Con cada vez más personas confinadas en sus domicilios en todo el mundo, empieza a resultar normal mantener, en un día normal, un número elevado de videoconferencias, para cuestiones que van desde reuniones de trabajo hasta hablar con la familia, pasando por asistir a una clase o a algún otro tipo de evento online.
Hoy mi mañana comenzó con la asistencia a un consejo de administración, doce personas en Google Meet, y veinte minutos al principio para simplemente lograr que todas ellas estuviesen razonablemente conectadas. Después, una clase en Adobe Connect con treinta y cinco alumnos distribuidos por medio mundo. Si añadimos un par de charlas con la familia con Zoom y un evento con mi editorial, Deusto, en Instagram esta tarde, resulta que mi vida cotidiana transcurre delante de una pantalla, con todo tipo de cuestiones vinculadas con las peculiaridades de ese canal.
¿Cuántas videoconferencias mantienes en tu día normal en estos tiempos de confinamiento? ¿A medida que incrementamos su uso, te gusta, te parece un sustitutivo razonable, o has empezado a odiarlo? ¿Cuántas herramientas de videoconferencia que no conocías o no utilizabas habitualmente has tenido que instalar desde que empezó la cuarentena?
Con tanta actividad delante de una pantalla, conviene que aprovechemos esta temporada para adquirir soltura con ellas, y no me refiero simplemente a «saber utilizar las herramientas», sino a tener razonablemente dominadas ciertas prácticas rutinarias, que van desde encontrar un lugar razonablemente iluminado, a mirar al lugar adecuado, hasta a silenciar tu micrófono cuando no estás hablando para evitar que se introduzca ruido, a compartir pantalla, a prescindir del vídeo cuando este no sea necesario, o incluso a relajar la función fática del lenguaje, todas esas partículas que utilizamos para que nuestros interlocutores sepan que hemos escuchado o entendido, pero que en videoconferencias generan todo tipo de molestias. Simplemente la decisión de si utilizar vídeo o no, que parece sencilla, puede convertirse en una cuestión que, si no gestionamos adecuadamente, es susceptible de generar situaciones incómodas o de hacernos pareces simplemente maleducados.
En efecto, el vídeo online genera muchas situaciones que, si no tienes cierta práctica en su uso, pueden resultar incómodas o desagradables. La gestión adecuada de las interrupciones o de los pequeños cortes en la comunicación, por ejemplo, es algo que aunque te pueden explicar, solo se adquiere con la práctica, como lo es la elección de herramienta, de quién inicia la comunicación, o el uso de herramientas avanzadas, como el desenfoque del fondo en Skype o Teams o los fondos virtuales de Zoom, que pueden ser desde una completa tontería superficial, a solucionarnos el problema de dónde sentarnos a mantener una videollamada sin que el fondo pueda resultar un problema o una indiscreción. Decidir cuándo grabar una llamada, cuándo recurrir a una herramienta de attention tracking o cómo gestionar un problema es algo que se basa, fundamentalmente, en la experiencia. Si los tiempos actuales nos obligan a practicar esas habilidades, convirtamos eso en algo positivo: al final, el coronavirus podría terminar convirtiéndose en el estímulo que muchos negocios tradicionales necesitaban para saltar al entorno digital.
Con unas cuantas reglas básicas, trabajar desde casa puede ser una experiencia enormemente positiva. Yo, que ya lo hacía habitualmente antes de que todo esto empezase en todos aquellos días en los que no tenía en la agenda una reunión o una clase presencial, comprobé hace mucho tiempo que, para tareas creativas, mi casa funcionaba mejor que mi despacho, y que la función de mi despacho no era tener un lugar donde trabajar, sino uno en el que mantener reuniones con otras personas. ¿Qué va a pasar cuando muchas personas comiencen, tras el período de confinamiento, a sentirse más cómodas a través de herramientas de reunión virtual? La ciencia dice que tardamos algo más de dos meses en convertir una práctica en un hábito: no sé si la cuarentena va a llegar a tanto, pero si la aprovechamos para adquirir soltura en el manejo de este tipo de herramientas, estaremos construyendo un activo que nos podrá venir bastante bien posteriormente.
