A medida que avanza el confinamiento, se evidencia la necesidad de intentar mantener la normalidad en cuantos más ámbitos sea posible, y el académico es claramente uno de ellos.
Pero una cosa es la intención, y otra la realidad: cuando tu entorno cambia de manera drástica, muchas tareas experimentan trastornos derivados de esa adaptación, que no siempre resulta sencilla y que requiere importantes dosis de creatividad. Además de Zoom, cuyo pico de adopción y uso entre las universidades comentábamos recientemente, otras aplicaciones como Google Classroom, el servicio gratuito creado por Google para entornos académicos, ha sobrepasado los cincuenta millones de descargas, y ha pasado de no aparecer ni entre las cien primeras en descargas, a situarse entre las más instaladas en países como Canadá, los Estados Unidos, Finlandia, Indonesia, Italia, México y Polonia.
Pero incluso contando con que tanto profesores como alumnos sean capaces de llevar a cabo una transición rápida y eficiente entre el aula y la pantalla, algunas tareas no son sencillas, y requieren, por su importancia percibida, un cierto nivel de replanteamiento. Una de esas tareas es la calificación: ¿cómo deben ser evaluados los estudiantes en un período tan excepcional como este, si se quiere mantener un cierto nivel de ecuanimidad y no perjudicar, por ejemplo, a los que tienen peor nivel de equipamiento en sus casas?
En el caso que tengo más próximo, IE University, se tomó la decisión de pedir a los profesores que únicamente tuvieran en cuenta la intervención en clase, un criterio generalmente utilizado por todos con mayor o menor peso, únicamente hasta el momento en que los estudiantes empezaron a tener la opción de seguir las clases en remoto. Esa solución, posiblemente lógica cuando se tomó, va dejando de tener sentido a medida que el confinamiento se mantiene y nos encontramos con cursos completamente desarrollados a distancia, que pasan a tener, además, otros problemas, como los derivados de que los estudiantes, que en muchos casos han vuelto a sus países de origen, estén a menudo en zonas horarias que dificultan el desarrollo de una clase fijada a una hora que sería normal en Madrid. Por otro lado, pedir a profesores acostumbrados a depender en gran medida de la intervención de los alumnos para el desarrollo de sus clases que, de repente, dejen de tenerla en cuenta no es tan sencillo: ¿cómo plantearte, por ejemplo, que un alumno que en un entorno online se esfuerza por participar y logra hacer buenas preguntas que posibiliten una clase más completa, no reciba por ello ningún tipo de recompensa?
Este tipo de soluciones aparentemente salomónicas se ven también en otros entornos: Advanced Placement (AP), el programa creado por College Board en los Estados Unidos y Canadá que ofrece currículos y exámenes de nivel universitario a estudiantes de secundaria, ha tomado la decisión de simplificar sus exámenes para que únicamente incluyan preguntas sobre el material cubierto hasta principios de marzo, y algunos estudiantes, como los del curso de Principios de Ciencias de la Computación ni siquiera serán sometidos a un examen en 2020, pero podrán obtener créditos universitarios. Una situación comprensible, pero que posiblemente plantee problemas de ecuanimidad comparativa con estudiantes de otras promociones.
En Harvard, todos los estudiantes de pre-grado recibirán en los cursos del Spring quarter la calificación de «Emergency Satisfactory» o «Emergency Unsatisfactory», con la posibilidad de que sus profesores complementen esa inusual y coyuntural terminología con una evaluación cualitativa de su aprendizaje. De nuevo, una solución temporal, que posiblemente haya que replantear si la situación de confinamiento se prolonga.
Los cambios en los sistemas de evaluación derivados de una situación excepcional como la que estamos viviendo deberían llevarnos a replantearlos ya no de forma coyuntural, sino de una manera más radical, posiblemente en base a proyectos o a otras metodologías que no impliquen exámenes tal y como los conocemos. ¿De verdad es el examen la mejor manera de evaluar los conocimientos de un alumno o la medida en la que ha aprovechado el proceso educativo?
