Mi columna de hoy en Invertia se titula «Trabajo distribuido y cambio de mentalidad» (pdf), y trata de lanzar una reflexión sobre la mentalidad de las compañías que, llevados por un análisis superficial y en la mayoría de los casos absurdo, descartan rápidamente la posibilidad de ofrecer a sus trabajadores que continúen trabajando de manera distribuida una vez que la situación de pandemia se considere finalizada. Prefiero con mucho el término «trabajo distribuido» al de «trabajo remoto», porque la palabra «remoto» evoca la idea de «lejanía», de «aislado», que es precisamente lo que la tecnología ha conseguido que no experimentemos más cuando trabajamos desde otro sitio.
Para mi reflexión, utilizo un método, la inversión del contexto, que suelo emplear en muchas discusiones para tratar de señalar problemas derivados del isomorfismo corporativo: imagina que, en realidad, llevásemos muchos años trabajando de manera distribuida, y que solo fuese necesario que una persona fuese a la oficina más que cuando realmente ve una ventaja en hacerlo, de manera ocasional. Es decir, imagina que en vez de tener que trabajar de manera distribuida porque una pandemia nos obligó a ello y aprendimos sobre la marcha (con todos los problemas y limitaciones que ello conlleva), te hubiesen enseñado a trabajar en modo distribuido desde que entraste en la compañía, proporcionándote las herramientas y la formación necesaria, y que desde el primer momento hubieses entendido que, para trabajar, debías destinar un espacio adecuado en tu casa para ello.
Ahora trata de imaginar el cambio: que un día llega tu jefe, y en una circular a toda la compañía, anuncia que a partir de determinada fecha, todos los trabajadores deberán estar todos los días a las nueve de la mañana en la oficina, y trabajar en ella hasta las cinco, y que deberán desplazarse todos los días, meterse en un atasco, tardar un montón en llegar, buscarse la vida por los alrededores para comer o tomar café, etc., etc. ¿Cómo sentaría un cambio así? Lógicamente, habría desde personas que simplemente optarían por abandonar la compañía – sobre todo si creen que no les va a costar mucho encontrar otro trabajo – hasta protestas de todo tipo, incluyendo a los sindicatos reclamando todo tipo de compensaciones por el cambio.
Debido al hecho de que comenzamos a trabajar de manera distribuida por obligación y que no hemos tratado de optimizarlo demasiado porque lo veíamos como una situación temporal, muchas personas no han logrado aún entender las ventajas que ello conlleva. La idea de dedicar el tiempo de trabajo a trabajar, en vez de a estar en un atasco, a comer por los alrededores de la oficina o a tomar café y charlotear con los compañeros, mientras podrías escoger la música de pones de fondo, cómo te vistes y las pausas que haces mientras trabajas desde tu casa es algo que cobra cada vez más sentido, sobre todo si tenemos en cuenta que una vez terminada la pandemia, muchas de las limitaciones y agobios que hemos experimentado durante la misma perderán su sentido. No, trabajar en modo distribuido no significa y no debe significar estar todo el día en una reunión de Zoom permanente, y si es así, es que lo estás haciendo mal. La base fundamental del trabajo distribuido son las herramientas asíncronas, y mientras no lo descubras, no ganarás autonomía a la hora de organizar tu vida, seguirás sintiéndote miserablemente mal porque te parecerá que no manejas tu vida, y terminarás el día cansado y con la sensación de no haber hecho nada productivo.
Me sorprende enormemente la cantidad de personas con las que me reúno de forma virtual que aún siguen haciendo videoconferencias inanes y sin herramientas cómodas delante de una insulsa pared blanca, tal y como las hacíamos hace más de un año cuando empezó la pandemia. Reunirte desde casa con una buena instalación de cámara virtual, pudiendo mostrar una presentación o compartir una ventana sin aburrir a las ovejas e incluso pudiendo hacer un chiste simpático de vez en cuando es algo para lo que no hace falta invertir en un estudio profesional, y que cuando lo tienes, se siente como «tener superpoderes», como algo a lo que no quieres renunciar. Cualquier parecido entre el modo de trabajar que tenía al principio de la pandemia y lo que hago ahora es mera coincidencia, y esa evolución me ha permitido no solo trabajar muchísimo más a gusto, sino que, además, el resultado de mi trabajo sea mucho más profesional.