Microsoft, que ve como el uso de Skype crece como la espuma en estos días y supera los cuarenta millones de usuarios activos, ha decidido abrir Teams para el uso particular, intenta competir con una Zoom que nunca se ha visto en otra, o incluso con Houseparty, además de la pléyade de herramientas que ya conocíamos, como Webex, GoToSeminar, Chime, etc. Saber cuál elegir en cada momento y qué particularidades tiene su uso se está convirtiendo ya en un elemento fundamental en nuestro día a día.
Sin duda, tras un período como el que estamos viviendo, veremos muchas de estas herramientas tomar un protagonismo mucho mayor del que anteriormente tenían, porque no hay nada como que las circunstancias te obliguen a practicar el uso de algo para que ese algo termine convirtiéndose en un hábito más o menos consolidado. Pronto, el tiempo que estuvimos confinados será algo que podremos mirar con perspectiva y desear que no se repita. Pero los hábitos que entonces adquirimos seguirán entre nosotros, y pasaremos a utilizarlos con mucha más soltura y de forma más habitual en nuestro día a día. Toca aprovechar la oportunidad para ponerse las pilas en su uso e incorporarlas a nuestra caja de herramientas habitual.
This article was also published in English on Forbes, «Let’s take advantage of coronavirus to get comfortable using video call technology«
Yo he trabajado en casa y en una oficina, y olvidando los problemas del desplazamiento, que son reales y molestos, en la oficina se trabaja mejor,
Se trabaja mejor en la oficina, que en casa
Se hace gimnasia mejor en un gimnasio, que en casa
Se cocima mejor en la cocina de un restaurante, que en casa
Se pi8nta mejor en un estudio de pintor. que en casa
Se divierte mas en el cine, que en casa.
Porque todos esos sitios, se han pensado y construido, específicamente, para ejercutar esa única actividad. Mientras que la vivienda, como su nombre indica, es un espacio multiuso destinado a convivir varias personas. Es decir vale para todo, para terabajar, hacer gimnasia, cocinar, pintar y6 ver la televisión, lo que obliga, a ser un espacio multifuncional, que especificamente, no esté diseñado para hacer a fondo nada en concreto.
Trabajar en casa es un sucedaneo, por ejemplo, de trabjar en un coworking y este, de trabajar en una oficina, que es donde mejor se trabaja.
Ahora eso si te ahorras los desplazamientos y la comida fuera. pero ya lo sabemos, la vida buena es cara, Hay otra vida más barata, pero no es tan buena.
Yo llevo 13 años teletrabajando el 95% de mi tiempo, la oficina de mi empresa a la que acudo está a 500 km (soy asalariado, no autónomo), así que obviamente todas estas herramientas y su gestión diaria son un hábito totalmente asumido.
Mi compañía proporciona todas las herramientas, he pasado por unas cuantas y mi experiencia me dice que para un buena experiencia son más importantes los hábitos sociales que las diferencias tecnológicas entre plataformas. La más relevante de estas últimas es en mi opinión la ausencia de barreras para que participen plenamente usuarios externos, algo fundamental y que algunas plataformas dificultan mucho (restricción de navegadores, instalación de plugins, etx?)
En mi experiencia, un factor esencial para que una organización montada en este paradigma es el correcto diseño de las sesiones grupales. Las sesiones remotas parecen invitar a algunas personas a hacer presentaciones interminables y, lo que es peor, sin agenda previa. En el modo presencial a nadie se le ocurre convocarte a una sala a una reunión de dos horas y sin un propósito bien definido, pero por alguna motivo, si se hace por WebEx, Teams o equivalente, no pasa nada. Esto, unido al factor «esto se está grabando ya lo escucharé luego», hacen que no sean extrañas en organizaciones poco experimentadas en este modelo que haya reuniones de 2 horas de 10 personas con 8 de ellas sin vídeo y en mute. Una vez se entiende que la organización distribuida no implica que haya que olvidarse de la etiqueta, que hay que seguir respetando el trabajo de los demás, que si vas a emplear el tiempo de otros, debes esforzarte por ser lo más productivo que puedas, la cosa suele mejorar mucho
En mi caso, mi productividad es superior a la que tengo en la oficina cuando voy y que la que tienen mis compañeros oficinistas. La prueba, creo, es que 13 años después, mi empresa sigue conta do conmigo ;-) Así que puede ser que algunos o muchos, trabajen mejor en la oficina, pero no todo el mundo.
