Eduardo Villamil me entrevistó para El Imparcial acerca de algunas de las ideas expuestas en mi nuevo libro, «Viviendo en el futuro«, con especial hincapié en lo relacionado con el futuro del trabajo, y ayer publicó su artículo titulado «En 40 años recordarán a los cajeros del súper como nosotros a los esclavos» (pdf).
No creo que sea necesario decir que no tengo nada en contra de los cajeros de supermercado y que me parecen un empleo perfectamente digno: es, simplemente, un ejemplo algo más actualizado que el de las antiguas cadenas de montaje como la de la imagen, de Ford en 1913, el prototipo de trabajo deshumanizante y alienante en el que una persona repite una operación de manera constante durante horas. La mayoría de las cadenas de montaje entendidas como tales han sido o están siendo sustituidas por robots, incluso en países como China que solían caracterizarse por costes laborales unitarios bajos, por una razón muy sencilla: la sustitución genera no solo mucha mayor productividad, sino además, un número de errores incomparablemente menor.
El avance no siempre es lineal y sencillo, no hay que olvidar los intentos de mecanización radical en algunas compañías que chocaron con problemas de diversos tipos y fueron temporalmente pospuestos, pero es un camino indudablemente sin retorno: los operarios de cadenas de montaje, como todos los trabajos de la categoría conocida como 4D por sus iniciales en inglés – aburridos, peligrosos, deshumanizantes o degradantes – y muchos otros en otras categorías que no consideraríamos como tales, están experimentando un proceso de sustitución y mecanización que no es posible impedir, y peor aún, que no tiene ningún sentido intentar impedir. Plantarse ante la mecanización y pretender mantener a toda costa los puestos de trabajo, por mucho que la idea pueda sonar atractiva para muchos políticos, es simplemente un absurdo conceptual: mantener a personas haciendo trabajos que una máquina haría mejor, más rápido y con menos errores es completamente absurdo, es crear bullshit jobs, y no tiene sentido hacerlo simplemente con la excusa de tener a la gente ocupada. En un entorno de destrucción continua de puestos de trabajo, los puestos de trabajo generados ya no pueden ser un indicador de bienestar, porque es claro y evidente que nos dirigimos hacia sociedades en las que van a ser necesarios muchísimos menos puestos de trabajo para proporcionar los mismos productos y servicios. Es un problema de medir la economía con métricas erróneas. Y sin duda, un problema que hay que solucionar, porque está generando muchísima insatisfacción, frustración y crisis.
Pretender proteger los puestos de trabajo a costa de retrasar la adopción de determinadas tecnologías es como hacerse trampas al solitario. Es, como decía aquel antiguo anuncio de IBM, como plantearse dar a los trabajadores herramientas inútiles o absurdamente improductivas, con el fin de que sean necesarios más trabajadores para hacer una misma tarea. Cuando veas políticos obsesionados con la creación de puestos de trabajo, plantéate hasta qué punto no se están preocupando de la métrica errónea.
Lo que hay que plantearse es qué diablos vamos a hacer con una sociedad en la que el trabajo deja de ser una necesidad, porque menos personas con más tecnología generan todo lo que la sociedad precisa, y en la que, por tanto, el trabajo es algo que se convertirá en algo deseable, pero no imprescindible. Si queremos evitar que una parte cada vez más significativa de la sociedad caiga por debajo del nivel de la pobreza y se revuelva contra una sociedad que considera injusta y cada vez más desigual, habrá que pensar de qué manera se puede asegurar un ingreso incondicional que libere a las personas de la preocupación por la supervivencia y les permita plantearse si quieren tener un trabajo, qué tipo de trabajo quieren tener, cómo tienen que formarse para el mismo o cómo pueden plantearse aportar un valor a la sociedad que alguien quiera pagar.
Despolitizar la discusión resulta fundamental. Que la renta básica incondicional haya sido considerada anteriormente por algunos como una forma de «atontar al pueblo» para que no se rebele, como una manera de reducir el tamaño del estado eliminando las funciones de vigilancia, o cualquier otra idea similar únicamente implica que ese tipo de análisis estaban hechos antes de que innumerables ensayos llevados a cabo por múltiples países e instituciones en ese sentido demostrasen que la posibilidad de que un sistema así cumpla sus objetivos no es ninguna locura, sino una realidad. Obviamente, existen problemas que habrá que solucionar, cuestiones que afinar, habrá que plantearse cómo lidiar con el efecto frontera o la atracción de la inmigración hacia países que ofrezcan una renta básica incondicional a sus habitantes, pero aunque complejas, no son cuestiones insolubles. Solo hace falta apertura de miras y voluntad. Estamos hablando de uno de los efectos más importantes que el desarrollo tecnológico ha aportado a las sociedades humanas, y empeñarse en ver ese fenómeno con una mentalidad negativa no aporta nada.
