Carlos Risco me contactó por correo electrónico para documentar un artículo en el que estaba trabajando para Port, un nuevo suplemento de El Periódico de Catalunya, y el pasado día 4 lo publicó bajo el título «Sonríe, que nos miran: ¿vivimos ya en un capítulo de ‘Black Mirror’?» (pdf).
La evolución de la privacidad y las comparaciones con la sociedad china es un tema bastante recurrente y sobre el que he publicado en numerosas ocasiones: un gobierno obsesionado con el control social, que ha desarrollado e implementado tecnología para saber lo que sus ciudadanos leen en la red, con quién se relacionan, por dónde andan, a quién ven, si gastan demasiado, si se endeudan, o hasta si cruzan la calle por donde no deben.
¿Se parece eso a la distopía descrita por Charlie Brooker en el primer episodio de la tercera temporada de Black Mirror, «Nosedive«, con el que Carlos ilustra su artículo? Francamente, para eso no hay que irse a China. Para encontrar casos similares a los de ese episodio, en los que las personas reciben un trato diferencial en función de algún tipo de métrica social, basta con mirar alrededor, y todo ello sin necesidad de volvernos paranoicos con la recogida de datos que muchas compañías utilizan de manera rutinaria y anónima para monitorizar la calidad de sus servicios.
A continuación, las preguntas y respuestas que intercambié con Carlos:
P. Caminamos hacia una supuesta transparencia de las corporaciones donde puntuamos con caritas el servicio de seguridad de un aeropuerto o al teleoperador de la compañía que nos provee internet. ¿Qué nos trae esta supuesta transparencia? ¿Deberíamos desconfiar?
R. La evaluación de la calidad de servicio se hace en la mayoría de los casos de manera anónima, y sirve simplemente para obtener indicadores sobre los que la compañía pueda actuar, simplemente porque todo aquello que no se puede medir, no se puede mejorar. En general, no deberíamos ver en ello una forma de recopilar información sobre los usuarios que emiten esas evaluaciones, salvo en aquellos casos en los que esa información se solicite con un consentimiento expreso. Cuando se hace identificando al cliente y con consentimiento expreso para el almacenamiento y procesamiento de los datos, se suele hacer para averiguar preferencias del cliente con respecto al producto o a la prestación del servicio, preferencias de comunicación, etc.
P. ¿Qué hacen las empresas con nuestras evaluaciones?
R. Las compañías utilizan las evaluaciones de los clientes como un indicador sobre el que poder actuar, gestionando las variables de contexto que lo rodean. Puede servir para analizar el rendimiento de trabajadores concretos o de cualquier otra circunstancia relacionada con la interacción.
P. Ha habido mucho follón con lo del “social credit” de China a lo Black Mirror. ¿Qué debería preocuparnos?
R. La privacidad es un concepto en permanente evolución: ha ido cambiando a lo largo de los siglos desde los pequeños núcleos poblacionales en los que el hombre vivía hace siglos y en los que la privacidad era muy escasa, hasta núcleos cada vez más poblados en los que la privacidad surge casi por accidente, por falta de ancho de banda mental para recordar los datos de todas las personas que les rodean. A partir de ahí, la tecnología ha ido suplementando nuestro ancho de banda mental hasta un punto en el que podemos, simplemente buscando un nombre en un buscador y en algunas redes sociales, obtener muchísimos datos de cualquier persona. Debería preocuparnos que esa capacidad tecnológica para obtener datos, que no deja de incrementarse debido al progreso de la tecnología y a la capacidad para sensorizarlo todo, sea aprovechada por los gobiernos para el control de sus ciudadanos. Que suceda en China, un gobierno no democrático obsesionado con el control y con la gestión de la velocidad del cambio de su sociedad, podría resultar incluso comprensible – que no justificable. Lo que debería preocuparnos seriamente es que algunos gobiernos supuestamente democráticos parezcan envidiar secretamente el control que posee China e imiten la tecnología que utiliza con justificaciones como la seguridad, la lucha contra la amenaza terrorista, la protección de los niños, la defensa del copyright, o cualquier otra. La vigilancia y el espionaje de toda una sociedad nunca puede ser justificado, porque jamás sirve para proteger a esa sociedad, y se hace siempre con otras intenciones.
