Un muy interesante artículo en Techcrunch, «Welcome to the abnormalization of transportation«, trata de plantear el escenario que se crea cuando el desarrollo tecnológico, la falta de alternativas y los nuevos usos y costumbres empiezan a definir situaciones completamente nuevas en el ámbito del transporte, como estamos viendo con las disrupciones creadas por desarrollos como las apps de transporte urbano, las bicicletas y patinetes eléctricos en uso compartido, el car-sharing, etc.
Oponerse a toda costa a este tipo de cambios o apelar a un conservadurismo ciego al progreso es un callejón sin salida tan absurdo como aspirar únicamente a preservar una situación insostenible. Pretender que «hay que mantener el taxi» o que «hay que prohibir el patinete» como si sus alternativas fuesen terribles amenazas implica no entender que la situación actual no solo no ha sido capaz de paliar los inmensos problemas del transporte urbano que ha convertido a la gran mayoría de las grandes urbes en inhabitables e irrespirables, sino que además, han contribuido a hacer la situación peor. No, no existe ninguna regla que diga que enterrar la cabeza en el suelo para no ver los problemas sea una solución a nada.
Indudablemente, es momento de planificar para un futuro diferente, con actores completamente nuevos y alternativas que hasta hace poco no existían o no eran viables. Una buena parte del transporte urbano y el reparto en las ciudades dentro de muy pocos años se llevará a cabo en vehículos autónomos, al tiempo que vivimos – si no queremos morir – una desaparición progresiva de los vehículos de combustión interna y una fuerte transición del transporte como producto a transporte como servicio. Estos cambios, inevitables e imposibles de ignorar, plantean la necesidad de una regulación diferente, mucho más orientada al futuro que a simplemente hacer cumplir leyes diseñadas para otros escenarios, y reclaman una flexibilidad que muchos reguladores históricamente no han tenido. De nada vale prohibir un nuevo medio de transporte como el patinete eléctrico si no se proponen medidas alternativas para fomentar un uso que puede contribuir a descongestionar una parte de nuestras ciudades favoreciendo una movilidad más sostenible, como igualmente de nada sirve pretender que se promueve el uso de la bicicleta si se pretende que sus usuarios convivan con unos propietarios de automóviles no dispuestos a ceder ni un ápice del espacio que ahora monopolizan.
Para plantear esas alternativas, es preciso tener una visión abierta, que busque soluciones en lugar de sanciones. Hay que diseñar bancos de pruebas regulatorios en los que los participantes en el mercado puedan experimentar, al tiempo que el regulador y la ciudad puede ir comprobando las consecuencias de los cambios y los procesos de adopción y adaptación de los ciudadanos, así como los problemas que surgen. Hay que evitar escoger participantes ganadores, porque el regulador tiende a favorecer sistemáticamente al incumbente, al competidor establecido, frente a otros que, en ámbitos recién definidos, pueden ser muchas veces los que de verdad tengan algo que decir. Y hay que desarrollar una mentalidad de plataforma, que tenga en cuenta que todos los participantes en el ecosistema urbano deben contribuir con sus datos y sus acciones al bienestar de todos los ciudadanos, sin buscar la perpetuación de situaciones de escasez que solo benefician a unos pocos. Plantear obsesiones por la seguridad que solo pretendan proteger a unos y no a otros, o que perpetúen la idea de «la ciudad para el automóvil» que están en obvio declive no van a ningún sitio.
Nos enfrentamos, sobre todo en las grandes ciudades, a una situación cada vez más insostenible. Si no buscamos soluciones con planteamientos abiertos a la experimentación, inclusivos y orientados al futuro, no haremos más que perpetuar los problemas. ¿Tenemos reguladores en nuestras ciudades con una mentalidad así?
This post is also available in English in my Medium page, “Transportation: we need solutions, not sanctions«
Estamos viviendo ahora en Barcelonala enésima guerra de los taxistas contra las VTC. Y la estamos viviendo con el MWC a poco más de un mes. El palo va a ser terrible: acabaremos perdiendo el MWC (si es que, de discretísimo hecho, no está decidida ya su no renovación finalizado el período acordado, no recuerdo si en 2021 o 2023) y los taxistas no evitarán la extinción de su monopolio.
