Sophia y la sustitución

IMAGE: E. DansUn recomendable artículo en Fast Company, «My three decades at Disney taught me not to fear automation» me recuerda que quería escribir sobre mi experiencia «conociendo» a Sophia, la robot creada por Hanson Robotics. Del mismo modo que comenta el autor del artículo, a mí también me coincidió dar una conferencia, en el Talent Land de Guadalajara (Jalisco, México), el pasado 4 de abril, en el mismo escenario e inmediatamente delante del turno de Sophia, y como a él, también me generó pensamientos curiosos del tipo «¿veré dentro de poco tiempo cómo este tipo de actividad, las conferencias, pasan a ser desarrolladas por robots como Sophia en lugar de por personas como yo?». En mi caso, además, fui yo mismo el que pidió coincidir con Sophia: me generaba mucha curiosidad y quería asegurarme de poder disponer de un rato antes o después de mi conferencia para «conocerla».

Terminó mi conferencia, cuarenta y cinco minutos con muy buenas impresiones por mi parte, con el salón central lleno y asistentes de todas las edades muy implicados, y me «presentaron» a Sophia inmediatamente después, justo antes que que la llevasen al escenario. Digo «la llevasen» porque, aunque desde hace pocos meses ya tiene piernas, Sophia acudió a Guadalajara con su badge pero sin ellas, así que la conocí entre bambalinas subida a una plataforma con ruedas cubierta con una tela, plataforma que era arrastrada por varias personas hasta el escenario. A partir de ahí, un cable muy largo, y un simple ordenador portátil con una «cuidadora» a los mandos. Según me comentó, la que conocí era en aquel momento una de las cuatro copias de Sophia, una con residencia permanente en la sede de Hanson Robotics en Hong Kong, y las otras tres moviéndose por el mundo dando entrevistas y conferencias.

Mi sensación con Sophia es que se trata de un impresionante trabajo de desarrollo de interfaz. Contrariamente a lo que algunos podrían pensar, Sophia no es – al menos, no por el momento – un robot conversacional ni dotado de ningún tipo de inteligencia artificial: se trata de un desarrollo experimental de interfaz conversacional fantástico, con una piel con textura inquietantemente parecida a la de una persona, que mantiene su apariencia robótica de manera deliberada mediante un parietal y occipital transparentes que permiten ver algunos mecanismos del interior de su cabeza y unas manos impresas en 3D en plástico blanco, y dotada de una gestualidad fantástica… pero que reproduce archivos de sonido y combinaciones de movimientos al comando del teclado del ordenador de su «cuidadora», al que permanece unida en todo momento mediante un largo cable. Las entrevistas están preparadas con antelación, con la respuesta a cada pregunta previamente programada, lo que impide que el entrevistador – las conferencias de Sophia no son conferencias como tales, sino entrevistas – pueda salirse del guión establecido.

Esa ausencia de inteligencia como tal no implica que Hanson Robotics no esté trabajando en el desarrollo de una cierta inteligencia conversacional, o que los gestos y expresiones de Sophia no resulten absolutamente impresionantes: verla poner una expresión de sorpresa, de condescendencia, de intriga o incluso de ironía levantando una ceja es una experiencia que vale la pena, y que genera sensaciones muy interesantes. Pero además de esas sensaciones, no dejas de mirar a un lado y al otro para comprobar si, por ejemplo, tras tu conferencia, se llena mucho más el auditorio para ver a Sophia, o si es capaz de generar un nivel de implicación con los asistentes mínimamente parecido al que generaste tú. En este caso, no ocurrió: el salón central del pabellón estuvo igualmente lleno durante las dos conferencias, y creo que podría asegurar que mi nivel de engagement durante la conferencia y, sobre todo, durante las preguntas (Sophia no ofreció un turno de preguntas), fue superior al de ella. Pero tampoco pasa nada… creo poder asegurar que estoy perfectamente preparado para no «ofenderme» si en cualquier auditorio, la presencia de Sophia genera más expectativas e interés que una conferencia mía, y de hecho, es algo que me parecería perfectamente natural: conferenciantes como yo – o mejores – hay muchos, y oportunidades para verlos, también. Sophia, en ese sentido, cuenta indudablemente con el beneficio de la novedad.

