A estas alturas, con medio mundo en estado de alarma y sometido a drásticas medidas de confinamiento, no es necesario decir que estamos viviendo un momento de trascendencia histórica, un episodio que marcará de manera indeleble nuestro futuro de muchas formas. No hablamos ya únicamente de la mortalidad o de la crisis económica que sin duda generará, sino de cambios mucho más profundos que deberemos hacer para prepararnos para un futuro que, de repente, ya no nos parece tan bonito.
El coronavirus nos ha hecho caer de la burra. Creíamos que disfrutábamos del mayor período de bienestar de la historia, y ahora sabemos que somos intensamente vulnerables, que vivimos en un planeta que estamos destrozando y convirtiendo en inhabitable para nuestra especie, y que nuestra actividad provoca mutaciones en microorganismos que, con cierta periodicidad, se convierten en patógenos peligrosos. Lo mejor que nos puede dejar esta pandemia es la evidencia de que las cosas no deberían volver a la normalidad, porque fue precisamente esa supuesta normalidad la que nos ha traído estas consecuencias.
¿Cómo viviremos cuando hayamos controlado la pandemia? Todo lo que estamos aprendiendo sobre el coronavirus debería ayudarnos para estar más preparados y entender los riesgos para siguientes episodios, que los habrá. Por el momento sabemos que actuar rápido es fundamental, que tapar las cosas, actuar como un imbécil o un irresponsable lo empeora todo, y que algunos países lo están haciendo mucho mejor que otros a la hora de aplanar la curva y contener la pandemia. Lo comentamos en su momento: lo de Estados Unidos era un desastre anunciado.
Sabemos ya positivamente lo que a principios de mes solo intuíamos: la enorme importancia de la prueba diagnóstica. Cuanta mayor disponibilidad de pruebas diagnósticas haya, más sencillas y más rápidas sean, mejor. La apuesta por diagnosticar mucho, constantemente a cuantos más ciudadanos sea posible es lo que está diferenciando a los países que logran contener la pandemia de aquellos que siguen viendo elevarse la cifra de contagios.
Pero además, debemos mantener las medidas de confinamiento de la manera más rígida posible, aunque ello nos parezca duro y difícil. Vale la pena escuchar a una persona que creció en una sociedad en la que los derechos civiles eran prácticamente una entelequia, Angela Merkel, hablar de cómo la situación actual los justifica. Y la cosa, en términos de derechos civiles, no solo se va a quedar ahí: si muchos se escandalizaron cuando vieron a China utilizar apps y geolocalización para controlar los movimientos de su población durante la expansión de la infección, ahora vemos cómo Hong Kong, Corea del Sur o Taiwan aplican principios similares: su éxito está siendo aceptar medidas de control poblacional que resultarían completamente inaceptables en circunstancias normales, y considerarlas ahora totalmente justificadas.
Ahora, con la pandemia ya más avanzada, el gobierno de los Estados Unidos, que se plantea incluso suspender algunos derechos constitucionales, pide información a Facebook, Google y otras compañías tecnológicas para pensar en implantar un sistema de control de la pandemia similar al implantado por China. Operadores de telefonía móvil europeos comienzan a compartir los datos de sus usuarios con las autoridades para identificar concentraciones y movimiento de clientes, por el momento, anonimizando los datos y respetando la legislación de privacidad – pero no descartemos que eso también cambie.
Necesitamos modificar el contrato social, y generar los mecanismos que permitan a los estados controlar tecnológicamente a toda su población – su estado de salud, sus movimientos, etc. – sin que esto suponga que renunciemos a nuestros derechos civiles cuando la situación excepcional termine. En el futuro, el cuidado de la salud va a cambiar drásticamente, y los dispositivos de control se harán fundamentales. Poder imponer una cuarentena de verdad efectiva sin imbéciles e irresponsables que pretenden de irse de vacaciones o a su casa de la playa, poder garantizar que una persona infectada permanece aislada o poder trazar los desplazamientos de alguien en el tiempo que pudo estar actuando como vector de la enfermedad se convierte en algo fundamental, pero sin que eso sirva para que, en nuestra vida normal, renunciemos a nuestros derechos y a nuestra privacidad y nos convirtamos en China.
