Día sin duda emocionante: la inauguración de IE Tower, uno de los campus verticales más altos del mundo y decididamente el sitio más alto en el que, en los treinta y un años que llevo en esta compañía, he podido ver el logotipo instalado de manera permanente.
La descripción del evento de inauguración, que fue francamente bonito desde la perspectiva de alguien como yo, la podéis leer en la nota de prensa (pdf) correspondiente, ver tweets sobre el evento o ver algunas fotos escogidas sobre los momentos interesantes de la ceremonia, pero dado que leéis esta página habitualmente y sabéis quién soy, no quería dejar de compartir mis sensaciones sobre un evento así.
Me es difícil enumerar los motivos por los que me gusta vivir esto: desde porque el edificio me recuerda al monolito de 2001: Odisea del Espacio, hasta porque me muero de ganas de dar alguna conferencia en ese auditorio enorme de seiscientas personas o en alguna de esas clases dobles redondas que me hacen sentir como un auténtico torero, pero sobre todo, por la magnífica sensación de ver un proyecto al que me integré con veinticinco años, después de haberlo conocido como alumno, que he ido viendo evolucionar de una manera increíble, y que lo ha hecho de la mano de una persona, Diego del Alcázar, con quien tengo una genuina relación de amistad y de admiración. Una institución que en su momento apostó por mí y que me permitió emprender una aventura, la de mi doctorado, que me aportó muchísimo y me cambió la vida, mientras fue, además, capaz de seguir haciendo que me encontrase como en casa en ella, me plantease retos y siguiese viendo oportunidades de aportar algo en ella. Ningún trabajo es perfecto y todos, por supuesto, tienen sus altos y bajos, pero considero mi relación con mi universidad enormemente positiva – y además, para las dos partes.
Cuando tienes la oportunidad de ver como ese fundador al que admiras sale a un escenario a presentar el proyecto de su vida, convertido ya en un inmenso monolito de treinta y cinco pisos, 180 metros, 50,000 metros cuadrados, 72 aulas, una piscina cubierta, una pista polideportiva y un auditorio para 600 personas, te das cuenta de lo que esa persona y su obra han influido en tu vida, pero más allá, de lo que ha influido en la vida de tantas y tantas personas. Treinta y un años después de haber empezado a dar clase aquí, puedo decir que cada día disfruto más de ello: el perfil de los alumnos es cada vez mas interesante, más diverso, más enriquecedor y más retador. Sigo encontrándome y manteniendo contacto con alumnos que valoran la educación que recibieron y que la han convertido en proyectos y en vidas profesionales interesantísimas, y sigo estando completamente convencido del efecto multiplicador de la educación. Treinta y un años no me han hecho más escéptico ni más descreído: me han hecho mucho más entusiasta y mucho más apasionado por lo que hago.
IE Tower es mucho más que un edificio alto. Es un sitio en el que van a pasar muchas cosas, por el que va a pasar mucha gente, y para mí, es ver el momento culminante – por el momento – del proyecto al que he dedicado mi vida profesional. En ese contexto personal, vivir la inauguración de IE Tower ha sido de verdad bonito y emocionante, y es algo que de verdad me apetecía compartir.
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A mí personalmente es un edificio que me encanta (aunque algunos les parecerá una PlayStation), mucho más que las otras cuatro torres aunque estas sean más altas. He seguido de cerca desde su construcción (cuando todavía no sabía para quién era), el cambio del color del logo (que antes era azul y no se distinguía del fondo negro y ahora es blanco) hasta la limpieza de cristales, ja ja, porque trabajo cerca y me gusta pasear por esa zona, así que desde que abrieron las vallas y llegaron los estudiantes me he acercado por allí varias veces, la última al parecer demasiado porque el guardia de seguridad no me vio con edad estudiantil y me invitó amablemente a alejarme de la entrada ;-)
Bueno, más allá del edificio, me llama la atención la diversidad de los estudiantes, oír hablar casi más en inglés que en español, y sobre todo, sobre todo, la calidad que tiene que tener la enseñanza dentro para que los padres de esos estudiantes quieran pagar la pasta que debe costar (ciertamente se lo pueden permitir). Yo estudié ingeniería superior en una universidad pública, y no quedé muy impresionado con la calidad de los profesores ni con las clases, salvo muy contadas excepciones. Y llevo 30 años pensando por qué la universidad pública no puede elevar notablemente su nivel de calidad.