Dicho esto… ¿qué ocurriría si, además de generar más expectación, Sophia fuese capaz de dar una conferencia mucho mejor que las mías? ¿Se disponen robots como Sophia a sustituir a esa parte de mi trabajo que consiste en transmitir ideas a un auditorio? Sinceramente, no lo sé. Dentro de mis conferencias, las hay más o menos participativas, y creo que Sophia, al menos en su estado actual, tendría imposible ocuparse de las que implican una interacción con los asistentes, una dirección o moderación de una discusión o un desarrollo de un hilo argumental en función de intervenciones desde el público, Pero otras, por diseño o por petición expresa del organizador, son más unidireccionales, y posiblemente Sophia, con el nivel de preparación adecuado y con un apoyo audiovisual similar al que desarrollo yo para ese tipo de eventos, podría hacerlo seguramente igual o mejor que yo. Seguramente, en ese caso, nos encontraríamos no con Sophia dando una conferencia, sino con una conferencia como tal preparada por una persona o un equipo de personas, que Sophia únicamente pone en escena, razón por la cual la idea no me ofende en absoluto. En realidad, si fuese la propia Sophia o un robot similar la que preparase la conferencia desde cero por su cuenta, la idea tampoco me ofendería: soy lo suficientemente «adicto al cambio» como para incluso tener ganas de ver algo así, desear que ocurra. Y sí, indudablemente, las conferencias generan una parte razonablemente significativa de mis ingresos, que por tanto, en el caso de generalizarse el uso de robots para impartirlas, debería replantear.

¿Y? En el caso de ocurrir algo así, mi interés se centraría en dar el siguiente paso lo antes posible. Estaría llamando a la puerta de Hanson Robotics o de la compañía que fuese para intentar colaborar, aportando mi experiencia de más de veinte años como conferenciante, en el desarrollo de conferencias impartidas por Sophia o por el robot que fuese, y pensando cuál es el siguiente paso para plantearme poder seguir aportando valor en un escenario semejante. ¿Puede un robot dar una conferencia mejor que un humano? Seguro. ¿Puede hacerlo de una manera participativa, interactiva, generando diferentes estrategias conversacionales en función dela participación de los asistentes, o tratando de conectar sus reacciones con una serie de puntos que se desea cubrir? Posiblemente llegue a ser así, pero estamos aún muy, muy lejos de ello. Por tanto, mi nivel de preocupación, que en absoluto supera mis ganas de presenciar algo así, estaría centrado en el desarrollo de conferencias diferentes, más interactivas, más centradas en proporcionar una experiencia de aprendizaje diferente, no tanto en «comunicar» como en «hacer pensar» o «generar chispas».

Como comenta Duncan Wardle, autor del artículo de Fast Company, no temo a la automatización. Es más, creo que lo que hace es elevar el nivel de las aportaciones que pueda plantearme hacer en un futuro mediante mi trabajo. Y la experiencia de «conocer» a Sophia, afortunadamente, me ha reafirmado en esa postura.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Why I’m not afraid of Sophia»

 

16 comentarios

  • #001
    Carlos Quintero - 1 julio 2018 - 12:24

    Si los robots pudieran dar conferencias, no sería un drama para nadie, ni creo que desaparecieran los conferenciantes humanos. Si acaso, desaparecerían los malos conferenciantes. Serviría para elevar el nivel y sería enriquecedor para los propios conferenciantes, pues les ofrecería oportunidades de aprendizaje y de mejora. Yo me imagino a los propios conferenciantes preparándose las conferencias con los robots. No solo los contenidos, sino el ritmo, lenguaje corporal, entonación de voz, etc.

    En el tema del ajedrez, es lo que ha ocurrido desde 1996. Los torneos con jugadores humanos no han desaparecido y los jugadores se entrenan con las máquinas tanto o más como jugando con otros jugadores. Y también hay vida profesional después: Miguel Illescas, uno de los grandes campeones de España, ayudó a construir Deep Blue y luego no le ha ido nada mal: fue entrenador de élite (ayudando a Vladimir Kramnik a vencer a Kasparov), ha escrito libros, dado conferencias, tiene su escuela y revista, etc.

    La cuestión no es temer a las máquinas inteligentes, sino aprender a trabajar con ellas:

    Garry Kasparov, TED2017: Don’t fear intelligent machines. Work with them

  • #002
    Jose Miguel - 1 julio 2018 - 14:35

    Están bastante conseguidos estos robots, aunque dan un poco de grima. Sobre todo el de la derecha que tiene una expresión terrorífica. :):):)

  • #003
    Gorki - 1 julio 2018 - 15:20

    Hay máquinas que realizan perfectamente la contabilidad, sin embargo la figura del contable no ha desaparecido de las empresas, porque hacer la contabilidad es solo una parte del trabajo de un contable. Igualmente los bancos tienen cajeros automáticos, pero no ha desaparecido el cajero físico, porque por mas sofisticación que demos a los cajeros automáticos, las funciones del cajero son más variadas que las del cajero automático.