Vamos a tener que hacer más cosas, y apalancarse en la tecnología para ello tiene toda la lógica. La cuarentena debe ser más estricta, la investigación debe permitirnos entender por qué algunas personas solo tienen síntomas leves mientras otras enferman gravemente o fallecen, aunque ello implique secuenciar el ADN de todos aquellos que se someten a una prueba. Y debemos aceptarlo como algo excepcional, como algo que únicamente tiene que servir para resolver una situación de crisis, sin que se convierta necesariamente en un retroceso en unos derechos civiles que costó mucho conquistar.
El coronavirus nos ha hecho conscientes de muchas cosas. Entre otras, que podemos parar el mundo ante un problema grave. Ahora, actuemos con la misma determinación para resolver otro problema más grave y que nos afecta a todos: la emergencia climática. Actuemos para cambiar la forma en la que nos administramos y convirtamos lo que ahora suena como forma de aliviar la crisis, los subsidios y ayudas temporales, en un sistema de red de seguridad, en una renta básica incondicional que mantenga a toda la población por encima del nivel de la pobreza, no solo ante una pandemia, sino de manera sistemática.
Momentos excepcionales justifican medidas excepcionales. ¿Cómo hacer que esas medidas no se conviertan en renuncias a derechos importantes cuando la situación de excepcionalidad termine? La única respuesta está en una redefinición razonable del contrato social. Para eso, y para otras muchas cosas que tendremos que hacer en el futuro.
Vayamos pensando en ello.
This article was also published in English on Forbes, «Coronavirus, surveillance and the redefinition of the social contract«
Tengo que decir que el trasfondo de tu mensaje me da un poco de miedo… La libertad implica riesgo, y eliminar riesgo normalmente implica eliminar libertad.
En un contexto en el que ya hemos ido viendo nuestra libertad amenazada por los Estados, que cada vez conocen más sobre nosotros, yo no me arriesgaría a promover la facilitación de más datos a nuestros gobernantes.
¿Un poco?, no, MUCHO
Ojalá que esta redefinición del contrato social se cristalice y sirva para atacar temas como la emergencia climática. Pero no se dará si solo esperamos que los líderes tomen las decisiones, es necesario que existan colectivos que tomen las calles e impulsen el cambio. Y seguramente habrá que enfrentar enormes intereses económicos, por ello mismo es indispensable el concurso activo de la ciudadanía, es decir, de todos nosotros.
Sí, sí. La primera pandemia de la historia del mundo mundial.
Vamos, lo que hay que oír.
Si quitamos el SIDA, que es mucho quitar, creo que la más próxima con afectación tan extensa fue la de 1918 y se llevó por delante como a 30 millones de personas.
La de ahora no parece que vaya a poder siquiera compararse (al menos en el mundo medianamente desarrollado).
Menudas entendederas.
ahora sabemos que somos intensamente vulnerables, que vivimos en un planeta que estamos destrozando y convirtiendo en inhabitable para nuestra especie, y que nuestra actividad provoca mutaciones en microorganismos que, con cierta periodicidad, se convierten en patógenos peligrosos
Vamos a ver, las epidemias son algo habitual en la especie humana. Mi abuelo murió de la epidemia de 1918. Rueda mi pueblo, tuvo que cambiar de emplazamiento, de estar al lado del rio Zapardiel, a un llano seco el emplazamiento actual, porque en el siglo XV!!l, hubo una epidemia de paludismo que hizo inhabitables las márgenes del rio.
En pleno siglo XX, hubo que construir hospitales en Navacerrada para los tuberculosos, enfermedad que nos persigue desde que el hombre domesticó a las vacas y que ha matado a millones de personas y que hoy, nos sigue acechando porque se ha hecho resistentes a los antibióticos.
Por mi edad, he sufrido montones de enfermedades epidémicas: tosferina, sarampión, rubeola, y asómbrense, parálisis infantil, que hoy afortunadamente están casi erradicadas, (aunque hay un grave brote en África porque un idiota dijo que las vacunas eran un invento del hombre blanco para hacer estériles a los negros)
Ademas ha aparecido el VIH, y el Ebola, el primero que parece que dominado, pero no erradicado, esperemos que no se haga resistente a sus medicamentos, y el segundo. al menos lo hemos confinado en lo profundo de África.