De nuevo, como ocurre en otros aspectos de esta crisis, lo inteligente será utilizar la excepcionalidad de la situación para rediseñar muchos de los elementos del proceso de enseñanza y, sobre todo, con qué variables podemos evaluar los resultados de ese proceso. Veremos qué instituciones optan por el simple continuismo, y cuáles son capaces de estar a la altura de las circunstancias.
This post is also available in English on my Medium page, «If online teaching is going to take root, we will need to find better ways to grade students«
Buenas Enrique
Te comparto la orden que ayer salió en el BOE sobre cómo quieren llevar a cabo una aplicación para el Covid-19, creo que puede ser interesante que la comentes.
https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2020-4162
Parece que se impone hacer reválidas cuando todo se calme. Las calificaciones solo serían notas provisionales, sin mas objetivo que informar al propio estudiante, qué juicio tienen el profesor sobre él, en funcion de los datos que de él tiene,.
Pero como esos datos son parciales y además pueden ser sesgados, habrá, cuando sea posible, una pruba final equivalente para todos, en la que se calificará definitivamente, sin tener en cuenta los datos anteriores, que solo valieron como orientacion al estudiante.
La ejecución de un trabajo de final de curso, o una mini tesis, puede ser una buena forma de evaluar quienes han aprovechado las enseñanzas del curso y quienes no han sabido hacerlo.
Enrique, llevo dando vueltas al tema educativo (desde infantil hasta los post-grados) muchísimo tiempo; y cada vez tengo más claro que una parte importante del problema es el de la «industrialización» y «estandarización» del proceso: cursos, grupos de edad, curriculums uniformes, hitos temporales, evaluaciones pretendidamente «ecuánimes» y «representativas» del nivel de aprendizaje… etc etc. Es decir, el problema es que la educación se parece más a una línea de montaje de las que diseñó Ford a la tarea artesanal y orientada a la persona (cada una de ellas única y con capacidades e intereses diferentes) que tendría que ser si atendemos simplemente a las necesidades de cada uno; el problema es que la educación industrializada es en sí mismo un negocio cuyo cliente principal no es el educando, si no el «sistema económico», y por tanto parece utópico cambiar el paradigma; el problema es pues el mismo concepto de enseñanza reglada, que en mi parecer solo tiene sentido en el ámbito profesional y de certificación de «capacitaciones restringidas», tipo «soldador de arco», «manipulador de alimentos» «tecnico de laboratorio» médico», «auditor», «arquitecto», «ingeniero», «abogado», etc etc… El resto de la educación tendría que estar orientada a las personas, buscando fomentar sus intereses, y a través de ellos intentar crear un trayecto educativo lo más transversal posible…. Sí, ya se que parece utópico, pero tenemos ya de sobra las herramientas necesarias y la capacidad organizativa para hacerlo… SOlo hace falta imaginación.
Y voy a poner un ejemplo; imaginemos un niño que «solo» le gusta jugar al fútbol. Bueno, pues a traves de es interés, es perfectamente posible trazar un recorrido que abarque los aspectos fundamentales de lo que sería una persona educada y con bagaje cultural: si tanto le gusta el futbol, se podría empezar por mostrarle la importancia de conocer su propio cuerpo y su funcionamiento (biología) así como su cuidado (salud y educación física, alimentación) ; por la biología puede entrar la física y la química, por la de salud y alimentación, la economía; por todas las matemáticas; para entender la economía haría falta empezar con saberes sociales: sociología, geografía, política, historia; a traves de la historia, el arte o la religión, por ejemplo; la literatura, la filosofía; la filosofía podría cerrar el círculo al aplicarla al fútbol mismo, formas de afrontar el reto de la competición, la ética de determinadas acciones, etc etc…. desde que una persona es un niño pequeño hasta que alcanza la edad adulta y tiene que afrontar el reto de «certificarse» para el ámbito profesional, hay tiempo de sobra para que aprenda todo lo necesario para entrar en una dinámica de formación reglada: leer, escribir, matemáticas elementales, y sobre todo capacidad para razonar y aprender por uno mismo.
