La Association of School and College Leaders del Reino Unido ha respondido a una consulta del gobierno del país que sus planes para crear leyes que prohiban el uso de smartphones en los colegios son anticuados e innecesarios, que el tema lleva ya muchos años siendo gestionado de la manera adecuada por las propias escuelas y colegios directamente para así acomodar distintas necesidades de manera flexible, y que no es necesario un enfoque más estricto ni generar legislación relacionada con ese tema.
El Reino Unido se separa así de la triste aproximación francesa con respecto a la prohibición, que llevó a cabo en 2018, y enmarca el uso del smartphone en un contexto mucho más flexible, que incluye desde el uso para mantener el contacto con el hogar cuando las circunstancias lo aconsejen, a la posibilidad de integrar metodológicamente el uso del smartphone en la obtención de información y en las dinámicas de aprendizaje, en función de las preferencias de cada profesor.
La aproximación francesa es muy sencilla de explicar: controlar el uso que los niños hacen del smartphone es algo muy complejo, así que, aunque el uso adecuado del smartphone sea una habilidad fundamental hoy en día, preferimos cerrar los ojos, no complicarnos la vida, y convertir las instituciones educativas en sitios por los que el tiempo no pasa, en los que se siguen haciendo las cosas igual que en el siglo XIX. Básicamente, la opción que en su momento adoptó el gobierno francés se resume en «podríamos enseñar a nuestros niños a manejar el entorno tecnológico actual, pero en lugar de hacerlo, vamos a prohibir los smartphones«. El resultado es claro: esos supuestos «nativos digitales» que algunos creían que eran auténticos genios de la tecnología, cuando las circunstancias lo requieren, no tienen ni idea de cómo aprovechar sus capacidades, no saben enviar un simple archivo por correo, no son capaces de ir más allá de usar la red social de turno, y son, en realidad, «huérfanos digitales» que, en ausencia de una educación razonable, han tenido que aprender solos o los unos de los otros, y que muestran enormes deficiencias.
La época de los confinamientos durante la pandemia se convirtió en el perfecto reflejo de todo lo que estaba mal con esa aproximación: niños incapaces de enviar un ejercicio por correo electrónico, que no sabían buscar información fiable ni trabajar en grupo, que caían fácilmente en noticias falsas y las reenviaban irresponsablemente, y que carecían de las habilidades mínimas necesarias para aprovechar adecuadamente una herramienta tecnológica. Si se trata de preparar a los niños para el futuro, el sistema educativo lo está haciendo espantosamente mal. Ignorar la tecnología como variable de contexto que define los entornos en los que los niños van a tener que desempeñar su actividad en el futuro es, como era lógicamente de esperar, una barbaridad.
¿Es necesario controlar lo que los niños hacen con el smartphone en un contexto educativo? ¡Por supuesto, como es necesario controlar lo que hacen con un bolígrafo, y asegurarse de que lo usan para escribir y no como arma para apuñalar a su compañero! Pero eso únicamente quiere decir que en lugar de simplemente darle un bolígrafo a los niños sin más, les enseñamos también a escribir con él, es decir: LOS EDUCAMOS, que se supone que era lo que teníamos que hacer y para lo que estábamos. Con el smartphone es exactamente lo mismo: de acuerdo, es una herramienta más compleja y con muchas más funciones y posibilidades, pero tendremos que ser capaces de innovar en nuestros temarios para que esos niños, además de jugar, de entretenerse y de comunicarse mediante sus dispositivos, sean capaces de sacarles partido cuando necesitan información, cuando tienen que trabajar en grupo o cuando tienen que hacer muchas otras cosas. Lo contrario, además de irresponsable, es profundamente retrógrado.
