Redes sociales y juicios de valor sobre entornos incompletos

IMAGE: Sangoiri - 123RFChamath Palihapitiya, ex-directivo de Facebook, expresó en un evento público en Stanford su arrepentimiento y sentimiento de culpa por haber contribuido a crear Facebook, una herramienta que, según él, «está desgarrando el tejido social y el funcionamiento de la sociedad«, y recomendó a los asistentes que interrumpiesen su uso. 

Este tipo de conclusiones tremendistas sobre los efectos de la popularización de las redes sociales sobre el funcionamiento de la sociedad en su conjunto me resultan siempre muy llamativos, fundamentalmente por lo que tienen de evaluación de algo completamente inacabado, que se está desarrollando y evolucionando ante nuestros ojos. Por supuesto, ver cómo un adolescente empieza a compartir contenido en redes sociales, cómo empieza a sufrir los síndromes ya definidos como una especie de patologías, ese Fear of Missing Out, esas inyecciones de dopamina con cada Like o esa ansiedad cuando se esperan las reacciones a algún contenido que se acaba de compartir son elementos posiblemente preocupantes o perturbadores, pero que tienden a reflejar únicamente una cosa: una ausencia de criterio que proviene de una falta de educación. Estamos ante las primeras generaciones que crecen en un entorno caracterizado por la presencia ubicua del social media, de herramientas ubicuas que llevamos en el bolsillo y que nos permiten mantenernos en contacto, saber qué hace cada uno, compartir contenidos, textos, fotografías y vídeos de todo tipo, acceder a las noticias con juicios de valor de aquellos a los que vimos compartirlas… y todo ello, en un entorno en el que las figuras que tradicionalmente preparaban y educaban a los jóvenes para su desempeño en el mundo adulto han llevado a cabo una total inhibición de su responsabilidad, y han dicho simplemente aquello de «qué les voy a contar yo, si ya nacieron sabiendo».

No, no nacieron sabiendo. Si crees que saben más que tú y que no les puedes contar nada ni educar es simplemente porque no has sabido interesarte por el tema, porque lo has ignorado conscientemente, porque has renunciado a formarte en una tecnología que ahora caracteriza el intercambio de información en las sociedades de la misma manera que en generaciones anteriores lo hicieron los mass media, y que, sobre todo, no va a dar vuelta atrás, por mucho que digan ex-ejecutivos de Facebook. El problema no está en los jóvenes, sino en los padres que renunciaron a entender una tecnología con unas barreras de entrada prácticamente nulas – no hacía falta gran esfuerzo, ni tus hijos eran superdotados… no, es simplemente que era muy, muy sencillo – y que soltaron a sus hijos sin ningún tipo de preparación en un entorno social, algo que en generaciones anteriores nunca sucedía.

¿Te parece preocupante que tus hijos publiquen fotografías cada vez más subidas de tono, más transgresoras o más estúpidas para conseguir con ello la inyección de dopamina que suponen los Likes que reciben? A lo mejor es que, simplemente, deberías haberte preocupado de educarlos, de entender lo que hacían, de explorarlo y de proporcionarles criterio, como se hacía cuando se enseñaba a los niños a comportarse en la calle o en casas ajenas. Juzgar las redes sociales por su estado actual, cuando ni ha transcurrido una generación desde su adopción masiva, es sencillamente banal, absurdo y estúpido. ¿Cuál es la alternativa? ¿Volver a las inyecciones de dopamina controladas y administradas por los medios de comunicación de masas, a los tiempos en los que solo eras importante si salías en el periódico, en la radio o en la televisión? ¿Volver atrás y «desinventar» las redes sociales? ¿Prohibirlas? No, la idea es sencillamente absurda. Las redes sociales están aquí para quedarse y para formar parte del tejido social, aunque para que ello tenga lugar de manera adecuada sea necesario educarnos como sociedad. La alternativa, precisamente, es educarnos como sociedad, no despotricar estúpidamente contra la herramienta.

Por supuesto que las redes sociales generan problemas. A estas alturas, ni Mark Zuckerberg es consciente de lo que ha creado y de sus posibles efectos. Pero que haya jóvenes compartiendo lo que no deben o no tan jóvenes dejándose influir en su decisión de voto por noticias falsas que han visto compartidas en Facebook no quiere decir que las redes sociales sean malas, sino que como sociedad, no nos hemos dado ni el tiempo ni la disciplina como para aprender a utilizarlas. De nuevo, los protocolos de uso tardan más en desarrollarse que las herramientas como tales, y juzgar la creación antes de su consolidación y desarrollo de protocolos, sencillamente, no tiene sentido. Y el problema es como tirar al niño con el agua de bañarlo: habrá padres que crean a ex-directivos iluminados como este, y que se dediquen a restringir las redes sociales a sus hijos como si fueran la peste, con la lógica consecuencia de terminar generando adultos, si cabe, aún peor preparados e ignorantes.

