Menos de un mes tras la publicación de un artículo en Wired que daba cuenta del aparente fracaso de las iniciativas de Amazon para poner en marcha la logística de reparto de envíos mediante drones, Alphabet saca pecho en una entrada en el blog corporativo de Wing, su compañía de logística aérea creada en 2012 que lleva en pruebas desde 2019, y anuncia que ha logrado completar sin problemas ya más de cien mil envíos en la experiencia piloto que tiene desplegada en Logan, una ciudad de unos 300,000 habitantes en la zona de influencia de Brisbane, en Australia.
La cifra, que incluye artículos tan variados como pan, sushi, pollos asados, snacks para niños, productos de farmacia o café con un peso máximo de alrededor de kilo y medio, supone en torno a un envío cada treinta segundos durante las horas en las que se ofrece el servicio. En la primera semana de agosto, por ejemplo, hicieron unos 4,500 envíos en un rango de unos diez kilómetros, condicionado por la autonomía de las baterías. Los drones vuelan entre los treinta y los cuarenta y cinco metros de altura, y descienden a los siete metros cuando llegan a su destino para descolgar el paquete, de cartón piramidal con medidas normalizadas, mediante una cuerda que se desengancha automáticamente al llegar al suelo, sin que sea necesario que haya nadie en ese momento para recibirlo. Según la compañía, la única sugerencia que la comunidad en la que se han desarrollado las pruebas ha hecho es que traten de reducir el nivel de ruido que hacen los aparatos.
Teniendo en cuenta los envíos comerciales realizados y los vuelos en pruebas, la compañía afirma haber realizado ya más de medio millón de repartos, lo que supone un nivel de experiencia razonablemente consolidado. Wing ofrece servicios en este momento en determinadas áreas en Australia (Logan y Canberra), Finlandia (Helsinki) y los Estados Unidos (Virginia), prevé expandir pronto sus áreas de actuación en los próximos meses, y está en búsqueda de compañías para añadir a los treinta socios que ya tiene a nivel mundial, que puedan ver en este tipo de logística ultra-rápida (reparto en seis minutos) una ventaja competitiva que encuentren interesante ofrecer a sus clientes. Otras empresas, como UPS o Uber, están haciendo sus propias pruebas para poner en marcha servicios de este tipo para su propio uso.
Cuando Jeff Bezos, en medio de una entrevista genérica en 2013, comentó como primicia el tema de la logística mediante drones, fueron muchos los que se lo tomaron como un chiste o como una forma de llamar la atención. Pocos años después, la logística mediante drones, aunque sea aún en áreas relativamente limitadas y con una gama de productos todavía escasa, es una realidad, aunque no haya sido Amazon quien haya conseguido ponerla en marcha como producto viable. A partir de ahí, su expansión depende únicamente de factores como la regulación de cada país, la disponibilidad de un espacio en el que dejar el paquete (obviamente nunca será un servicio adecuado para personas que vivan en un piso sin terraza) o la propuesta de valor que pueda suponer para según qué productos y clientes.
This article is also available in English on my Medium page, «Drone logistics takes off«
Uy, uy… lo del ruido no parece pecata minuta, porque además del ruido sonoro está el ruido visual… y sobre todo el ruido espía.
Si estamos hipersensibles con la privacidad, además de las otras molestias inherentes al exceso de tráfico (de lo que sea), no le auguro un futuro no distópico.
Y para colmo, como siempre, habrá usuarios de primera y de segunda. Y serán los de segunda, seguro, los que aguanten mucha más porción de ruido.
Yo el negocio de los drones veo dos gigantescas oportunidades:
1- Seguridad. Drones autónomo apatrullando las ciudades y empresas. Una IA que analice situaciones de riesgo y avise a la centralita de seguridad y/o a la poli. Serán silenciosos y con amplificadores de luz, podrían ser la solución a la seguridad.