Mientras las compañías no sean capaces de entender el valor que pueden extraer del hecho de ofrecer a sus trabajadores las herramientas y la formación para que trabajen como quieran, seguirán, simplemente, intentando volver al pasado, a pretender trabajar como lo hacían antes de marzo del año pasado, a ignorar el potencial de aprendizaje de todos estos meses, y a convertirse en compañías obsoletas que experimentarán, progresivamente, un drenaje de talento hacia las compañías que han entendido que el tiempo pasado ya no volverá. Nostálgicos trasnochados intentando competir con quienes sí que han sabido adaptarse a los tiempos. El resultado no puede estar más claro. El futuro del trabajo se llama flexibilidad.
This article was also published in English on Forbes, «The distributed work mindset«
OFFTOPIC: La dirsrupción del bitcoin.
Al que tenga sus ahorros en esta moneda os interesa.
China prohibe las transaciones del bitcoin y claro se hunde. Todavía está a casi 40K$
Las autoridades de Pekín aseguran que las divisas digitales atentan contra la seguridad de la propiedad de la gente y son un disruptor en el orden económico y financiero. Consideran que al «no estar soportadas por valor real»
Desde el máximo de abril ha bajado un 38.5%
Elon Musk ya no acepta bitcoins para comprar Teslas
https://www.msn.com/es-es/dinero/noticias/china-proh%C3%ADbe-todas-las-transacciones-con-criptodivisas-y-el-bitcoin-se-hunde/ar-BB1gTnFJ?ocid=msedgdhp
Hola Enrique
Hoy es 19 de mayo
En mi comentario #33 dije:
«Rumores EEUU… Que si van a tomar medidas, que si el Tesoro está hasta los huevos… como es lógico todo rumores…. Y el sólido BTC… Ha venido para quedarse… Pero con ese dinerito fiat de unos cuantos…Por mayo había oído…»
Al final ha sido China el detonante, y no me cuadra porque tienen mucho minero ¿¿??
https://www.enriquedans.com/2021/04/mas-movimientos-en-torno-al-futuro-del-dinero.html#comment-472774
(ironía) Es claro que ni Musk ni los chinos comprenden el poder disruptor de las criptomonedas y en particular del bitcoin. Aquellos que piensan que las fuertes variaciones en la cotización de esta criptodivisa tienen algún parecido con la euforia especulativa de los tulipanes del siglo XVII, no han comprendido que el bitcoin solamente está buscando su punto de equilibrio y que se trata de la mayor revolución contra la tiranía del poder monetario de los estados nacionales. Amén. (/ironía)
Nada importante, terminaron de robar a los que se pusieron cortos, y ahora están robando a los que apostaron a largo.
Manipulación pura y dura.
Enrique, este es un tema en el que estoy bastante de acuerdo con tu opinión. Me gustaría, en todo caso, leer el artículo de Invertia, pero es de suscripción y el enlace a la versión en pdf es incorrecto.
Arreglado, gracias por avisar…
Si, Ya funciona, por cierto una cosa que no me gusta de la prensa española es que en general no pone links o referencias a otros medios (como haces tú Enrique)
La excepción honrosa es el suplemento de ciencia de LARAZON que es muy bueno.
Habrá que echarlo un vistazo, Gracias por el aviso
Muchas gracias, Enrique. Mi esposa y yo estamos encantados con el teletrabajo. La contraposición entre remoto y distribuido la escuché por primera vez en la conferencia virtual en la que participaron Phil Libin y tú el pasado 22 de abril, y me parece que es definitivamente el enfoque correcto. Sería interesante que nos contaras en el futuro cercano sobre los medios que usan en el IE para facilitar dicho trabajo y en particular sobre tus experiencias y opiniones sobre Slack, herramienta sobre la cual he oído muchos comentarios positivos, pero que no he tenido todavía la posibilidad de usar.