P. Supuestamente, el crédito social sirve para que un ciudadano pueda no ser considerado para un cargo público, perder el acceso a la seguridad social o ser excluido de hoteles y restaurantes. ¿Cuál será el siguiente paso?
R. En el caso de China, el siguiente paso es establecer un sistema de control social basado en esas métricas. Muchas de esas métricas dependen no solo del comportamiento de un ciudadano, sino del de las personas que le rodean o con las que se relaciona. Este tipo de evaluación trata de condenar al ostracismo social determinados patrones y comportamientos que se salgan de la norma, que sean susceptibles de cuestionar el sistema, y hacerlo utilizando para ello todo tipo de indicadores. En la práctica, la idea es tratar de normalizar algo que, desde un punto de vista occidental, parece completamente inaceptable, pero que en el imaginario popular chino, termina siendo visto o bien como un precio a pagar a cambio del progreso económico, o incluso como una forma de protección contra la inestabilidad. Hace no muchos años, el gobierno chino necesitaba pagar, aunque fuese muy poco, a muchas personas para que controlasen las redes. Ahora, muchos jóvenes chinos llevan a cabo ese mismo trabajo sin cobrar y por convicción, lo que prueba que el sistema está funcionando.
P. ¿Dónde está la frontera entre vigilancia y espionaje?
R. La vigilancia y el espionaje se diferencian en función del conocimiento del sujeto de las mismas. Mientras la vigilancia suele ser conocida y asumida por los sujetos de la misma, el espionaje se lleva a cabo mediante técnicas para la obtención encubierta de datos, de forma que el sujeto espiado generalmente desconoce que es objeto de ese espionaje. La vigilancia suele, por tanto, condicionar el comportamiento del vigilado, mientras que el espionaje no necesariamente lo hace. Cuando se utiliza como medio de control de la población, se suelen combinar ambos conceptos, de manera que los ciudadanos esperan determinado nivel de vigilancia, pero desconocen el nivel con el cual están siendo espiados. ¿Qué dirección deberían tomar las legislaciones? ¿La gran revolución será la privacidad? La privacidad es un concepto en permanente evolución, y esa evolución por el momento lleva a pensar que será objeto de una regulación cada vez más consciente y cuidadosa, al menos en sociedades consideradas democráticas. Sin embargo, conviene prevenir contra el problema que surge cuando los modelos que se financian mediante la explotación de datos personales se contraponen a otros que no lo hacen y que suelen posicionarse con un precio superior, porque esto podría dar lugar a una sociedad estratificada en la que la capa económicamente más privilegiada puede permitirse la privacidad, pero la capa más desfavorecida se ve obligada a entregarla como parte del pago de determinados servicios.
Todos los aertopuertos tienen Salas VIPs, y no todos tienen accesos a esas salas, El crédito social no es algo aplicable solo al régimen Chino, existe en todos los lados, y puede que sea mejor, que lo alcances con el cumplimiento de un amplio número de parámetros, a que no te dejen entrar en un establecimiento porque el portero juzga que no eres adecuado porque llevas los calcetines blancos.
Desgraciadamente no todos somos iguales y esa desigualdad, produce en muchos casos injusticias evidentes, unas veces son desigualdades de raza, (y que levante la mano el que no tenga prejuicios raciales), de religión, de cultura, de sexo, monetarias , de poder, y a esto se unen ahora las desigualdades surgidas del conocimiento profundo de un nuestra intimidad personal.
No nos va a quedar mas remedio que vivir con ello.
