El envío de comida a domicilio frente al largo plazo

IMAGE: Peggy Marco - Pixabay (CC0)

La compañía española Glovo anuncia su salida de Turquía, Egipto, Uruguay y Puerto Rico tras haber abandonado anteriormente mercados como Brasil o Chile. La noticia llega el mismo día en el que Uber anuncia el cese de su negocio de envío de comida, Uber Eats, en el enorme mercado indio tras vender sus operaciones a su rival Zomato a cambio de un 9.99% de participación, siguiendo el mismo procedimiento que ha utilizado en otras ocasiones para abandonar mercados en los que no consigue alcanzar resultados positivos. La misma compañía renunció en septiembre de 2019 a invertir en otra conocida de la industria, Deliveroo, debido a importantes desacuerdos cuantitativos en su valoración. La colombiana Rappi anunció recientemente despidos que afectan al 6% de su plantilla, a pesar de haber recibido inversiones de más de mil millones de dólares desde fondos como Softbank.

¿Qué pasa en el mercado del envío de comida a domicilio, y por qué parece estar teniendo problemas con el largo plazo? Hablamos de un sector expuesto a un muy fuerte crecimiento, que ha llevado a algunos a decir que en 2040 cocinar sería una actividad marginal, que tiende a empeorar sensiblemente nuestros hábitos nutricionales, que funciona en base a la explotación sistemática y a la negación de derechos de sus trabajadores, y que genera un importantísimo problema medioambiental que ha llevado a países como China a planificar la prohibición de los plásticos de un solo uso a finales del año 2020. El negocio impone además una fuerte presión sobre los restaurantes, que en mercados como India han reaccionado con hostilidad.

El planteamiento de negocios que están dispuestos a absorber elevados niveles de pérdidas a corto plazo en espera de unos beneficios futuros que tienen lugar mucho tiempo después puede ser muy interesante y cambiar las ideas que muchos inversores tradicionales tienen sobre el tema… pero requiere de algunas premisas claras. La primera de ellas, lógicamente, es que exista alguna circunstancia que lleve a que esos beneficios tengan lugar. Si la actividad de llevar comida a casa del cliente no tiene, como tal, excesivas barreras de entrada, si la competencia es feroz y muy elevada, el margen muy bajo y las únicas oportunidades parecen estar en una consolidación que tiene lugar en función de valoraciones muy elevadas, la perspectiva, por mucho que hablemos de una tendencia aparente, parece de todo menos clara.

Es posible que en el futuro, la tendencia de pedir comida a domicilio crezca sensiblemente y se consolide como algo muy habitual. Hablamos de tasas de crecimiento del 29.1% en los Estados Unidos, el 22.9% en China, el 19.4% en Alemania o el 19.1 de Francia, que representan seguramente un cambio de hábitos en un porcentaje significativo de la población, que demande un crecimiento de ciertos tipos de restaurantes. Pero de ahí a que sea un negocio impresionante que merezca las muy alocadas valoraciones y los niveles de atención que se están manejando, puede que haya una cierta distancia. Sí, la orientación al largo plazo puede ser clave en muchos planteamientos empresariales. Pero no todos los negocios que orientan su estrategia al largo plazo y a los inversores pacientes tienen necesariamente los mimbres y los condicionantes adecuados para ello.


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14 comentarios

  • #001
    Gorki - 21 enero 2020 - 18:42

    Precisamente hoy en Barcelona comienza una experiencia Glovo que no se que tal le saldra, enviar tapers a oficinas https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2020-01-21/glovo-tuppers-empresas-ciudades_2421415/

    Yo, cuando trabjaba, siempre dije que, trabajaba para comer y no para realizarme, y siempre me negé a comer de taper en la sala de la fotocopiadora.

    Pero de jubilado he de conceder que la comida preparada es una gran tentacion y calculo que va a tener en el futuro un gran incremento por las siguientes razones:

    – Cada dia hay mas hogares con solo uno o dos personas, (por ejemplo mi caso en este momento)
    – Cocinar para dos personas es muy desalentador
    – Hay platos baratos que no se pueden hacer para dos, en especial los de cuchara, (paellas, cocidos, potajes,…)
    – Te aburre de comer el mismo plato varias veces, (casi), seguidas. (Existe la posibilidad de congelar, o hacer taper para los hijos (mi caso) ).
    – Te aburres de la comida rápida, (ensalada, filete frito, huevos en todas sus formas,…)

    Por todo ello la tendencia es pasar a comer comida preparada, (por mi barrio debe haber 6 o 7 locales y ültimamente en Mercadona), o semi prepasarados que solo hay que calentar, o freir (Hoy por ejemplo, he comido sardinas en tempura de Mercadona)

    Evidentemente una solucion adicional, (que aun yo no he probado). es que te traigan la comida hecha de un restaurante.