Las apocalipsis y las epifanías de los neoconversos nunca fueron buenas consejeras. «Oh, dios mío, abandonad al maligno y renunciad a las redes sociales, tomaos un hard break…» Chamath, sin ánimo de ofender… vete al carajo. El tremendismo con respecto a la innovación es un viejo conocido, nos lo sabemos de memoria: toda mi generación iba a ser disfuncional porque estábamos educados por la televisión y nuestros padres, cuando querían que estuviésemos tranquilos, nos dejaban horas delante del aparato… pues francamente, no ha sido para tanto. Ni lo fue, ni lo será con las redes sociales. ¿Pasan cosas malas, se crean fenómenos sociales poco recomendables y se definen nuevos síndromes y patologías malignos? Pues claro, como con cualquier herramienta potente que se use sin preparación alguna. Adecuemos las estructuras educativas, formemos en el uso, prevengamos el abuso, dejémonos de decir tonterías y generemos criterio que nos permita aprovechar unas herramientas que están aquí para quedarse y para formar parte integrante y activa de la sociedad.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Can we please stop jumping to conclusions about the social networks?» 

 

19 comentarios

  • #001
    Queimacasas - 12 diciembre 2017 - 09:41

    Y mientras tanto, en Francia …

    https://www.xatakamovil.com/movil-y-sociedad/francia-quiere-prohibir-los-telefonos-moviles-en-colegios-y-universidades-en-2018

  • #002
    Angel "El bueno" - 12 diciembre 2017 - 10:34

    Quizá tienes razón en que Mark Zuckenber no es consciente de lo que ha creado, básicamente porque parece imposible pensar que un niño de veintipocos años sea quien ha creado esto. Ya lo ha mencionado en alguna ocasión.
    Dicho esto, claro que saben lo que han creado y hacia donde nos quieren llevar….
    ¿Crees que cuando introdujeron el tabaco y el café en la sociedad occidental no sabían hacia donde nos llevaban ni sus efectos? Quizá no los conocían al 100%, pero si «sabían» lo que iba a pasar y los efectos (al menos económicos) que iba a producir.

    Respecto a Chamath te diré que me parece 100% creíble su postura, él ha estado dentro y tu y yo no ! Lo comparo a dos amigos que tengo: uno era político de un partido corrupto y cuando vio desde dentro lo que «había» dejo su cargo y emprendió una lucha personal contra la corrupción, el otro pertenecía a una organización religiosa comparada muchas veces con una secta, idem de lo mismo.
    Claro que no hay marcha atrás pero…. DEBERIAMOS TENER MUCHO CUIDADO, PERO MUCHO. Las RRSS son el nuevo alcohol y tabaco de nuestra sociedad, solo podremos ver los verdaderos efectos transcurridos 40 años.
    Yo de momento tendré en cuenta lo que dice Chamath….

    • Enrique Dans - 12 diciembre 2017 - 11:01

      Angel, no es un niño de veintipocos. Es un señor de treinta y tres años, hecho y derecho, y además, un puñetero genio de la programación y un visionario, con diploma honoris causa de una de las mejores universidades del mundo, y una capacidad de análisis y una madurez que he visto en pocas personas. Es un crack. Y en cuanto a si te fías de Chamath porque «el ha estado dentro», qué quieres que te diga… habrá estado dentro, pero yo he visto y estudiado muchísimos más procesos de adopción tecnológica que él, y por tanto, algo tendré que decir. Eres libre de tener en cuenta lo que quieras, pero el tremendismo y el catastrofismo nunca han sido buenos consejeros. Que Facebook tiene una parte fea es evidente y lo sabemos todos: son vendedores de droga que administran cuidadosamente la atención que reciben tus contenidos para engancharte manipulando su algoritmo y que termines promocionando tus contenidos, algo que seguramente debería estar prohibido. Pero eso no quiere decir ni que haya que prohibir Facebook (en tal caso esa práctica), ni que sea algo intrínsecamente malo, ni que haya que salirse corriendo porque produce efectos perniciosos, ni mucho menos que haya destruido ningún tejido social de ningún tipo. Es, simplemente, que ahora tenemos la posibilidad de estar en contacto en una herramienta social, y como existe, vamos y la usamos, algo que no va a dar marcha atrás lo diga Chamath o el político controlador de turno. Con los medios de comunicación masiva estábamos infinitamente peor, créeme. Yo ya publicaba mucho antes de que llegasen las redes sociales, en los años en los que me hice relativamente conocido no había Facebook ni Twitter, sino periódicos y revistas, y sé de lo que hablo…