Aún recuerdo cuando allá por 2013 vi el famoso anuncio «Woof from home» en Stack Overflow. Movido por la curiosidad hice click y resultó ser una oferta de trabajo para programadores que decía «buscamos a la persona adecuada en cualquier lugar del mundo, si vivies en (o quieres venir a) Nueva York disfrutarás de una oficina muy chula; si no, te montamos la oficina en casa, vivas donde vivas».
Aquello para mí, y más en aquella época en la que (por estos lares al menos) el trabajo remoto no era ni mucho ni poco sino que simplemente no era, supuso casi un shock. Sí, era posible para mí, por supuesto si daba la talla, trabajar en la empresa de la que era absoluto fan y sin moverme de mi querida Mallorca.
Es una larga historia pero sí, un par de años después acabé consiguiendo un empleo de programador en Stack Overflow. Hace ya cinco años de eso y desde entonces he trabajado exclusivamente de forma
remotadistribuida para compañías americanas.¿Mi opinión pues respecto a ir a un lugar concreto con un horario concreto para trabajar (como programador o similar)? No es que me parezca peor que lo que estoy haciendo ahora… es que me parece absolutamente absurdo y ridículo, un completo sinsentido. Una reunión presencial anual (o un par de veces al año) de toda la empresa o del equipo en el que estoy para socializar, presentar ideas y cosas parecidas, sí, pistonudo. Pero más allá de eso, no, gracias. Cuando me preguntan si me gusta mi forma actual de trabajar siempre digo que sólo habría una forma de hacerme volver a una oficina: a punta de pistola.
Sí, hay gente que sigue prefiriendo ir a la oficina a trabajar. Pero estoy convencido de que la mayoría de tales, en efecto, aún no han experimentado el trabajo distribuído bien organizado y efectivo y cambiarán de idea en cuanto tengan la oportunidad de hacerlo.
Partiendo de la base que el hombre es animal de costumbres y cualquier cambio le produce inicialmente rechazo, comprendo perfectamente que muchos «empresaurios» y tambén muchos «emplesaurios» consideren que es mejor volver a la rutina de siempre.
Tambien estoy totalmete de acuerdo con Dans ,que si la norma fuera teletrabajar y de repente por la razón que fuera, por ejemplo, una caida de Internet, hubiera que reunirse todos en una oficina para seguir pudiendo trabajar, oiríamos muchas mas mas lamentaciones.
Los empresarios, que tiengo que alquilar amplias oficinas, poner máquinas de cafe, para que los empleados pierdan el tiempo hablando de futbol junto a la máquina y me roban el cel-lo , los bolígrafos y el papél, y abusan de la fotocopiadora. y los empleados, pierdo tiempo y dinero en desplazamiento y en comer fuera de casa, me tengo que comprar ropa y no compatibilizo el trbajo con llevar los niños al colegio, (o recogerlos).
Dicho todo lo cual, esperemos a ver cuando el teletrabajo deja de ser novedad y lo tenemos todos asumidos como una altermnativa a elegir, tanto para las empresas. como para los emopleados. Entonces veremos a ver que pasa,
Mi opinión es que el teletrabajo triunfará, porque es lo mas cerca de lo que se ha hecho siempre, tener las gallinas, el cerdo y el taller de puntas de flecha, justo al lado de la cocina y los dormitorios.
Y eso va a crear unos exodos humanos semejantes pero en direeccion contraria a los que creo la industrializacion en el siglo XIX
También lamento que yo ya no estaré para ver triufar mis tesis, Mi durda es si el señor Redondo, «un tal Ivan». según Guerra, lo ha tenido en cuenta en el plan 2050, porque ese es un factor, que a 25 años de no haberlo tenido en cuenta te echa por tierra cualquier plan por mu sostenible, sustentable y resilente que sea,
Que risa María Luisa,que cuando acabe «LA PANDEMIA»ja,ja,ja, esto no se acabará nunca…
P.D.Que inocente Don Enrique.
