Con medio mundo confinado, empiezan a caber muy pocas dudas sobre una cuestión: los efectos de la pandemia no van a dejarse notar únicamente durante esta fase, sino que se van a proyectar durante mucho tiempo después. Y no me refiero tan solo a la crisis económica, que ya de por sí tiene una magnitud difícil de abarcar y llevará muy posiblemente a toda una serie de nuevos planteamientos económicos, sino a muchos otros detalles de la vida cotidiana y de los entornos corporativos.
Obviamente, el mundo se divide ahora mismo entre los que creen estar esperando a que termine el período de cuarentena para volver a trabajar como antes, y los que, por el contrario, ya se han dado cuenta de que esto es una oportunidad para no volver a trabajar como antes. La experiencia de trabajar en remoto durante semanas está resultando una tortura para quienes eran devotos del presentismo y del reloj de fichar, y sin embargo, una experiencia muy interesante para los que se dan cuenta de que estamos viviendo el mayor experimento de trabajo desde casa en toda la historia, y que se ha convertido en la prueba de que un cierto número de puestos en una compañía no solo pueden ser «remotizados» (cada día oigo más ese término) perfectamente, sino incluso, puede hacerse de manera que brinden ventajas tanto a la compañía como al trabajador.
Obviamente, no todos los puestos de trabajo son susceptibles de ser trasladados a remoto, dependiendo fundamentalmente de los activos especializados que utilicen en su desempeño: a nadie escapa que las personas que trabajan en una cadena de montaje u operando una maquinaria determinada dependerán fundamentalmente del nivel de automatización que apliquemos a la tarea que desempeñan, y que, en general, tenderá más a hacer esos puestos redundantes o innecesarios que a permitir que puedan ser desempeñados en remoto.
Sin embargo, un directivo o una persona con funciones administrativas utilizan básicamente un ordenador y un teléfono, y pueden por tanto disponer de lo que necesitan desde prácticamente cualquier sitio, con más o menos nivel de conocimiento, facilidad y estrés. Y esta circunstancia, sin duda, se va a empezar a notar en muchas cuestiones.
Afectará, por ejemplo, a las políticas de reclutamiento: con una cuarentena recién levantada, y desde la posición de una persona a cargo de atraer talento, ¿preferirías llevar a cabo un proceso de selección mediante una entrevista presencial o no arriesgarte y hacer ese proceso en remoto mediante una herramienta de videoconferencia? Y llegados a este punto, ¿te has planteado hasta qué punto está convirtiéndose en una ventaja la soltura y comodidad en el manejo de esas herramientas? ¿Quién va a ser más fácil que haga un mejor papel durante el proceso de selección? ¿Alguien con poca experiencia, que mira constantemente a su imagen en una esquina en lugar de mirar a la lucecita verde de la cámara, o que se lía si intenta compartir su pantalla o escribir algo en el chat, o alguien que lleve tiempo utilizando esas herramientas y lo haga con plena familiaridad y soltura? ¿Quién es más fácil que te cause una buena impresión?
Las herramientas de videoconferencia o las de coordinación en remoto son como cualquier otra de las que utilizamos hoy en día: parecen muy sencillas, pero usarlas bien, evidenciar soltura en su uso y, sobre todo, utilizarlas de manera productiva no lo es tanto. Slack «se parece» a un WhatsApp, pero cualquier que lo utilice regularmente entiende que no es lo mismo, y que extraerle partido no es tan sencillo. Si hablamos de herramientas de coordinación o gestión de proyectos, como Asana, Trello u otras, más aún.
De ahí que me parezca posible que empecemos a ver, como línea de currículum, referencias a la capacidad o a la experiencia trabajando en remoto, en esa sección donde hace muchos años se solía poner aquello de «Uso de informática a nivel de usuario» o «manejo de herramientas de ofimática». Si te encuentras un currículum en el que aparezca una línea que dice «experiencia en el uso de Slack, Zoom, Teams, Webex, GoToWebinar, Skype y Chime», que no te extrañe: es, simplemente, un ejemplo de adaptación al contexto.