      • Angel "El bueno" - 12 diciembre 2017 - 11:24

        Cuando digo un niño de veintipocos años, es evidente que me refiero al momento de la creación de Facebook. Ya sé que ahora tiene 33, no lo tergiverses.

        Y claro que son vendedores de droga. Gracias a Dios nunca he consumido nada. No podemos salir de esto pero, por Dios, mucho cuidado y no es que me fie de Chamath, es que lo que dice es lo que yo he pensado desde el año 2007, cuando me registré en Facebook y me parece lo más sensato que he oído en mi vida.
        Hablamos.
        Pd. Recuerdas aquella campaña que decía «No a la droga» ;)

        • Manuel - 12 diciembre 2017 - 12:17

          Angel: a lo mejor, si alguna vez hubieras probado alguna droga hubieras podido darte cuenta que el problema no es la droga en si, sino las carencias del que la consume, que la utiliza como vía de escape.

          Un saludo.

          • Luis Hernández - 13 diciembre 2017 - 13:39

            Depende de la droga, de como te afecte bioquímicamente, y de tu susceptibilidad (no necesariamente psicológica). Para mi, es como a una ruleta rusa.
            Saludos.

  • #007
    Víctor M. - 12 diciembre 2017 - 11:43

    No creo que pueda culparse a los padres por no educar lo suficiente a sus hijos sobre el uso de redes sociales porque, ¿quién les ha educado a ellos? ¿Tienen que estar constantemente pendientes sobre lo nuevo que vaya saliendo? Si, como dices, es algo inacabado y en desarrollo constante ¿es correcto pretender que los padres estén continuamente aprendiendo para luego enseñar a sus hijos? ¿Sobre alguna red social en concreto? ¿Sobre todas? Si ni el creador de Facebook es consciente de su creación, ¿cómo pretender juzgar a los padres? Supongo que quien trata sobre la tecnología lo ve claro porque está pendiente del tema, pero los padres tienen el tiempo que tienen y su vida cotidiana transcurre de otra manera.

    La analogía con la televisión la veo cogida por los pelos puesto que ni es ubicua ni, sobre todo, interactiva. Por otro lado, yo creo que sí se pueden juzgar ya mismo a las redes sociales al margen de que se hayan consolidado o no, sencillamente porque están funcionando y su influencia es indiscutible. Y su propia evolución probablemente haga que varíen dichos juicios.
    Uso Facebook como 20 minutos al mes y lo que veo en los comentarios me parece lamentable. No usar redes sociales no va a generar ignorantes sino, seguramente, personas menos dispersas, fundamentalmente porque su uso mayoritario es cotillear, distraerse y practicar el para mí incomprensible «fenómeno selfie».

    Sí se pueden y deben explicar modos de actuar generales, especialmente en la gestión del tiempo, la atención y la seguridad. Pero eso a los padres les cuesta entenderlo y, probablemente, no sabrían por donde empezar. Muchas veces, el uso del smartphone en la juventud genera problemas de dispersión, de adicción (sí, ya sé que no opinas igual, pero veo lo que veo y lo afirmo aunque ningún psiquiatra lo avale) y, seguramente en el futuro, problemas de salud visual y cervical. Para ellos solo es un hobby, nada más, pero les parece algo imprescindible. ¿Que se puede educar para que utilicen aplicaciones productivas y de apoyo al estudio? Por supuesto. Pero enséñale a un adolescente la disciplina necesaria para que mientras estudia consulte un diccionario, gestione el calendario o use la calculadora mientras tiene al lado los iconos del Whatsapp e Instagram. Tarea muy difícil.

    No digo que haya que prohibir las redes pero creo que el uso del smartphone debería estar prohibido hasta cierta edad, como los 15 años, por ejemplo. ¿Queremos que lo usen antes con fines educativos? Vale, pero que únicamente disponga de aplicaciones educativas «abiertas» y las de ocio protegidas con contraseña. Aunque aquí chocaríamos con la idea absurda de vulneración de la privacidad de los niños, cuyos padres hasta espían a los profesores con los relojes inteligentes de los pequeños, como salió el otro día por televisión. Pa mear y no echar gota. Me parece una situación complicada, la verdad. Un saludo.