He sido viajante de comercio, o corredor de una compañía, Mi empresa me pagaba, (aparte de un sueldo en consonacia con estar muchos días lejos de casa), una gran cantidad de dinero adicional, en kilometraje y hoteles, aviones, restaurtantes, …. Y todo eso, para que fuera a la oficina de los clientes, a tener reuniones vis a vis con ellos,. porque , la capacidad de peruasión que se tiene en una conversacion directa, ni remotamente se obtiene en teleconferencias, mucho menos por teléfono. ¿Comoceis a un viajante que haya cambiado la vista personal, por la teleconferencia?.
Hace muchos años, hablaba por teleconferencia cuando trabajaba como consultor en el Banco de Bilbao , ni siquera entonces BBV. desde una sala de videoeconferencias unada con una linea punto a punto , desde el rascacielos de BBVA enla Castellana ala altura del Corte Inglés, con la Central en Bilbao, que en su momento era como la WOW de Dans y costaba una pasta mantenerla.
Pues bien mi experiencia personal de vendedor es que el nivel de persuasion que consigues, estará por el 70% de lo que consigues estando casa a cara.
Se puede hacer, pero no deja de ser un sucedaneo,.muy eficaz cuando NO HAY LAS POSIBILIDAD de hacerlo de otra manera.
No dudo que Dans de magnificas clases en la WOW, al menos hay gente que paga por ellas un pastón, por tanto lo valdrán , pero todas las acadenias del mundo, includos las Esculas de Negocios, consideran un plus dar CLASES PRESENCIALES.
Las clases online tutorizadas son un magnifico SUCEDANEO, cuando por la razón que sea no se puede dar una CLASE PRESENCIAL
Llevo trabajando más de 15 años desde casa como desarrollador de soluciones web, como autónomo. Bienvenidos todos a mi mundo de trabajar desde casa :-)
Dicho esto, Gorki, tus críticas «bien razonadas» olvidan algo: las tecnologías de videoconferencia de hoy son pésimas en cuanto a la calidad!!!
Me cansé de escuchar críticas y risas despreciatvias hace 12 años cuando empecé a usar una de las primeras cámaras fotográficas digitales logitech (de 0.6 megapixeles!!!) y respondía diciendo que eso era el futuro de la fotografía. Obviamente la gente eras tan LIMITADA MENTALMENTE que no veía siquiera que las cámaras digitales evolucionarían a grados como los que vemos hoy ne día en los que hay festivales de cine de películas realizadas con teléfonos!!!
Así que piénsalo bien: la videoconferencia de hoy en día es un auténtico ASCO: pésima resolución, cortes, retrasos, congelamiento de imagen, audio normalmente horrible, lleno de ruido y con retraso….
Evaluar las posibilidades de la videoconferencia analizando la experiencia que TÚ, YO O CUALQUIERA hayamos tenido hasta ahora es la misma irresponsabilidad que evaluar las posibilidades de la fotografía digital fijándose en la cámara logitech de 0.6Mpx.
No creo que sea el único que VE CLARAMENTE que en pocos años (ejem…) nuestra video-conferencia será más parecida a la realidad virtual que vimos en la película Real Player One.
Gorki, dime si con esa fantástica «escenificación» de reunión de gente remota (que vemos en esa película) no vas a convencer mil veces mejor que con una visita a su oficina.
Es decir, ten en cuenta también a las herramientas superpuestas con la imagen y el audio de la webcam, como realidad aumentada, en ese entorno, que ya se están empezando a usar como apuntaba Enrique. No lo sabía (gracias Enrique) pero Zoom ya agrega un fondo virtual a tu imagen!! … para ahí vamos, para poner de fondo o al lado la información que necesitas mostrar en el momento que la necesitas de formas que en el mundo físico es casi misión imposible.
Tal vez en tu época te bastaba ir armado con un portafolio o catálogo de precios y condiciones en papel, a lo sumo con imágenes.
Pero hoy, si necesito enseñar a un cliente un software que le estoy ofreciendo, necesito compartirle pantalla e incluso dejarle acceder a la DEMO… y si lo puedo sumar en tiempo real con mi imagen en una conferencia virtual… ríete tú de las conversiones de las que hablabas más arriba.
Saludos!
Yo hablo por supuesto de mi experiencia personal. Quiza me falte experiencia hablanbdo en videoconferencias y tenga en cambio mucha experiencia hablando en público cara a cara o en presentaciones.