Si alguna vez hemos dejado de pensar que somos intensamente vulnerables, es que simplemente, se nos olvida de una vez para la siguiente, como somos vulnerables a las guerras, que pueden volver en cualquier momento y al hambre (hay una plaga de langosta en África Oriental).
Eso no quita que las epidemias, las guerras, y las hambrunas, como los desastres naturales, (terremotos, erupciones, sequías, huracanes…), como vienen, se van, y después, los supervivientes tienen que seguir viviendo lo mejor que puedan.
Momentos excepcionales justifican medidas excepcionales, si por supuesto, pero tenemos que vigilar que los «sátrapas» no aprovechen estos momentos para dejar las medidas excepcionales cuando desaparezca los momentos excepcionales que las justificaron.
El Estado de Alarma, tiene fecha de caducidad, 15 días. Sánchez puede pedir otros 15 días más al Parlamento, y parece razonable concedérselos, y puede que haya que prolongarlo mas.
Pero cuando acabe ese Estado de Alarma, todo tiene que volver, dentro de lo posible, a la normalidad, y sobre todo la vigilancia del ciudadano por parte del Estado.
Que maravilla escuchar la voz de la experiencia en estos casos. ¡Gracias Gorki!
¡Lo que menos me esperaba Tener a alguien que se ponga de alias GORKI FAN.
¡¡¡ MUCHAS GRACIAS !!!
PD. Si lo de GORKI FAN. es en honor de mi primo Maxim GORKI,
por favor, no me lo informes,
Totalmente de acuerdo contigo Gorki. Parece que esta es la primera vez que la humanidad pasa por algo similar, y nuestros abuelos sin ir mas lejor, vivieron una Guerra Civil o una Guerra Mundial infinitamente mas destructivas que lo que está ocurriendo ahora. Ver a gente quejarse cuando no puede salir a correr o montar en bicicleta, o estudiantes que se van a perder el viaje de fin de curso da bastante verguenza ajena.
El problema es que nos hemos acostumbrado a vivir tan bien, que no concebimos que no se pueda ir siempre a mejor, y cuando hay algún tropiezo nos parece el fin del mundo.
Globalmente tendrá unos efectos como una guerra mundial, pero aún asi con muchas ventajas, como que no hay destrucción de fábicas o ciudades, por ejemplo.
Pensar que se puede combatir el cambio climático de la misma forma que esta situación creo que es bastante absurdo. La gente aguantará esto por semanas o por meses por que sabe que hay una fecha de fin (aunque sea lejana), pero lo que es seguro es que no lo va a aguantar de forma indefinida.
Sin dudar del cambio climático, pues reconozco que cuando era niño hacia mas frio que ahora y que de pequeño tenía sabañones en las piernas todos los inviernos, y ahora los sabañones son desconocidos en España. (Aunque ibamos con pantalón corto a colegios sin calefaccion). Considero que posturas como las de Enrique Dans sobre el tema, se han vuelto extremistas, (por no llamarlas talibanes).
Ello le ha llevado, (legítimamente), a pasar, de una postura liberal, a otra autoritaria, algo que ya he denunciado en este blog, con gran escandalo de algunos sus fan, (yo tambien lo soy),
Un post como este, parecen corroborar ni opinión..
También soy un Gorki Fan.
Esto está tomando unos tintes chungos, me refiero a la obsesiva fijación con Trump y el cambio climático (en cuanto a la obsesión, no a la negación, de que Trump esta apañado y el cambio climático como tal sea cierto). Vamos que solo le ha faltado lo de la perspectiva de género.
Hola Gorki ,
todo de acuerdo pero recalcaría que tenemos una oportunidad de oro para salir reforzados en cuanto a materia climática se refiere, después de esto, decir que todo debe volver a ser igual que como estaba hace meses me parece una frivolidad, tenemos solo una bala y debemos usarla bien, si no repetiremos la famosa frase «Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla» antes o después sucederá , usemos la bala en la dirección correcta implementemos tecnologías disruptivas que nos ayuden a tener una sociedad mas justa y un equilibrio con la naturaleza.
Poner el foco en Trump con la que tenemos aquí.
Qué desafortunado, Enrique.