Se lo decía hace unos días a uno de ellos (que por poco me echa del taxi): os estáis equivocando, estáis generando la animadversión de todos los ciudadanos que lo que están viendo es que un monopolio apoltronado, incapaz de competir, intenta forzar a los políticos para que la ley elimine su competencia. ¿Y qué? Supongamos que lo consigáis: Uber y Cabify (entre otras menos conocidas y otras muchas más que aún no existen pero que aparecerán) ya están estudiando modelos nuevos de negocio basados en el vehículo automático: para ellos, este modelo que os está quebrando, ya está obsoleto. ¿Y qué haréis cuando llegue el vehículo automático (diez años en el peor de los casos)? ¿Lo haréis prohibir también? ¿Lo haréis prohibir incluso cuando es posible que este modelo de negocio ni siquiera sea masivo porque las alternativas de movilidad personal (patinetes y demás) sean la opción primera para la inmensa mayoría de los ciudadanos?
Cuando realmente casi me echó fue cuando le dije: lo más inteligente que puedes hacer es vender tu licencia cuanto antes -pero no se te ocurra dejar pasar cinco años para tomar esta decisión- y reinvertir ese dinero en algún sistema eficiente de ahorro, en tu propio autotrabajo (emprendimiento, trabajo autónomo, negocio propio…) o en cancelar tu hipoteca.
Se calmó un poco (había llegado a mi destino y estaba pagando la carrera) y entonces apuntillé: si crees que lo que te va a salvar es Peseto Loco quemando bengalas sobre un capó, créeme, mira a Peseto Loco, mira a tus hijos, recuerda lo que te estoy diciendo, habla con tu pareja (las mujeres suelen ser muy positivas cuando la familia se ve amenazada) y entonces decide.
Dentro de cinco años, o bien dirá joder, qué razón tuvo aquel tío o bien por qué no le haría yo caso a aquel pedante.
La gran esperanza de los taxistas es que todo robotaxi requiera de una licencia exactamente igual que la suya para salir a la calle y que no haya demasiadas de ellas, haciendolas valiosísimas por lo tanto. Volver a los tiempos felices donde una licencia en NY costaba un millón de dólares pero con la diferencia de que ahora te podrás quedar en casa viendo Netflix en chándal todo el día porque el taxi hará las carreras él solito y te dejará una bonita cantidad cada día. No creo que a Uber y compañía les haga mucha gracia este plan, ellos preferirán quedarse con todo el pastel en vez de compartilo con el gremio mafiosillo.
El problema no es la tecnología, sino quiénes se apropian de esa tecnología y apalancan más sus negocios y se hacen cada vez mas y mas ricos mientras sus utilidades se encuentran en paraísos fiscales. En ese orden de ideas pueden salir nuevas tendencias, pero cómo le aseguramos socialmente a la comunidad de taxistas unos ingresos mientras se adaptan,ya que tienen familias que alimentar. Debiera entonces las mismas APPs ayudar a financiar Fondos de Transición para quienes se ven desplazados y a la vez que los nuevos conserven empleos con ingresos dignos y no sobre la base de estar sin empleo y agarrar cualquier APP de transporte (por ejemplo) y salir de la misma olla con tarifas de pago aceptadas al desespero.
Una duda que siempre tengo, ¿Cuál ha sido la última vez que has montado en Patinete o en Bicicleta, Enrique?
No hablo de los tiempos heroicos en Galicia, este invierno, mismamente, con el biruji.
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Disclaimer; Soy uno de los pocos españoles con quien se ha picado un recordman olímpico de los 100m en carrera urbana.
Disclaimer 2; soy miope, no le reconocí.
No creo que para opinar sobre movilidad urbana o para propugnar un modelo para la misma haya que ser usuario de nada. Por razones de una lesión que se me ha cronificado, no puedo usar el patinete y la bicicleta -no siendo eléctrica- es impracticable en una ciudad como Barcelona, con un importante desnivel entre la parte alta y la baja más media docena de colinas dentro de su casco urbano, a menos que se sea un cachas. Yo, lesión aparte, tengo casi 64 tacos y ya no estoy para leches ciclistas.