Mi experiencia es que en videoconferencia se pierde mucho del mensaje gestual, tanto tuyo como del interlocutor. Cuando estás vendiendo, una serie de gestos del interlocutor o del público, como, si se distraen, o se mueven en la silla, o hablan entre ellos,.. . te guían para saber cual es el punto fuerte y flaco de tu argumnentación. En videoconferencia eso desaparece,
Trabaje con loa ONCE y las reuniones con los ciegos son igual de frustrantes, Logicamente un ciego no te mira a la cara, es mas, suelen poner la cabeza de lado apuntando el oido por el que oye mejor. Es desolador estar tratado de convencer a un señor, que mira al infinito, mientras tu te estas dejando la piel, para que firmne un puto contrato.
Pero además trabajar en la oficina para mi tiene otro aliciente, estar sumergido en un ambiente de trabajo, estar rodeado de gente que tambien esta trabajando, algo que hecho en falta tanto en casa, como trabajando en un despacho para mi solo. A mi me gustaba trabajar junto con la gente3 de mi equipo.
yo conozco a gente que tele-trabaja desde hace años, ellos ya tienen una habitación (o cobertizo) de su casa exclusivamente como oficina, con Insonorización para bloquear ruido del exterior, en ocasiones puede ser una sección totalmente separada de la vivienda principal.
En casa hay demasiadas distracciones y por eso si necesitas tele-trabajo, se debe tener tu propio oficina para desarrollarte sin molestias del esposo/a o hijos malcriados.
Por supuesto, si vas a trabajar habitualmente en casa, necesitas un despacho, el problema es que el 90% de las casas no tienen sitio para tenerlo,
En ese caso, yo creo que el ideal es buscar un coworking a 5 minutos de tu casa.
Nada que responder «con xeito», ya que mi mayor experiencia audiovisual virtual es la interacción con el alumnado, mediante blogs. Demasiada escasa en la «vuelta», por ese miedo y falta de conocimiento global, que padece todo «eso» que se llamaba nativo digital.
Marabillado ante el panorama digital que presentas, pero algo preocupado por la pérdida de capacidad expresiva que se puede dar en la escritura textual.
Lo mismo que denuncio el carácter casi monástico de la enseñanza española, por retrasada, me hizo padecer «ausencias» al observar la capacidad escrita del alumnado, ante la invasión visual. Con la parte tremebunda de que al final, la lectura visual peca(ba) casi tanto como la textual.
Algo que tenían muy positivo los monjes era su maravillosa atención al dibujo. la imagen para ellos era algo esencial, como una ilustración que engrandecía el texto. En la serie Vikingos, se puede disfrutar de tal «disfrute». Y eso no se debiera perder, como se perdió, cuando la invasión de la imprenta dejó la imagen en segundo plano. Algo comprobable al ver lo mucho que costó reivindicar la importancia de la novela gráfica (ya en pleno XX).
Sería una pena que el ser humano, ya muy cautivado por el vídeojuego (con escasez de texto, algo muy en la estela anterior de «mirar sin ver») y por la recuperación de lenguajes prehumanos o infrahumanos (internet dixit), perdiera capacidades innatas a el mismo ,como es el simple lenguaje con «letras que forman palabras».
Repito, me encanta el panorama futuro pintado, pero temo que, por enésima vez, el llamado homo sapiens se olvide que resulta mucho más importante el apellido que el nombre. La Naturaleza no dio un puñetazo evolutivo en la mesa, para que sus versiones de homo más actuales, se prodiguen en repetir esquemas de las versiones primerizas.
Porque hay veces que hablas de una «caja de herramientas habitual», pensando el el profesional de taller, que tiene todo lo que en ese momento se debe tener. Pero, ¿cuántos profesionales de taller te has encontrado a lo largo de tu vida, que sean auténticamente profesionales? Muchas cajas echan a faltar que las cuiden como es debido, reponiendo las actualizaciones precisas. Y, sobre todo, sin perder aquellas herramientas que siempre nos hicieron sapiens, en vez de habilis, por ejemplo, y que pueden ser mejorables, pero nunca sustituibles.