    Pero sigo pensando que hay mas posibilidades en la venta en puntos estratégicos de comida preparada/semipreparada y que tu la elijas personalmente.

    No creo que se generalice el que te traigan la comida a casa, lo veo un gasto desproporcionado (que el cliente final paga de una forma u otra) con lo facil que es venderla por donde circulas, (en locales a las entradas del metro, cerca de las oficinas, en calles comerciales, en el supermercado, o incluso en las gasolineras)

  • #002
    Javier - 21 enero 2020 - 18:58

    Qué curioso. Estoy cursando la licenciatura en Administración de Empresa. Y me pidieron que entregara un trabajo sobre este tópico.

    Como material me dieron un texto el cual recomiendo enfáticamente, porque relata en primera persona lo que es trabajar para estas «multinacionales» (…de la pobreza y el precariado… añadiría yo):

    Capitalismo con tracción a sangre

    Por otra parte, añado algo que supe hace muchísimos años y es que India tiene un sistema llamado Dabbawala el cual hace exactamente lo mismo, pero según Harvard Business School está calificado como Six Sigma lo que significa que los dabbawalas cometen menos de 3.4 errores por millón de operaciones. Y hasta donde sabía, estaba cimentado en la robustísima red ferroviaria india.

    No en todos los lugares, pero (a veces) lo malo no puede competir con lo mejor. No importa cuánto dinero le eches.

    • Gorki - 21 enero 2020 - 20:20

      Ademas de otras consideraciones de tipo moral y sociales, sino solo por razones económicas, yo no creo que se pueda montar un negocio duradero basado en la preceriedad de tus trabjadores.

      El motivo es el siguiente, si el empleado se considera razonablemente pagado, desea que la empresa se mantenga próspera, pues desea seguri recibiendo un sueldo, que él considra razonable, el mayor tiempo posible. Por tanto, hará lo que este en su mano, para que la empresa prospere.

      Pero, si el empleado piensa que el patrono está abusando y le paga míseramente, trabajará porque no encuentra otra opción, pero lo hará demotivado racaneando y saboteando en lo posible a la empresa que le mantiene en la precariedad,
      Ello obliga a poner capataces/negreros que vighilen atentemente el trabajo del mivel inferior, pero si a estos tambien les racaneas el suelto, sigues con el mismo problema, y si no se lo racaneas, tu masa salarial se eleva con el coste de un trabjo que no hace ingresos, vigilar a los obreros .

      Si ademñás creas una empresa como Glovo, que solo produce durante cuatro horaas al dia. (antes de las comidas y cenas), por bien que pagues la hora, (que no es el caso), no puedes pagar un salario decente diario, pero tu emnpleado, trabaje o no vive, 24 horas al dia, y aunque solo tenga cuatro de curro, sentira que trabaja todo el dia por una miseria. Te racaneará, te saboteará, y a la larga te arruinará.

  • #004
    Xaquín - 21 enero 2020 - 19:50

    Cuando se coma con pastillitas, hasta se echará de menos el momento en el que disfrutas mezclando diversos alimentos para hacer una obra superior. El trabajo asalariado de chef puede ser un coñazo, el trabajo voluntario de «cocinitas» no tiene porque ser alienante. En colaboración hasta tiene mucho de «humano».

    El uso excesivo de comida ya preparada, incluso si es plato de «cocina atómica», se contradice demasiado con ese rollo de que queremos «trabajar» menos… para que? Resulta algo muy similar al problema de los alimentos procesados.

    Pero ya lo echaremos de menos en la, según dicen algunos, «otra vida».

  • #005
    Angel "El bueno" - 22 enero 2020 - 00:24

    ¿Cocinar una actividad marginal…?

    Si alguien se propone NO volverte a dejar entrar en Galicia yo le apoyo…!