2- Drone-taxi. Creo que Dubai ya hay tests y tiene futuro. Eso si, el comienzo será un capricho de ricos, pero no fue el iPhone lo mismo en sus inicios?
De momento despega tanto como los robotaxis de Waymo, técnicamente posible pero de momento solo un testeo. Lo que falta ver es su capacidad de hacerse un hueco en el mercado.
Con la tecnología actual, ya pueden cubrir nichos de mercado. Conforme se avance tecnológicamente, ese nicho irá creciendo.
Si bien es cierto que aquellas zonas con edificaciones individuales o adosadas serán priorizadas inicialmente, no hay que descartar que la gente que viva en pisos, de la misma forma que comparten antena de TV colectiva, vayan remodelando áticos y/o tejados de edificios como «helipuertos» señalados en los que los drones dejen los paquetes de los vecinos de la comunidad.
Si hay pillaje y la gente del mismo bloque no se fían unos de otros, siempre se pueden poner webcams de vigilancia. Al fin y al cabo, a la terraza de un edificio o bloque sólo deberían tener acceso los vecinos del mismo… Más seguro que el jardín de un adosado….
Me encanta tu ingenuidad perpetua con el ser humano. Está nueva parafernalia tecnológica, innecesaria fuera de ciertas zonas elitistas para y por clases elitistas, no tiene cabida en un barrio normal de cualquier ciudad. A los cinco minutos de aparecer, el dron, el vitalísimo paquetito transportado con las tan importantes barritas y snacks, cereales, patatas fritas, bote de mostaza, ketchup y paquete de chicles, desaparecen. Ni webcams ni leches. El «tiro y caza al dron» se iba a convertir en un todo deporte.
Al margen de esto, me fascina ver como el mundo va de cabeza al hoyo y seguimos aplaudiendo gilipolleces para cubrir «nichos de mercado» que no aportan nada y hacen un poco más profunda esa fosa de gasto energético y de materias primas, consumismo estúpido, contaminación (sí hay que fabricarlos y la fabricación tiene un tremendo impacto medioambiental) y tontunas tecnológicas. Porque esta soolapollez es muy importante, es vital e importantísimo recibir cuatro chorradas y caprichos superfluos en la terraza o el jardín de casa para poder ver la nueva serie de Netflix sentaditos en el sofa sin mover el culo.
Todo sea por el avance tecnológico del consumo y los nichos de mercado, al coste que sea. Bravo.
La radicalidad y la cerrazón con la que lo planteas te está impidiendo entender que en muchos casos (¿cuántos de los envíos que recibes en casa pesan más de kilo y medio?), el reparto mediante drones, cuando sea posible, puede ahorrar muchísimas emisiones o costes. Que se inicie con productos que tú consideras «frívolos» no tiene nada que ver con que, una vez perfeccionado, no termine siendo una vía logística que optimice muchas cuestiones en términos de comodidad, de inmediatez, de generación de polución y de costes. Es muy posible que termine siendo mucho más barato enviar drones que enviar furgonetas. Pero con actitudes tan radicales y desabridas como la tuya, seguramente estaríamos aún en las cavernas, y si hubieses estado en la tribu que inventó el fuego o la rueda, habrías sin duda tratado de impedir su adopción.
¿De verdad estás siendo tan ridículo como para poner avances vitales como el fuego y la rueda en la misma balanza que esta soberana tontería? Me decepcionas… No seas reduccionista, que la cabeza, creo, te da para mucho más.
Tu tecnoradicalidad y cerrazón te está impidiendo entender que la solución a todo no pasa por la tecnología. ¿Me puedes contar en qué momento servicios como este, que actualmente ya realizan personas con una calidad laboral pésima, han evolucionado o tienen pinta de que van a llegar a evolucionar para ofrecer otros servicios que no sean eso mismo, entrega de productos frívolos (como muy bien has etiquetado), superfluos y de consumo inmediato asociados al ocio o consumismo compulsivo?