Lo que tenemos aquí no es nada comparado con lo que van a tener allí. Y es TODO por culpa del imbécil ese.
A ver. Alli de momento han actuado mas rapido que en España cerrando todos los vuelos procedentes de Europa. Cuando apenas tenian casos registrados po millon de habitantes. Aqui se ha tardado en reaccionar alentando las manifestaciones de 8 M cuando el coronavirus ya estaba extendido en España y somos el tercer pais del mundo en fallecidos por coronavirus. En vez de preocuparnos con lo que suceda en Usa ya tenemos bastante con preocuparnos con lo que pase aqui.
Por mucho que insistais tirando de argumentario, España es el país occidental que más rapido ha reaccionado y qué medidas más restrictivas ha tomado.
Mirad las medidas que han tomado en Estados Unidos o el Reino Unido, Francia o Alemania.
Me llama la atención el hecho de que se pongan ejemplos a modo de enlace de imbécil o irresponsable, pero sea a ejemplos fuera de España cuando… bueno, aquí con esta crisis podríamos señalar a ciertas personas de ello.
Curioso.
Si crees que en España se han hecho mal las cosas, espera unos días y mira las cifras de los Estados Unidos. Los de aquí son unos genios comparados con Donald Trump…
A mi modo de ver, peor es la decisión de Boris Johnson, que inicia una politic,a muy arriesgada, pero que pretende salvar la economía y a medio camino, la cambia, con lo que se va a quedar con lo peor de ambas posibles medidas.
Osea…, que respondes con un «Y tú más de manual», sobre un país que sí, lo que decide, afecta a todos pero….
no de manera tan cercana como lo que sucede en nuestro propio país.
Lo siento, Enrique, pero me parece vergonzoso señalar idiotas extranjeros cuando durante esta crisis hemos tenido ejemplos de todos los bandos. Me parece el recurso tremendamente fácil sin ensuciarse las manos.
«(…) fue precisamente esa supuesta normalidad la que nos ha traído estas consecuencias» (EDans).
De suposiciones están los cementerios llenos, no solo de buena intenciones. Y suponer que la libertad se puede dejar en manos de un gobierno, resulta tanto una buena intención como una muy mala suposición.
Pero es que la «normalidad» democrática de los países llamados civilizados es abandonar la responsabilidad colectiva, cada cuatro años (para más INRI), en las manos y en las pelotas/ovarios de políticos de parvulario. Y casi nadie se asusta de tal dejación de poderes.. Y nos llaman de todo, a los que denunciamos el carácter formal de la democracia oficial en cuestión.
Hay una cosita que se llama ciencia, de la que huyen como gatos escaldados muchos seres humanos, que like de negar lo evidente. Y lo niegan tanto en tiempo de crisis como en tiempo de «normalidad». Estes días la internet es un océano de sargazo mental, que deja en cagada de mosca alpina, ,cualquier interpretación que del auténtico mar de sargazos haga un tal Jules Verne, por ejemplo.
En vez de circuitos neuronales se fomenta (por la sociedad) un entramado de circuitos eléctricos (por el cerebro) tremendamente ineficientes. Y así llegamos a decir que, desde los babilonios nada ha cambiado en las pandemias mundiales. Claro, si tenemos en cuenta que ya había fuentes radiactivas como caramelos, ingeniería genética de altura y, sobre todo, una emergencia climática del carajo (a fin de cuentas, ya pasara algún que otro «cambio climático»)… es entonces, cuando nos damos cuenta que un simple virus (no llega a ser vivo), hizo su puto trabajo mucho mejor que la mayoría de la humanidad. Fallando así, los técnicos por imbéciles ególatras y el pueblo, por imbécil seguidismo followeriano.
Que si, que la imaginación de algunos científicos, cuando filosofan con la físca cuántica y el arte del ser humano para convertir el azar y la magia en pautas de comportamiento de la materia, resulta como mínimo del Hollywood más casposo y reaccionario.
Pero que gusto da quedarse bien, contraviniendo una norma de confinamiento, por ejemplo, porque vulnera la libertad individual del ser humano. Como si no fuera más vulneración de esa libertad, actuar como un simple simio de los bosques africanos.
Uno decía «libertad para que», ahora me gustaía devolverle un «sapiens para que».