    Me gustaría aportar un comentario sobre una de las empresas de reparto de comida a domicilio que has mencionado y que yo me ahorraré mencionar. Uno de sus directivos, el fundador o quién narices fuera en una ocasión se enfadó muchísimo conmigo básicamente por qué se trata de un hombre con bastante sobrepeso y yo le propuse se pusiera él a repartir la comida en bicicleta, y me gustaría verle subiendo la cuesta de la calle Segovia en Madrid con un bulto que tiene que llegar en tiempo en una bicicleta. No, no es disrrupcion, es explotación.
    El reparto de la comida a domicilio ha existido desde el albor de los tiempos en Estados Unidos y aunque en España es relativamente reciente tenemos una cultura demasiado arraigada a la comida como para que el reparto de esta relegue la calidad de la misma a un segundo plano.
    No, no te creo y cuando quieras lo discutimos delante de un caldo de grelos.
    Si perdemos la cultura de la comida y de cocinarla de la forma tradicional que hemos hecho en este nuestro país durante generaciones entonces si dile a Elon mask que quiero el primer viaje a Marte. Lamentablemente no creo que haya grelos allí.
    Espero confío y deseo no sea como dices y que la tradición de reunirse no solo en torno a una mesa sino en torno a una cocina y poner no solamente el corazón en ese acto nunca sea cierto.

    Me entristece de veras que esto lo haya escrito un gallego que hasta donde yo sé está orgulloso de serlo.

    Un saludo.

    Pd. La comida NO se toca.

    • Gorki - 22 enero 2020 - 00:57

      Según tengo entendido, (yo no conozco el servicio),. la comida la traen de un extenso número de restaurantes de todo tipo que tu eliges,

      Por tanto, si nos olvidamos del porte, la comida es de la misma calidad que la que puedes tomar en el restaurante, sea este una a hamburgueseria, una pizzeria, o un restaurante gallego que de laacón con grelos.

      El problema, salvo que tu opines que solo se puede comer lo que se hace en casa, está en la empresa de recaderos, no en la calidad de la comida.

  • #007
    Jose Miguel - 22 enero 2020 - 09:37
  • #008
    Javier Vega - 22 enero 2020 - 11:23

    Creo que este artículo tiene algún que otro misunderstanding, o al menos matices en los que no estoy de acuerdo. Y creo Enrique que a veces usas este blog para luego comentar en clase esos «errores de bulto», por aquello de ver los perspicaces que son tus queridos alumnos.

    El primer «relleno» es mezclar el tocino con la velocidad, y creo que es literal. Es decir que utilices un servicio de entrega a domicilio no significa que el mortal que acude a ese servicio, prefiera comer peor, simplemente o no tiene tiempo de cocinar, o le ha surgido una urgencia, o simplemente utiliza ese servicio por comodidad. Es decir no creo que se deba aducir la torpeza empresarial y la viabilidad de estos servicios por que otra actividad(cocina, o ir tu mismo) se vuelva marginal.

    De hecho el mayor error a este modelo de entregas urgentes, puede ser la falta de olfato empresarial, y pensar que a la larga pueda funcionar aunque comience con pérdidas. Básicamente el modelo de costes de estos servicios pivota en lo siguiente:

    a) Atención al cliente. Tiene un coste inicial de montar la infraestructura (app, teléfono, etc) que es one-shot y un coste operacional que se va a repetir, basicamente RRHH de centralita, que intentas reducir con el uso de apps y similares.
    b) Infraestructura de reparto. Vehículos, motos o carritos, principalmente. Y los embalajes necesarios.
    Una empresa del XXI que vuelve a los tuc-tuc, es moderna? Y los UBER también en el ajo, vaya tropa!
    Bueno. Otra vez capex+opex

    Los Capex anteriores se diluyen si tienes una base de cliente regular. Normalmente para que no te influyan en tus cuentas anuales, los vas a amortizar de acuerdo a lo que la ley te permita en varios años. Y más si esos costes lo repercutes a varios paises…
    (Coste infraestructura = Caca de la vaca)

    Y el Opex anual, lo mal-pagas cuando incurres en el gasto. Tantos RRHH como te haga falta. Y como dicen otros comentaristas explotados más que mal pagados.

    Es decir, aquí hay que aplicar la filosofía de las tiendas de los chinos. ¿Funciona en el corto plazo? pues seguimos abiertos, que en 3 meses no tienes clientes, pues cierra y dedícate a otra cosa, que como empresario eres un lumbreras, si piensas que esto va a cambiarte a la larga. Los milagros lo jueves y en el cine clásico español… no en chiringuitos montados a pérdidas. Lo de que cambia a la larga, se lo creerán ellos, ni de coña el modelo es ese.

