Me gustó el título de un artículo en The Next Web, «Your home isn’t smart, it’s just connected — here’s why«, porque reflejaba exactamente cómo me siento tras ya unos cuantos años de investigar sobre la adopción de las llamadas «tecnologías inteligentes», o todo eso que se ha dado en llamar «smart home». En realidad, estoy completamente de acuerdo con la tesis del artículo: que tengas tu hogar lleno de dispositivos de todo tipo puede convertirlo, sin duda, en algo que podríamos calificar de «hogar conectado», pero en modo alguno alcanza la calificación de «hogar inteligente».
La cuestión va bastante más allá de lo terminológico, y está relacionada con el reciente anuncio de alianza integrada por Amazon, Apple, Google y otros actores como el consorcio Zigbee o compañías como Ikea, Legrand, NXP Semiconductors, Resideo, Samsung SmartThings, Schneider Electric, Signify, Silicon Labs, Somfy o Wulian, para conseguir que sus plataformas y dispositivos no solo sean capaces de algo tan básico como mantenerse razonablemente seguras y hablar entre sí, en lo que serían las bases para un estándar asociado con la idea de la smart home.
A lo largo de los últimos años, mi casa y mi smartphone se han llenado de dispositivos y aplicaciones que me han permitido conectar casi de todo: desde las luces al coche, pasando por los contadores de consumo, el humidificador, los asistentes digitales, la alarma, hasta cuatro cámaras, el timbre de la puerta, el termostato de la calefacción, el riego del jardín… ¿convierte eso mi casa en una casa inteligente? No, me permite simplemente accionar determinados dispositivos o acceder a determinadas funciones, pero no va más allá de ser un automatismo, un control remoto o una forma diferente de accionar algo de manera más o menos interesante, pero ni mucho menos algo que se parezca ni siquiera remotamente a la inteligencia. En algún sentido, empieza a aproximarse cuando utiliza funciones que de otro modo se me pasarían por alto, como que la localización de mi smartphone pueda hacer que determinados dispositivos se comporten de determinadas maneras, pero eso dista mucho de alcanzar el calificativo de «inteligente». La inteligencia, definitivamente, es otra cosa.
Hace diez años, tenía WiFi, alcanzaba algunas partes de mi casa y conectaba algunos ordenadores y smartphones. Ahora, no simplemente tengo WiFi: tengo una serie de dispositivos en una red mesh que me permiten que ningún rincón quede sin cobertura, hay casi treinta dispositivos conectados a ella, y en ocasiones, priorizo alguno de ellos para que tenga más ancho de banda que el resto mientras hace determinadas tareas, o me organizo una red para invitados para poder compartir acceso sin tener que proporcionar ninguna de esas claves que seguramente no sería capaz de aprenderme ni aunque dedicase algunas horas a estudiarlas y repetirlas. ¿Más cómodo? Posiblemente. ¿Más potente? Seguro. ¿Más inteligente? No me lo parece. O al menos, muy por debajo de lo que podría implicar el significado de esa palabra. Si cualquiera se acerca a mi casa, por delante o por detrás, las cámaras lo ven, me avisan en mi smartphone y hasta me permiten abrirle la puerta. Puedo pedir una panorámica del salón para ver si alguien pulula por él. Pero sigo teniendo una alarma que, como mucho, me permite pedirle fotos estáticas… y de la que se fía la policía es de esa, no de las otras.
Por otro lado, toda esta constelación de tecnologías dota a mi casa de una notable complejidad. Si te gusta trastear, es hasta divertido, pero decididamente, no es inteligente, te pongas como te pongas. Algunas luces se controlan mediante la app de Signify (originalmente Hue), pero otras lo hacen mediante enchufes de Kasa. Algunos asistentes integran y gestionan ambas, pero unos lo hacen mejor que otras o permiten programar atajos de manera más sencilla, con lo que al final, acabas generalmente recurriendo a Alexa para que te encienda las luces de la habitación y te apague el resto cuando te vas a la cama, pero a Google Home o a Siri cuando tienes preguntas sobre cualquier cosa. El termostato inteligente te permite poner tu casa a calentarse cuando vienes de un viaje, sí… pero te tienes que acordar de utilizarlo, porque la posibilidad de que entienda tus planes de viaje (que, por otro lado, están perfectamente digitalizados en el mismo dispositivo) o tu agenda resulta aún lejana. ¿Inteligente? Se me ocurren bastantes organismos unicelulares con más inteligencia y respuesta a los cambios que todo eso.