Vaya un FAKE que tiene problemas de insomnio, será alguno con mala conciencia..
El problema es que cuando Enrique habla sobre este tema, lo hace desde su perspectiva, pensando en empleados de alto nivel de especialización y formación, normalmente muy vocacionales y apasionados por su trabajo, prácticamente quasi autónomos (cambian con bastante frecuencia de empresa, como el propio Enrique ya predice en su post).
Claro, esto no es generalizable. Cuando uno piensa en miles y miles de trabajadores del sector público, banca, seguro y, en general, oficinistas, cuyo estricto trabajo les llena poco y cuya única motivación suele estar en la estabilidad del empleo -es decir, trabajadores de régimen laboral estricto y nato- y quizá en la vida de relación social -acaso única- que les proporciona la oficina, la cosa cambia bastante: son muy, muy pocos los miembros de ese amplio sector, de cualificación media-baja, los que tienen capacidad/motivación para la autodisciplina y la organización metódica que exige el tele-trabajo o trabajo distribuido, llámalo como quieras.
Es por esta razón -y no siempre por ser empresaurios, aunque también los hay, y no pocos- que en muchas empresas se ve el trabajo distribuido como lejía en los ojos.
Es verdad que toda esa masa ingente de trabajadores de la rutina oficinista está en vías de extinción, sustituida por sistemas inteligentes (la banca, por ejemplo, ha entrado en ese proceso como elefante en cacharrería), pero no lo es menos que esa sustitución ni va a ser súbita ni va a suceder pasado mañana y, mientras llega y se completa, el empresario o el gestor de empresa tienen que lidiar con el día a día y presentar unos resultados mínimamente aceptables a final de año, no a final de década.
Hace quince años -que ya ha llovido- hablé en mi viejo Incordio de este tema y ya anticipaba algunas de las posibles dificultades (que, evidentemente, se han materializado). Me refería a las administraciones públicas, pero puede ser aplicable, cuando menos, a las grandes corporaciones. Enrique me perdonará que ponga aquí el enlace, pero como el blog está cerrado no se trata de una maniobra para llevar el agua a mi molino: https://elincordio.wordpress.com/2006/06/06/teletrabajo/
Lo digo con toda modestia, pero también sin falsedad beaturria: lo escribí, repito, hace quince años. A veces, logro asombrarme a mí mismo. ;-)
Estoy bastante de acuerdo en el análisis pero no en las conclusiones. El trabajo autónomo distribuido es viable en el sector público, sin paliativos. Lo que ocurre es que hay que empezar por sistemas de evaluación personal, criterios de rendimiento reales, etc. Bajo esa premisa el funcionario oficinista puede estar en Madrid o en Almería. Es más, sería interesante por aquello de la España vaciada, etc etc.
Yo no he dicho que el trabajo distribuido sea inviable en el sector público, muy al contrario, pero hay problemas muy complicados que hay que superar y que todavía no se sabe cómo hacerlo: para poder medir la productividad de un funcionario (o cualquier otro tipo de empleado público burocrático), lo primero que hay que hacer es asignarle unas cargas de trabajo concretas y bien especificadas (porque hay muchos miles de plazas cuyo diseño no permite la fijación de objetivos concretos que se puedan cumplir o no, ya que es pura y simple gestión del día a día, torear con lo que vaya viniendo). Solamente esa asignación específica de cargas es un trabajo de chinos (no digo que sea imposible, al contrario, y sería muy necesario llevarlo a cabo, pero a ver quién le pone el cascabel al gato, porque lo primero que hay que hacer es encontrar una estructura dirigente que sepa hacerlo y ahí te espero).
En el fondo es un trabajo parecido al obtener una ISO, donde todo queda registrado y todo reglamentado. En la Universidad, por ejemplo, tenemos lo que se llaman «las fichas de unidad» que especifican los trabajos asignados a cada unidad, que a veces solo tienen una persona.
