4,000 toneladas de dióxido de carbono anuales y, mediante una serie de procesos químicos, inyectarlas en el poroso y relativamente joven basalto que compone la mayoría del suelo de la zona y del país en su conjunto, en donde quedan atrapadas y se transforman en rocas, en un proceso que fija ese dióxido de carbono de manera prácticamente permanente. La diferencia con respecto a la reforestación, la forma más habitual y natural de plantearse la fijación de dióxido de carbono, es que el dióxido de carbono fijado por un árbol vuelve a la atmósfera cuando este es víctima de un incendio, es cortado o se descompone, mientras que el dióxido de carbono fijado en forma de rocas en la corteza terrestre se puede considerar razonablemente permanente.

Sin embargo, es importante clarificar las magnitudes aquí: esas 4,000 toneladas de dióxido de carbono son, en realidad, las emisiones anuales equivalentes a unos 870 automóviles en circulación, algo a todas luces completamente insuficiente dentro del balance global de emisiones, y el coste del proceso implicado en su retirada se sitúa en torno a los $600 por tonelada. El plan anunciado por los Estados Unidos pretende reducir ese coste hasta los $100 por tonelada gracias fundamentalmente a economías de escala. Que haya compañías como Microsoft y otras dispuestas a pagar ese dinero para poder apuntarse emisiones negativas y así afirmar que son neutrales en dióxido de carbono no deja de ser un interesante modelo de negocio, pero dado que en este momento existen diecinueve plantas de este tipo en todo el mundo, el modelo es claramente ineficiente e insuficiente.

El proceso implicado en la fijación de dióxido de carbono en suelos basálticos porosos precisa del uso de filtros o soluciones químicas, que posteriormente deben ser calentados a altas temperaturas, entre los 100ºC y los 900ºC para que liberen ese dióxido de carbono concentrado, lo que lleva a que, en la práctica, las máquinas utilizadas para fijar ese dióxido de carbono se calcula que puedan terminar consumiendo en torno a una cuarta parte de la energía producida en el mundo en el año 2100. Hipotéticamente, esa energía necesaria podría provenir de fuentes renovables, pero esa, obviamente, dista mucho de ser la situación actual. Estamos hablando de llenar el planeta de enormes ventiladores y de fábricas que llevan a cabo costosos procesos industriales y consumen muchísima energía para lograr capturar dióxido de carbono, algo que puede llegar a ser necesario, pero que nos distrae del fin real y absolutamente necesario: abandonar los combustibles fósiles y reducir las emisiones.

La cuestión está clarísima, y debe ser entendida así: la captura directa de dióxido de carbono puede ser interesante y recomendable, pero en ningún caso puede plantearse como una sustitución del recorte de emisiones, que es lo que realmente hay que llevar a cabo para luchar contra la emergencia climática. Plantear la captura directa de dióxido de carbono como una supuesta alternativa es un error descomunal, y una forma de hacernos trampas al solitario.


This post is also available in English in my Medium page, «Carbon capture is a great idea, but it won’t solve our problems«

10 comentarios

  • #001
    Benji - 6 noviembre 2021 - 10:32

    Prefiero que plantemos más árboles, definitivamente.

    De todas formas hay otros gases mucho más peligrosos para el medio que el CO2 como el metano o, increíblemente, el vapor de agua (por su efecto invernadero)

    Seré naif pero estoy seguro que reforestar España será la mejor medida anticontaminante que podemos hacer, y encima la eficiencia es gratuita.

    Me acuerdo que en Suiza en 1970 pusieron una ley de construcción que por cada árbol derribado, había que plantar 3. Como ahora estamos en 2021, han pasado 50 años de esa política, y cada vez que voy los bosques son hermosos de ver.

    Y nos cuesta menos de 600$ por tonelada como la planta Orca

    • Dorado Comandante - 7 noviembre 2021 - 02:16

      Cuidado con el error de que plantar por plantar árboles lo suluciona todo. No solo no lo hace, que incluso puede ser todo lo contrario.

      https://www.nature.com/articles/s41893-021-00761-z.epdf

  • #003
    Carlos Jerez - 6 noviembre 2021 - 14:44

    Enrique, has leído algún artículo bueno sobre como ser carbono negativos de la manera más eficiente?. Asumo que algunos países lo tendremos que ser si queremos evitar un calentamiento climático fuerte.

    Gracias por el artículo.

  • #004
    Xaquín - 6 noviembre 2021 - 15:25

    «nos distrae del fin real y absolutamente necesario» (EDans).

    Esta especie de lema, casi socrático, sintetiza muy bien el modus operandi del mediocre homo sapiens actual.

    Ni que decir tiene, que resulta la divisa de casta de la mayoría de políticos actuales.