Seguramente es un sueño imposible… pero, ¿cómo lo ves desde tu puesto tan especial al final del todo de la cadena educativa?
La educación mata la creatividad
https://carolachavez.files.wordpress.com/2014/05/image001356481515512hiltwj.png
La educación es algo así como la Hidra de siete cabezas… una de ellas se llama evaluación, y como las de la Hidra, se convierte fácilmente en dos o cuatro, si le hacemos mucho caso al teoricismo universitario.
Paso de comentar la actual versión de la evaluación, en modo «megatecnológico, ya que me llega con denunciar el modo medieval de la misma, que aún se sigue practicando. Memorístico, puntual, sin atención a la diversidad, enfocado en «saberes» muy parciales como apuntes o fuentes que controla el profesorado, preguntas sin análisis previo… ¿como van a ser los exámenes típicos y tópicos, si sigue estando en el altar algo como el CI?
Uno de los muchos momentos de alucinación que se tenía en la práctica educativa, sin tomar LSD, era comprobar con algún examen que caía en mis manos el tipo de preguntas tan alienígenas que hacia el común del profesorado.
Y todo sin salir de las cultura «del papel». Sin meterse en metodologías tipo audiovisuales o evaluar aspectos tales como actividades en el día a día de clase, así como salidas varias a estudiar en los medios externos al aula formal, tanto naturales como artificiales.
Un gran problema si. Por algo tienen una sonoridad muy parecida : evaluación y evolución.
En fin, me alegro leer sobre medios digitales de evaluación de un trabajo escolar, del nivel educativo que sea.
Todavía me parece increíble que después de pagar decenas de miles de euros por un curso, participar y hacer buenas preguntas sea de lo más importante.
Fuera de la enseñanza, valoro más a quien es capaz de hacer buenas preguntas, que quien tiene buenas respuestas. .
Quizá, porque a mi, me resulta mas sencillo, dar con buenas respuestas. que hacer buenas preguntas.
Pues si no entiendes eso es que no has entendido en qué consiste, me temo. Es lo fundamental.
Pues seguramente no lo entiendo porque al final los alumnos se dan cuenta del juego y las clases se convierten en una lucha por ver quién interviene para obtener mejor puntuación y en aguantar participaciones de vendehumos que solo quieren destacar. Además de que en una sesión de hora y media no hay tiempo material para que pregunten los 25 de los clase.
Dime si es así o estoy mintiendo.
Sí, siempre hay un digamos 25% de vendehumos a los que les encanta escucharse, un 50% que preguntan con criterio y un 25% cuyas preguntas y puntos de vista te aportan incluso más que el propio profesor
Hablo de educación secundaria en la pública,.
El jueves 12 sale el presi de nuestra comunidad autónoma,una, grande y libre e independiente en la tele, cerramos los instis.
Viernes 13, nos vamos del insti sin haber recibido comunicación oficial, y por supuesto instrucciones.
Sábado 14 , el director nos reenvia el email que se han dignado enviarle, se suspenden las clases. Seguimos sin instrucciones. Por lo pronto no sabemos si los profesores asistimos o no en esas dos semanas. Todo queda a la autonomía de los centros. Nuestro dire dice que pa cojones los suyos y no asistimos, es lo que han hecho todos al final.. Seguimos sin instrucciones claras de como proseguir la formación de los nenes.
Meses antes habiamos recibido un aviso de algún carguillo de cuyo nombre no me quiero acordar, básicamente dice que los medios informáticos de la autonomía son suficientes y que nada de usar medios externos como «gugeldrive» y similares, por supuesto nada de usar pendrives donde llevar info de los nenes fuera del centro por la LOPD y tal. POr supuesto y como es normal, el carguillo no tiene ni p*** idea de la realidad.