La entrada a la sala VIP se paga, bien con el billete o en programas de fidelidad, pero se paga, por lo que hay muchos con poco prestigio social en su entorno dentro de ella tomandose una cerveza con unos canapés, porque su empresa le ha comprado business class. Me sorprende que prefieras la monitarización y clasificación de un gobierno (el chino en éste caso) al sistema de convenciones sociales con reglas no escritas, pero más o menos aceptadas por ser cuestión cultural.
Aunque sean muchos parámetros los que usa el gobierno, se resúmen básicamente en uno, en si eres una oveja sumisa con el sistema o una descarriada.
La convención social tampoco es justa, te trata mejor si eres de ese entorno cultural que si eres de otro.
Al final lo mejor es tratar de no juzgar sin motivos si quieres ser una persona justa y dejar a la gente su derecho a vivir en paz.
Por cierto donde tu dices «Desgraciadamente no todos somos iguales » yo diría Afortunadamente no todos somos iguales.
Si, hay mucho prestigio social que se compran a golpe de talonario, tienes razón. El dinero hace a unos mas iguales que a los otros
Cuando a ti, no te dejen entrar en algún sitio porque quien tiene que permitirte el paso, piensa que eres pobre, o de otra raza, religión o sexo, a lo mejor empiezas a comprender que el juzgar por las apariencias no es cosa de los chinos, solamente.
Me temo mucho que ya he sufrido eso. Vivo en el extranjero y he sufrido la xenofobia ocasionalmente
Yo vivo en un edificio que tiene cámaras de vigilancia en las zonas comunes y he de decir que aunque no hacen que la convivencia se vuelva ideal sí que reducen a cero los actos vandálicos y los intentos de estafa o robo.
Eso es legal? Es legal se os vigile de esa forma? No se necesitaría el 100% de conformidad?
Si es legal poner cámaras en el parking ¿Por qué no iba a ser legal poner cámaras en el resto de zonas comunes?
No se que mayoría se necesita, cuando vine a vivir aquí ya estaban puestas y no pregunté.
¿Que antes de las camaras los vecinos os robabais los unos a los otros o pintabais grafitis en la escalera?
¿En tu zona no hay ladrones ni falsos revisores de servicios?
Pues no. Pero no solo en mi zona, es que no conozco a nadie al que le entren a robar cada dos por tres para llegar a necesitar ponervideocamaras en su edificio.
Yo diría que es más paranoia (convenientemente fomentada) que otra cosa.
Yo tampoco conozco a nadie que le entren a robar cada dos por tres.
Me hace mucha «gracia» que sigamos jugando con las frases como si fueramos infantes de enseñanzas primarias. «Que seamos iguales o no» parece que tiene dos versiones. O quizás múltiples si nos ponemos pejigueros.
Nos empeñamos en frasear sin contexto, algo muy típico de internet. O pensar que estamos dictando una especie de epitafio, que poco efecto tendrá en nosotros una vez muertos. Salvo que creamos en la reencarnación y pensemos en visitar la tumba de una vida anterior.
«Viva la diferencia» y «muera la diferencia»… se puede montar una guerra entre seres humanos que realmente piensen lo mismo de la injusticia social. A fin de cuentas no deja de ser un tipo de pensamiento de lo más natural (el de la justicia social). Reside en el sentido de empatía/solidaridad que está escrito en nuestro ADN.
Aunque se debe tener en cuenta que las fábricas de humanos domesticados ya se encargan de producir especialistas políticos, ideológicos, religiosos, abogaciles, profesorales… que echen la oportuna leña al fuego de la lucha por la igualdad social (que no igualdad de ADN, algo imposible incluso en las dictaduras a tope, al menos mientras no mejore la clonación humana!).
Eres tan poco claro en tus comentarios que normalmente me los salto y paso al siguiente. ¿Tu sabes qué es ser concreto?
Me arrepiento del comentario anterior, escribe lo que quieras como quieras.