¿Están las empresas inteligentes aprovechando la crisis del coronavirus para reflexionar sobre las cosas que pueden hacer en remoto, o para desarrollar metodologías y protocolos adecuados para llevarlas a cabo? ¿Están los trabajadores preparándose para un escenario en el que la experiencia real en el uso de este tipo de herramientas pueden llegar a representar un activo valioso? ¿Estamos las universidades preparándolos para ello? Ahora que estamos en casa confinados, no me parece un mal elemento de reflexión.
This post is also available in English on my Medium page, «The coronavirus lockdown, working remotely and what we’re going to need on our CVs«
Excelentes preguntas, solo que antes hay una previa : ¿Está el sistema educativo preparado para abandonar el modo medieval de funcionamiento?
Decías ayer que una aplicación de Adobe estaba obsoleta, ¿para cuándo se reconocerá oficialmente (y por parte de una gran mayoría de españoles) que la universidad está obsoleta?
Yo me jubilé con 66 añitos, asqueado del nivel de atraso tecnológico (y de respeto humano) que había en el llamado sistema educativo español.
Pero no solo en la ESO, en todito, que para algo uno se nutre de datos como fuente de alimentación complementaria, a la indispensable función de nutrición, como ser humano que soy, desde el mismo momento que se me da por pensar..
No considero que el papel de los institutos educativos sea tan crucial al momento de tanto reclutar como trabajar de manera remota.
Yo vengo educado de ese sistema educativo (agravado porque yo vivo en México y aquí el nivel de atraso es mayor en adopción de nuevas tecnologías en entornos tanto educativos como laborales) y no he tenido mucho problema en trabajar de manera remota.
Claro, mi giro laboral casi lo pide a gritos (soy desarrollador de software). Aún así, hay varias empresas que se empeñan en que uno debe asistir presencialmente a sus oficinas. Yo me abstengo de aplicar a posiciones en esas empresas. No creo ser el único. Varias de ellas (según me han comentado al realizar entrevistas) ya están preparando metodologias de reclutamiento para posiciones remotas, así como de administración del trabajo en esa modalidad.
Es cuestión tanto de que las empresas como los que solicitan empleo en ellas le den preferencia a trabajo remoto. Ambos deben buscarlo.
No considero que el papel de las instituciones educativas sea tan relevante en el tema.
Absolutamente de acuerdo. Son las empresas las que no quieren trabajadores en remoto y según mi experiencia personasl de cuando lo propuse, (hará 15 años y debe haber cambiado, pero puede que aun siga), era por los siguientes motivos:
Dudas sobre la capacidad de los mandos intermedios para saber gestionar el trabajo y valorar la calidad y tiempo destinado a realizarlo en remoto..
Perdida del sentimiento de estar integrado en un organización por parte de los teletrabajadores. En cierto sentido el teletrabnajador pasa a ser trabajador autónomo, con todo lo que ello supone de sentimiento de fidelidad a la empresa..
Sensación de la jefatura de pérdida de importancia de su cargo, puesto que la realidad es que pasa a dirigir una empresa con menores oficinas, y nebor numero de empleados, (visibles), y con miedo que ello repercuta en su sueldo.
Al menos ewsta es la sensación que ne dió a mi cuand prop0use el teletrabajo para una parte de los programadores a ni cargo. Yo tenía la sensaciñon de poderlos dirigir perfectamente aunque ellos trabajaran en su casa, pero no pude convencer de ello a mis jefes.
Claro que hablo de hac unos 15 años cuando aun Internet para la mayoria de las personas , (incluidos mis jefes), era aun una cosa de «chalados» como yo.
Vuelvoo a insistir, que el teletrabajo tiene ventajas obvias, como es el ahorro en tiempo y dinero que supone desplazarse y habitualmente comer fuera de casa.