¿Y se puede acceder con el carnet de alumni sin problemas como en los otros?
No lo sé, te lo miro. Pero como mínimo necesitarías también el carnet de vacunación…
Nada tiene que ver con IE,. porque supongo que es un tema de licencias de urbanismo, pero no llego a entender por qué esa torre es mas baja que las otras tres. A mi me parece un poco un pegote, aparte que el proyecto inicialmente aprobado era para un palacio de congresos con forma de queso puesto de canto.
Ni idea de cómo funciona lo de los pisos y las superficies construidas. Pero en nuestro caso, es mucho más ancha, y hace un poco más fácil situar aulas, que tienen mucha superficie. De todas formas, no son «las otras tres», son cuatro – o sea, en total cinco: Torre Cepsa, Torre de Cristal, IE Tower, Torre PWC y Torre Espacio. Y si quieres verlas «en bonito», plántate delante de IE Tower en la acera de Castellana, donde la parada de taxis, y mira el conjunto que hace IE Tower con las otras cuatro, dos a cada lado. A mí me parece francamente bonito.
Una vez más, muestras sensibilidad, transparencia y excelencia en tus palabras, Enrique. Yo me dedico profesionalmente al ámbito de la neuropediatría y, sin embargo, no puedo empezar el día sin leer tu artículo.
A parte de mi respeto y aprecio por tu forma de compartir información, me gustaría aportar mis inquietudes respecto a la Economía (tanto profesional como en docencia).
En un mundo tan vertiginoso y competitivo como el que vivimos, la inauguración de un edificio deslumbrante para sede de una Universidad, con la participación de los representantes políticos y empresariales más relevantes del país… ¿No podría interpretarse como un símbolo de elitismo?.
He buceado un poco por la información disponible sobre la institución y me encantaría que pudieras hacer un artículo sobre el concepto de Economía Sostenible y cómo contribuye IE University a ello.
Un abrazo.
Me gusta mucho el perfil de rascacielos que ha quedado en esa zona.
Que lo disfrutes Enrique, supongo que ahora ya no echarás de menos a Boston. :)
Yo realmente a IE Tower voy poco. Mis clases son la mayoría de postgrado en la business school, a la Universidad suelo darle como mucho algún electivo en algún momento del año, pero sobre todo sigo impartiendo MBA, MIM y alta dirección. Por tanto, sigo mayoritariamente en la zona de María de Molina…
Una pequeña duda. ¿IE se traslada allí? ¿O es una sede adicional a las que hay por María de Molina?
Enhorabuena!!!
Es adicional. IE University tiene ahora sedes en el Convento de Santa Cruz la Real de Segovia y en IE Tower en Madrid, toda la parte de postgrado sigue en los edificios de la zona de María de Molina, Velázquez y Serrano, y además, The Global College está en la misma zona, en la calle Castellón de la Plana.
¿Hay visitas guiadas con almuerzo incluido para los comentaristas de este blog? :) :) :)
Mauricio, si te vienes desde Alemania a ver la IE Tower, te doy el tour yo mismo y te invito a comer en su cafetería…
Gracias, Enrique. Era una broma, pero tu amable invitación la voy a tomar muy en serio. Tal vez en alguno de los próximos veranos sea posible. :)
Pues yo sí me apunto!! :P
Es un edificio muy impresionante. Me gusta la comparación con el monolito de 2001.
Simplemente fantástica la evolucion y tu clases. Un abrazo desde Vigo