El miedo al cambio que dificulta la evolución

IMAGE: David Maitre - Pixabay (CC0)

Mi columna en invertia de esta semana se titula «Evolución y el miedo al futuro de los directivos» (pdf), proviene de varias conversaciones con directivos sobre los planes para el trabajo en sus compañías tras el final de la pandemia, y trata de analizar las razones de ese miedo al cambio que lleva a los directivos a plantear la vuelta atrás en las prácticas laborales como si fuera «lo lógico» o «lo natural», y a inventarse sin ningún tipo de pruebas problemas como y axiomas como «es que para trabajar es necesario verse y tocarse», «es imposible vender por videoconferencia», o «la innovación depende de esos contactos casuales en un pasillo».

Por lógicos que nos puedan sonar, esos axiomas son simplemente eso, verdades no demostradas que solo existen en la mente como justificación del miedo al cambio. Pensar que la presencialidad es indispensable para trabajar o para vender proviene únicamente de una falta de apertura de miras (hay muchas empresas que trabajan permanentemente de manera distribuida y no solo no les pasa nada, sino que funcionan muy bien) o de una falta de ambición (posiblemente vender sea muy difícil con una videoconferencia cutre, mal iluminada y sin recursos virtuales avanzados…, ¿que tal probar haciéndolo bien?) A partir de ahí, ponerse a diseñar reglas en modo «café para todos» en un entorno compuesto por personas con necesidades, habilidades y capacidades diferentes es directamente reduccionismo y estupidez. ¿Por qué dos días a la semana, y no tres? ¿Y por qué no «los días que te dé la gana», y si detectamos abusos ya actuaremos en consecuencia? ¿Qué pasa si tratamos a las personas como personas e intentamos ser conscientes de sus necesidades, en lugar de plantear absurdas reglas iguales para todos?

El futuro es el trabajo distribuido o híbrido, y no será «una amenaza contra la productividad», sino todo lo contrario. Si no lo entiendes, simplemente no formarás parte de ese futuro, porque tu empresa será «de las viejunas» que los trabajadores intentarán abandonar en cuanto tengan la posibilidad, para cambiarla por otra que les dé más confianza y más grados de libertad. Será la que se queda con el poso, con el sedimento que no cree tener valor en el mercado.

Mitos sobre los supuestos problemas del trabajo distribuido hay muchos, y se suelen enunciar como las 5 C:

  1. Pérdida de Control
  2. Pérdida de la Cultura
  3. Pérdida de la Colaboración
  4. Pérdida de la Contribución
  5. Pérdida de la Conexión

Y todas ellas, de la 1 a la 5, son simplemente eso, mitos. Falsedades. Concepciones erróneas y desenfocadas que justifican aquellos que tienen miedo al cambio. Directivos que creen que el valor fundamental de una cultura empresarial debe ser la autoridad, como si estuviésemos en aquellos talleres de la revolución industrial en los que únicamente la supervisión visual y directa o el grito pegado a tiempo podían salvar la jornada de trabajo y evitar que los trabajadores se escaqueasen. Si en pleno siglo XXI sigues viendo la autoridad como valor fundamental de una cultura, es que tienes un problema grave. Si la autoridad es necesaria porque tus trabajadores son incapaces de trabajar sin estar sometidos a ella, tienes un problema de reclutamiento o, directamente, una cultura de mierda: tienes no solo que fichar de otra manera y a la gente adecuada, sino además, que cambiar esa cultura por una más moderna y razonable. Si la autoridad es para ti el valor fundamental en las relaciones laborales, no vives en el siglo XXI, pero tampoco en el XX: tu cerebro se quedó en el XIX. Evoluciona.

No te escondas en mitos que solo esconden miedo al cambio: el contexto ha cambiado, o evolucionas y cambias con él, o desapareces. Contrariamente a lo que dice la teoría de la evolución de Darwin, la evolución de los seres humanos no se debe tanto a mutaciones aleatorias y a la selección natural de las mismas, sino sobre todo, a fenómenos de adaptación cultural. Es la cultura la que nos lleva a adoptar determinadas formas de hacer las cosas que nos hacen más eficientes, que nos otorgan ventajas competitivas, que nos permiten sobrevivir como personas y como organizaciones. Y sin esos cambios, sencillamente, no sobreviviremos. Si no flexibilizamos el trabajo para evitar esos atascos y aglomeraciones absurdos en horas punta, si nos limitamos simplemente a «volver a la normalidad» sin aprovechar las enseñanzas de la pandemia, seguiremos haciendo lo mismo, y es un camino que ya sabemos perfectamente a dónde lleva.

