El lanzamiento por parte de Facebook de las Ray-Ban Stories, unas gafas con apariencia prácticamente normal dotadas de una cámara, de sonido y de comunicación con el smartphone, pone de manifiesto hasta qué punto puede cambiar el mundo de la privacidad y las relaciones sociales en manos de la que es seguramente la compañía con peor reputación y más irresponsable en ese terreno.
El producto difiere radicalmente de intentos de lanzamiento de smart glasses anteriores como las de Google o las de Snap en una cuestión fundamental: mientras las anteriores estaban diseñadas para parecer exactamente lo que eran, unas gafas «especiales» fácilmente reconocibles, dotadas de una cámara y con señales externas que mostraban claramente cuándo estaba en uso, las Ray-Ban Stories parecen gafas perfectamente normales – en tres modelos estándar de Ray-Ban: las icónicas Wayfarer, las Round y las Meteor – en las que la cámara aparece perfectamente integrada de manera completamente discreta, y un LED que se enciende cuando la cámara está en uso, pero que puede ser muy fácilmente pasado por alto a plena luz del día.
En resumen: un buen desarrollo, apoyado lógicamente por la creciente miniaturización y menor consumo de los sensores y componentes implicados, que determinan que las gafas sean, como adecuadamente titula Wired, «peligrosamente fáciles de utilizar«. Si con las Google Glasses se acuñó el término «glasshole« para definir a quien las llevaba puestas y se negaba a quitárselas en determinados contextos, y con las Snap Spectacles se optó por una estética claramente distintiva y un gran LED que indicaba si estaban en uso, con las Ray-Ban Stories, Facebook ha optado por todo lo contrario. De hecho, consciente del rechazo que la marca Facebook genera en un número creciente de usuarios, el lanzamiento hace mucho más hincapié en la marca Ray-Ban, epítome de una imagen cool, y las dota de una imagen ambigua, con un factor forma de gafas de sol completamente normales que cualquiera puede llevar sin necesidad de ser un geek, y radicalmente fáciles de utilizar. Ahora, Facebook puede vender sus gafas en cualquier sitio aprovechando la amplia red de tiendas de Luxottica, y presentarlas como un producto de moda a un precio razonable, $299.
Y todos esos atributos, que serían generalmente percibidos como muy positivos en cualquier producto, se tornan en un problema cuando ves que quien está detrás de las gafas en cuestión es ni más ni menos que Facebook, la compañía que vive convencida de que las reglas y las leyes no le aplican, y que cuando hay un problema derivado de cualquier aspecto de sus productos gestionado de manera irresponsable basta simplemente con disculparse. Ahora, cada vez que veamos a alguien con unas Ray-Ban puestas – yo mismo llevo usando las Wayfarer negras toda mi vida – tendremos que fijarnos si son la versión smart o la normal, y en el primer caso, ver si están en uso o no, para saber si quien las lleva nos está filmando o no. Como si no hubiera ya suficientes problemas derivados de este tipo de cuestiones, ahora añadimos el hecho de que cualquiera puede estar filmando fácilmente lo que estime oportuno sin que prácticamente se note, más allá de un discreto LED.
Todas las restricciones que otras compañías se plantearon previamente para un producto de este tipo han sido completamente ignoradas por Facebook. ¿Poner una cámara con Facebook en tu cara? Ningún problema. ¿Incorporar reconocimiento facial? Por supuesto, ¿qué podría salir mal? ¿Y si algo sale mal? ¿Y si rompemos algo? ¿Y si alguien mata a alguien? Nada, pedimos disculpas y ya está. La cultura de Facebook de toda la vida.
Que unas inofensivas gafas de sol pasen a ser una herramienta para grabar con absoluto disimulo prácticamente cualquier cosa que ocurre a nuestro alrededor es algo que, como mínimo, merecería un cierto debate, un mínimo consenso social. Ahora, cualquier persona que esté haciendo cualquier cosa está a un pequeño y discreto gesto de distancia de aparecer publicado en las redes sociales. Algo que ya podía ocurrir desde que todos empezamos a llevar una cámara en el bolsillo, pero que al menos, exigía el gesto de levantar el smartphone y apuntarlo en nuestra dirección. Ahora, basta con que nos miren. ¿Cuántos casos vamos a ver en el que alguien sea capaz de identificar el pequeño LED y no le parezca adecuado ser grabado? Pero eso a Facebook no le preocupa. Es más, se beneficia de crear la polémica así, como si lo hiciese con su mejor intención, como compañía bienintencionada que simplemente intenta lanzar un producto, sin más.