Pero que tambien tien el peligro de facilitar externalizar el trabajo burocrático, como ya antes se externalizó el trabajo en talleres. ¿Qué impide tener al responsable de Atencién a Clientes, en c Colombia o al contablen Marruecos?,
Esto es un serio peligro y más, cuando entramos en una época en que.posiblemente aumente el paro en España y cuando la principal actividad económica del país, que es el turismo, entra en recesión por ser de crisis económica, común a todos los paises incluidos los de origen de nuestros turistas.
Sinb embargo digo ñlo de siempre, sacado el geneio de la botella, ya mada puede volverlo a meter. Habra por tanto, que buscar alternativas,
¿Y el empresario de Marruecos a donde contrata? ¿A Sudan del Sur? Entiendo tu mirada local, pero hay más mundo que solo España.
Aparte hay una cuestión de cercanía cultural, comunicación, valores, idioma, confianza, (…suerte…) Todo se andará Gorki.
Este tema no es nuevo para mí. Como lider de proyecto contrataba programadores venezolanos y de la india para proyectos de implementación de ERP en México.
Los venezolanos a veces fallaban, la gran mayoría de las veces no. Pero eran más proclives a ser flexibles con los errores y detalles propios y ajenos.
Los indios eran implacablemente eficaces y había que tener tal nivel de meticulosidad en las especificaciones porque solo hacían lo que se les pedía, y si resultaba que el output no era el solicitado, se aferraban al documento de requerimientos. Eran relaciones más transaccionales que otra cosa. Lo cuál estresaba también el proyecto, y a los involucrados.
Eso cambiaba cuando lograbas dar con uno que te demostraba que tenía algo parecido a un corazón en el pecho, que se ponía en tus zapatos y se arremangaba y se preocupaba por tu proyecto (solo el 0.001%).
Para muchos empresarios y empleados de todo el mundo, empieza una nueva etapa en la vida laboral: 2020 AC (…Antes del Coronavirus… perdón por el chiste malo…) A des aprender y empezar a aprender.
Yo no puedo dejar de verlo de forma positiva. Y dejando de lado la horrible tragedia en vidas humanas que esto está costando (y costará), me siento privilegiado de poder ser testigo de época de un cambio similar al del meteorito que golpeó a los dinosaurios.
Hombre no tanto, que peste ha habido a cascaporillo y muchas no han supùesto nada en especial. ¿Qué avances trajo la gripe de 1918?-
Los grandes cambios los ha hecho el ingenio del hombre y no las epidemias, la agricultura, la imprenta, la máquina de vapor, la electricidad, el chip,…
La globalizacion fue cosa de los hombres, no de las enfermedades, y el proceso no ha acabado, pero de momento ha supuesto que todas las fabricas han volado del primer mundo, cambió Asia y en lo profundo del Congo, saben que en Europa se vive mejor.. Eso si que son cambios.
En 1918 estaban acostumbrados a morir. Por eso no hubo ningún avance por esa gripe, no les supuso ningún cambio en sus vidas.
Ahora es distinto. ¿Cuándo habíamos tenido un estado de alerta? Nunca (a no ser que seas controlador aéreo, y tan solo en lo relativo a tu trabajo). ¿Cuándo habíamos vivido semi-recluidos? Nunca. Y así podríamos seguir con un ejemplo tras otro.
Esto no está siendo como la gripe de 1918. Con muchos menos muertos, el cambio en nuestras vidas está siendo mucho mayor.
Mas o menos se morian como nosotros, una vez en la vida.
Los estados de Alerta, se llamaban estados de Excepción y he padecido varios con Franco,
Ëstas seguro que la gripe de 1918 no supuso cambio en
sus vidas.
https://www.abc.es/historia/abci-catastroficas-consecuencias-economicas-dejo-gripe-espanola-1918-202003120151_noticia.html
Concretamente en mi familia, dejo a mi abuela viuda con tres hijos y embarazada del cuarto.