Es cierto que inicialmente es un trabajo de chinos pero si la empresa es pequeña, no es tanto trabajo. Y si es un elefante, pues seguramente es necesario para que adelgace o agilice su funcionamiento, ya que asignando funciones y objetivos se puede optimizar mucho la fuerza laboral o, mejor aún, la productividad.
Esa es otra. En las administraciones públicas españolas sobran funcionarios burocráticos por un tubo (y advierto que yo lo soy, aunque a dos meses de la jubilación) y haría falta un reciclaje a fondo de los numéricamente no sobrantes. Pues bien: en general (puede que haya por ahí algún ayuntamiento que lo haga bien, pero comunidad autónoma ni una) lo que se está haciendo es convocar oposiciones y más oposiciones y al personal desfasado (miles y miles) se le apaña con microcursos de 4 horas, la capacitación de cuyos docentes, en muchos casos, puede ser puesta en seria duda.
Claro, se tiraron montones de años sin convocar plazas y ahora las administraciones están envejecidísimas y llenas de dinosaurios que no quieren saber nada de tecnologías (y, en general, de nada nuevo). Lo malo es que las oposiciones que están convocando ahora a cascoporro no rejuvenecerán las administraciones: simplemente se hacen para consolidar (funcionarizar) interinos.
La verdad es que una política de prejubilaciones masivas y de formación intensiva pero en profundidad del personal restante no sería mucho más caro que lo que hay ahora y va a seguir habiendo los próximos -por lo menos- cinco años y puede que diez.
Olvidé terminar la conclusión: no sería mucho más caro que mantener el statu quo actual y la eficiencia de las administraciones alcanzaría fácilmente proporciones nunca vistas, lo que haría social y económicamente rentable la operación.
totalmente de acuerdo, Javier.
Yo tambien soy funcionario y siempre he dicho que es una figura que en el siglo XXI no debería existir.
Como puede ser que alguien manifiestamente ineficiente no pueda ser despedido o, como minimo, penalizado de forma seria en sueldo?
Y de hecho, aunque en el tema de hoy es off-topic, lo de indemnizar al despedir en una empresa lo considero una forma de funcionarizar a los más antiguos.
Yo creo que el despido deberia ser libre, tanto trabajas tanto cobras. Que no te gusta? Monta tu negocio. Lo que no puede ser es que algunos empleados (no todos, claro) hagan numeros y a dos años de la jubilación esten deseando ser despedidos de una empresa con compensación porque les sale más a cuenta que el sueldo que les queda por cobrar…
En Estados Unidos tienen muchas cosas que no funcionan, pero tienen algo claro:
O bien eres obrero de una empresa y debes producir un dolar más de lo que produces para que te mantengan en la empresa, o montas tu propio negocio en el que eres el jefe. Nadie se siente explotado pues las dos posibilidades existen en la práctica. Pero si no rindes lo que te pagan, te echan y listo. Eso autoregula la caradura de algunos.
Y la sobreexplotación, en estados unidos, si se produce, es con clases trabajadoras muy poco preparadas. Ahí si que habria que intervenir. Pero a partir de un cierto nivel eres muy libre de trabajar de forma autonoma o a cuenta ajena.
Ah! Y los funcionarios son «public servants» que pueden ser contratados y despedidos a placer, incluso enviarse a casa si no hay dinero para pagarles, como ha pasado más de una vez en esta ultima decada. Desde luego, no se suele ver la desgana en la ventanilla que en algunas administraciones ves en España. Tienen claro que su empleo no es seguro y por eso se esfuerzan en hacerlo bien y eficienteente.
Ahí no estoy de acuerdo. El redimensionamiento de las plantillas funcionariales es una cosa, la desfuncionarizacion, otra muy distinta: el funcionario público, tal como lo entendemos hoy -porque lo decimonónico es, precisamente, lo que tú propones y no lo digo peyorativamente, es que es históricamente así-, es necesario y más que nunca. Si un funcionario puede ser fácilmente despedido, volvemos al sistema en que cada partido, al ganar las elecciones, traía su legión de funcionarios que desplazaba a los del partido que había perdido (aún funciona así en México: ve a verlo y tiembla). Lo que hay que hacer es adecuar la normativa sancionadora para que sea ágil, y no un lastre.