El mismo viernes por la mañana, y en previsión de lo que nos olemos, el centro habilita la página web para colgar material docente. Existía pero no se usaba, cosas de no dar dinero y colocársela al primer directivo pringao que quisiera hacerse cargo, lo mismo pasa con la biblioteca, el archivo (Este no existe), los primeros auxilios o lo que toque.
Durante los primeros días cada profesor lo organiza como puede, muchos gogle classrom.
El director se lo comunica al alcalde del pueblo para darle difusión. Se mandan mensajes por la aplicación oficial a los padres.
Yo colgué material para dos semanas el mismo domingo. Resultados hoy 29, tres alumnos de los aproximadamente de los 100 alumnos que tengo
han dado señales de vida. El resto pasan como de la mierda.
El consejero catalán (no es mi comunidad pero a tener en cuenta) se descolgó hace unos días diciendo que esto no podía ser evaluable.
Se puede ampliar el curso a julio (si no estamos en cuarentena que puede ser), pero ¿lo pagarán?Lo digo porque tenemos dos meses de vacaciones porque tenemos un mes menos de sueldo que funcionarios de igual categoría. En Andalucía ya se vió que había más maestros interesados que alumnos.
El gobierno central ha ampliado la prorroga, la autonosuya ni se ha pronunciado. Por supuesto seguimos sin instrucciones.
Yo creo que hay que entender que una medida como encerrar a todo un pais en casa de hoy para mañana, genere un cierto desorden y desconcieto.
Es muy posible que entre la inteminable lista de actividades esenciales durante la crisis, se le pase a los cuidadores de los zológicos o las repartidores de gasolina, o que en este momento no este claro si nos quedamos sin vacaciones, o si no acabamos la liga.
A mi juicio, hace falta por parte de todos, un poco de comprensión y de sentido comùn, Si todos nos ponenos a decir, yo no hago nada hasta que lo diga el BOE, pues apaga y vamonos.
Tiempo habrá para criticar al gobierno que relmante no está nuy acertado en la gestion de la crisis, pero yo creo que de momento, todos debemos en la medidad de lo posible y dentro de lo que esté en nuestras manos, hacer lo que podamos para salir de esta.
Buena reflexión la de la calificación. Yo voy a mencionar un método que me gusta personalmente: evaluación de pares. Una actividad es evaluada por otros alumnos (después de que hayan practicado con otra actividad similar evaluada por el profesor), eso permite que el estudiante compare su trabajo con el de otros alumnos y sea capaz de dar feedback. También de comparar su trabajo con el de sus compañeros. Este método con las plataformas online tipo Moodle es posible hacerlo de forma bastante automática y vale para entornos online.
Pero la preguntar que quería dejar aquí es: ¿Cómo cambiar el foco de la evaluación por el del aprendizaje? ¿Qué sistema debemos construir en el que la motivación de aprender, de estar preparado para afrontar un futuro profesional y personal estén por encima de todo, incluso sin tener una nota si fuera posible? Yo personalmente no tengo la respuesta, pero ahí dejo la reflexión por si alguien quiere coger el guante…
Ese esel problema, que tenemos «titulitis» o afan de añadir lineas al Curriculoun cundo lo importante es «¿Qué sabes hacer»
Yo solo he conocido dos lugares donde hayandado un arespuesta correcta a esto, donde los alumnos no querian las notas sino aprender y participar.
El primero es la Bauhaus de Alemania y te dejo aquí mi opinión sobre ello https://felixmaocho.wordpress.com/2012/03/30/arte-popular-la-escalera-de-la-bauhaus-la-maravillosa-tierra-de-nadie/
Y el otro sitio es la escuela de música la Sant Anndreu Jazz Band dirigida por Joan Chamorro en Barcelona y te dejo aquí mi opinión sobre ello https://felixmaocho.wordpress.com/2015/12/13/el-metodo-pedagogico-de-joan-chamorro-consiste-en-despertar-el-afan-de-saber/