Era hija única y huerfana ,..
pensó que para poder mejorar la vida de sus hijos, lo mejor era salir del pueblo.
Cerró la destilería de licores que tenia mi abueljo y dejo las fincas de la familia a cargo de un criado de confianza y se vino a Madrid , al amparo de un primo notario que la ayudo a instalarse y qui´zá economicamente.
¿Tu crees que perder tu negocio familiar, emigrar de tu lugar de residencia, y pasar de ama de casa a jefe de familia, no supuso cambio en su vida mayor que los nuestros?,
Tú eres mayor que yo, que tengo la edad de Enrique, así que tal vez hayas vivido alguna situación que yo no he conocido, pero en toda mi vida no he conocido que no se pudiera circular libremente por la vía pública, ni siquiera cuando mataron a Carrero Blanco, que era el número 2 de Franco.
Por añadidura soy vasco. Ya no es solo que a Carrero lo matase ETA, sino que hubo una época larga en que salíamos a cosa de 2 atentados mortales de ETA a la semana. Y sin embargo se podía circular libremente por las calles.
“ Obviamente, el mundo se divide ahora mismo entre los que creen estar esperando a que termine el período de cuarentena para volver a trabajar como antes, y los que, por el contrario, ya se han dado cuenta de que esto es una oportunidad para non volver a trabajar como antes.”
Hostias que pesado Enrique siempre pensando que todos los trabajos requieren de posibilidades tecnológicas que nos facilitan la vida y que simplemente está nos la revoluciona.
Que sí, que un campo y ararlo no se hace ni mucho menos como hace 50 años, que se puede pasar terapia online (donde se puede ayudar pero el contacto con el paciente de otras diversas maneras se pierden), la venta dependiente, donde aún sigue teniendo mucho arraigo y donde como trabajador de ese sector, dile al camarero Paco que cambie su manera de trabajar a partir de hoy.
No sé igual se ríe a carcajadas o pone “cierta cara” por no decir nada.
Que el mundo, ni empieza ni acaba en Sillycon Valley, en las startups, ni nada parecido.
Supongo que al final es debido a que este blog es de tendencia tecnológica, pero otras veces se he pedido reflexionar bien duramente el voto (sin señalar concretamente a nadie), se habla de cambio climático, se habla de muchas cosas, pero se nos olvida eso, que no todos son tecnólogos pero sí trabajadores.
¿Pinsas que Internet fuciona sin miles de personas ahí detrás?
No, lo que pienso es que en las calles, hay un montón de trabajo que no requiere de una tecnología sofisticada y que pasara bastante tiempo hasta que sea realizado de forma automática.
Por supuesto, entre otros, hacer zanjas para meter la fibra óptica, o crees que eso lo hacen los tecnólogos.
La cuestión de si el teletrabajo ha llegado (víricamente) para quedarse es muy interesante, pero ahora mismo me voy a centrar en la transición. No, damas y caballeros, todavía no hemos hecho la transición al teletrabajo, y no lo digo por aquellos que llevamos 2 semanas teletrabajando, sino por los muchos que todavía no lo han hecho.
Estamos con los juzgados parados. Esto quiere decir que no puedes demandar (o que si demandas o ya demandaste antes del estado de alerta te dará lo mismo, porque tu demanda se pudrirá en el juzgado). Los abogados están yendo al paro. Cuando a los jueces se les acaben los casos ya vistos pendientes de sentenciar, empezarán a estar mano sobre mano. Y esto ocurre en algo tan esencial como es la justicia, algo en lo que sería fácil implantar el teletrabajo.