    Para qué reducir el aporte de bebidas carbonatadas, si podemos luego tomar las correspondientes pastillas antipedorrea. ¡Si hasta supone mejorar la economía (de las farmaceúticas)!

  • #005
    David - 6 noviembre 2021 - 18:11

    Me parece un artículo muy bueno y muy centrado.

    Como dices, «en ningún caso puede plantearse como una sustitución del recorte de emisiones, que es lo que realmente hay que llevar a cabo para luchar contra la emergencia climática»

    Si este es el objetivo parece conveniente conservar toda la capacidad nuclear posible, y seguir explorando si hay opciones de continuar evolucionándola. No parece muy razonable en medio de una emergencia climática renunciar a ninguna opción que ha demostrado ya sobradamente que nos pueda ayudar a recortar emisiones.

  • #006
    Gorki - 6 noviembre 2021 - 18:43

    ¿Cuánta energía consume retirar una tonelada de CO2?- A lo peor se genera mas CO2 en otro sitio donde se genera la energía, que el que se retira en estas instalaciones ,

    La solución está en mandar a la atmosfera la menor cantidad de CO2 posible, produciendo por un lado, mas energía renovable y por otro, reduciendo nuestro consuma de energía.

    Solo cuando sobre energía en el mundo tiene sentido gastar el exceso en retirar CO2. Mientras el riesgo sea que falte energía y se produzca el «Gran Apagón», este tipo de instalaciones son absolutamente inútiles.

  • #007
    meji yon - 6 noviembre 2021 - 20:25

    La ecuación es sencilla

    ¿Cuantos millones de personas eramos en 1970?
    ¿Qué CO2 per cápita se emitía en 1970, y cuanto en 2021?

    Os doy unos minutos para buscarlo…. y cuando lo sepáis seguimos…

    du du da da …
    .. ejem. bueno… ya lo habeis encontrado…
    los que no … os doy otra oportunidad… ,

    du du da da …
    bueno, que os da igual el dato, pues no sigais leyendo

    que este comentario, va de datos,..

    ¿Cuantas plantas había en 1970?
    ¿cuántas en 2021?

    Ya, este dato es más jodido de encontrar,
    (pista buscar Bolsonaro en google news)
    que deje de tocaros las narices, ok, vamos a fiarnos de papa mejillón

    Mientras hace unos 50 años, eramos muchos menos, muchos menos, y la renta per cápita,
    perdón el CO2 per cápita era mucho, pero mucho menor, a pesar de tener una industria pestilente y la tecnología del automovil era «primitiva» resulta que ahora no queremos «estar calentitos»…. ahora nos preocupa el «caloret»

    Vosotros mismos… haberos puesto una pinza en el pito, y haber mantenido al tercer mundo con taparrabos…

    ¿os queda claro?

    La mayoría es un no, (I Know IT)

    Pues seguir haciendo a Amancio Ortega el español más rico del planeta.

    Seguir mandando industrias a China e India.

    Seguir deslocalizando la producción, para que la logística de suministros se fume vuestra salud.

    Y seguid echando la culpa al mambo de vuestra falta de escrúpulos neoliberal y futuro incierto capitalista de botijo !!

    Como decía la señorita Greta

    Bla bla bla

    • Enrique - 7 noviembre 2021 - 00:23

      Que bonito…hasta con mención a Greta y todo.

      En 1970 más del 50% del globo vivía en extrema pobreza, hoy solo el 10%. Y parecido con el resto de indicadores de progreso y bienestar.

      ¿Quién se fuma mi salud?

  • #009
    Mauricio - 6 noviembre 2021 - 23:11

    En principio, lo que tendría sentido es que estas plantas de captura y almacenamiento de dióxido de carbono sean algo que obligatoriamente cada fábrica deba tener, tal como suele ocurrir con las plantas depuradoras de aguas residuales. Para ello, muy probablemente se necesitaría desarrollar tecnologías que hagan más sencillo y más barato el proceso.

    En todo caso, plantar árboles, proteger los bosques y selvas y reducir las emisiones contaminantes son las acciones que con más probabilidad pueden ayudar a mejorar una situación que cada vez se está volviendo más crítica. No olvidemos que el propio calentamiento produce efectos inesperados y uno de ellos es el derretimiento del permafrost. Al respecto les sugiero dar un vistazo a lo que publicó ayer la BBC sobre este tema bajo el título Qué es el permafrost y por qué podría representar una de las amenazas más grandes para nuestra atmósfera.

  • #010
    Germán - 7 noviembre 2021 - 15:01

    Es raro que Elon Musk no haya decidido montar una empresa así… después de todo la economía de escala es su especialidad… Aunque bueno, como muchos ricos, prefiere irse del planeta a un supuesto paraíso tecno-artificial….

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