  • #008
    marcelo - 12 diciembre 2017 - 13:08

    No se puede criticar porque el entorno es incompleto? Y cuándo será completo? Nunca, esto es una evolución continua, y las redes sociales de aquí 5 años probablemente no tendrán nada que ver con las actuales, habrán mutado vete a saber a qué, la realidad virtual está llamando a la puerta y puede convertir a FB, Instagram y cia en patéticos dinosaurios en muy poco tiempo. Para qué quiero una vulgar red social y estar mendigando likes todo el día si en una RV puedo ser lo que me dé la gana?

    • Enrique Dans - 12 diciembre 2017 - 13:25

      Pero hombre, ¿cómo no se van a poder criticar? Criticar se puede criticar cualquier cosa, hasta al Rey (dentro de un orden si no quieres que te secuestren la edición :-) Claro que se pueden criticar, lo que no se puede – o no se debe, al menos, si quieres demostrar un mínimo de sentido común y madurez – es demonizar y pedir su prohibición, o pretender iniciar una campaña para que nos demos de baja porque «son una amenaza para la sociedad». Eso es sencillamente absurdo, desquiciado e ignorante. Es como lo que comentáis de prohibir los smartphones en colegios y universidades en Francia: ni es viable, ni tiene sentido ninguno, solo refleja cómo en ocasiones algunos parecen pensar que prohibir es más sencillo y rápido que educar. Y serlo, lo es, pero no soluciona los problemas, solo los esquiva de mala manera y crea otros peores. No hay cosa que más mine el respeto a los políticos que ver cómo promulgan leyes de imposible o absurdo cumplimiento.

  • #010
    JJ - 12 diciembre 2017 - 15:16

    Me gusta Chamat Palihapitiya. Es un hombre que ha nacido en la pobreza. Ha deseado hacerse muy rico y lo ha conseguido. Se dice que ha sido uno de los artífices del éxito de Facebook y debe ser verdad.

    Entonces, que ahora critique al monstruo que él ayudo a crear me parece genial.

    Hay muchos vídeos suyos en Youtube y resultan casi siempre muy críticos con el sistema y con grandes empresas porque él, que no ha sido feliz gracias al dinero, quiere un capitalismo mas ético, y el fondo de inversión que ha creado apunta en ese sentido.

    Quizás, su crítica a Facebook es como una prueba para ver la reacción pública. Puede que se estén planteando lanzar otro tipo de red social mas interesante y ética porque es posible que el mercado la desee.

  • #011
    Xaquín - 12 diciembre 2017 - 17:22

    Es como lo de los niños de la calle. Vamos a suprimir las paredes y cualquier útil de pintar, porque los jóvenes (coño, si ser joven es sinónimo de cambio!) deciden manifestar sus ideas en las paredes de la ciudad (o en los árboles del campo si tuviera que ser!!).

    Por pocas y cochambrosas que sean (las ideas de un adolescente) tienen derecho a situarlas donde a esta restrictiva (para lo que le conviene) sociedad le resulte difícil evitarlo. Si la sociedad (padres incluidos) los abandonan (repito: cuando les conviene!!!), a que viene pedirles responsabilidad del mal uso de las paredes reales y virtuales. Como si los adultos les dieran buenos ejemplos (caso calamitoso de los partidos políticos).

    Dejémenos de macanas y asumamos la responsabilidad que tenemos el mundo adulto. Ni los adolescentes están formados (y algo deformados ya vienen de la infancia) ni los medios de transmisión tienen responsabilidad en el hecho de que a su través se manden mensajes de bombardear poblaciones civiles. El teléfono o red social manda el mensaje terrorista (también del alto mando militar!!!!) y el aviso de un testigo que quiere avisar previamente de ese mismo acto.

    La responsabilidad en la infancia se adquiere caminando detrás del adulto (viendo lo que hace), no viendo una peli de adoctrinamiento hollywoodense. Y menos gastando el «pico de oro» adulto en su propia cara..

  • #012
    Gorki - 12 diciembre 2017 - 19:06

    Cada uno cuenta la feria según e va. A ,i Gorki (74 años)
    1) Como receptor de contenidos, cada vez Facebook me parece menos interesante, porque se pasó de una fase en donde los «amigos digitales», (sea eso lo que sea), contaban sus vivencias y sentimientos, (lo que me permitía tener un cierto contacto con sus vidas), a pasar a un lugar donde cada vez mas «amigos digitales» en vez de contarme pasa de contarme sus viviencias, presentarme el producto/servicio que les interesa promocionar. (incluida su opcion política), lo cual hace que cada vez me interes menos lo que cuentan.

