La presentación de Libra, la moneda desarrollada por Facebook, ha dejado las cosas razonablemente claras sobre su funcionamiento, pero sigue dejando grandes incógnitas con respecto a su evolución futura, fundamentalmente debidas al gran pasivo en términos de fiabilidad y confianza que arrastra la propia Facebook.
El white paper de presentación y el destinado a desarrolladores establecen que Libra es una criptomoneda asentada sobre blockchain, aunque está muy lejos de compartir la filosofía de otras criptomonedas como bitcoin. En primer lugar, porque se presenta como una stablecoin cuyo valor está anclado a una cesta de fondos y depósitos en bancos centrales de alta calidad, lo que limitará – aunque no evitará completamente – la fluctuación de su valor. Carece completamente de una política monetaria como tal, lo que implica que lo único que regulará cuántas libras se crean y cuántas se destruyen será el número de libras que los usuarios mantengan en circulación.
Al contrario que bitcoin, la red sobre la que se asienta la cadena de bloques y los nodos que soportan y validan las transacciones serán privados: operar uno de esos nodos precisará de un permiso y de una inversión de diez millones de dólares, lo cual impide todo paralelismo con el ideal de descentralización de las criptomonedas más populares. Esos nodos forman parte de la asociación que controla Libra, y obtienen un voto cada uno, frente a los dos que tiene Facebook. Según Facebook, el ideal de cara al futuro es que la red termine siendo pública y descentralizada, pero por el momento, eso es tan solo una promesa, y no establecida en función de ningún mecanismo fehaciente, sino de manera arbitraria, cuando se estime adecuado.
En el lado positivo, citar que el algoritmo de consenso no será un sistema de prueba de trabajo (Proof of Work, o PoW) como en bitcoin, seguramente el tipo de algoritmo de consenso más caro jamás creado, sino de prueba de participación (Proof of stake, o PoS), mucho más razonable y eficiente en términos energéticos. Posiblemente, los desarrollos que Libra lleve a cabo para tratar de evolucionar hacia convertirse en un sistema público puedan contribuir a mejorar los que otras criptomonedas como Ethereum puedan utilizar de cara a mejorar su eficiencia transaccional.
El incentivo para Facebook está en la operación del monedero de libras, denominado Calibra: en el momento en que comience la circulación de la moneda, lo previsible es que la gran mayoría de sus usuarios provenga de la base de usuarios de la propia Facebook, de Facebook Messenger o de WhatsApp, herramientas que integrarán Calibra, y por tanto, permitirán a Facebook monetizar toda la flotación de esos fondos. El problema, como ya comenté anteriormente, está en que esto obliga a los usuarios a confiar en un actor, Facebook, que ha demostrado no ser digno de ningún tipo de confianza: para mí, la garantía que Facebook ofrece de no monetizar los datos generados por las transacciones de los usuarios tiene un valor ya no de cero, sino negativo. Hasta el momento, cualquier promesa de Facebook en este sentido ha demostrado ser papel mojado para una compañía que ha monetizado todo, incluso la información que prometió contractualmente no monetizar nunca.
Lo siento, pero no me fío de Facebook, y dudo que sea el único. Ante una promesa como «habilitar una moneda global simple y una infraestructura financiera que permita su uso por miles de millones de personas», cabe recordar que la misión original de Facebook era «hacer el mundo más abierto y conectado» hasta que la reescribió como «darle a la gente el poder para construir una comunidad y unir al mundo»… y no hay que ir muy lejos para ver en qué se convirtió.
La única razón por la que Facebook está en esto es para tratar de capitalizar su enorme base de usuarios. Los socios que Facebook ha atraído están en esto únicamente porque Facebook tiene esa base de usuarios, no porque confíen en ella ni porque les guste: si pudiesen participar en ese proyecto con cualquier otra compañía que les ofreciese ese número de usuarios y que no arrastrase los descomunales pasivos que arrastra Facebook, seguramente lo harían. Por otro lado, que haya otros socios en el proyecto no evita el mal uso que Facebook pueda hacer de la información, como no evita el mal uso de nuestra información el hecho de que Facebook trabaje con miles de compañías para administrar su publicidad. A lo largo del tiempo, Facebook ha conseguido que veamos como normales cosas que jamás deberían haberlo sido, y que las compañías que trabajan sobre su plataforma las vean normales también. Es el problema de Facebook: que no solo tiene una filosofía perniciosa, sino además, la convierte en contagiosa.