En el futuro, el concepto de trabajo será completamente diferente, y se parecerá mucho más a algo que apetece tener frente a algo indispensable para no morir de hambre. Como consecuencia, muchos de los trabajos que hoy hacemos nos parecerá completamente alucinante que fuesen realizados por una persona. ¿Cuanto falta para ello? Depende de hasta qué punto seamos capaces, como sociedad, de entender y racionalizar ese concepto.
This article was also published in English on Forbes, «We’d better be ready to rethink the meaning of work, because things are changing fast«
この記事は日本語でも出版されました、「時代の急激な変容が迫る仕事の意味再考の必要性」
innumerables ensayos llevados a cabo por múltiples países en ese sentido demostrasen que la posibilidad de que un sistema así cumpla sus objetivos no es ninguna locura, sino una realidad.
Indudablemente debo estar mal informado. El único experimento que yo comozco se hizo de la RBU fue Finlandia, que lo mantuvo durante dos años y lo eliminó porque no dio los resultados esperados.
https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/dos-anos-despues-finlandia-va-a-acabar-con-su-programa-piloto-de-renta-basica-universal
No se de otro país que lo haya llevado a cabo, lo cual no supone que no se hayan llevado a cabo, sino simplemente que lo desconozco.
¿En alguno, el experimento de la RBU, ha tenido éxito y se ha quedado como subsidio permanente e incondicionado a la población?
Uy, no, qué va, hay innumerables experimentos sobre el concepto de renta básica incondicional… aquí tienes un artículo de Wikipedia que las recoge con bastantes referencias. El de Finlandia en concreto no lo mató ningún problema de resultados esperados, lo mató un cambio de gobierno.
No he leido en detalle todos los casos, pero entiendo que Ingresos Básicos de los que habla Wikipedia nada tienen que ver con la RBU,. porque falta lo mas importante ser «Universal» y no condicionado por otros ingresos..
Ingresos Basicos, son ayudas a los pobres, como puede ser el RMI de la comunidad de Madrid, que nada tienen que ver con la RBU-
Por ejemplo el el caso que pone Wikipedia de Italia en Italia Livorno de un proyecto de ingreso mínimo condicional por un período de seis meses, a las 100 de las familias más pobres de la ciudad esta en la linea de RMI-
A mi juicio y por el conocimiento que tengo del RMI, siendo una solución en caso límites, tiene el problema que introduce a los pobres en un ghetto, porque el miedo a perder el RMI, les impide aceptar trabajos eventuales de poco sueldo, que pudieran ser el primer un escalón para salir de la pobreza.
Ligando con el final de tu respuesta sobre el cambio de gobierno en Finlandia, quiero resaltar que se contradice, en cierto modo, con tu afirmación anterior (texto) de «despolitizar la discusión». Por lo menos si no fue un intento de referirte a la «mala política».
Por que de polis viene que la política es tratar de los asuntos de la ciudad, así que el futuro del empleo de los ciudadanos es política, y política imprescindible y de primer orden. Hay otras políticas menores, como puede ser fomentar el uso de la «e» en los juzgados argentinos. O también, digitalizar a toda pastilla un país como Finlandia.
El progreso de la humanidad no solo lo marca la buena nutrición, sino que también, como dices, la sucesiva desaparición de trabajos de mierda. O con más educación podemos usar lo de «las 4 no se que», o aún mejor esa anglosajonada de «BJ».
En fin, que llegado el día veremos alguna manifestación para protestar por el paro de los enterradores. En vez de lo mismo, para protestar por el indigno nivel de vida que soporta una gran mayoría de la humanidad.
Como digo yo, mirando por ejemplo para Hong Kong, cúanta energía se disipa en entropía para cambiar cualidades sociales de segundo orden. Como si la violencia no fuera paridora de los grandes desperfectos políticos del siglo XX.
Yo soy firme partidario de la RBU. pues veo sin sentido que lleve al hospital a un mendigo que se ha desmayado en la calle, lo cures y le alimentes,… y cuando le des el alta, lo envíes a la calle, para que nuevamente pase hambre y frío.
El problema es como pagar la RBU. ¿Poniendo impuestos a los «robots» ? – Posiblemente hagamos la producción nacional no competitiva frente a producciones extranjeras sin esos impuestos, como ya ha ocurrido con la deslocalización de fábricas, por costes laborales no competitivos.
Sea robot o humano el trabajador, si su coste laboral no es competitivo, la fabricación, ( y las plusvalias del trabajo), se irán fuera.
Veo mayor problema en el propio concepto del dinero, la accesibilidad del rico a sus trampas y nuestra obsesión porque todo gire alrededor suyo en nuestro planeta finito y vulnerable.
Pensamos que sin un sistema económico, centrado en el dinero, no se habría descubierto la energía atómica ni tampoco una persona hubiera pisado la luna y puede que fuera cierto, pero tenemos que hacernos la pregunta de cuál debe ser el sistema que nos garantice la supervivencia cómo especie.