Cuando una empresa ubicua, con miles de millones de clientes y un evidente efecto sobre la sociedad, adopta una cultura de absoluta irresponsabilidad sobre sus productos y sus efectos, como si fuera el aprendiz de brujo, a lo mejor es momento de plantearnos si no hay algo erróneo en ello, y si no deberíamos tomar algún tipo de medidas y ponerla bajo algún tipo de control especial. Antes de que haya problemas que lamentar. Quiero decir… MÁS problemas que lamentar.
This article is also available in English on my Medium page, «Facebook’s Ray-Ban Stories: what could possibly go wrong?«
Como si fuera muy dificil quitar el led
Ni falta que hace: te vas al chino de al lado de tu casa, te compras un buen rotulador de tinta indeleble, (a precio de indigente), le das un puntito de rotulador al fuck led, y sin romperlo ni estropearlo, a tomar-po-lo-c***
Supongo que una posible reacción (o al menos la mía) sería el no hablar con esa persona a menos que se quite las gafas. Ni siquiera solo que apague la cámara, porque desactivar u ocultar un led es lo más fácil del mundo.
Te dejas una más que clara norma de educación.
Cuando se habla con alguien uno se quita las gafas de sol.
Pero, Ray-Ban se está asociando.. no ? – ¿Cómplice?
Sí, claro, es un socio que ha impuesto sus condiciones – fundamentalmente en el lado estético – y que vende un producto «powered by Facebook».
Si quieres una cámara espía, por el 10% de lo que cuestan las que se citan en este artículo las encuentras, y más discretas…
¿Cuántos casos vamos a ver en el que alguien sea capaz de identificar el pequeño LED y no le parezca adecuado ser grabado?
Se avecinan hondonadas de ostias como panes… al tiempo… XDD
caranchoa forever
Si me filman sin consentimiento: ¿Quién infringe el RGPD?
Opción A: Facebook, el desarrollador
Opción B: RayBan, el fabricante
Opción C: Caranchoa
Yo creo que se puede deincentivar que sea «cool» si nos ponemos a denunciar a todo el que la lleve puesta y la agencia de protección les multa. Entonces comprarlas y llevarlas será de «pardillo», no de «cool».
De hecho, ni idea de como esas gafas encajan en la GDPR europea, a mí que me lo expliquen
Imagino que tendra los mismos inconvenientes que la instalacion de una dashcam en tu vehiculo…
¿Quieres instalar una cámara en tu coche? Esto es lo que dice la ley sobre ellas
en principio, la grabacion continuada no se permite
Este articulo mejor…
Hasta qué punto es legal usar gafas inteligentes como las de Facebook e ir grabando todo y a todos por la calle
Muchas gracias Lua!
Otra derivada es que será guapísimo cuando todos los terroristas suicidas, los psicópatas con armas (Breivic) o los pirómanos quieran «inmortalizar» sus acciones emitiéndolas en vivo.
Ni idea tampoco de cómo hará Facebook para gestionar eso. Es verdad, siempre se ha podido hacer todo eso antes de las gafitas smart, pero le dota un nivel de «impacto social» que antes no tenía.
Vamos, hasta para los voyeurs habrá mercado. Te vas a donde sea que trabajen las señoritas liberales y emites en vivo lo que sucede en casa de campo. Y el que emite, a forrarse.
No sé, no le acabo de ver un uso constructivo a esta herramienta.
Habrá mas de un linchamiento de gafosos.
El led sólo le sirve al propietario para no guardar las gafas con la cámara encendida en la funda. Para la discrección en el uso se puede tapar con un rotulador negro permantente, un recorte de cinta adhesiva negra, etc.
Saldrán imitaciones chinas, alguna sin cámara, pero con un círculo plateado que la imite a modo decorativo, así que ya no se sabrá si el usuario que nos mira con sus gafas graba o no.
En cualquier caso, simplemente (o no) se trata de popularizar por parte de una multinacional un producto que forma parte de una gama que ya existe desde hace bastante tiempo, el de las cámara espía, para llevar a reuniones comprometidas, etc. camufladas en un botón falso de la chaqueta, un bolígrafo, un broche decorativo. Nada nuevo en ese sentido.
