Carlos Gurpegui me entrevistó a plana completa para el Diario de Teruel, aprovechando mi paso por Aragón para dar una conferencia a las cátedras de la Universidad de Zaragoza y para una comida con empresarios en la Cámara de Comercio. Carlos ha titulado la entrevista con una frase que suena un tanto agresiva, «Pretender que lo de antes era mejor es propio de un inadaptado» (pdf), en la que intenté resumir la frustración de un profesor cuando trata con personas que se niegan a entender las dinámicas de la evolución tecnológica. Precisamente ahora, que he publicado algunos artículos en Forbes sobre el calentamiento global y el cambio climático, y estoy experimentando los embates de los alucinógenos negacionistas norteamericanos, ese tipo de sensaciones frente a la negación de la evidencia científica me tienen especialmente sensible.
Hablamos sobre muchos de los temas que tratamos habitualmente en esta página: la adaptación a los nuevos escenarios definidos por la tecnología, la innovación y el desaprendizaje, la necesidad de romper reglas que llevan ahí toda la vida, la importancia de la diversidad, los desafíos a los que nos enfrentamos y la irresponsabilidad de algunas industrias con respecto a ellos, la redefinición de las ciudades en el futuro, y los dilemas morales que acompañan la adopción tecnológica.
Hoy hablaré fundamentalmente sobre la necesidad de colaboración entre el entorno académico y las compañías como forma de dinamizar y generar innovación en ambos entornos, tanto en el corporativo como en el académico, dado que ambos están enorme y obviamente necesitados de ella.
¿Qué necesitas para ganar un juicio?
1. Tener razón.
2. Saber exponerla.
3. Que te la quieran dar.
La ciencia no está para convencer, sino para que quien busca respuestas las encuentre. Si fueras odontólogo y hablaras de muelas, nadie te llevaría la contraria
Discutir acabó mal para Sócrates. En la fábula de la cueva, su discípulo Platón solo ayuda a salir a quienes quieren hacerlo.
No vayas a un debate con argumentos; no confundas dialéctica con método científico.
Para cuando el nuevo libro que prometiste hace años Enrique, por mucho que mire en el Emule no aparece el nuevo pdf
Enrique,
Aprovechando los escasos comentarios de hoy, te planteo unas preguntas, por si tienes a bien contestarlas:
1) En la entrevista se menciona tu primer libro «Todo va a cambiar». Imagino que tu tercer libro tratará del cambio climático y de las posibilidades de la tecnología para combatirlo, así como la transformación brutal que supondrá la sustitución (¿prohibición?) de los combustibles fósiles. Pero, ¿qué ha pasado con el segundo libro? Creo recordar que lo estabas reorientando pero no hemos vuelto a saber nada más.
2) De todas las vías que usas para la influencia (blog diario, redes sociales, artículos en revistas, blogs como invitado, libro(s), conferencias, etc.) ¿cuál crees que genera más cambio real en los destinatarios?
3) ¿Cómo haces para no desesperarte ante algunas actitudes, especialmente en directivos y gestores políticos cuando les das conferencias, sesiones o charlas directas?. Porque se supone que deberían ser los más analíticos, con más visión de futuro y con más consciencia del mayor poder que tienen ellos para transformar sus organizaciones, y con ello, la sociedad.
Hoy me toca ser de izquierdas y pensar que de los avances tecnológicos solo se benefician los capitalistas.
Estoy absolutamente de acuerdo contigo, que una vez inventado algo, hay que «tirar pa’alante»· con ello, porque aun no hemos descubierto la máquina de desinventar y pese a lo agresiva que resulte, estoy de acuerdo con el título de la entrevista, “Pretender que lo de antes era mejor es propio de un inadaptado”.
Sin embargo, es de tener en cuenta que si bien la mayoría de los avances tecnológicos, han sido para bien, los hay que no tanto, es difícil encontrar utilidad a las bombas atómicas, e incluso, pese habernos lucrado de la energía de las centrales nucleares, hay que tener en cuenta, el alto precio de desechos radioactivos que hemos dejado para nosotros y para nuestros descendientes.
Igual me pasa con los últimos avances científicos. Hoy mismo, la prensa trae que un científico chino asegura haber creado los primeros bebés modificados genéticamente
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2018/11/26/5bfbc4c0468aeb1e758b458b.html
Esto, aparentemente, permite a medio plazo, crear superhombres, libres de enfermedades hereditarias y de inteligencia superior e incluso pudiéramos decir de «diseño», color de ojos, estatura, etc…
Claro está, que está muy bien, pero para quien lo pueda pagar, y vuelvo el principio «de los avances tecnológicos solo se benefician los capitalistas.» que incluso ahora pueden perpetuarse con estos inventos, como raza superior.
Soy consciente que hemos sacado el genio de la botella y no podemos volverlo a mete. Pero la pregunta del millón es, ¿Si esto nos lleva a un mundo mejor?.
Las personas de mayor poder adquisitivo siempre se han aprovechado antes de los avances tecnológicos.