Por eso, arriesgarte a hacer un viaje con el que ha probado ser el mismísimo demonio es algo peligroso, porque tiene una gran tendencia a arrastrarte al maldito infierno, que es donde está más cómodo. ¿Cuánto vamos a tardar en ver el primer escándalo relacionado con Libra, la primera evidencia de que Facebook sí emplea su información para caracterizar a los usuarios, o el primer robo de información relacionado con sus transacciones? ¿Hace falta que recuerde cómo de malo es el historial y el crédito de Facebook en ese sentido?
Me reafirmo en mi idea expuesta hace algunos días: Libra puede ser una buena idea, algo ambicioso, una criptomoneda universal es algo que sin duda ofrece algunas posibilidades interesantes. Pero lamentablemente, está en las manos inadecuadas. ¿Probaré Libra? Por supuesto, yo lo pruebo todo, para eso está un profesor de innovación. ¿Pero confiaré en un uso adecuado y responsable de la información que genere? No, lo siento, no puedo. Mientras Facebook siga ahí, jamás. Durante demasiado tiempo, Facebook ha demostrado ser como el escorpión de la fábula, que pica a la rana que lo llevaba a través del río a pesar de saber que los dos morirían ahogados, simplemente porque «estaba en su naturaleza». Si fue capaz de crear semejante desastre con nuestros datos personales, ¿qué no será capaz de hacer con nuestras transacciones económicas?
ACTUALIZACIÓN (19/06/2019): Nacho Palou cita esta entrada en su artículo en Economía Digital titulado «La moneda de Facebook siembra dudas entre los legisladores» (pdf). También se refiere brevemente a él Mariano Gistaín en 20 Minutos, y Jinia Shawdagor en CoinTelegraph, «Top-6 Issues Experts/Entities Have With Libra«.
This article was also published in English on Forbes, «Libra: an interesting idea, if only Facebook weren’t involved«
Ya era hora de que FB copiara a WeChat. No entendía a que estaban esperando.
FB se comió a las redes que no apostaron por maximizar su base de usuarios. Apostó por el crecimiento a largo plazo en vez de los beneficios cortoplacistas, fue acusada de ser una ruina que solo daba perdidas, como Tesla. Ha llegado su momento.
La política monetaria es la estrategia para evitar hacerlo mal, así que lejos de no seguir una política monetaria, la tienen muy clara: patron oro 2.0.
Toda valoración de un activo requiere del tipo de cambio. Si FB va a pensar en dólares, el valor de su moneda irá parejo y no será tan estable fuera de USA.
¿Los manifestantes de Hong Kong que han evitado la tecnología digital durante las protestas, siguen usando WeChat? Los datos que quiero proteger son muy pocos y no se los doy ni a FB ni a nadie, ni en el mundo digital ni en el analógico.
Empieza la campaña electoral de Trump para su re-elección. 4 años perdiendo el tiempo con Rusia-FB-impeachment. Ojalá me equivoque, pero ni FB le dió la victoria, ni tiene pinta que evite que la revalide.
Ojalá FB vea dinero en la industria financiera y tenga un incentivo claro para abandonar la publicidad, que con datos o sin ellos, sigue siendo intrusiva, un grano en el culo.
Japón y su uso de Line.
Lo que están proponiendo es occidentalizar lo que ya funciona en Asia y encima Facebook… vamos a ver como evoluciona.
Hola Enrique. «In Facebook we trust». Facebook es la primera. Creo que detrás vendrán Google, Apple y Amazon. Y como efecto colateral, la desintermediación: Los bancos centrales perderán el control sobre la política monetaria. Recomiendo la lectura de «Monetary Policy in the Digital Age», https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2018/06/central-bank-monetary-policy-and-cryptocurrencies/he.htm
Será que yo no soy ningún profesor de innovación, pero yo no entiendo qué tiene que ver una red social gratuita con una moneda. ¿Para qué voy a darle dinero a Facebook si no hay ningún modelo premium ni nada? ¿A cambio de qué? ¿Qué ventaja me dará para comprar en Amazon o billetes de avión sobre el euro que ya uso?