    ¿Quiere esto decir que contabilidades electronicas y cajeros automáticos no han reducido puestos de trabajo?. En absoluto, evidentemente han eliminado puestos en estas áreas, sino simplemente que el crear un artilugio automatico, reduce mucho la carga de trabajo en ciertas áreas, pero no acaba con ellas porque por perfectas que sean, solo hacen una fracción del trabajo que hacia antes el que realizaba ese trabajo.

    Yo creo que los robots, lA y otros avances tecnológicos. o se diferencian de las herramientas que es procedieron, todas sin excepción ayudaron a los humanos a hacer parte de su tarea y aumentaron con ello su productividad, por lo que menos humanos fueron necesario para hacer lo mismo, a lo que el hombre respondió, reduciendo su jornada laboral y haciendo, con la ayuda de las nuevas e herramientas, más bienes y servicios que antes no se hacían.

    No veo razón por la cual lo mismo no vaya a pasar en el futuro. Si en un futuro Dans no tiene que dar conferencias, porque una máquina lo hace, pues trabajará un poco menos y se dedicará a hacer otras cosas, que hoy no hace, precisamente porque no encuentra tiempo. Quizá una de esas cosas sea entrenar robots.

  • #004
    menestro - 1 julio 2018 - 17:04

    Como esto yo no lo consideraría tecnología, lo que sí puedo recomendar es cine.

    «Tamaño Natural» de Berlanga, Michel Piccoli y Azcona.

    Lo que es fascinante es la forma en que interaccionamos con objetos, que refleja nuestra humanidad, no la suya.

  • #005
    Guillermo hotel - 1 julio 2018 - 17:04

    En la foto veo a la izquierda a una persona que se parece a Yola Berrocal y a la izquierda a Sophie? Verdad? Se parece a ED un huevo…

    Bromas aparte, no tiene piernas, no tien cerebro, y puede dar conferencias? Creo que tenfgo que releer tu articulo no acabo de entenderlo…

    • Gorki - 1 julio 2018 - 18:51

      Bromas aparte, no tiene piernas, no tiene cerebro, …. tertuliano de televisión

      • Jose Miguel - 1 julio 2018 - 19:07

        Supongo que quieres decir tontuliano.

  • #008
    Guillermo hotel - 1 julio 2018 - 19:20

    Gorki,
    Hace tiempo que oigo conferencias en TED. ¿Que me puede aportar una Sophie sin piernas a un conferencista grabado?
    A un tertuliano mejor no comentar. Cuando hace muchos años veiamos Fahrenheit 451 la pelicula de Truffaut, no el remake actual, nos hacía pensar en el futuro con un sabor agridulce, por un lado, el futuro tenía cosas maravillosas: el cercanias, las pantallas de television, y por otro el agrio: quemar libros, perseguir a las personas, el gran hermano… Personalmente he de reconocer que me quedaba con lo bueno de la tecnologia, y pensaba que lo malo no iba a ocurrir, solo era la vision catastrofica de un guionista o director.

    Ahora estamos en el alumbramiento de los robots y miedo me dan… Ya no por la distopia de la singularidad que creo que nunca llegará, en eso coincido con Menestro, pero por otra aunque no tomen conciencia, lo dificil que nos pueden hacer la vida en manos de unos pocos, aunque por naturaleza soy optimista y confío que no se permitirán su uso militar para aniquilar personas, y habrá acuerdos internacionales de no proliferacion como los actuales en armas quimicas, biologicas o nucleares.

    Al que no lo sepa el ejército español ya rocío con armas quimicas en el norte de Marruecos, pero desde los años veinte no los hemos vuelto a usar. Con eso quiero decir que alguno hará una barbaridad, pero espero que no sea la tónica habitual.

    • Gorki - 1 julio 2018 - 22:38

      Hoy Edans podía grabar su conferencia y darla por videoconferencia, on-line en muchos lugares simultáneos, o en diferido. Posiblemente mañana en vez de emitirla en una pantalla de plasma, pudiera transmitirla mediante un avatar de su persona.

      La conferencia emitida tendrá el mismo interés, difundida por un medio o por otro, pero pudiera ser que dada con el avatar. puede llegar mejor al público si el aparato gesticula y se mueve como Edans, que si solamente se vea su figura en una pantalla.
      de plasma por grande que sea.

      Pese a ello, personalmente me agrada mas verla las conferencias en persona, pero en un formato TED, casi me es indiferente si lo que se ve es un señor o un avatar cusi perfecto de su persona.

  • #010
    xaquín - 1 julio 2018 - 21:21

    Con muchas sophies en los centros escolares podían sobrar muchos profes. Y los que no sobran podían perfeccionarse para superar en alguna característica a estas sophies. Simplemente es la evolución de los quehaceres humanos.