¿Podemos evitar enfoques simplistas y maximalistas, y optar por reflexionar sobre la manera de introducir los smartphones y la tecnología en general en la educación, desde sus primeras etapas, y con una aproximación completamente horizontal, no vertical? Una aproximación vertical es la que usas para solucionar un problema: «oh, dios mío, tenemos un problema de fake news y vamos a diseñar un curso a medida para que los niños aprendan a distinguirlas». Una aproximación horizontal es la que usas cuando las variables de contexto han cambiado, y tienes que adaptar la educación a ellas – porque pretender plantearlo al revés es simplemente irresponsable estúpido.
Francamente, ganaríamos mucho como sociedad si los legisladores, las instituciones educativas y los padres entendiesen lo que está en juego aquí.
This article is also available in English on my Medium page, «Three cheers for UK teachers: banning smartphones in schools is ‘out of touch’«
Sobre las opiniones de esta asociación, en pro de la inclusión LGTB, o el empoderamiento femenino no puedo estar más de acuerdo.
Sobre el uso de distractores en un aula, cuando el profesor no ha solicitado sus uso expreso para alguna actividad es otro cantar. Smartphone? dentro de una actividad docente, pro supuesto, fuera de esa actividad claramente en contra, al igual que no llevar la indumentaria adecuada, o realizar actividades ajenas al normal curso que el profesor marque como expeiencia educativa. Algo sencillo en una actividad de cálculo mental no tiene sentido el uso de una calculadora, en un debate sobre fake news sobre un ejercicio concretolo lógico es incentivar las opinones de esa clase y que el desarollo del brainstorming no se vea influenciado por opiniones externas
En una palabra, lo que está en juego es la libertad de catedra del docente no lo que piense una asociación, o cualquier lobby parecido, ya sea próximo a HazteOir o a otro engendro.
Como dijo Sr.Goomer en 2018
» El calificar un «libro de texto» standard de mediocre es muy sencillo. Cuando alguien lanza una cruzada en contra de ellos, debe al menos tener una alternativa que mejore a ese libro en concreto.
El calificar por calificar generalizando demuestra una postura que no se sustenta y merece la crítica.»
La cruzada sigue…
https://www.ascl.org.uk/EqualityDiversityInclusion
Y sin embargo, al otro lado de la ecuacion…
Un nuevo estudio asocia el uso de pantallas con un peor desarrollo de los niños
Ahora es cuando decimos que los hijos de los directivos de las tecno empresas de Sillicon Valley llevan a sus hijos a colegios libres de móviles, pantallas, etc y cuando alguien dice que eso no es cierto y que ya están estos diciendo tonterias….
Nada nuevo sobre el cielo… mientras los talibanes volviendo al poder
¿Y esos drones de espias en el cielo?¿Y esos soldados cada uno con su IP conectados via satelite?
Vaya al final, los chinos nos invadiran cuando quieran… o peor los barbudos que ya están en España, atesorando bombonas de butano, y los mossos diciendo tranquilos que nos dice Trapero que estos solo están haciendo una paellita para celebrar la diada
Si, una ecuación repleta de incógnitas en ese lado… un articulo basado en una correlación, y repleto de «pueden» «podrian» y «quizas» :-)
Quizá el titular debería ser: «Un nuevo estudio asocia el uso que se le da a las pantallas con un peor desarrollo de los niños»
Aunque, como Enrique, soy biólogo de formación, estudié posteriormente una FP de grado superior de Educación Fisica y me presenté por esta especialidad, hasta en tres ocasiones a lo largo de.mi vida, a las oposiciones de profesor de enseñanza secundaria.
Tengo mucha experiencia tanto impartiendo clases como en al ámbito tecnológico y siempre he considerado la enseñanza mi verdadera vocación, obteniendo excelentes valoraciones por parte de mis alumnos (ya sea impartiendo biología, como preparador físico, o en el ámbito de la programación)
Pues bien, en esas oposiciones jamás tuve oportunidad de realizar exposición alguna ni demostrar mi valía como formador. Tan solo fuí expuesto a exámenes eliminatorios de lo más absurdo.