Lo que no me impide opinar sobre estas cuestiones y decir, por ejemplo, que el patinete, aunque me parece sumamente irritante (no por la máquina en sí sino por el uso que hacen de ella cuatro gamberros y cuatro mil analfabetos viarios) está aquí para quedarse y que puede ser una de las grandes soluciones de la movilidad urbana; o decir que la bicicleta tiene poco futuro en Barcelona -no así en otras ciudades- salvo que sea eléctrica (que tiene una serie de importantes inconvenientes precisamente cuando se deja de usar).
No hace falta comerse un huevo para saber si está podrido o no.
Yo sí lo he usado. Cuando empezó el despliegue en Madrid, la zona del IE estaba completamente plagada de ellos, así que lo usé varias veces. En Galicia he estado muy poco (desgraciadamente) desde que empezó ese despliegue, y además cuando estoy, estoy de vacaciones, no creo que les vea un caso de uso demasiado claro. Pero eso no me parece especialmente relevante. Entender que el patinete eléctrico está aquí para quedarse y que lo único que precisa es una regulación adecuada es simplemente una cuestión de sentido común y de entender los parámetros de la difusión tecnológica.
Es posible que tengamos reguladores con esa mente abierta de la que habla pero no harán nada «disruptivo» porque sus «súbditos» (nosotros) si pasa algo «noticiable» les acusarían
(los pondrán en la picota) de ser ellos los causantes, así que me temo, que los experimentos de los que también hablas se quedaran en la mente de los reguladores que preferirán no «mojarse», porque para eso han luchado y ganado la plaza (las elecciones) seguir en el cargo.
Lo malo es que esto también se puede aplicar actualmente en cualquier «necesidad» por muy evidente que sea y aunque sea apoyada por la mayoría, si una minoría se «escandaliza» y grita mucho no se solucionará. Esta es la diferencia que le falta a la Democracia para dejar de ser el «menos malo» de los regímenes».
Entonces ¿quien tiene la culpa nosotros o los reguladores?.
Considero el problema nace que las vías urbano’as están previstas para circular en coche a 50 Km/h y para ir andando a 6 Km/h y sólo hay escasos carril bici pensados para una velocidad de 30 Km/h.
Por desgracia mucho de los transportes alternativos aparecidos nuevamente, Bicicletas, e-bikes, patinetes, monociclos, … son adecuados para circular por las escasos carril bici, que aun son escasos y no forman una red. La bizarra solución de pintar en el suelo de las calzadas una limitación de 30 Km/h es un brindis al sol, pues estos vehículos, precisan viajar separados de peatones y coches,. Pero la ciudad aun no esta preparada para ello, lo que crea problemas que los ayuntamientos quizá resuelvan en el futuro, pero para ello precisan de presupuesto y tiempo y ninguna de las dos cosas andan sobrados.
Los problemas derivados de la tecnología como las App, y el coche autónomo, que permiten el carsharing son menores. Hay y habrá problema con los taxistas, pero en Madrid ya hay cuatro empresas de coches carsharing y no se cuantas de motos eléctricas y han llegado para quedarse.
Los taxistas, (al menos los de Madrid) , deberían pensar que su «enemigo» no es Uber y Cabify sino los sharing hoy y los vehículo automáticos mañana, y que lo único que hace con sus huelgas es llevar a mucha gente a probar por primera vez el sharing y que esa va a ser la vía de la autentica pérdida de clientes, pues carnet de conducir, tenemos todos, por lo tanto dejamos de necesitar un chófer en un vehículo de alquiler sin esperar al coche autónomo que lo único que añadirá es que se necesitarán muchos menos coches para cubrir la ciudad.
Ellos sabrán lo que les conviene, pero aun suponiendo que ganen la batalla, va a ser un victoria pírrica, que lo único que les permitirá, es prolongar su inevitable agonía
Mas les valiera prepararse para el futuro, ¿Por que no montan sus cooperativas una empresa de carsharing, y el día de mañana una empres a coches autónomos y viven como accionistas, los jubilados y como empleados y socios de esa cooperativa los que opinen que el taxi ya no da para vivir.?