Cuando se inventó el coche, solo lo tenían los ricos. El resto seguía yendo a caballo o caminando. Con el tiempo y las economías de escala nos podemos comprar un coche por 10000€, aunque los ricos se los compran de 300000€, claro.
Lo malo es si algún día una de estas tecnologías es tan determinante que cierran el grifo para las clases más bajas. Y terminemos en un futuro como el de Elysium (película), por ejemplo.
¿La idea es que todo el mundo debería tener derecho a usar coche, porque si no la sociedad será injusta? ¿Este vídeo representa la idea de libertad y justicia social?
https://www.youtube.com/watch?v=m4X2vUQcP-4
Pero volvemos a los principios. Al pueblo llano se le prohibe ir en coche privado al centro, pero los concejales, diputados y senadores que «trabajan» todos en el centro, van en coches de gran cilindrada y de gasolina.
«Todos somos iguales, pero hay unos mas iguales que otros»
(Rebelión en la granja. George Orwell)
El coche «privado», cuando se usa masivamente en las ciudades (cosa que ocurre en nuestras ciudades desde hace por lo menos 60 o 70 años), se convierte en un asunto público. Concretamente en un asunto de salud pública. Por tanto, los gobernantes están perfectamente legitimados para tomar decisiones políticas que alivien la situación de plaga de coches que padecen muchas ciudades españolas.
Por otro lado, la gente con dinero puede elegir dónde vivir. Si una familia con dinero vive en una calle ruidosa y contaminada, puede decidir marcharse a otro barrio menos ruidoso y menos contaminado. De hecho, puede elegir irse de la ciudad y marcharse a vivir a las afueras, a alguna bonita urbanización con menos contaminación, o al monte, o a una sierra cercana.
Quienes no pueden elegir marcharse y cambiar de piso somos los pobres, la clase trabajadora y la clase precaria: si tenemos la desdicha de vivir en una calle con mucho tráfico, mucho ruido y mucha contaminación, tendremos que fastidiarnos y tendremos que resignarnos a vivir soportando esa situación. A quienes más nos interesa que las ciudades esan lugares limpios, habitables y saludables es a los currantes, a quienes no tenemos dinero, a quienes no nos queda otro remedio que vivir en las ciudades.
Quien fuera alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha dicho esta semana que el millón de coches que llegan cada día a Madrid también «producen riqueza».
Con mensajes así, lanzados por «responsables» políticos o por personas que en su momento tuvieron altas responsabilidades políticas, ¿qué cabe esperar? ¿Es esperable una reacción social que reclame a la clase política una mayor acción contra los efectos de la crisis climática?
http://www.telemadrid.es/programas/telenoticias-fin-de-semana/Ana-botella-asegura-producen-riqueza-2-2070712919–20181125031901.html
Desde luego, en el Reino Unido parece que algunos han decidido echarse a la calle a reclamar más respuesta política ante los graves desafíos climáticos:
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2018/11/17/5bf01774268e3e40048b462f.html
Web: https://rebellion.earth/
Gracias, Enrique, por tus esfuerzos y dedicación al Asunto.
Supongo que lo que quiso expresar es que esos coches traían a trabajar un millón de personas a Madrid y esos indudablemente produce mucha riqueza a la ciudad de Madrid
Por supuesto, si el día de mañana vienen en coches eléctricos, o carsharing autónomos seguirán produciendo la misma riqueza a Madrid
Lo malo es,. (para Madrid, ciudad, no provincia), si como consecuencia a las restricciones al tráfico y dificultad de aparcamiento, las empresas deciden trasladarse a la periferia y esa periferia es fuera del casco urbano, lo que ya ha ocurrido de unos 20 años a esta parte tiempo a esta parte, pues esa riqueza se producirá en otras localidades.
Pero no es culpa de Carmona, los bancos abandonaron sus centrales en Alcalá y se fuero a sitios como la Ciudad de la Banca en Boadilla, y la ciudad del Cine mucho antes que Carmona llegara al poder.)
Madrid es una ciudad y una región con recursos. Posee el PIB per cápita más alto de España, creo. También la esperanza de vida más alta de Europa. Eso es indicio de que dispone de recursos (dinero). Sin embargo, en cuanto a la gestión del transporte público, parece una ciudad y una región un tanto atrasada. Recibir unos 365 millones de coches al año (un millón de coches cada día) es una barbaridad, un despilfarro de tiempo, dinero y salud. ¿Cómo es posible que una ciudad y una región tan prósperas estén sin embargo atrasadas en cuanto a la gestión del transporte y la movilidad?
¿Teruel? A ver si le lee ese turolense llamado Federico Jiménez Losantos, que no para de clamar a los cielos para recuperar su sacrosanto derecho a conducir su automóvil por Madrid cuando y cómo quiera. Ese se merienda al mejor negacionista norteamericano en diez minutos.
PEDRO TORRES ASDRUBAL tiene razón, la fe no se combate con argumentos. Es una batalla tan perdida como la de la homeopatía.
Supongo que en Teruel estarán esperando con alborozo el cambio climático