Los primeros damnificados van a ser los que usen Ray-ban normales…..Que se cuiden de ponérselas en la playa, que es donde más les harían falta.
A mí esto me parecería tremendamente preocupante aunque detras no estuviera Facebook.
Espero que proliferen los caranchoa y que muchos propietarios de las gafas espía tengan que comerselas a hostias.
Lo que no entiendo es como los de Ray-Ban han sido tan gilipollas como para asociarse con esa gente. Yo toda mi vida he usado las Wayfarer negras, pero ahora ni de coña se me ocurriría comprarme otras. Y las que tengo, al cajón.
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Que manía con ligar privacidad y responsabilidad, como si las guerras , que sigue habiendo «repartidas por el globo», tuvieran algo que ver con la defensa o el ataque a la privacidad del individuo.
Sigue faltando el aliento en la boca de multitud de crías humanas, pero lo que cuenta es el último grito en facebookadas.
No me extraña que la energía de las protestas actuales, en este momento, esté tan repartida entre el terrorismo «no de estado» y el ropaje parafernálico de los asistientes a la gala MET fashion.
¡Y que conste, que el texto me parece muy bien hilvanado!
Excelente y valiente artículo. Mi felicitación. Ya están las gafas en el mercado, y yo no seré quien ose llevar semejante artilugio mas propio de James…, James Bond en la cara para espiar a los demás.
Lo que mas me preocupa de esta cuestión, toda vez que Facebook ya se ha salido con la suya y ya dispone de otra entrada ya no solo de datos, sino de imágenes, es que intención o que motivación tendrán cada uno de los compradores del artilugio, porque la cámara para leer no hace falta, y para protegerse del Sol tampoco. Me imagino que además tendrá micro, por lo que se escucharan todas las conversaciones del entorno mas próximo.
Desde este artilugio, cualquiera podrá espiar y grabar escenas y conversaciones sin que uno se de cuenta a no ser que se fije mucho, y dado que cualquiera de nosotros puede ser víctima del secuestro de nuestra privacidad, todos pasearemos con miedo por las calles, y sentiremos la extraña y desagradable sensación de estar siendo espiados.
He visto la web de Ray Ban y anuncia las gafas como «Una nueva forma de capturar, compartir y escuchar», y aquí hay que tener en cuenta con que finalidad se captura, se comparte y se escucha la imagen y el sonido de un entorno, por parte del dueño de la gafa, y por parte de Facebook. Lo que haga el dueño de la gafa con la información capturada por el, es de su responsabilidad y estará sometida al imperio de la Ley si infringe la legalidad. La intención de Facebook ya la sabemos todos. Su intención es capturar toda la información posible de todo lo que se menea con la intención de venderla a sus clientes publicitarios, gubernamentales y empresas de todo tipo. Y ya está claro y delimitado el irreparable daño que esta actuación por parte de Facebook hace a la privacidad de todos. Desde la necesidad de proteger nuestra privacidad, muchas personas que simplemente sospechen que están siendo grabadas y espiada mediante este artilugio, se dirigirán a su portador para exigir que lo desconecte, y que borre las imágenes y sonidos grabados, en defensa de esta privacidad podrá denunciar al portador y ya no digo si lo grabado acaba en la red con perjuicio para el que ha sido grabado.
Es asimismo posible que situaciones de conflicto creadas por el uso del artilugio, terminen en los tribunales, y están en su derecho de hacerlo.
Este lanzamiento del nuevo producto de Apple, las Ray Ban Stories, van a ser el detonante de muchas historias, algunas de las cuales seguro que no han de acabar bien.
Nunca Facebook debió de haber llegado hasta este Punto. Nunca, ni los ciudadanos, ni los gobernantes, se lo debimos de haber consentido. Aún se está a tiempo de evitar daños mayores.
Todos hemos sido testigos de grabaciones hechas con el Mobil de asaltos, palizas, asesinatos, violaciones, peleas, exhibiciones sexuales de todo tipo, y mas que ya no cito. Esto no es nada comparado con lo que se podrá hacer con esas gafas. Mi abuela decía…,¡a donde amos a ir a parar…!