Seamos serios: Si instauramos el gran hermano, no se va a desmontar cuando pase la epidemia. Y me parece increíble que un adulto crea que si se va a hacer.
Yo, personalmente, prefiero arriesgarme a que unos cuantos gilipollas se vayan a su casa de la playa en una epidemia que vivir para siempre en 1984 (la novela, no el año).
Me temo que ya hace tiempo estamos viviendo el fenómeno 1984 y, por desgracia, ganado terreno. Mucho ni se han enterado de ello
Creo que conviene poner las cosas en su contexto. Como enfermedad, el Covid-19 es poco más que una gripe. Su mortalidad es baja, a pesar de ser una enfermedad nueva entre los seres humanos, y que por tanto la gran mayoría de nosotros no ha sido inmunizado por un contacto previo con esta enfermedad.
De hecho, la mortalidad se concentra en los ancianos, llegando a un 15% en los mayores de 80 años, lo cual significa que 5 de cada 6 ancianos de más de 80 no mueren por esta enfermedad pese a su avanzada edad. A edades inferiores la mortalidad cae rápidamente, siendo inferior al 1% en los menores de 50 años.
El riesgo real de esta enfermedad no es tanto su mortalidad, sino que la avalancha de contagios sature el sistema sanitario. Al final, con el paso de los meses, casi todos acabaremos por tener este virus, la gran mayoría en un estado tan leve que ni nos enteraremos. Las neumonías suponen solo un 20% de los contagios, y la mayoría de ellas son leves.
Lo importante es aplanar la curva de contagios, para que el sistema sanitario no llegue a verse colapsado por la pequeña minoría de casos graves o muy graves. Si ese colapso llega a producirse, cualquier caso grave de cualquier enfermedad o accidente correría el riesgo de no poder ser atendido, por saturación. Los contagios no van a ser evitados, están siendo dilatados en el tiempo, y con ello tal vez evitemos la saturación.
En este sentido, si lo que se desea es mantener el aislamiento de las personas, la tecnología puede ayudar mucho más en el sentido de permitir el teletrabajo que por el lado de implantar un sistema de control orweliano. No tiene sentido que varios millones de trabajadores que podrían teletrabajar desde sus casas sigan sin poder hacerlo porque las empresas o administraciones públicas para las que trabajan no estaban preparadas para el teletrabajo, pese a que este es tecnológicamente factible en un gran número de casos.
Por lo demás, a día de hoy ningún derecho fundamental ha sido suspendido, tal y como especifica el preámbulo del decreto que declara el estado de alarma. Ni tal cosa va a ser necesaria, hasta donde soy capaz de ver. Lo que sí necesitamos es que se implante el teletrabajo cuanto antes en la medida de lo posible.
Una vez implantado, y acabada esta crisis, ¿el teletrabajo habrá llegado para quedarse? Hasta ahora la gran mayoría de las empresas no lo usaban porque percibían (tal vez erróneamente) que necesitaban tener a sus asalariados en centros de trabajo, para controlar su faena. Pero ahora tal vez esas mismas empresas descubran que pueden operar perfectamente con teletrabajo. Una vez acabada la crisis, ¿querrán volver a lo anterior?
Creo que habíamos quedado hace tiempo que las grandes compañías tecnológicas, por ejemplo, habían optando por volver a las oficinas con la excusa de mejorar la creatividad, productividad y tal.
No veo por qué no lo van a hacer las demás también.
Con otro nombre, externalizar, las empresas han optado por el teletrabajo desde hace tiempo. Un autonomo que lleva la contabilidad, los impuestos y la nómina de una empresa, que actua como mensajero, como comercial. que se encarga del almacenaje y los portes,… creo que es es un teletrabajador a efectos prácticos..
No conozco nada que no tenga pros ni contras, y el teletrabajo no es la excepción, ¿Es la externalizacion de trabajos de la compañia, (administrativos, logística, comerciales,…) bueno o malo para la empresa, , bueno o malo para el trabajador?,
Externalizar y teletrabajo son 2 cosas muy distintas. Una limpiadora y un segurata, de subcontrata ambos, trabajan en el local de la empresa principal, pero esos trabajos han sido externalizados.