Si seguimos permitiendo que sean directivos paralizados por mitos y por el miedo al cambio los que tomen decisiones como esas, si seguimos perpetuando la autoridad como elemento de la cultura empresarial, lo estaremos haciendo mal, rematadamente mal. Pero desgraciadamente, hay muchos – demasiados – a los que no les importa hacerlo mal con tal de no perder su autoridad y la cultura que la soporta, de no cambiar sus creencias. Con tal de no evolucionar. Identifícalos y trata de evitar su influencia en tu compañía. Son tóxicos, muy peligrosos. Para todos.


This article was also published in English on Forbes, «The future is flexible: let’s not be afraid of it«


21 comentarios

  • #001
    Xaquín - 23 junio 2021 - 15:37

    Un título estupendo para incidir en el problema básico de la versión de homo sapiens, tan mediocre , que padecemos.

    Ningún ser vivo tiene tal capacidad de freno, y ganas de usarlo, como el llamado homo sapiens. Pienso que las versiones anteriores, tenían algo más de animales «seguidores del proceso», que esta especie de endiosamiento del sapiens, que se está llevando ese sapiens a la papelera de la historia.

    No se hasta que punto es miedo a lo desconocido y hasta donde llega el miedo a perder el poder establecido. Pero está claro que intentamos muy a fondo, no solo frenar el proceso evolutivo terrestre, si no que también estamos muy proclives a destruir el planeta (ecosistema) que nos sostiene.

    Solo espero que los insectos, con menos ínfulas y capaces de una adaptación casi infinita, puedan disponer de un planeta con ciertas características del que ahora aún podemos disfrutar (los que podemos).

  • #002
    Juan T - 23 junio 2021 - 16:45

    Consecuencia de la educación anterior en la que las cosas eran para toda la vida.

    Supongo que tus alumnos ya estarán aleccionados en la adaptación continua a las condiciones.

  • #003
    pedro - 23 junio 2021 - 17:21

    Para muchos «cambio» y «futuro» significa morirse.

    Hasta el universo tiene fecha de caducidad.

  • #004
    Mauricio - 23 junio 2021 - 23:06

    Enrique, con respecto al tema de los directivos, considero que durante la pandemia muchos de ellos han empezado a sentir que en este nuevo escenario sus empleados saben más que ellos y que su liderazgo y gestión han pasado a ser bastante irrelevantes y por ello quieren que todo sea de nuevo como en el año 2019.

    Esto se ha producido principalmente porque en los útimos 15 meses, para hacer posible el teletrabajo y mantener sus puestos, los empleados se han vuelto más expertos que los jefes en el uso de herramientas como Zoom, Slack, Office 365, Dropbox, Asana, Miro, QuickBooks, etc., y desempeñan su trabajo cada vez con mayor autonomía y sin necesidad de acudir a sus superiores cuando hay problemas.

    Ahora, en muchos casos, los directivos saben menos que los trabajadores sobre cómo mantener en funcionamiento la empresa y sienten que su autoridad y posición están en riesgo si no vuelven todos al pasado.

    • Marcos - 24 junio 2021 - 08:46

      Ese es Un problema muy extendido en cualquier parte laboral. Es decir…, aunque suene muy cutre, un ejemplo sería “el jefe infiltrado”, donde en ocasiones se ve que el propio jefe, no sabe realizar la mayor parte de las tareas que hacen su subordinados.

      No hace falta, obviamente que para dirigir una empresa cine, tengas que saber diseño gráfico porque tienes contratada a gente para publicidad, por ejemplo.

      Pero estaría bien que fueras consciente de sus necesidades, de su trabajo… he dicho consciente, con lo que ello pueda conllevar. Es decir no que como si yo llevara el coche al taller me lo arreglen porque no sé nada de mecánica, sino que sepas cuál es la función de esa persona, su metodología, etc… .

      Esto hará que puedas contratar a gente más preparada y generará mejor cultura.

      Por lo que además, sí esos trabajadores acaban por no necesitarte, como expresas es que algo no estás haciendo bien. Es como el coordinador de gremios en una obra, básicamente.

    • JM - 24 junio 2021 - 09:49

      Podría ser lo que dices.

      Últimamente he tenido que pasar por las oficinas de mi empresa varias veces y allí sólo se veía a los jefes.

      Los típicos jefes intermedios que nadie tiene claro qué hacen parecían bastante desocupados.

      Los otros jefes, los que todos sabemos qué hacen, parecían tan liados como siempre.