Todos los funcionarios del mundo occidental están estatutados como los nuestros. A veces leemos que en Estados Unidos tal funcionario ha sido «despedido»… y no, o no propiamente: ha sido expedientado, igual que aquí e, igual que aquí, ha sido expulsado de la función pública (a la que no puede volver jamás: la separación del servicio no prescribe y aquí tampoco). Lo que ocurre es que en Estados Unidos el procedimiento se sustancia en quince días y aquí dura entre seis meses y un año. Eso es lo que hay que corregir.
La Ley de la Función Pública española prevé también una excedencia forzosa, que no se aplica… porque es inaplicable: si a mí, funcionario de carrera, me intentan aplicar la excedencia forzosa porque mi plaza se amortiza, pongamos por caso, inmediatamente me pido -y me tienen que dar- una vacante… aunque esté ocupada por un interino (y es él, entonces quien va a la calle, sin excedencia ni nada). Lo que dices de los Estados Unidos aquí se hace llamando a los funcionarios simplemente interinos: cuando se quiere, se les contrata y cuando no son necesarios, se les echa. En fraude de ley ambas cosas, pero así son éstas aquí.
Las cosas no son tan distintas como parece: simplemente, reciben nombres distintos.
Incluso el famoso despido norteamericano, que también está sujeto a indemnización. ¿Por qué? Porque allí no existe el derecho laboral como tal, se aplica el derecho civil: un contrato de trabajo es un contrato como cualquier otro. Por tanto, el famoso estás despedido de las películas, más vale que sea sobre uno que haya entrado hace ocho días, porque como lleve ocho años prepárate a negociar la indemnización y entonces se aplica la ley universal del más vale un mal acuerdo que un buen pleito porque en los tribunales norteamericanos se aplica el vae victis despiadadamente: como pierdas, estás en la ruina… o casi.
Insisto: las cosas no son tan distintas: sólo parecen distintas, insisto.
Discrepo. No alcanzo a ver porque la falta de motivación de los trabajores «oficinistas» empeoraría su rendimiento en un contexto de teletrabajo. Entiendo que cualquier empresa que se precie debe tener métodos de control de rendimiento más allá de la máquina de fichar. Y si no los tiene, que los ponga; por obligación, porque si no lo hace, será penalizada por el coste social que está generando.
Es cierto que muchos trabajos no se pueden realizar de la forma que describe Enrique. Pero cada vez serán menos por el avance de la tecnologia (mira los ERES en los bancos).
En una sociedad ideal, cada uno deberia trabajar en algo que le apasione, o al menos no le aburra. Obviamente eso es un idealismo, pero se puede apuntar hacia el para cambiar el mercado laboral un poquito. Es un rumbo más que una meta.
Estoy contigo. Desde luego, trabajar «distribuido». es mucho mas que cambiar la mesa del escritorio de sitio, y una de las cosas que hay que cambiar, es la forma de control del empleado.
De un jefe, que observa si haces algo útil, o te tocas las narices, a una dirección por objetivos, que marca unos objetivos que racionalmente se pueden conseguir en una jornada de trabajo, y la obligación del «empleado» es realizatrlos.
Cuando yo he sifdo teletrabajador, fue cuando era vendedor, (corredor de comercio), A mi se me marcaban unos objetivos de venta y si los superaba se me premiaba y mucho, pero, ¡hay de ti! si no los cubrías.
La empresa no sabía, ni le importaba, si yo me levantaba a las once de la mañana y m,e iba a la playa, simpre que los objetivos de venta estuvieran alcanzados,
Si a alguien que trabaja en casa, le marcan unos objetivos mensurables y controlas que se cumplan. Por ejemplo le encaragas la facturación y control de pagos y tienen medios para controlar que lo lleva al día, ¿Qué mas te da si lo nace la las 12 de la noche y en pijama,?
Totalmente de acuerdo. En eso reside el cambio de paradigma: cobrar por productividad y no por horas trabajadas.