Excelente propuesta. Los taxistas convertirse en lo que están o iran a combatir y obtendrán ventaja con el cambio.
¿Hablar de los
reguladorespolíticos y no mencionar los riesgos a los que se enfrentan?Pobre Carmena, la de mierda que le cae encima por «Madrid Central».
¿Por qué tantas industrias y empresas se han negado a cambiar de modelo de negocio?
Para hacer una tortilla hay que romper huevos.
Todos estamos conformes, pero lógicamente todos queremos que los huevos que se rompan sean los de otros, no los nuestros. Carmena monta Madrid Central pero ella se desplaza al Ayuntamiento en coche, probablemente de gasolina y no en bicicleta eléctrica.
¿Realmente piensas que una señora juez elegida para tomar decisiones en nombre de todos va a tomar en consideración sus propios prejuicios? ¿Acostumbrado a la corrupción?
Acuérdate del «¡NO MAS IVA!». Lo que se dice en la oposición y se hace en el poder, son dignos del negroblanco orwelliano.
¿Y si elproblema no es el transporte urbano sino las macrourbes?
La concentración de población en ciudades cada vez mas grandes y densas es la que crea no solo problemas de transporte, sino también de contaminación, costes y muchos mas.
Una ciudad como Madrid, que concentra no solo la capital administrativa, sino también la cultural, academíca, empresarial y siga usted sumando, es una auténtica abominación y una fuente cada vez mas y peores problemas.
No tiene sentido que prácticamente el 10% de la población de España resida en Madrid y con tendencia a peor. Comparese eso con ejemplos como la ciudad de Washington 600.000 habitantes en un país de 300 millones, tan solo el 0,2%.
No, el problema no es el transporte urbano, es problema es la urbe.
Buenas!
Aquí Jaír, de EfectiVida.
Más claro, el agua. Me quedo con una frase que escuché hace un tiempo:
“Las mentes son como los paracaídas, si no se abren…”
Por desgracia, he vivido de cerca, y sigo haciéndolo, situaciones en las que la innovación genera una resistencia brutal. Ya no importa si es mejor o peor; el problema es que es diferente y que no lo propuse yo. Esta es la filosofía que coincide como factor común en patinetas, coches eléctricos, y mil panoramas más.
No creo que todo esto sea la solución a los problemas de la humanidad, pero seguir retrasando su implementación, menos.
Un saludo desde Canarias (donde los atascos se recrudecen por momentos)!
Estoy totalmente de acuerdo con algunas de sus afirmaciones:
* Tenemos un problema de transporte, y hay que proponer medidas alternativas.
* Hay que buscar soluciones progresivas al motor de explosión
* Que la ciudad está hecha para el automóvil, y en buena parte pagada con los impuestos que de él derivan, como no podía ser de otro modo.
Ahora desmontemos las soluciones falsas:
1) El taxi. Sus sucedaneos Uber o Cabify, son más de lo mismo, no aportan a la ecuación nada. ¿Que son mejores?¿Que son más baratos?¿que usan apps? Las aportaciones son de modelo de negocio. Las empresas que lo sustentan son las beneficiarias principales del uso de la Tecnología. Pero ni son solución al tráfico ni lo serán nunca. Puntualmente se necesitan, para un viaje al médico, reunión, IFEMA,…
2. El patinete. Perdone pero me da la risa de su empeño con el invento. A usted le parecerá la repanocha pero eso la culpa la tiene Vd. y su entorno
con la edad que tiene se crió en la cultura que el utilitario era el sueño de cualquier ciudadano de la clase media.