Xaquín, después de leer tus comentarios en este blog por bastantes años, por fin veo tu foto. No sé si la has activado recientemente o normalmente no la veo porqué leo los comentarios desde la interfaz reducida del teléfono. Jejeje, hablando de texto vs imagen ;-)
Dicho esto, me ha encantado la reflexión que has hecho dibujando -nunca mejor dicho- ese escenario amplio de la evolución del lenguaje en el ser humano. Uno de los errores cognitivos que más percibo en los análisis que hace mucha gente es esa obsesión por ver las hojas del árbol y no el bosque entero.
Respondiendo a la preocupación que has expresado, si es que te he entendido bien, diría que como sabes las rutas de cualquier evolución son del tipo espiral (por buscar una metáfora geométrica-visual): una especie de mezcla entre eterno retorno y avance lineal (¿o sería más propio llamarlo «escalera de caracol»?).
Digo esto porqué obviamente el efecto péndulo es una verdad universal como una casa: avanzamos dos pasos y retrocedemos uno.
En este sentido tengo confianza plena en que avanzar avanzamos…y creo que está a la vista. Aquí, lo que cabe preguntarse es cuánto podemos hacer para minimizar esos retrocesos (o sus consecuencias) e invertir esa energía en avanzar.
Pero aún en esto tengo dudas. Me refiero a la conveniencia de minimizar los episodios de retroceso. Me explico.
También es un hecho que las crisis son las que nos hacen valorar lo bueno que tenemos y nos aprietan para sacar más cosas buenas. Eso es cierto a nivel personal y a nivel social. De ahí lo de que lo que no te mata te hace más fuerte.
Es decir, no es muy posible avanzar sino se retrocede de vez en cuando. En ausencia total de retroceso no sería viable el avance.
Una novela que trata esta paradoja magistralmente es la novela de I.Asimov «El fin de la eternidad» (no voy a hacer spoiler, pero la recomiendo si te interesa este asunto).
Tal vez la mejor respuesta que me viene a la mente es la del poeta alemán existencialista Rainer Maria Rilke que exhortaba a «no solo a tolerar los episodios de sufrimiento y dolor que nos da la vida, sino a vivir esa experiencia intensamente, porqué eso es lo que nos hace crecer y disfrutar con el mismo nivel los episodios de felicidad posteriores» (perdón, lo resumí a mi modo).
En fin, gracias por sacar sobre la mesa un poco de reflexión «forestal», jejeje
Un saludote!
D’ un català a Mèxic ;-)
Tengo otra experiencia de teletrabajo y esta con éxito, Hacia el año 2000, yo trabjaba pr4eparando los programas para el efecto 2000,. en el Banco de Santander, y en sala de al lado, habia empleados del banco políglotas que todo el dia estan hablando en teleconferencia.
El Banco tenía desplegados por todos los lugares turísticos, Benidorm,.Torremolinos, Benalmádena,… , oficinas en los Hipermercados, con comerciales que su única misión era captar turistas extranjeros que se venian a residir a España.
Los hipermercados era un buen sitio, para captarlos, pero claro, podian de ser de cualquier nacionalidad Nordicos, Neerlandeses, Ruso, Arabes,… entonces lo que hacian, era llevarlos a la oficina y por teleconferencia hablaban en su idioma con un bancario, que estaba en Madrid dando apoyo a todas oficinas y le ofrecian los servicios que necesitaran, abrir una cuenta, cobrar la jubilación, hacer transferencias bancarias, ofrecerles una hiportecas para la compra del piso.,…
No se si mantendrán el servicio, pero cuando yo trabajaba con ellos, la cosa funcionbaba bastante bien para el banco.
Uauuu, qué interesante estrategia… realmente hay gente imaginativa y que sabe hacer cosas nuevas combinando las herramientas que ya estaban ahí aunque nunca se habían usado así. Es un ejemplo de libro! Xaquín, te hablan ;-)
Gracias por compartir.
? Cuántas videoconferencias mantienes en tu día normal en estos tiempos de confinamiento?
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Yo tampoco, y mi mujer habla mucho por teléfono, pero ni una videoconferencia
Quizá es que somos mayores, pero yo mas bien pienso que nuestras necesidades de comunicación las cubre mejor el teléfono. Con mi nieta si solemos tener videoconferencias, pero es que nos apetece mas verla que hablar con ella.
Muy buen Post, Si señor!!!
muy interesante tu estrategia, yo la verdad no estoy acostumbrado pero con estos dias que nos estan tocando vivir no queda otra que acostumbrarse, seguire algunos de tus consejos y te voy contando como va el dia a dia.
Un saludo.