¿Será 2020 el año en que pasemos de simplemente «hogares conectados» a «hogares inteligentes», capaces de integrar todos esos sensores de diferentes fabricantes de una manera segura, sin compartir todos nuestros datos hasta con el apuntador, y con la posibilidad de diseñar rutinas basadas en nuestros hábitos de una manera que realmente pueda ser calificada como tal? ¿O seguiremos automatizando cosas parcialmente y sin ningún tipo de criterio más allá de la curiosidad por probar el gadget de moda? ¿Es realmente tanto pedir que, una vez conectadas tantas cosas, seamos capaces de hacerlas funcionar para obtener resultados que valgan la pena?
This post is also available in English on my Medium page, «More devices don’t mean more intelligence«
El gran fracaso de la IoT es que hemos resuelto que la nevera pueda comunicarse con el microondas., pero aun no hemos descubierto que se tienen que contar.
El problema es que aún están por desarrollar muchos interfaces.
Si que hemos descubierto lo que se tienen que contar el microondas y la nevera, pero falta que un brazo robótico coja el cartón de leche, llene un vaso y lo meta en el microondas.
Lo que estamos viviendo en cierta manera es el invierno nuclear del marketing actual y estamos esperando al nuevo mesías, sabemos como tiene que ser pero este mundo está lleno de muchos profetas que se autoproclaman inteligentes.
El smart home no es otra cosa sino un par de vocablos que caen en gracia, al igual que Smart City, Smart TV. Y cuando llenas tu casa de gadgets «smart» te das cuentas que el que no eres Smart eres tú.
Me ha faltado, en este caso, el salto del vocablo marquetero, a la definición académica de alguien como Enrique, que nos defina con sus palabras que entedemos por una casa inteligente. Desde mi opinión, podría pensar en una casa conectada si, pero también correctamente conectada, y sobre todo con sensores para que aplicara cambios «inteligentes» para adecuar sus condiciones de habitabilidad, tomando decisiones «expertas» ( más que inteligentes), como por ejemplo:
* Subir persianas para aprovechar la luz del Sol en verano
* Bajar persianas en verano para ahorrar en AA
* Detectar el uso de recursos para su reposición en horas valle de consumo, p.ej. calentar agua, poner lavadoras de noche…
* Apagar luces cuando no hay personas en una habitación.
* gestión de alarmas
Es decir muchas de las opciones que se publicitan y se realizan con un altavoz inteligente (tipo Alexa) realizarlas en una CPU centralizada auto suficiente y sin necesidad de conexiones externas,
Pensándolo un poco quizás la denuncia de Enrique se debe a una pésima implementación, y en realidad coleccionar distintos gadgets es el síntoma de una falta de diseño y desarrollo de una Smart Home en condiciones
Todó lo que comentas como cambios inteligentes ya existe.
Hay motores de persiana que se activan en remoto, falta combinarlo con sensores de luz/calor para detectar cuando entra sol/ sale el sol para subir/bajar.
Poner sensores de movimiento en habitaciones para abrir/cerrar luces.
También hay electrónica para encender electrodomésticos en función de la hora (valle) e incluso para aprovechar el.exceso de producción solar y no verterla a la red.
Pero todo estoy requiere mucho tiempo para programarlo, y no es sencillo ni barato….
Roger
Puedes tener todos los gadgets del mundo disponibles, muchos de ellos desde hace 30 años. Pero como dice Enrique eso no convierte tu casa en Smart, además cada ecosistema de aparatos suele ser cerrado para hacerte un cliente cautivo.
¿son necesarios? personalmente creo que casi ninguno. Pero eso no quita que si quieres una casa con artefactos que el diseño se haga con cierta inteligencia. Y si tu no tienes ni idea de como hacerlo, lo normal es contratar unos servicios profesionales que te orienten, hagan un diseño y te lo instalen.
Al final es como la decoración. Vas tú a la tienda de muebles, o al estudio de interiores. El precio obviamente cambia. El resultado también. ¿qué tu eres de ikea? bueno no hay nada malo. Pero ¿a qué hay diseñadores de interiores y tienen su función? Para el smarthome también. Tú y tu capacidad económica deciden. Pero luego que no se diga que el smarthome no es inteligente, es que tu no tienes las capacidades DYI para emular a un profesional del ramo.
Tira de Led de 5 M = sensor de movimiento para el pasillov12€
bombilla con sensor 7 € de 12 a 25 si además quieres cámara espía WiFi Solo tienes que enroscar la y listo
A mi me perdonareis, pero tal cual estan las cosas hoy dia, llenar la casa de gadgets de este tipo, te «encarcela», eres tu quien vive para estar pendiente de ellos (programarlos, etc) y no ellos quienes te facilitan la vida…
De otro lado… que aburrimiento tenerlo todo hecho, no?