  • #007
    Gabriel Fernández - 24 junio 2021 - 06:27

    Después de 15 meses con teletrabajo 100% por motivos de salud, el miedo al cambio consiste precisamente en volver a la presencialidad. Un equipo humano que después del verano se plantea cambiar del teletrabajo 100% a otro modelo, está cambiando. En 18 meses cualquier persona, equipo y empresa se ha acostumbrado a una situación y lo más cómodo y menos arriesgado es quedarse igual. Lo que ahora da miedo es dejar el teletrabajo, no al revés. Más aún, si la productividad ha crecido y el personal está acomodado a la situación.

  • #008
    Gabriel Fernández - 24 junio 2021 - 06:48

    Señor Dans, pocas veces le he visto un argumento más simplista. El que no piensa como yo, es que tiene un modelo de dirección autoritario…. Me recuerda a estos políticos que llaman fascista a todos los que no piensan como ellos. Lo cuál no quiere decir que algunos que no piensan como ellos sí lo sean, pero de ahí ha deducir que todos lo sean….
    Supongo que usted ya habrá renunciado a su despacho en su escuela de negocios y a las aulas físicas. Habrá convencido a los dueños de la misma a vender y liquidar todas las sedes físicas, porque si no seréis unos empresaurios que vais a acabar con la empresa, la educación y el planeta.
    Dar clases y conferencias principalmente en solitario o vivir en un chalet o adosado, estas vivencias personales, creo que influyen demasiado en su juicio. El teletrabajo tiene sus pros y sus contras. Y las personas que trabajan en equipo lo ven y reflexionan sobre cómo aprovechar los pros y solucionar los contras, proponiendo cambios respecto al teletrabajo 100% actual, que puede no ser la panacea aunque sepamos hacer video conferencias estilo Hollywood. Ser despectivos con esa actitud reflexiva y lógica es sorprendente. Lo mismo le pasa con el coche enchufable, en España es inviable por su falta de usabilidad, hay que buscar otro sistema para el eléctrico en España donde sólo unos pocos viven en adosados como usted. El inmovilista y poco innovador parece ser usted y no los demás, al costarle tanto aceptar otros puntos de vista o argumentos, descalificando a las personas que los tienen y no los argumentos.

  • #009
    Javier Lux - 24 junio 2021 - 07:12

    100% de acuerdo con todo lo que escribes, Enrique. Se puede hacer TODO remotamente. Varios proyectos ultra-innovadores y fundamentales que son cuasi 100% remotos: Ejemplos:

    Linux: El archi famoso Linus Torvalds ha creado Linux y GitHub desde casa. El Linux son casi 30 millones de líneas de código, y hay permanentemente entre 400 y 800 programadores a tiempo completo, con unos 1000 más a tiempo parcial. Todos ellos remotos. Con GitHub lo mismo aunque a menor escala. Y Linus lleva 20 años trabajando desde casa la mayor parte del tiempo.

    Ahora sigo de cerca el proyecto Ethereum y DeFi viendo como esos jóvenes dominan todas las herramientas GRATUITAS de colaboración remota como Discord… etc

    Diréis que no todos los sectores son «inmateriales» como el software para ser trabajados remotamente. Eso es cierto pero sólo para determinados puestos de trabajo. Para los directivos TODO, o casi TODO es inmaterial. Los directivos manejan informes, hojas excel, presentaciones, y mucha reflexión estratégica o tomas de decisiones, y eso también inmateriales. Los directivos no necesitan trabajar localmente, aunque puntualmente si puede ser deseable desplazarse.

    • Gorki - 24 junio 2021 - 09:24

      Se puede hacer TODO remotamente.

      `¡Ah, si… !

  • #011
    Adolfo - 24 junio 2021 - 10:32

    Enrique, permíteme que complete tu párrafo «… a los que no les importa hacerlo mal con tal de no perder su autoridad y la cultura que la soporta, de no cambiar sus creencias» … y asegurar su bonus a corto, sacrificando el futuro de la empresa.

  • #012
    sin censura - 24 junio 2021 - 10:52

    Hoy creo que Enrique lleva mucha razón en que muchos trabajos se pueden hacer de forma efectiva de forma remota.

    Pero, hoy también creo que muchos trabajos que se pueden hacer de forma presencial se hacen también de forma efectiva de forma presencial.