Se pueden poner muchos más ejemplos. Hay que empezar a asumirlo, esto del coronavirus va a durar muchos meses. La solución no consiste en medidas paliativas estilo el nuevo «paro indefinido por Erte». No porque esas medidas paliativas sean algo malo, más bien al contrario, sino porque no son la solución, salvo que nos hagamos la falsa ilusión de que esto del virus durará un par de meses.
Hay que empezar a plantearse que esto tal vez dure medio año, tal vez incluso más. ¿Vamos a tener los juzgados parados medio año? ¿Pudiendo hacer eso mismo con teletrabajo?
Repito: la justicia es solo un ejemplo. El verdadero efecto del virus, lo que va a marcar un antes y un después, va a ser la transición brutal e inevitable que se va a producir conforme vayan pasando los meses, a todos los niveles y en todos los sectores.
Si el virus dura medio año o más, si se produce esa transición tan profunda, ¿de verdad alguien cree que el mundo no habrá cambiado para siempre? Por favor, pero si hasta la quintaesencia del arcaísmo, la justicia, va a tener que transformarse en bits.
Oye tú, que la cosa ya ha empezado, que los médicos ya están dando las bajas sin que vayas a visitarles. Lo que hace tan solo medio mes hubiera sido considerado una blasfemia tan solo el sugerirlo, es ya una realidad.
No sólo Internet, los que hacemos soporte informático para que la gente pueda teletrabajar, y nos complica muchísimo el trabajo.
Buenos días Enrique,
Me gustaría conocer tu opinión sobre como sería esta situación si cualquier persona en su casa pudiese ponerse a producir ventiladores mediante impresoras 3D ¿No aumentaría esto la capacidad productiva potencial del país en muchos productos? BBC ha comentado un iniciativa en España:
https://www.bbc.com/news/av/technology-52072479/a-3d-printed-ventilator-designed-for-spain-s-coronavirus-patients
Por otro lado Enrique quería proponerte una mejora, en los últimos meses me he animado a participar más y me he encontrado a mi mismo buscando mi aportación sobre algún tema, más por curiosidad que otra cosa, yo creo que si pulsando sobre el nombre de un usuario saliesen la lista de todos los posts en los que ha colaborado, eso podría incentivar la participación incluso la participación de comentaristas más autorizados.
También puede ayudar a buscar la opinión de un comentarista sobre otros temas, porque me ha parecido interesante sus ideas sobre este que estoy leyendo.
Espero que tanto tu como tu familia esteis todos bien.
Que Dios os bendiga y os guarde a todos.
Un cordial saludo.
El hecho es que, al menos en España, un montón de impresoras 3D de bajo precio, están realizando material clínico.
Pongo por caso, lo que se hace en mi pueblo agrícola y de de solo 1500 habitantes.
https://www.facebook.com/205993853128484/photos/p.776888612705669/776888612705669/
Sin embargo, me hace el efecto, que esto funciona en una situacion de emergencia, pero que en tiempo normal, es poco eficiente, porque una fabrica bien equipada que hicera lo mismo, lo haria más veloz y más barato.
De pedir algo a Dans, lo tuyo me parece interesante, pero para mi es propritario que se puedan corregir faltas de ortografía en los comentarios, una vez dado «intro».
¡Pero si te los corrijo yo!! ;-)
Sólo el 90%
GRACIAS
Impresionante el vídeo que recorre las bodegas en 3D en irzon.com.
En cuanto a lo que dices en otro post más arriba acerca de tu abuela: «¿Tu crees que perder tu negocio familiar, emigrar de tu lugar de residencia, y pasar de ama de casa a jefe de familia, no supuso cambio en su vida mayor que los nuestros?»
Efectivamente, nuestros antepasados vivieron épocas muy duras.
Fijate lo que fue para mi abuela que le matarn un hijo y tuvo otro escondiendose aqui y alla, para que no le mataran.durante toda la Guerra Civil.