    2) Por mi parte como emisor de contenidos ,trato de ser «comisario/curador» de todo lo que me llega por Internet, y más o menos un 3% que lo considero muy interesante lo pongo en mi Facebook.. No busco ni likes ni «compartir», el conseguirlos no me afecta muy poco, (tampoco digo que no me afectge en absoluto) y lo que si busco son cometarios que de alguna forma me permitan «conversar» sobre un tema que me interesa especialmente, con mi «amigo viirtual».

  • #013
    GCC - 13 diciembre 2017 - 14:16

    Todo lo que provoca adicción normalmente se controla por edad, para proteger a los menores. A partir de aquí, si provoca efectos nocivos para la salud, se le añaden impuestos o se prohíbe, directamente.

    Si hay estudios científicos que demuestren la adicción y/o efectos nocivos sobre la salud, que se apliquen las mismas pautas que otras drogas. Creo que el silogismo es sencillo y debería tomarse cartas en el asunto. Ahora bien, si se hace con esto, se abre la veda a analizar cualquier cosa que pueda provocar adicción: video juegos? el movil? relaciones de pareja tóxicas? ver Sálvame? La lista podría ser muy extensa.

    Soy de mente abierta, he probado muchas drogas y nunca he tenido necesidad de engancharme a ninguna. Creo que si eres mentalmente estable, detectas cuando algo te perjudica más que te beneficia, pero lamentablemente la mayoría de gente no está preparada para autocontrolarse y/o manejar toda la información de su entorno y los mensajes que le manda su propio cuerpo. Lo único que puede ayudar a esto es la educación, en el entorno familiar, sobretodo.

    Hoy en día hay enganchados a alcohol, al azúcar, al facebook, al mvl, al trabajo, en fin… cada loco con su tema. Y teniendo en cuenta toda la avalancha de nuevas tecnologías que tenemos encima, se van a ver todas las vergüenzas de la naturaleza humana en su máximo esplendor. Pongámonos cómodos, que vienen curvas :)

    • Víctor M. - 14 diciembre 2017 - 22:13

      El mayor problema lo veo yo con los jóvenes. He conocido algún caso dramático. Llámese adicción a internet, al smartphone, al wifi, a la necesidad de estar permenentemente conectado y «socializado»… o llámese como se quiera, pero algo está ocurriendo y no es bueno.

  • #015
    Muadib - 13 diciembre 2017 - 14:58

    Interesante post Enrique. Tomando un punto anterior expresado, Si los padres no estan en capacidad de educar a sus hijos sobre el uso de la redes digitales A quien respondera esa necesidad? A las escuelas?? Al Estado??

    • Enrique Dans - 13 diciembre 2017 - 15:07

      Sí que están en capacidad de hacerlo, lo que no hacen es poner esa capacidad en práctica! Poder, sí que pueden. Es solo cuestión de interesarse lo suficiente…

    • Alqvimista - 13 diciembre 2017 - 20:54

      Al menos en este país, el problema no está en quién educa en el uso de redes sociales, el problema está está en quién educa, así, sin más. Esa labor pertenece principalmente a los padres y, vistos los resultados, se diría que han pasado totalmente de esa labor. De otra forma no se entiende el aumento de agresiones en parejas jóvenes, de hijos a padres, el éxito de programas como ‘Gran hermano’, etc, etc.
      No es un problema de educación en redes sociales, es un problema de EDUCACIÓN.

  • #018
    Catalina Espino - 13 diciembre 2017 - 21:56

    Estamos en un camino sin retorno. El problema de las redes sociales, a día de hoy, es que no saben por donde van a seguir creciendo por mucho que nos cuenten. Es un producto que tiene su ciclo y que buen refleja, nos guste o no, los valores de la sociedad contemporánea. .

  • #019
    Luarca65 - 15 diciembre 2017 - 09:36

    Pues que quereis que os diga… estuve desde los inicios en FB. En el 2015 tome la SANA decision de abandonarlo (no solo yo, muchos de mis conocidos), asi como Instagram, Twitter y otras…

    Y la conclusion es que ahora tengo VIDA (la mia), y que nadie (o casi) no hace negocio a mi costa… que para informarme, ya tengo a los medios, y las chafarderias de vidas ajenas de los demas, poco me aportan…

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