Donde queda esa adrenalina de pensar, si te has dejado una luz encendida? De si llegaras a tu casa y la encontraras «calentita» (o vaya, el cambio climatico otra vez)?
Mi casero me cambio la lavadora hace un mes… me trajo un modelo que puedo «controlar» desde el movil… Smart Touch lo llama el fabricante… funciona por NFC…. vamos, mucho asistente de voz, mucho 50 programas «preestablecidos», pero o pongo el movil encima de la lavadora… o lavo «como toda la vida»… :)
ps.- No me llameis negacionista, que estos ultimos 10 años, colaboro con un estudio de arquitectos, con finalidad «pasive house»/IoT
Este es un ejemplo palmario de lo que quiero decir, cuando escribo «gran fracaso de la IoT es que hemos resuelto que la nevera pueda comunicarse con el microondas., pero aun no hemos descubierto que se tienen que contar.»
Podemos, (teóricamente en este caso concreto), poner en marcha la lavadora desde el teléfono. Pero no podemos ni llenar la lavadora ni vaciarla.
¿Realmente vale la pena llenar la lavadora a las 6 de la tarde para arrancarla a las diez de la noche mientras cenas. ¿Cuesta tanto acercarse a la cocina y apretar un botón? ¿Hemos pensado la real utilidad de arrancar la lavadora desde el teléfono?
No dudo que hayan lavadoras que se pueda hacer en remoto, quiero decir, que desde cualquier sitio, la pongas en marcha (previa carga de la ropa, ya ves que «adelanto tecnologico»)…
pero en mi caso concreto, he de estar en casa, vamos, poner la ropa y dejar el movil encima… (y decirle que quiero hacer)
Ni me he descargado la app, ni ganas… pulso tres botones y a lavar… :)
Es que pensar que es una ventaja que pongas en marcha la lavadora desde la oficina por teléfono, (cuando además tienes que haberla dejado cargada antes de salir de casa), es del genero bobo.
Claro si encima, si el invento no funciona, ya es para nota.
Desde hace mas de veinte años, casi todas las lavadoras tienen una funcion «antiarrugas», es decir, pones la lavadora y te vas… cuando termina su ciclo de lavado, cada 20min aprox. le dan un par de vueltas al tambor (consumo minimo) para que cuando llegues a casa puedas ponerla a secar sin mas problema… (al menos las que yo tenia).
Avance seria lavadora/secadora de las que hay pocos modelos… y un trasto menos…
Mas avance es aun, que pongas la lavadora estando en casa… tu tienes el control… y no has de coger una silla y sentarte delante de ella hasta que termina… puedes seguir con tu vida… :)
Pulsas mas botones mirando el movil que poniendola en marcha…
Cargar la lavadora a las 7 de la mañana, antes de salir pal curo, i que se arranque el lavado a las 5 de la tarde para que cuando llegues a casa a eso de las 6 puedas tender no es ninguna bobada. Y menos si piensas que ese acostumbra a ser el horario de la electricidad más barata.
Lo contesto aqui porque abajo no puedo…
El tal Manolo, aun no ha descubierto la funcion «antiarrugas»… :)
(y mira que la he explicado) :)
Lua65, te respondo aquí que tampoco puedo directamente.
Que no todo lo que pongo en la lavadora es lino, que también hay edredones, mantas y además. Mi comentario iba por el tema de activar el electromestico en el momento adecuado.
En mi opinión el problema, es que por medio de las funcionalidades «smart» que se añaden a electrodomésticos y similares es que se introducen funciones «por que se puede», no porque sirvan para algo.
Por ejemplo, ¿de que me sirve que la lavadora se pueda controlar con el móvil si al final voy a tener que seguir metiendo la ropa sucia y sacarla y tenderla cuando esté lavada?¿ o un frigorifico «conectado»?. Ninguna de estas funciones sirve para descargarme de trabajo, ya que lo esencial sigue sin cambiar.
Hay aplicaciones que pueden tener sentido(calefacción, ventanas, seguridad), pero otras no aportan ningún valor, y son simplemente «marketing»
He escuchado por ahí que Alexa puede “repetir” patrones de uso de luces (por ejemplo) para aplicarlos cuando la casa está vacía. Ésta podría considerarse una funcionalidad “Smart”.
¿Hay más ejemplos? Quizás si, pero es poco como para considerar a una casa “conectada” como “inteligente”.