En paises como Holanda, Alemania, los chavales desde hace más de 50 años lo usaban, y cuando podían daban el salto a la bicicleta. Que ahora la hay eléctrica, pues me alegro. Pero no deja de ser una solución parcial para gente joven, en paises con unas calles preparadas de toda la vida, y no la chapuza de los carriles bici implementados aquí. Además del factor climático, y de la media de Km. que se recorren en una ciudad como Madrid para trasladarse a Alcalá, Leganés, Alcorcón, o su querida Pozuelo, Boadilla,…
De eso no tiene culpa el regulador, ni el idiota que va a 30Km/h por una acera. Creo que poemos admitir que puntualmente a alguna le puede venir usar el patinete eléctrico y bici. Pero en ningún caso te soluciona el 100% de los casos, es una solución minoritaria.
3) El mantra del autónomo. Suena a Santo Grial, cuando venga el autónomo ya verán….. pues eso no perdamos el tiempo en pajas mentales. Que vendrá, pues bueno, y yo que me alegro. Mientras no lo tengamos de verdad en las calles de Madrid a un precio asequible, es un unicornio azul. Y si viene al precio de un taxi, es más de lo mismo. No soluciona de forma económica el problema del transporte.
Y después de su artículo de «experto» de que nos ha valido su artículo, pues espero que para algo, si lee los comentarios, en vez de darnos la homilia semanal sobre su visión nada inspiradora, le propongo que haga lo siguiente:
1) Coger un ejemplo sencillo como puede ser la CCAA de Madrid(o la provincia de Barna) y ver cuales son los casos de usos y su porcentajes: Algo así
* Personas al día que se desplazan, edad, km. al día y su frecuencia, tipo de vía que transitan, transporte actual que usan, tiempo de recorrido
2) De ese estudio podrá deducir que necesidades de transporte son necesarias
* Transporte colectivo
* Vehiculos tipo turismo, propio, taxi, o carsharing(pero de vez no que se llamen sharing y luego sea un taxi encubierto)
* Vehiculos tipo bici, patinete
Cuanto lo podrían usar, que tiempo de desplazamiento tenían y con su propuesta cuanto tienen con la «innovación»
Con ese tipo de artículo que hasta ahora no ha hecho nunca, creeré que se toma el asunto del tráfico en serio, y no es un articulo más en pro de las multinacionales,… en definitiva seriedad y no demagogia pro capitalismo extranjero.
Y gracias a que existen los reguladores, hacen la legislación para los incumbentes(sus votantes) y no para cuatro empresarios extranjeros que quieren deteriorar y degradar la ciudad. El problema es que cuando actuan los buitres, el problema suele estar creado.
A mi no me jode que la gente opte por medios alternativos…
A mi me jode, que de repente, camino por una acera de 1,5 mts de ancho, y tengo que quedarme quieto pq no se si el psicopata con ruedas que se me acerca por delante (a mas de 20km/h), va a ir por mi izquierda o por mi derecha y eso si lo veo venir por delante… por detras…
ps.- ya he hecho caer a mas de uno, lo siento…
Ese es otro problema. Vas caminando tranquilamente y te ves atropellado por un tipo o tipa en patinete a 30 km/h…. ¿ Quién es responsable ? ¿ Hay seguro ? Los Seguros de Hogar me dan la risa pues, los que cubran algo, cubren daños mínimos, pero jamás van a cubrir secuelas graves a un tercero por un accidente en patinete.
Además, nos olvidamos que vivimos en una Sociedad envejecida (y que va a estarlo más en los próximos años). El patinete requiere juventud y cierta agilidad y equilibrio. De hecho, mirando patinetes el otro día, ponía que era recomendable tener menos de 50 años y no tener limitaciones físicas para llevarlo. En un país como España donde casi 9 millones de personas ya tienen más de 65 años (20% de la población es casi anciana o anciana), pues realmente pensar en que el patinete va a ser la solución a todos los problemas de movilidad, lo veo una auténtica quimera.
Si el patinete (O la bicicleta, electricos o no) son vehiculos, deben cumplir con las mismas normativas que cualquier otro vehiculo:
Seguro, casco, matricula, circular por calzada y RESPETAR EL CODIGO de CIRCULACION. (Tener carnet?)
Yo recuerdo a finales de los 70, que mi bicicleta en el pueblo donde veraneaba (Palamos, Girona), estaba matriculada, sino no podia ir con ella a pueblos al lado. (GC dixit)