Tenemos un tipo de enseñanza que se autoperpetua premiando la capacidad de memorización por encima de ninguna otra habilidad, tanto en alumnos como en profesores. En este contexto, el smartphone es el peor enemigo porque ningunea esa capacidad y demuestra que hoy por hoy, tener memoria de elefante, no vale para casi nada.
La disciplina no es más que una excusa.
Biólogo… !!!
Pues haber elegido algo de ciencias o ingeniería, para no memorizar…
Nunca lo integraran , los profesores de primaria y sobre todo secundaria tienen pánico a que alguno les grave dando clase y les muestre sus vergüenzas al mundo.
En el cuarto párrafo (asunque ese sea otro tema) se puede cambiar tranquilamente por:
PROFESORES incapaces de enviar un ejercicio por correo electrónico, que no sabían buscar información fiable ni trabajar en grupo, que caían fácilmente en noticias falsas y las reenviaban irresponsablemente, y que carecían de las habilidades mínimas necesarias para aprovechar adecuadamente una herramienta tecnológica.
Los profesores de primaria y sobre todo secundaria a lo que tienen pánico es la clase de basura que les llega cada vez más a las aulas. Muchos estarían encantados de poder grabar las clases, para cubirse las espaldas y poder enseñar a los orgullosos papis la basura que han criado. Pero claro, tampoco es que sirviera de mucho, la basura crea basura.
Estoy de acuerdo en este comentario y en el anterior. Póngase profesor (algún profesor) o alumno (algunos alumnos). Por cada profesor que hay así hay más de un alumno, .seguro.
Me llama poderosamente la atención un tema.
“ Prohibir los smartphones en los colegios es profundamente retrógrado”; el titular.
Me gustaría saber por qué es retrogrado. Aunque seguramente Enrique u otro usuario solo se moleste a aconsejarme leer nuevamente el artículo.
Tengo actualmente una hija de 9 años que empezará el mes que viene 4º de educación primaria. No tiene móvil. Sí tiene IPad y hace sus funciones de ocio con él. Poco más.
La cuestión es que la idea, la idea…….. es que adquiera Móvil en el momento en el que incide el instituto. Es decir, con unos 12 años, aunque en Enero cumpliría 13. Curiosamente ¿no es la misma edad con la que los servicios de redes sociales ponen su límite mínimo para tener cuentas?
Sé que dependerá del primer “cabron” (y lo digo con toda una sonrisa en la boca ya que no lo hará por molestar a nadie, es broma) que le compre a su hijo el móvil en la clase. Después de eso, el cronómetro corre en contra. Pero creo que las circunstancias sociales de una persona hasta esa edad no requieren de demasiada complicación.
Oh! Una niña de 10 años no sabe mandar un email. ¿Sabrá lo que es sello? ¿Alguien que puede creer que el dinero simplemente sale de algo llamado cajero?
Quizás es que no lo han necesitado hacer, por qué sus prioridades son otras.
Ah bueno, que si hay que enseñarles a utilizar herramientas que aún no necesitan perfecto ¿eh? Pero me parece que es sencillamente absurdo.
Mi hija tiene un reloj digital con el que puede llamar a un máximo de 10 personas. Mi hija de 9 años, la otra noche, tras plantearle la paradoja del barco de Teseo me dijo que “ella sí se tiñera el pelo sería diferente, pero seguiría siendo en esencia ella misma”.
Así que quizás para pensar por sí mismos y desarrollar su potencial, no todo debe de pasar por la tecnología. Que está muy bien, pero los tecnofans a veces cansan con ese discurso.
Entiendo perfectamente que la escuela debiera de priorizar en materias, la programación. Aprenden euskera, catalán o inglés aparte de español, pero luego otro tipo de lenguajes mucho más necesarios parecen abandonarse absolutamente y puede ayudarles; pero lo de un dispositivo móvil….
¿Como prohibir algo que en principio ni tan siquiera llevan a clase porque no tienen o poseen?
¡Bravo!