¿De verdad lo que se pide en este tipo de servicios es algo tan urgente que no hayas podido planificar en tu compra semanal, quincenal o mensual? ¿Es tan vital en tu vida depender de un envío de una hora de un producto a la puerta de tu casita? ¿Y luego te hartas de soltar mantras de ecologismo y sostenibilidad?
No, esto no es cuestión de que en una hipotética realidad paralela, este tipo de servicios lleguen a evolucionar y ofrezcan soluciones a necesidades reales y no consumistas, o que lleguen a ser más eficientes que una furgoneta. Es que lo aberrante es que tengamos la necesidad de poner miles de furgonetas dando vueltas 12 horas por la calle, tipos en bicicleta jugandose el tipo por dos duros, drones (con tecnología que ya sabemos de qué países se sacan las materias primas y bajo que condiciones se fabrican), o el próximo negocio que algún nuevo tecnoiluminado quiera sacarse de la manga, para satisfacer la compulsiva y superflua compra de cada fulano acomodado en su poltrona.
Me reitero, defender todas estas BANALIDADES, que por mucho que quieras lavarlas, tienen un alto impacto medioambiental en su fabricación, distribución y logística, reemplazo de modelos deteriorados y obsoletos, sumados al impacto medioambiental en fauna urbana que van a tener en las ciudades donde van a estar volando y dando por culo con su ruidito (mirate alguno de los estudios que ya hay acerca de lo que está sucediendo en las ciudades por la pérdida de aves, que conlleva la proliferación de ciertas plagas de insectos, como la pérdida de diversidad ya que son vectores primarios de polinización), por el simple hecho de ser tecnología, me resulta realmente hilarante. Y más venido de personas que dos días después están lanzando el grito al cielo acerca de la urgencia de un cambio en el modelo de sociedad insostenible en que vivimos.
Los robots no reemplazan trabajos, reemplazan tareas. Ergo, prefiero, desde la ética, pagar el servicio de un drone, que si se cae, lo queman, lo roban o lo fostian, no pasa nada y pasa, automáticamente, a la cuenta contable de perdidas de la compañía, que saber que mi «necesidad» provocó una perdida humana irremediable de un rider. ¿Lo entiendes ahora?
Tu insípida necesidad de una coca cola y una hamburguesa el viernes por la tarde ha provocado la aparición del raider. Planteate tus necesidades para que no hagan falta ni raiders ni drones, ni más gilipolleces.
Deja de dar vergüenza ajena. En mi vida he pedido jamás nada a ningúno de éstos servicios. Soy «virgen» en ese sentido. Vivo con frugalidad, sin importar el día de la semana que sea. Sé perfectamente que nunca pediría que una persona me traiga nada, si eso implica que dicha persona corra el más mínimo riesgo. Mi sentido de la ética me lo impide. Y porque soy padre de dos hijos y tengo que dar el ejemplo. Ahora, si supieras que las necesidades humanas son infinitas (desde hamburguesas en Australia hasta sangre para transfusiones de urgencia en las zonas boscosa del Congo) dejarías de lado esa patética actitud moralinosa. Lo único que faltaba en este foro, un ludita señalando con el dedo a los demás y haciendo juicios de valor.
Anda, que con todo el gusto y amor del mundo, pagaría con mi tarjeta gustoso, un te de tilo para que te llegue vía uno de estos drones y te calmes un poco.
En Zaragoza en Junio, desde el Hera Drone Hub ya están realizando pruebas de repartos con dron, en entornos urbanos. Restalia, empresa que tiene cadenas como 100 Montaditos, TGB o Cervecería La Sureña entre otras.
Nos queda mas cerca Zaragoza que Australia, Finlandia o los Estados Unidos.
Que malos son los anticuados animalitos…. Que poco les gusta el «progreso».
Wing retira sus drones de reparto en Australia por los ataques de los cuervos.
https://hipertextual.com/2021/09/wing-retira-sus-drones-de-reparto-en-australia-por-los-ataques-de-los-cuervos