Muy de acuerdo con tus comentarios Chipirón, tan solo un apunte, como marido de una funcionaria apasionada con su trabajo, comentar que su pasión y productividad hace aguas debido a sus jefes políticos que no tienen idea de trabajar, de dirigir personal, de sus aspiraciones exclusivas de mantener poltrona a cualquier precio,… Ella tambien trabaja mucho mejor y con mayor productividad «desde casa» pero sus jefes políticos, cuasi analfabetos en TIC, no estan por la labor, su futuro es a 4 años vista.
Off-topic: Como se puede poner un hyperlink en los comentarios de forma que aparezca en otro color sin poner el https…..??
No sé si he entendido bien tu pregunta, pero lo más probable es que la respuesta que buscas la encuentres aquí.
Muchas gracias!
Varios apuntes al articulo, que me parece muy interesante.
Empenzando por la frase final, «El futuro del trabajo se llama flexibilidad» estoy muy de acuerdo, pero añadiendo «sin bajar la productividad».
Ya se que lo he dicho muchas veces (a veces me repito más que el ajo), pero es que realmente que a partir de un nivel, los trabajos no se remuneraran por horarios sino por productividad. Y la mayoria de ellos pueden hacerse desde casa en un alto porcentaje de tiempo.
Por lo demás, yo creo que todo trabajo susceptible de hacerse por medios cooperativos/telemáticos deberia hacerse así, con un buen entrenamiento y buenas herramientas para, como dices tu, no abusar de Zoom o funcionalidades que no aportan gran cosa a la cadena de valor o productividad.
Ni que decir que el teletrabajo ayuda a la conciliación familiar, lo cual redunda en una mejor captación de talento (puedes reclutar a un reputado informatico de Silicon Valey desde una empresa en Valdepeñas) y, sobreotodo, en el medio ambiente: imaginaros los millones de desplazamientos en vehiculo que nos ahorrariamos a diario!
Por otro lado, mucha «startup» que carece de muchos fondos al empezar, puede ahorrar en oficinas, electricidad, infraestructura, etc, si sus trabajadores realizan sus labores desde casa.
Siempre habrá trabajos presenciales (un vigilante de parking de coches, encargados de mantenimiento de equipos, tenderos, etc…), pero irán a menos. Pero muchos, muchos de los trabajos pueden pasar facilmente a este concepto colaborativo.
Por ejemplo, mis clases las he dado on-line y, aunque seguro que puedo mejorar, las encuestas de los estudiantes que he obtenido han sido las mejores en mucho tiempo. Debo invertir más tiempo en explotar herramientas que ya has mencionado en otros articulos para mejorar la interactividad casi nula de los alumnos, pero que curiosamente ha sido superior on-line que presencialmente.
En definitiva, estoy de acuerdo que es el futuro y que muchas empresas y, sobretodo las startups, han de enfocar el trabajo de esta manera que propones.
Con esto del trabajo «distribuido» estoy sufriendo la «otra parte»
Como buen ciudadano tengo que pagar el impuesto de circulación, (lo que no quita que mañana tenga que pagar otra vez en las autovías).
Supongo que como otros miles de españoles, No se porque razón, ese impuesto no lo tengo domiciliado por lo que he recibido por correo una carta del ayuntamiento de Madrid, indicando el importe y los bancos asociados al ayuntamiento. de Madrid para el cobro.
Ayer fui a Bankia, (hoy Caixa Bank), y me indicaron que lo sienten, pero que están en el proceso de integración a medias y que esa gestion no la pueden hacer, `porque su informática no funciona, (Mala suerte),
Hoy fui al BBVA, En mi bario, habia tres oficinas bancarias del BBVA, dos cerca del mercado de Chamartin, que sabia que las han cerrado y la mas cercana a mi casa, en la Avenida de Burgos, donde ofcialmente residía mi cuenta corriente.
He llegado a ella y ¡Oh desilusion!, de repente la han cerrado, sin avisar a sus clientes de cual es la sucursal que absorbe el trabajo. Por suerte, mi mujer conocia otra sucursal, cerca de la Estacion de Chamartin y nos hemos acercado.