Los tecnomantes es lo que tienen. Su dios está por encima de todo. No hay edad, cuanto antes mejor, hay que conseguir acólitos. Que eso implique tener sacos de carne con ojos sin conocimiento, esencia ni conciencia, importa poco mientras vayan de la manita de sus dispositivos (una de sus palabras favoritas). Mientras a los nenes se les enseñe a usar los aparatitos desde el día 0, para sus urgentes necesidades tecnológicas, todo solucionado. Eso es lo primordial, saber usar el aparatito, cualquier otra consideración carece de pertinencia.
Los tecnomantes saben mucho y lo que nos conviene, para algo son tecnomantes.
El resto, aunque la tecnología sea nuestra vida y suframos cada día la realidad, no tenemos ni puta idea, la verdad está en sus dispositivos.
Prohibir es despótico y generalmente injusto. Estamos de acuerdo.
Repásate todas las entradas en las que pides prohibir cosas.
, y convertir las instituciones educativas en sitios por los que el tiempo no pasa, en los que se siguen haciendo las cosas igual que en el siglo XIX. Enrique dixit.
No, no son las prohibiciones de los móviles los que mantienen la escuelas en el siglo XIX, el mantenimiento del sistema de enseñanza reglada nacida para satisfacer las necesidades de la revolución industrial, que sigue manteniéndose intacto, es una de las grandes lacras de la sociedad actual.
Sistema educativo totalmente obsoleto, pero que se mantiene por la defensa numantina de los que viven de él, causando infinitos daños a los que caen en sus manos, desgraciadamente la práctica totalidad de la población.
Actualmente existen medios sobrados para formar a cada individuo de forma personalizada, de acuerdo con sus capacidades, sus intereses y sus necesidades, cosas de las que el actual sistema hace tabla rasa, ignorando la existencia y el uso de dichos medios
Fuente: José Antonio Marina.
“Hasta un 12% de los alumnos tienen problemas de atención. El uso de móviles está dificultando la atención voluntaria. Al mirarlo y volver a la tarea podemos perder hasta el 40% de la información que manejábamos. Es una especie de hacer y deshacer. Un síndrome compulsivo, si no miran la pantalla cada tres o cuatro minutos empiezan a sentir una especie de angustia. Eso es un disparate completo. Ese trajín puede ser de 300 o 400 veces al día. Hay mucha gente que no es nativa digital y empieza ahora por el móvil a tener dificultades para leer un texto medianamente largo. Eso es un empobrecimiento intelectual absoluto y dramático”.
“La tecnología está haciendo las cosas tan fáciles que empieza a resultar casi insoportable hacer un pequeño esfuerzo. Queremos que una aplicación lo resuelva todo. Al final se crea una pasividad que es peligrosa. No hay que ser solo bueno técnicamente sino crítico”.
“Los niños que se han criado en entornos tecnológicamente muy densos presentan en mayor medida déficit de atención. No pueden concentrase en algo durante mucho tiempo. Además, pasan con rapidez de un tema a otro y tienen dificultades para atender a mensajes largos. Se está a merced del ‘trending topic’, pero se pierde la capacidad de responder con rigor a un argumento. Eso hace que nuestra convivencia esté siendo muy tosca y muy violenta, porque el intercambio de información es muy rápido. Y eso afecta a la educación”.
Estoy a favor de usar los móviles-tablet en las aulas como herramienta para mejorar el aprendizaje, pero me surge la siguiente duda, ¿los profesores están preparados para dar este tipo de formación?, en mi día a día cuando me siento con mi niña a hacer los deberes, cada vez que nos encontramos con algo que no conoce, me voy a la wikipedia le enseño una imagen y comentamos el significado (un animal, un lugar, una palabra desconocida por ella…), si esto se hiciera en las clases se podría mejorar la comprensión de los conceptos, hasta hace poco que google saco la tabla periódica en 3d, no me había percatado de que en medio de los protones hay electrones, cosa que dudo siquiera que mi profesor supiera, y con una imagen en 3d lo pude ver a primera vista.