Incluso si hay una gran distancia entre los locales de la empresa principal y los de la subcontrata (típico de los call centers, que a veces están incluso en otro continente, y también típico de infinidad de fábricas chinas) eso sigue sin ser teletrabajo. Lo único que pasa es que el centro de trabajo es de la subcontrata.
Teletrabajo es cuando la faena no la haces en un centro de trabajo, sino en otro sitio, que suele ser el hogar del trabajador.
Es curioso que se defiendan a ultranza, incluso desde foros tecnológicos como este, las medidas de confinamiento, que son básicamente una técnica medieval, Ni siquiera en la Alemania de la mencionada Angela Merkel las medidas son tan restrictivas como en España. Desde un punto de vista estadístico, el distanciamiento social actual es infinitamente mejor que el descontrol que teníamos hace dos semanas con manifestaciones, partidos de fútbol, etc. Hasta cierto punto las medidas actuales son entendibles y necesarias, pero por favor no las radicalicemos más.
Pregunta a los Chinos si el confinamiento es una técnica medieval sin resultados…
Claro, claro. En vez de usar técnicas medievales hace tiempo que deberíamos vestir equipos de protección microbiológica y haber convertido el planeta en una campana limpia de flujo laminar.
En fin… incluso en los foros tecnológicos como éste tenía que haber de todo…
Llamarme iluso, pero de lo que sí ha llegado el momento es de impulsar las organizaciones supranacionales, no tiene ya sentido que cada estado gestione esta crisis bajo su criterio particular cuando lo que haga un país como EE.UU va a afectar y mucho al resto del mundo.
Debería ser la World Health Organization y no los estados los que coordinaran los criterios y acciones a seguir
«Ahora, actuemos con la misma determinación para resolver otro problema más grave y que nos afecta a todos: la emergencia climática.»
No doy crédito a la manipulación tan descarada
¿Manipulación? ¿Dónde la ves? ¿Es un problema? Sí. ¿Es más grave? Por supuesto. ¿Mata a más gente? De largo. ¿Puede solucionarse? Todavía sí. ¿Dónde está el problema y la supuesta manipulación en plantear que debemos reaccionar ante la amenaza climática como estamos reaccionando ante la pandemia de coronavirus? ¿Por qué diablos ves manipulación donde solo hay preguntas legítimas? ¿Crees que me paga alguien, o que respondo a los intereses de alguien y por eso, según tú, «manipulo»? Pues te equivocas. De parte a parte.
¿Manipula Teen Vogue? ¿Manipula The Verge? ¿Manipula The Conversation? Anda, despierta, déjate de gilipolleces de manipulación, y huele un poco las flores…
¿Mata a más gente? De largo
Jamás hubiera pensado que en tu lista de lecturas estuviera «Teen Vogue».. lo que hace el confinamiento ;-)
No lo está, al artículo llegué por recomendación algorítmica (Refind), pero seguramente te sorprendería. Tiene artículos de mucho nivel, y ese, de hecho, es muy bueno. Hace tiempo que aprendí que la fuente no siempre caracteriza al contenido.
«Lo mejor que nos puede dejar esta pandemia es la evidencia de que las cosas no deberían volver a la normalidad, porque fue precisamente esa supuesta normalidad la que nos ha traído estas consecuencias».
Asi de claro.
Espero que el desastre sea lo suficientemente grave
como para que no nos sea posible continuar con esa
«normalidad».
Me pasa como con Trump, me alegre con su eleccion por que sabia que los frutos iban a ser tan desastrosos que obligarian a un cambio profundo.
Pero ¿Trump y el coronavirus juntos?
Miel sobre hojuelas
Es claramente marxista en pensamiento. Lo que dice es una consecuencia de su mala epistemología.
Es muy fácil criticar a los que van a su segunda residencia que puede ser la antigua casa de sus padres, cuando se vive en un a casa grande con jardín y se puede salir a tomar el aire sin romper el confinamiento, poder tener tu privacidad, etc Si referir los privilegios que tienes y ser más comprensivo. Ya que a lo mejor son imbéciles pero los que están en una mejor posición pueden criticar desde el reconocimiento de su mejor situación. Me gustaría saber como lo harían en un piso de 65 m2 saliendo solo a comprar.