    Y si el ser humano pierde su capaciddad de sentirse superior a los nuevos seres (tanto da que sean terrestres o extraterrestres) deben asumir que su período acabó. Ya está bien de sentir que sus dioses lo hacen inextinguible.

    Pero, como pasa con el asunto de la desparición solar, hay que estar muy deprimido para tirar la toalla antes de tiempo.

    En la adaptación al ecosistema, la ciencia nos enseña que observar la dureza de la realidad no tiene porque invitar a sentirse derrotado. Un ADN, con tanta información histórica escrita, no puede hacer otra cosa que ayudar a la superación en el proceso evolutivo. Claro que para eso se tiene que trabajar en equipo (lo que también va en el ADN).

  • #011
    Javier - 1 julio 2018 - 21:34

    Enrique: ¿Esto ha hecho que te plantees posibles escenarios para el futuro? ¿Tienes un «Plan B» en el hipotético caso de que las cosas se aceleren en ese sentido? ¿O inclusive un «Plan C»? Porque esto, combinado con la IA creada para debatir y mostrada hace poco, estaría indicando un posible flujo hacia esos lares.

    Increíble lo que nos espera. Saludos y sana envidia de mi parte (…y de la otra también…)

  • #012
    Guillermo hotel - 1 julio 2018 - 23:49

    Personalmente me pasa una cosa cuando oigo una conferencia, o un video de youtube… Y es que me tiene que gustar la voz, como transmite, ojo que muchas veces puedo estar en desacuerdo con el mensaje pero que no supere el umbral de calidad subjetivo me niego a escucharlo. Por ejemplo las voces estilo Loquendo que ponen en algún video chapuza por definicion no lo sigo oyendo. Por eso cuando oigo a gente que sepa transmitir los puedo escuchar desde un Pablo Iglesias, a un Jimenez Losantos, por poner ejemplos, o ED, pero la misma conferencia hecha por un robot que no soporte su voz 0 segundos… Así que por mi puesto asegurado….y no es aversión tecnológica es que no las soporto…. Por ejemplo la voz sintética de mac me parece lograda, pero la de google en español tiene un tonillo cuando dice «gire a la derecha» que parece que se está cachondeando de ti… En fin para gustos los colores.

  • #013
    Cristina - 2 julio 2018 - 00:29

    Debe ser inquietante ver de cerca los gestos, la sonrisa, la mirada. Un preludio claro. ¿Cómo serå el cerebro?

  • #014
    Gorki - 2 julio 2018 - 10:08

    Imagino en un futuro muy próximo, un camión trailer que llegado a la plaza de un pueblo en fiestas y despliega un amplio escenario, pero en el que. en lugar de una orquesta de medio pelo, o una cantante desconocida, muestra a los cuatro Beatles en plena forma, una Calas cantando Carmen, los mejores actores que hemos tenido en España, Rodero, Marsillach, las hermanas Gutierrez Cabam recitando «La vida es sueño», o Gaby Fofo y Milki, diciendo aquello de «¡Como están ustedes,… !

    Eso si, el camión sin chofer y todos los artistas avatares hiperrealistas.
    .

  • #015
    Eduardo - 2 julio 2018 - 17:50

    Todavía está demasiado profundo ese «valle inquietante» como para no saber distinguir algo que aún está lejos de ser una emulación de empatía. La humanidad como especie va a tener muchos problemas si cree que ya alcanzó el límite de la inteligencia humana, y que con eso podrá empezar a desarrollar una inteligencia artificial amplia.

    Dicen que en el lenguaje de sordomudos hay mucha más intuición que interpretación literal de signos. No todo son algoritmos; falta mucho para pretender que las máquinas sean humanas si nosotros aún no comprendemos lo que significa nuestra humanidad.

    • Víctor M. - 6 julio 2018 - 11:41

      falta mucho para pretender que las máquinas sean humanas si nosotros aún no comprendemos lo que significa nuestra humanidad.

      Qué buena apreciación. Ni el cerebro siquiera.
      Creo que la ciencia no se ocupa lo suficiente en saber más sobre qué somos realmente y se atreve a intentar emular lo que cree que somos, no sé muy bien por qué. Quizá solo se trate de productividad y dinero.

      Un amigo mío, biólogo pero informático de profesión, ha empezado a cuestionarse la humanidad que entendía por la evolución, desde otros focos. Todo son dudas, la única certeza es la incertidumbre, pero comparto las divergencias sobre el pensamiento establecido como camino para tratar de resolver lo que quizá nunca pueda ser resuelto. Algunos piensan que no merece la pena. Yo creo que sí.

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