Apple comienza a posicionarse claramente – o al menos, tan claramente como la compañía suele hacerlo – con respecto a su futuro en el ámbito de los servicios vinculados al cuidado de la salud, un entorno sumamente complejo, pero en el que indudablemente, tiene mucho que aportar.
La creciente dedicación de la compañía al ámbito de la salud es ya un secreto a voces: además de poner en marcha un laboratorio dedicado al tema y de organizar con la Universidad de Stanford el mayor estudio clínico sobre salud cardíaca, con más de cuatrocientos mil participantes monitorizando su ritmo cardíaco con el Apple Watch, Apple ha incorporado a su plantilla entre 40 y 50 médicos, y ha lanzado otros dispositivos para, por ejemplo, monitorizar a los usuarios durante el sueño, el período que la mayoría escogen para recargar sus relojes.
La creciente orientación de la compañía a servicios, vista como una de las soluciones a su dependencia del hardware en un mercado progresivamente maduro, y su fuerte compromiso con la privacidad de los datos de los usuarios, del que no duda en hacer gala buscando abiertamente la confrontación con el resto de la industria tecnológica, convierten a Apple en la candidata perfecta para tratar de revolucionar el cuidado de la salud: desde la salida al mercado de la última iteración del Apple Watch, hemos visto desde usuarios enormemente agradecidos, hasta compañías como Kardia o Cardiogram que han creado productos y servicios en torno al mismo. Sin duda, el futuro del cuidado de la salud depende en gran medida del desarrollo de tecnologías de monitorización, así como del trabajo de machine learning necesario para la detección de posibles afecciones o problemas. Algunos de esos algoritmos basados en el ritmo cardíaco capturado mediante fotopletismografía por el Apple Watch ya han probado ser más certeros en el diagnóstico de problemas cardíacos que dispositivos especializados y más intrusivos como las bandas pectorales, o incluso, en algunos casos, mejores que los propios médicos, lo que permite aventurar un futuro en el que muchos de los parámetros de nuestra salud serán monitorizados en tiempo real, y únicamente aquellas situaciones en las que un algoritmo detecte algún posible problema sean las que reciban la atención de un facultativo.
Especialidades como la cardiología o la diabetes, con un fuerte componente de monitorización de datos implicado en su cuidado, son candidatas claras a ver incursiones de compañías tecnológicas, y Apple ha mostrado interés y desarrollo de productos en ambas. Los trastornos cardiovasculares son, con 17.65 millones de muertes en 2016, la causa más frecuente de muerte en el mundo, mientras que la diabetes, con 3.19 millones, se sitúa como la cuarta. Cualquier avance en este sentido puede, potencialmente, llegar a tener un impacto muy importante en un mercado con un tamaño muy significativo. Por otro lado, una evolución de este tipo generaría una situación socialmente compleja pero posiblemente inevitable, en la que aquellos con posibilidad de adquirir los caros productos de una compañía como Apple serían los que tendrían acceso a unas dinámicas de cuidado de su salud más adecuadas y con garantías adecuadas sobre su privacidad, mientras que quienes no pueden o no quieren pagar por estos productos se verían abocados a seguir recurriendo a la medicina tradicional – aquella que únicamente aparece cuando tienes síntomas de alguna afección – o a ponerse en manos de compañías susceptibles de comercializar sus datos.
¿Evolucionará Apple desde ser una compañía de electrónica de consumo hasta convertirse en nada menos que una compañía especializada en proveer servicios de salud? En caso de planteárselo, tendría que generar todo un ecosistema especializado con participación de hospitales, aseguradoras, fabricantes de wearables, etc., además de, muy posiblemente, adquirir algunas compañías especializadas, como hizo con la finlandesa Beddit, cuya banda de control del sueño acaba de lanzar, o con Gliimpse, una plataforma dedicada a la gestión de registros e información de salud.
A la hora de plantearnos la fidelidad de sus usuarios o las posibles motivaciones para la compra de sus productos, un enfoque así daría a Apple una ventaja prácticamente imbatible. Según Tim Cook, algo así podría ser visto como la mayor contribución de la compañía a la humanidad. De hecho, podríamos plantearnos reescribir aquel famoso comentario de Steve Jobs cuando intentaba atraer a John Sculley desde Pepsi a la compañía, «¿quieres pasar el resto de tu vida vendiendo agua azucarada, o quieres la oportunidad de cambiar el mundo?«, como «¿quieres pasar el resto de tu vida vendiendo teléfonos, o quieres la oportunidad de mejorar la salud de la humanidad?»
This post is also available in English in my Medium page, “Is Apple going to spend the rest of its life selling phones, or will it take the opportunity to improve the health of humanity?«
No dudo que sea un buen producto un smartwatch destinado al usuario doméstico, y que puede permitir un mejor control de la salud en ciertos aspectos, pero de ahí a posicionarse en el sector le queda mucho camino por recorrer. Con todo el respeto, opino que una cosa es competir con los fabricantes de medidores domésticos tipo Medisana de las ofertas del Lidl y otra es posicionarse en el mercado profesional de tecnología médica y medirse con Siemens, HP o Toshiba por poner algunos ejemplos.