Indudablemente se mejora los conocimientos con las herramientas modernas, lo que necesitamos es que la formación sea impartida por personas preparadas para ello.
Evidentemente la sociedad avanza y evoluciona y tenemos que avanzar y evolucionar con ella, y pensar en lo contrario es como querer seguir usando cartas postales para comunicarnos cuando con un email, es mas rápido, económico y eficaz.
Yo recuerdo consultar la enciclopedia de 12 tomos, con asiduidad para poder aprender mientras hacia mis deberes de niño, ojalá hubiera tenido un smartphone donde preguntarle a google de viva voz lo que significaba cada una de mis dudas, para poder haber tardado menos en aprender lo mismo, y/o aprender más en el mismo tiempo. Pero realmente esto ya no es cosa del colegio, sino de la forma en la que enseñamos a nuestros hijos a hacer sus deberes, de manera que aprendan cuando estudien, o de cumplir con los deberes y no aprender en el camino.
Todo depende de lo que quieres que sea tu hijo o hija el día de mañana, mano de obra barata o el que dirige a la mano de obra. ;-) ustedes ya me entiende.
Me gusta poner siempre el mismo ejemplo: un bisturí en manos de un cirujanos es una herramienta de trabajo, pero ese mismo bisturí en manos de un asesino es un arma mortal.
Todo depende del uso que se le de al smartphone y eso depende única y exclusivamente de lo que tu le enseñes a tu hijos.
Cuando yo era pequeño oía en el colegio que decían que educación te dan en tu casa. Y en casa decían que educación te dan el el colegio. Al final no sabia quien era el que me tenía que educar, jejeje.
Ahora que tengo hijos puedo responder y con mas criterio de la vida, la educación a los jóvenes es en los 2 sitios, en el cole se da mas formación teórica y de conocimientos y en casa se da mas formación de la vida, la convivencia, los valores….
yo aprendí mucho viendo tele (documentales, programas educativos, lo aclaro para que no piense alguno en crónica rosa, :-)), y mi hija esta aprendiendo mucho viendo youtube (la televisión a la carta), los tiempos cambian.
Chao
Saludos
Nada nuevo bajo el sol. Supongo que la introducción de la imprenta fue una incruenta batalla. Y la progresiva eliminación de la caligrafia y las listas de reyes godos (¡si por lo menos fueran dioses griegos o césares romanos!).
Y la libertad para entablar conversaciones con el docente, aunque la tecnología sea tan mínima como el uso de un lenguaje, que sea realmente útil en la comunicación educativa.
Y como no, la desaparición de auténticos «robots y algoritmos» que siguen recitando el mismo mantra medieval, con maneras y contenidos recogidos en las aulas universitarias, que parecen estar ancladas en el Paris del Quasimodo.
Pedir su permanencia, eso sí que no es retrógado para algunos. ¿Cómo harían, para introducir en su momento la pizarra y el pizarrín, sin que se asustaran los irresponsables educativos?
Que gran debate se ha abierto. Creo firmemente en un aprendizaje con la incorporación de todas las herramientas posibles y desde luego no saber cuestionarnos las múltiples funciones que nos ofrece un smarphone en la educación es como negarse a abrir las ventanas de la clase mientras hay fuego en su interior. Pues claro que debemos de formarnos para adquirir conocimientos. Si creo que es suicida no permitir lis smarphones enclave.
El no problema como dije, es cuando.
Yo estoy a favor de un uso totalmente dinámico e interactivo del aprendizaje como estas herramientas favorecen.
Solo digo que por la misma regla de tres, no enseñamos a los críos todo a la vez y cada herramienta tiene su tiempo, los móviles igual.
Claro, cada cosa en su momento! Prohibir que usen su smartphone particular no implica que usen, cuando toque, los ordenadoes o tablets de la escuela.