Me hace gracia cuando se le llena la boca a la gente sobre los trabajos del «futuro». La realidad es que los nuevos trabajos que aparecen ya en presente debido al «cambio» son precisamente 4D (aburridos, peligrosos, deshumanizantes o degradantes).
Solo hay que ver a los riders, repartidores de comida, repartidores de paquetería o trabajos muy mal pagados dentro de grandes almacenes logísticos. Si ese es el futuro estamos apañados.
Eso no son trabajos de futuro. Que estén apareciendo ahora no quiere decir que lo sean. Son trabajos basura que pueden ser reemplazados por una máquina y que lo serán en cuanto nos tomemos en serio la protección de los trabajadores. Me parece absurdo pensar que esos puedan de alguna manera ser los trabajos del futuro.
Todos podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío. Tu ves los riders y repartidores, yo veo la copa medio llena y observo que en 10 años, pese a tener la mayor crisis de los últimos 50 años, la población asalariada ha crecido en un millóon de empleos.
Cierto que han aparecido riders, pero dudo que esos sean ni 10.000. y tambén es cierto que han desaparecido en este tiempo montones de trabajos mal pagados, que han sido sustituidos por máquinas, como guarda agujas, maleteros, picapedreros, puestos en cadenas de montaje,.vendimiadores, …
Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, es una postura tan generalizada como errónea.
Lo del vaso medio lleno medio vacío me recuerda a una conversación recurrente que suelo tener. Esta suele venir cuando comento que los sueldos cualificados cada vez tienden más a acercarse a los no-cualificados.
Por lo general, quién ve el vaso medio lleno me dice que conoce a tal amigo, tal primo, tal familiar que tiene un buen sueldo ergo, yo, que veo el vaso medio vacío no tengo un trabajo con un salario a corde a mi formación y experiencia porque no me da la gana.
El problema, es que en ningún momento afirmo que no existan trabajos buenos y bien pagados. También conozco familiares, amigos, excompañeros de clase con buenos trabajos pero son una minoría y para colmo, la mayor parte de ellos viven fuera de España.
Es cierto que ha habido un repunte de asalariados, ¿pero a qué coste? Ingenieros trabajando con contratos «según convenio y categoría» pero con contrato de aux administrativo, delineante o cualquier FP que se les ocurra similar (pero trabajando de ingenieros). Estuve trabajando durante un mes en una empresa «lider del sector», donde los 15 ingenieros, salvo los «jefes», todos estábamos en la misma situación con un sueldo idéntico a un mozo de almacén ya que esa era «nuestra» categoría según convenio.
Pensarás que es un caso aislado, pásate por Infojobs y sorpréndete. De momento ya llevo 3 llamadas de empresas ofreciéndome trabajos similares y que no eran nada pequeñas, eran empresas «serias» (sin yo haberme presentado, es decir, ellos me contactaron, así que mal CV no tengo) y los sueldos «según convenios» han ido de más a menos: 21.000, 19000 y el último 15480 € brutos anuales…
Con un contexto laboral así, ¿cómo una sociedad puede intentar convencer a la juventud en formarse? Hoy por hoy, en general, no merece la pena.
No digo que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero evidentemente en 12 años las empresas que han sobrevivido han ido cada vez más aprovechándose de la situación. Al comienzo contratando becarios pero trabajando como graduados (sé de una empresa tecnológica del IBEX en el que por cada ingeniero, había 5 o 6 becarios debajo), y ahora con contratos de FP.
Permíteme una pregunta: ¿Cuando quedará obsoleto el trabajo de político….? Visto lo visto a mí me parece más una competición para demostrar quién es más inútil…
Por añadir un punto mas, lo que mas va a cambiar es la forma en la que los trabajadores se relacionan con las empresas. «Llega el final de la era de empleo y el comienzo de la era del trabajo.»
Esta frase no la paro de decir en todas mis conferencias, en la cual defiendo la figura del interim manager como la nueva forma en la que las empresas debería de contratar a los directivos.
El trabajo fijo por horas, es del siglo pasado, donde a lo mejor tenía sentido pero no en este siglo
Efectivamente, es el momento de plantearse la RBU. Es absurdo que a estas alturas y con la tecnología disponible oficios como los que mencionas, u otros algunos como los relacionados con el tejido industrial sigan siendo una prioridad política.
Ha llegado el momento de pensar en puestos con mayor «valor añadido más humano», que a mi modo de ver será lo único que merezca la pena que lo hagamos nosotros en vez de las máquinas.
Harán falta menos médicos de medicina del trabajo y desaparecerán las mutuas, y se verá compensado por la necesidad de técnicos de mantenimiento industrial especializados en robótica, al menos hasta inventar robots que se autorreparen y se hagan el mantenimiento a si mismos.