Dejadme hacer un último comentario. Reconozco ser impulsivo y después reflexivo. Intentaré trabajar eso. Es cierto que he sacado la frase de Gorki de contexto. Pero no era un intento de manipulación, es que la he visto fuera de contexto. Es culpa mía y lo admito.
Son ya unas cuantas veces las que se ha desmontado el mito del sistema de «crédito social» de China, que no deja de ser una especie de revival del añejo bulo del «Peligro Amarillo» de Sax Rohmer, y de la propaganda de la Ley de Exclusión China de 1882, por causa de esa primera guerra comercial con EE.UU.
Incluso en Wired ya han empezado a aclarar en qué consiste y que no se trata de ninguna distopía, si no de algo muy parecido a lo que hace el sistema de calificación de Amazon con los vendedores, pero que en este caso, se aplica las compras a crédito en los establecimientos y sitios de Internet en china.
(Es una especie de «Sic em towser!», ¿No es cierto?)
Algunos usuarios del mismo, como Javier Telletxea, profesor de la universidad Zhejiang Yuexiu, ya lo han explicado en Youtube de primera mano.
últimamente se pueden leer artículos que desmitifican esa supuesta «herramienta de control» que no es más que otro caso de desinformación y teoría conspirativa sobre la vigilancia social que se ejerce en China – que no deja de ser una dictadura – y que es difícilmente trasladable a ningún otro entorno.
No, no se trata de «ese» crédito social, una especie carnet de puntos civil. Es una mala traducción de “Social Credit”, que es una calificación puramente económica de la solvencia en los pagos. Un historial de compras y reputación de crédito.
El resto, fabulaciones y Fake croquetas.
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How does China’s social credit system work?
The complicated truth about China’s social credit system
China’s Orwellian Social Credit Score Isn’t Real – Foreign Policy
China mejora lista de morosos para evitar sanciones indebidas
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Disclaimer.
«Agua amarga, este castigo te da el Señor porque te has atrevido contra él, sin haber antes recibido de su parte la menor injuria. Entiéndelo bien, y brama por ello; que el rey Jerjes, quieras o no quieras, pasará ahora sobre ti. Con razón veo que nadie te hace sacrificios, pues eres un río pérfido y salado.»
Tuiteros y maquinas expendedoras de tabaco, You Know.
Excelente post, Menestro. Muy informativo.
China es una dictadura, pero lo nuestro no es democracia, sino sistemas representativos.
La democracia de Atenas es lo que hoy llamamos participativa o directa, y ningún estado la practica plenamente.
El gran Fake News sobre china es que tenían «prohibido» tener mas de un hijo, cuando la realidad es que perdían beneficios sociales, como la educación gratuita.
Excelente post. Un saludo.
Las camaras de vigilancia tan solo se van revelando como una mejora y nada mas, lo de 1984 es una gran obra literaria pero es otra cosa, aqui hay unos personajes que al sacar dinero el sabado por la noche, se orinan en el cajero mientras esperan el dinero, para seguir financiando la borrachera, claro que el que venga detras al cajero se acuerda de su madre, entonces se presento el guarda jurado a avisarlos y ya esta, todo solucionado con la camara ya todos los rostros de los meones registrados, asi no tuvo que pegarse con ellos y ellos al verse avisados que estaban rodeados de camaras, estos gamberros no pudieron pegarle al guarda jurado tampoco porque no le convenia entonces a estos indeseables … y asi todos los casos conocidos, no se conoce un caso donde las camaras de vigilancia sean un problema, al haber camaras se estan quitando zonas que eran de prostitucion callejera y de ventas de drogas … pero la gente ignorante tiene mucho rollo se cree lo que le da la gana y se pone a estorbar … lo de siempre
* Aclaración histórica del inicio de las hostilidades económicas con China. Que he abreviado el contexto.
Disclaimer.
No, no soy Mata harí. La Economía es «otra» tecnología. A veces escribo en el móvil
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Unequal treaty
Open Door policy
19th-Century ‘Humiliation’ Haunts China-U.S. Trade Talks