No sé si soy yo, pero últimamente me siento un poco perdido por aquí…
Imagina que vives en Venezuela. Cobras 60.000.000 de bolívares al mes. Sabes que el mes que viene tendras un 25-30% menos de valor por ese sueldo.
A lo mejor podrías cambiarlo a Libra y por lo menos poder comprar en el markeplace de Facebook. Evitando la inflación.
Cuanto más leo y pienso acerca de esta Libra, mayor es la sensación de que Facebook se ha lanzado a la piscina con todo sin mirar bien primero si hay agua. Da la impresión de que hacen una apuesta global, sin ser muy conscientes de todos los obstáculos regulatorios (y posiblemente algunos técnicos) que se van a encontrar. Como indica Enrique en la actualización del artículo, ya desde el primer día de la publicación del white paper hay oposición en Europa: mucho miedo a que una gran tecnológica acabe controlando nada menos que el sistema monetario, palabras mayores.
Dicho esto, si consigue funcionar como pretenden, puede ser una bomba, un paso de gigante en el acceso a transferencias monetarias instantáneas sin apenas fricción que puede beneficiar a muchísima gente sobre todo en países pobres (lo digo por la base de usuarios de la que parte). Y pensad en lo positivo que es para el mundo de las criptomonedas que una gran compañía se haya decidido a lanzar una con aspiraciones de uso global. Ya no es una curiosidad de unos pocos nerds, es algo muy serio. Bitcoin está cambiando el mundo, todos quieres tener su propia versión.
Luego está el tema de las reservas que ‘respaldan’ la Libra. Para intentar tener un valor estable consistirá en una variedad de divisas en distintos porcentajes, algo que con el tiempo puede ser necesario rebalancear o cambiar de alguna manera y sin duda será algo polémico (será necesario que 2/3 de los validadores estén de acuerdo, imaginaros los incentivos de los distintos países para sobornar a dichos validadores si la Libra tiene éxito).
Como ya se ha comentado de criptomoneda como tal tiene poco (es una tokenización del dinero fiduciario, una segunda capa) al carecer de las carcterísticas más importantes del bitcoin.
Libra no compite con Bitcoin, sino con los bancos y las divisas débiles de muchos gobiernos.
Y a ver cuánto tarda otra gran tecnológica en presentar una solución similar para hacerle la competencia.
Mientras tanto a ver cómo lidia con todos los obstáculos regulatorios y prohibiciones. No descarto que al final ni siquiera lo consideren viable o esté tan restringido a ciertos países que básicamente sea un fracaso.
Me voy a por las palomitas.
Mi teoría a día de hoy: Posible Estrategia de blanqueo de capitales, a través de la monetización de usuarios (Activos intangibles) con el uso de una criptomoneda “global” que extiende y no sustituye la problemática de un sistema fallido. Desconozco si el objetivo es sustituir pasivos. Lo de blanqueo de capitales, “implicaría” no poder rastrear el origen pero sí la conversión del dinero, con participación indirecta de los bancos centrales y evidenciar la legalidad de las operaciones con la cadena de bloques. No puedo evitar visualizar, la visibilidad encubierta de una deep web. Por supuesto, puedo verlo al revés, pero necesito más tiempo para poder hacerlo. Para generar suspicacias legales, requiero argumentar una teoría.
No se puede confiar en FB así de simple, se una a quien se una y en esa unión lo que vemos son empesas que, sin duda, le darán circulación, meidos de pagos, uso y por ende valor. Pero en FB no confío
Independientemente de los antecedentes de Facebook, el potencial disruptivo de Libra es tremendo ya que no hay otra compañía en el mundo que pueda garantizar que su producto estará disponible para más de 2.000 millones de personas el día de lanzamiento.
¿Tendrá éxito? Creo que planean sacarla en 2020, así que no tardaremos mucho en averiguarlo.
Lo que hace un sistema confiable, para mi por lo menos, nos son las virtudes tecnológicas del mismo sino las virtudes de quienes son sus «amos».
Y muy sinceramente, los amos de Facebook no me inspiran ni un ápice de confianza.
¿Y un Banco Suizo?
«El plan es que la red de libra opere de forma independiente desde Suiza, pero los usuarios necesitarán un wallet (monedero virtual que almacena las monedas) para interactuar con ella. «