    En definitiva el mismo modelo de un SEUR pero a golpe de calcetín… pero mientras SEUR tiene una buena base de clientes recurrentes para hacerles de transportista, estos GLOVOS tienen un cliente disperso, y por eso sus ingresos son dispersos…

  • #009
    Paco - 22 enero 2020 - 12:12

    Me acuerdo de la película Barrio, el chaval repartiendo pizzas a pie.
    Los pizzeros llevan décadas haciendo reparto a domicilio con los ciclomotores de la empresa. Hace relativamente poco a alguien se le ha ocurrido que podía eliminar las motos, y darle a un tío una mochila cuadrada de lona, cobrársela, y que se las apañe con un medio de transporte de su propiedad.

    No soy clasista ni pretendo faltar al respeto, pero en muchos casos no me parece apropiado recibir los alimentos en una mochila generalmente toda sobada(desconozco el protocolo que tienen estas empresas para higienizarlas periódicamente) que trae un chaval bañado en sudor y vestido como un quinqui, porque le resulta más cómodo para ir en bici.

    También puede ser que parte del crecimiento del primer momento sea el factor novedad, venga vamos a probar tal que ya están en nuestra ciudad, al final te das cuenta de que a domicilio para no jugártela, pizza o chino, que ya tienen sus propios repartidores, la comida preparada tipo catering vas a la tienda y la eliges en el mostrador, queda como nicho para probar 4 cosas de los bares de moda a sobrecoste, uso esporádico. Aunque siempre quedará quien pague 4,5 euros de portes por un menú hamburgesa de 3,95

    • Javier Vega - 22 enero 2020 - 15:09

      Paco

      Me ha encantado tu post. No tengo un MBA pero digo yo que lo primero que «el emprendedor de la calle Segovia de turno» debe investigar el mercado y analizar las posibilidades de su negocio, y si cuando lo hace, lo único que se le ocurre es utilizar técnicas como la que se cita en esta web, no me extraña que se vayan a la ruina

      https://www.yasss.es/current-mood/glovo-reclamar_0_2625525044.html

      No sé que tendrá de cierto, pero no usaré nunca a GLOVO, salvo que demuestren que no es cierto lo que cuenta está página.

  • #011
    Pedro Torres Asdrubal - 22 enero 2020 - 13:40

    La alternativa a estas empresas no es regresar a la idílica legalidad y servicio de calidad que había hace unos años, sino todo lo contrario, la ilegalidad de quienes no tenian ni un solo papel firmado y que la oferta se reduzca a una mínima parte porque la mayoría de establecimientos prefieren evitar el coste y marrón de llevar la comida a casa.

    • Javier Vega - 22 enero 2020 - 15:41

      Con el beneplácito de Enrique comienzo un tipo de comentario en pro del CINE.

      Magnífica película Barrio.

      https://www.youtube.com/watch?v=XWE8sC9Od8A

      Gracias Paco por tu comentario

      • Pedro Torres Asdrubal - 23 enero 2020 - 14:52

        Me ha respondido a mi en vez de a Paco. El recuerda que antiguamente la moto era de la empresa y yo que los repartidores eran chavales sin contrato.

        Creo que no he vuelto a comer yogurt desde que vi Barrio… Je je je

  • #014
    Javier - 22 enero 2020 - 17:39

    No habeis aportado el punto de vista del restaurante que vende la comida a través de estas plataformas. Sin ser profesional de la restauración, me parece bastante evidente que el momento fuerte de los restaurante en lo que se refiere a comidas y cenas son los fines de semana incluyendo los viernes por la noche, si entre semana no se hace la suficiente recaudación y con estas compras con reparto a domicilio haces que entre dinero a la caja pues oye, bienvenido sean esos eurillos. O incluso en fin de semana, tienes una pizzería con una licencia que te permite un aforo de 60 personas y tienes todas las mesas llenas un sábado por la noche, pues oye cualquier ingreso extra que te venga de Glovo y que no ocupa mesa pues no cae en saco roto. Yo entiendo y defiendo todo lo de la cultura culinaria y la liturgia de sentarte a la mesa con tus acompañantes en un restaurante etc etc, vale, pero esa no es la única cultura existente (que es la ideal, no lo niego), también hay una cultura alternativa que consiste en pedirte unas pizzas y unas cervezas con los amigos para ver juntos un partido de la Champions un miércoles por la noche, y estas empresas de reparto de comida a domicilio lo hacen posible

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