También eso entra en el contrato social
Muy Buenas Enrique , acabo de leer tu libro «Viviendo en el Futuro» lo primero enhorabuena , sobre todo por el tramo final del libro que me parece de un desarrollo sublime, y por otro lado, no podríais gente como Marc Vidal , Niño de Becerra y tu entre otros que tenéis un concepto similar(ojo no idéntico) de este cambio, juntaros como un equipo al unisono y hacer ver a nuestros gobiernos(me da igual su color político), que es necesario un cambio disruptivo en nuestra sociedad y que ahora mismo es el momento tomando como herramientas las tecnologías mas avanzadas a nuestra disposición. (I.A .IOT, Blockchain , Robotica avanzada, Tangle, etc etc…)la industria 4.0 esta siendo una realidad en países de norte ¿a que esperando nosotros? ¿a que llegue el verano y poner en funcionamiento el gran chiringuito de turismo como todos los años? ¿ese es el modelo que realmente queremos potenciar?
Bueno un saludo y sigue promoviendo tus ideas a vez si de verdad algún día calan profundo que falta nos hace.
Juanjo, yo voy a donde me llamen. Pero hasta ahora, y con gobiernos de diferentes colores, mis intentos de hacer algo que valiese la pena han sido completamente nulos – y muy costosos en términos personales, porque en este país, desgraciadamente, la política mancha todo lo que toca…
decian nuetros ascentros que venias 7 años de vacas gordas y 7 de vacas flacas, los 7 años se conviertieron en 40 u 80 seguin quien lo mire, tanto tiempo llevamos con vacas gordas que nos las comimos, y ahora no tenemos vacas ni gordas ni flacas , pero eso si tenemos tiriteros, tertulianas, medios de desinformacion masiva. somos el apis con ams politicos por metro cuadrado, mas chupocteros por metro cuadrado, mas asociaciones ecologistas, funcionarios, empresas publicas, solo ha necesitado venir un virus de mierda, para que todo caiga como un castillo de naipes, vemos los antaño solidarios cierran las puertas a España, se cansaron de pagar la fiesta española, mientras España sigue poniendo falditas a los semaforos
Empezamos hablando de contrato social. No hay manera de hincarle el diente a esta cuestión. que es la cuestión de Estado y el estado de la Cuestòn. En nuestro caso bien se podría transcribir asi.
LA TRANSACCIÓN ( LEASE TRANSICIÓN )
Comparecen
De una parte EL ESTADO,
De otra parte LA SOCIEDAD, Y en su representación LOS PARTIDOS POLÍTICOS.
Y PACTAN de común acuerdo:
1º LA SOCIEDAD , esto es: todos y cada uno de los individuos que la componen, CEDE TODOS SUS derechos al ESTADO quien se compromete a defender a la SOCIEDAD de ELLA MISMA, garantizando LA SEGURIDAD del individuo. En adelante se conocerá como “MIEDO A LA LIBERTAD”
2º .- El ESTADO garantiza a LA SOCIEDAD todos los derechos llamados constitucionales. En el bien entendido que los garantiza como derechos reales, no como que realmente tengan los objetos de tales derechos. Por ejemplo: se tiene el derecho a la Vivienda, no que tengas la vivienda. Igualmente el trabajo digno, la sanidad, la enseñanza, etc. en adelante se conocerá como “ ESTADO DE DERECHO.
Nada cambiará si no cambiamos como individuos y sociedad a la par;si no cambia el sentido de delegación y participación, con todo el potencial de nuevas tecnologías. En el ùltimo pleno del Parlamento – Francisco Jurado y Juan Moreno Yagüe propusieron que el voto del diputo se complementará con el voto ciudadano a través de las nuevas tecnologías. El Parlamento deja de ser un edificio y pasa a ser un espacio de comunicaciòn.
Y que el contrato social sea realmente un pacto entre iguales.
Llamarme iluso, pero de lo que sí ha llegado el momento es de impulsar las organizaciones supranacionales, no tiene ya sentido que cada estado gestione esta crisis bajo su criterio particular cuando lo que haga un país como EE.UU va a afectar y mucho al resto del mundo.
Debería ser la World Health Organization y no los estados los que coordinaran los criterios y acciones a seguir