Mi abuela nunca hablaba, ni de la epidemia, ni de la Guerra, (tampoco mis padres hablaban mucho y solo de anécdotas curiosas, como que en el frente. la distración en las trincheras. era matarse los piojos que tenían en las costuras de la ropa y cosas asi,
Pero en cambio, mi abuela, estaba convencida que se habia venido a este mundo a sufrir.
Hola!!
Lo de ahora no es teletrabajo cuando tienes personas a tu cargo de menos de 4 años las 24 horas del día y a su vez trabajas en remoto.
Saludos!
Lo escribi hace nueve años, pero es plenamente actual
https://felixmaocho.wordpress.com/2011/09/13/inmobiliaria-y-futuro-la-crisis-esta-obligando-a-trabajar-en-casa/
Estoy totalmente de acuerdo con este punto, esto supondrá un antes y un después en la manera se ver el teletrabajo. Pero, que pasará cuando una compañía asuma que parte de sus empleados pueden trabajar perfectamente desde casa?
Qué pasará cuando se den cuenta que el trabajo que pueden hacer desde su casa les cuesta 4000€/mes y lo puede hacer Wilfredo desde Sudamérica por 600$?
En época de crisis surjen los sargentos chusqueros:
Guardia Civil: ¿Dónde va?
Yo: A comprar el pan al Hipercor
GC: Y tiene que salir todos los días a comprar el pan
Yo: La tiendas están cerradas
GC: Pues lo congela
¿En que estamos convirtiendo este país?
A LA MIERDA !!
Ya se sabe que las empresas tienen aversión al riesgo y son reacias al cambio. Cuanto más grandes, más inercia tienen, y son más propensas a mantener el «statu quo».
El tema del teletrabajo es paradigmático.
Pero hay muchas, que no tienen más remedio que juntar a sus trabajadores en los centros de producción.
Muchos de ellos están en las afueras y mal comunicados, lo que les supone una dificultad para reclutar el mejor talento, que algunas tratan de paliar con Planes de Transporte Sostenible al Trabajo.
Ya son varias empresas (muchas de ellas grandes, y alguna con más de 15.000 empleados) que se han puesto en contacto con DedoCar.org, una plataforma con una app para compartir los viajes en coche al trabajo. Se trata de un concepto innovador que consigue grandes ahorros (más del 50%) al llevar al trabajo a la misma gente en menos coches, porque aprovecha los asientos libres de los coches particulares de los empleados, para mover menos coches en la hora punta.
Pero existe una dificultad para poner estas plataformas en marcha: La masa crítica de usuarios.
Todas las empresas querrían apuntarse a una plataforma en marcha, que ya estuvieran usando cientos de miles de trabajadores. Cuantas más empresas se integren, mejor funciona. Pero ninguna se atreve a ser pionera y difundir el proyecto entre sus empleados.
Aunque los jóvenes se apuntan inmediatamente, los directivos (de mayor edad) suelen pensar que una exclusividad para empleados de la misma empresa, dará una sensación inicial de seguridad (atractiva para sus empleados más veteranos).
Por eso, algunas de estas grandes empresas, tratan de poner en marcha sus propias plataformas, exclusivas para sus empleados; sin darse cuenta de que acotar el número de participantes es contraproducente, pues el éxito de las plataformas digitales depende de crear «efectos de red».
Cientos de veces se ha intentado poner en marcha sistemas exclusivos para una universidad o una empresa, y no han funcionado.
La ventaja de la nueva app de DedoCar, es que «sirve para cualquiera», porque no hace falta ser vecinos y compañeros de trabajo a la vez. Basta con ir en la misma dirección, porque el coche recoge gente de camino.
Tampoco hay que conocerse de antes y quedar para otro día. Basta salir a la calle. La app te propone compartir el viaje inmediatamente con el compañero de viaje más cercano.
Te lo pone tan fácil, que para ir al trabajo ya no dependes de tu propio coche, porque puedes compartir los asientos libres de quienes van en tu misma dirección (cientos de miles durante la hora punta).