Igual, disfruto de las automatizaciones, que cuando me voy a dormir todo se apague y se encienda la luz de la habitación…Ya hace años que mi arbolito de navidad se enciende solo y se apaga después de medianoche… pero es obvio que no se arma solo!
eso ya es posible desde 1971, cuando Crestron Electronics creó temporizadores automáticos para las luces navideñas (¿Recuerdas aquella escena de la película Home Alone ?)
Pero actualmente es mas cool ajustar el temporizador usando Alexa teniendo que lidiar con los incompatibles protocolos «smart» usando un microfono gigante que realmente no fué diseñado para eso, sino como un micrófono para que tú espíes a los CEOs de Google todo el tiempo
Los que utilizáis un altavoz inteligente para encender/apagar luces, ¿cómo hacéis cuando estáis en otra estancia, a grito pelado? ¿o llevais el aparatito en la mano a todas partes? ¿Siempre lleváis las manos ocupadas para que un gesto tan simple como pulsar un interruptor se convierta en un problema que se deba solucionar con un dispositivo electrónico en con el que la orden recorre 20 sitios a través de wifis, cables y relés para encender una bombilla?
Parece claro que el Satisfier y demás juguestes sexuales no han sido pensados para el placer directo de sus usuarias, sino para ahorrarle trabajo a sus parejas, para que tocar un botoncito si existe un aparato que lo hace por ti.
Em el 2019… no lo se… pero en el 2020, este ha sido el mejor comentario…. :) :)
El click de Milo Marana es del siglo pasado, como muchos trastos con control remoto.
Y por lo que dicen sus usuarias, el mejor lam##### queda a años luz del Satisfier. Yo les preguntaba a ellas primero. Por cierto no tiene control remoto y requiere aplicarlo a mano
No me menciones «el Click», o me divorcio (o se me divorcian)…. :)
Las limitaciones que tien la IA son la limitaciones que tiene, o más bien «hacen por tener», los seres humanos que la programan.
Dejando de lado los «tornillos» anteriores al siglo XIX, cuando se inventaron las versiones de «rosca» GB and USA, el mundo del tornillo paso a ser algo más disoluto que cuaquier burdel de barrio bajo. La palabra normalización resulta unha auténtica exilada en el pais de la tornillería. Por poner un ejemplo de como «avanza» la tecnología en relación al uso racional de la inteligencia humana (natural).
Ya no mentemos casos como las famosas cintas de video. Oh, la, la…
Por eso mismo disfruto tanto con este blog. Ya que me obliga constantemente a calibrar un posible equilibrio entre mi poca madurez tecnológica y mi gran esperanza en la inteligencia humana. Y no olvidemos, que hablar de inteligencia humana es mantener en equlibrio casi perfecto la inteligencia racional y la inteligencia emocional.
Ya Asimov experimentó en una novela separarlas, pero al final se intuía que eso era imposible sin variar la versión sapiens del homo.
\_/ <—— Tiesto. Mear ahí.
No lo tomes mal, Xaquín, es simplemente una broma.
Admito que tus peculiares comentarios son a veces enriquecedores porque aportan una visión distinta y solemos quedarnos en fuera de juego.
Y cuando no lo son, me divierto viendo a Gorki y otros haciendo esfuerzos por entenderte. Yo a veces ni lo intento.
Un saludo.
+10…. :)
El IOT a día de hoy lo único que hace es encender y apagar interruptores, y ni eso lo hace de forma inteligente sino programada por ti o por sensores que activan lo que sea. Y como ya se ha dicho aquí lo que jode no es darle al botón de la lavadora, sino sacar la ropa y tenderla.
Contratar a un asistente de hogar que encienda la calefacción antes de llegar a casa, ponga la lavadora, planche la ropa, reponga el frigorífico, te encienda las luces de la casa, ponga el programa de TV favorito y encima te caliente la cena…
Cuando una plataforma consiga hacer todo eso, entonces sí que podemos habla de «hogar inteligente».
Ahora, si tengo que hablarle a un dispositivo para encender las luces o dar unas palmadas (cosa más ridícula), si tengo que seguir cargando la lavadora, sacando la ropa, metiendo la comida en el microondas, programarle el tiempo de calentamiento porque el cacharro no sabe qué voy a calentar y menos qué tiempo necesita; lo mismo con el horno.
Ya se sabe que hay automatismos para la luces o las persianas, o incluso para la calefacción o el AA, pero queda mucho camino por recorrer para el resto de tareas.
Creo que Echenique ya tenía algo así contratado. Pregúntale el fabricante a ver.
En efecto, mi abuela aseguraba que no había mejor electrodoméstico. que un timbre en la pared. con el que que mandar un asistente en la cocina.
Se confunde inteligencia con automatización.