La duda que tengo es si el número de hipocondríacos es suficientemente grande como para lanzar un producto de consumo.
Si el número no lo es lo suficiente, crearán la necesidad en el resto, y más de uno se convertirá.
Por otra parte, la monitorización del pulso en la muñeca no es igual de precisa que con la banda pectoral. Ésta última se situa justo encima del corazón, y recoge más eficazmente el ritmo cardiaco gracias a los impulsos eléctricos. Obviamente, no deja de tener problemas con las interferencias electromagnéticas, por mucho codificado que sea.
Los pulsómetros de nueva generación, que recogen el pulso en la muñeca, sufren de que, si el dispositivo se mueve un poco en la misma, ya la lectura da pequeños errores. (comprobado).
Y hablando de relojes que recogen y monitorizan parámetros de actividad, los famosos Garmin de gama alta te informan de datos como el balanceo en la carrera, tiempo de vuelo, pisadas con cada pie, longitud de zancada, etc. Maravillosos datos, pero que si no sabes interpretarlos, ahí se quedan. Algunos amigos que los usan me comentaron qué siginificaba todo eso. Obviamente sirve para mejorar tu técnica de carrera, pero debes ser un especialista o entrenador para poder interpretarlos y actuar en consecuencia. Mientras son datos sin sentido.
Pues debo ser rara, raro, pero yo con 75 años, solo considero razonable un chequeo anual, siempre, claro está, que no tengas problemas de salud entre los chequeos.
Una monitorización continua, me parece tan tonto, como hacerse un análisis de orina diariamente. Que sea técnicamente posible e incluso que sea económicamente aceptable, no justifica que lo haga aconsejable.
Ya te adelanto que si, es grandísima. Sólo hay que pasar un rato en cualquier consulta médica y yo, de padres médicos, te lo puedo garantizar.
Y también te puedo asegurar que la gente prefiere gastarse 300€ para estar «atendida/monitorizada» (o que le recenten la pastilla milagrosa) a cambiar su estilo de vida para minimizar los factores de riesgo que, a la postre, es la única prevención eficaz.
Je je, me encantó el final de tu artículo.
El regalo estrella de estas navidades han sido dispositivos de pulsera.
Soy un disco rallado con las economías de escala y el desastre que es a largo plazo excluir de tu mercado a 3/4 partes.
Sin disrupción, Apple tendrá que competir en calidad y precio, o será otra industria reacia a cambiar de modelo de negocio (HTC eran líder en innovación; innovar no es suficiente).
P.D. Algo me dice que taxistas y la generalidad de Cataluña van a llevarse sorpresas. La tecnología y el mercado van a reaccionar.
Con un 12% del mercado frente al 88% Android dudo mucho que se convierta en lider de nada ya. Un ecosistema Android, liderado por Lg, samsung, o xiaomi, que con la band 3, por solo 20 euros funciona 3 semana sin descargarse. O polar. El articulo es muy bueno, eso si.
Enrique
Por favor cuida la redacción,
¿Qué es un producto milagro? Es aquel producto que pretende disponer de una pretendida finalidad sanitaria ( p.ej. para el diagnóstico, prevención o tratamiento de enfermedades) incumpliendo las exigencias de veracidad, claridad e información sobre su naturaleza o efectos (RD 1907/1996 de 2 agosto)
La publicidad de los productos sanitarios se rigen por una normativa especial. En el artículo se afirma que:
* Apple Watch es más certero en el diagnóstico de problemas cardiacos que dispositivos especializados
* Apple Watch hace en algunos casos, mejores diagnósticos que los propios médicos
Entre otras cosas el citado RD, prohibe atribuir a estos productos como: superfluos o sustitutivos de la intervención de profesionales sanitarios por su uso. La misma ley prohibe a los profesionales sanitarios (y en general a cualquier persona) amparar promoción comercial o publicidad dirigida al público. Ni la publicidad en los medios de supuestos diagnósticos o pronósticos.
Apple Watch en su página lo dice claramente que simplemente
«El Apple Watch Series 4 mide tus pulsaciones y te alerta si sucede algo fuera de lo normal para que busques ayuda médica de inmediato. »
Lo mismo que puede hacer la pulsera del Lidl o el oxímetro que cuestan 20€.
Bajo mi punto de vista y hasta donde yo sé, el Apple Watch tiene un gran problema: sólo es compatible con el iPhone… ¿De qué sirve que sea tan bueno (que feo ya es un rato) si sólo puedes conectarlo a un desorbitante iPhone?
Si pretenden ser disruptivos o líderen en cuidado de la salud con su super «Mega Watch», deberían hacerlo compatible con los teléfonos que tienen la inmensa mayoría de la población, o sea: Android.
Es como la genial idea que tuvieron de hacer una herramienta de mensajería sólo compatible con dispositivos Apple, ¿en serio pensaron que la gente la iba a usar?