La sucursal estaba desierta pero una empleada parecia estar conversando con una cliente, Por eso de la «distancia social» y porque me parece que lo que uno cuenta en el banco es confidencial, me he quedado a cierta distancia de la mesa.
Yo vi que la «cliente» de vez en cuando se daba la vuelta y me miraba, Hasta que en un momento me ha preguntado ¿Qué quiere? y yo muy educado, la he dicho «Estoy esperando que Vd, acabe»
Pues resulta que la «cliente» es otra empleada que estaba de cháchara. Comprendo que convenientemente desmotivada, pensando que va a ser una del los 3000 de ERE del BBVA
Cuando se ha desecho el malentendido, la he explicado que quiero pagar un impuesto, desde mi cuenta corriente, me ha contentado, que la caja se cierra a las 11 y que no lo puedo hacer,
¿Para que tienen una sucursal bancaria abierta con dos empleadas tocandose el moño, pero en cambio el cajero se va a las 11 h, supongo al bar de la esquina a completar su horario laboral?
¿De veras que tratando asi a sus clientes, piensan resolver sus problemas?.
¿Cómo podemos solventar los clientes los cinco casos en que la administración, nos pide que los resolvamos en determinados bancos?
Continuará…
Mañana voy al Santander a ver si de una vez puedo pagar mis impuestos y contribuir con ello al engrandecimiento de este país.
Interesante encuesta sobre teletrabajo
https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11224253/05/21/6-mitos-del-teletrabajo-desmentidos-menor-productividad-todo-el-mundo-puede.html
Me gusta el cambio de «remoto» (o cualquier otra palabra parecida) por «distribuido», tanto en el espacio como en el tiempo, como en el personal humano. Y cada vez más en el «personal» robótico, que se supone no será lo mismo que un simple «espacio material».
Lo que me gustaría también es que el subidón tecnológico nos permitiera volver a retomar el concepto de trabajo prebíblico. El de «menos sudor» y «más placer».
Si la carga sudorosa más importante la suponía cargar precisamente con material pesado, y ahora se nos presenta la oportunidad de prácticamente eliminar todo ese tipo de «sudor», ¿por qué no pensar (algo utópicos que somos), que el esfuerzo en realizar una tarea por parte del sector humano de la producción material, no se parezca más a lo que hacía Picasso (con horario más suave, si se quiere), que a lo que hacía Charlot en su película o los esclavos del faraón, constructores de pirámides?
Que duda cabe que, para tamaña evolución «artificial», no llega con mudar la mentalidad esclavista/aristocrática de los sureños USA por la mentalidad capitalista/burguesa (en esencia igual de opresiva) de los norteños USA. A estas alturas, padecer el Síndrome de Espartaco, no tiene mucho de avance intelectual serio.
Desde luego, la evolución planetaria no es un mero asunto de avance tecnológico.
Alguien me cree, que yo me he divertido tanto trabajando, que muchas veces he pensado, «Si mis jefes se enteran lo que esto me divierte,a me rebajan el sueldo»
Debe ser terrible aburrirse ocho hotras todos los días,.
Totalmente de acuerdo. Por eso es fundamental encontrar un trabajo que te apasione. Desgraciadamente, no creo que ni el 1% de la población lo pueda decir.
Evidentemente no todas las empresas ni ocupaciones laborales pueden optar a este entorno de trabajo distribuido. Pero cuando se dan las circunstancias coincido contigo en los pros muy por encima de los contras. La clave del trabajo distribuido está en lograr conectar a las personas y fortalecer la creación de equipos a distancia a través de la sensibilización del uso de herramientas digitales y el fortalecimiento de las dinámicas de la relación virtual no solo para cumplir con las tareas asignadas, sino para crear sinergia entre los empleados y la compañía, de esta manera el trabajador se siente parte de algo. Me gusta como lo describe Jason Fried, fundador de Basecamp, en este artículo
https://world.hey.com/jason/active-away-how-about-neither-ed70fd69
Saludos,