    Que no nos nuble la razón el maniqueismo, incluso también habrá modelos mixtos que funcionen…

    Por cierto, IE está a punto de abrir un supercampus, una preciosa quinta torre del complejo de la antigua ciudad deportiva del Madrid, un rascacielos en pleno centro construida por OHL, con todo lujo de detalles. Debe ser que los jefes de Enrique no han leído este artículo sobre la evolución y los mitos.

    • Mauricio - 24 junio 2021 - 14:55

      Sin Censura, esto es como lo de Tim Cook y el Apple Park. ¿Crees que los jefes de Enrique van a admitir que la nueva tendencia es el trabajo distribuido y van a dejar vacío el nuevo edificio? Por otro lado, ¿consideras que los directivos de la IE University van a dejar de lado de la noche a la mañana, por ejemplo, el costosísimo sistema de videoconferencia denominado WOW Room que ahora puede ser sustituido por Zoom, por una fracción del precio que ellos pagaron?

      A mí me da la impresión de que la opinión que expresa Enrique en este post es muy diferente a la de los directivos del centro de estudios donde trabaja, lo cual de ninguna manera sería raro porque es lo que está sucediendo por todas partes a nivel mundial. La mayoría de los jefes quiere que el calendario retroceda y que vuelva a estar en el año 2019.

      • sin censura - 24 junio 2021 - 15:43

        Mauricio

        Aqui cuando el jefe opina algo pensamos «lo que diga la rubia»

        ¿De donde viene?

        https://www.youtube.com/watch?v=I7iBP3x3HBE

        • Enrique Dans - 24 junio 2021 - 15:59

          A ver: gracias a dios, yo nunca tenido que pensar, que decir o que escribir lo mismo que mis jefes, es una de las ventajas de llevar 31 años trabajando en una institución cuyo ideario se origina en la Institución Libre de Enseñanza y que defiende la libertad de cátedra y de pensamiento a ultranza. Y si además resulta que en ella, además de profesor, eres Senior Advisor for Innovation y tienes la posibilidad, incluida en tu sueldo, de marearle la cabeza a toda la puñetera organización con tus ideas locas, más aún.

          Dicho esto, os explico: es completamente diferente la naturaleza de la actividad de los requisitos para los trabajadores. ¿El IE construye una WoW Room (efectivamente, carísima) y un rascacielos del copón en Madrid? Lógico: la naturaleza de la actividad es presencial. El IE va a seguir dando clases presenciales por muchos años, y no está previsto cambiar eso. Por supuesto, gracias a la pandemia, hemos incorporado una nueva metodología líquida, hemos redefinido nuestras aulas con más monitores, más micrófonos y más cámaras, y ahora podemos ofrecer a nuestros alumnos que si no pueden estar en clase por razones justificadas, puedan seguir las clases e intervenir exactamente igual que si estuvieran en clase, pero desde cualquier otro sitio con una conexión a internet. Hasta aquí, todo bien, ¿no?

          Otra cosa son los requisitos para los trabajadores. Y como tales, desde la pandemia se han redefinido: ahora el IE permite que casi cualquiera de sus profesores trabaje desde donde buenamente quiera, y simplemente vaya al campus correspondiente si tiene clase o alguna actividad presencial. Para mí no es nada nuevo: llevo haciéndolo así ya bastantes años. Pero ahora, se extiende a todo el mundo, e incluso, en gran medida, a personal administrativo. En la nueva torre hay muy pocos despachos, y sin embargo, hay más zonas compartidas en las que echar un rato, trabajar, reunirte, recibir alumnos o tener visitas. El despacho tradicional de profesor está pasando (más lentamente de lo que yo querría) a la historia, y lo normal será que un profesor tenga la libertad de organizarse como quiera. Pero eso, lógicamente, es una evolución, y no necesariamente rápida ni que se pueda hacer por decreto. Mi impresiñón es que será casi generacional.

          Pero eso, que yo no veo incoherencia ninguna.

          • sin censura - 24 junio 2021 - 17:58

            Nihil obstat.

          • Mauricio - 25 junio 2021 - 00:20

            Mutatis mutandis.

          • LUA - 25 junio 2021 - 07:28

            (Delirant isti romani) XDDD

          • Gabriel Fernández - 25 junio 2021 - 08:06

            Incoherente es decir que TODO lo que se pueda hacer teletrabajando se haga así y luego las clases puedan ser presenciales, las conversaciones con los alumnos y con otros compañeros también. Algo bueno tendrá la presencialidad cuando defiendes que lo fundamental del trabajo de un profesor se haga presencial. Normalmente en el equilibrio está la virtud.

          • sin censura - 25 junio 2021 - 16:26

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