Una de las conversaciones más interesantes que tuve hace algún tiempo cuando tuve la oportunidad de visitar la sede de Daimler en Stuttgart fue con uno de sis directivos de I+D, que me comentaba, entre otras cosas, que una buena parte del transporte en el futuro sería completamente gratis.
Por eso me ha llamado la atención ver, aunque sea aún perfilada en un estado embrionario, la idea de transporte gratuito mediante vehículos autónomos, modelado siguiendo la idea que, en Las Vegas, se utiliza para llevar gratuitamente a pasajeros a determinados locales de ocio, con el transporte pagado por esos negocios. Un modelo que extrapola la financiación mediante publicidad o la compra de atención: te transporto gratis a cambio de una parada intermedia en una tienda determinada que paga por tu transporte, aprovechando además el hecho de que resulta mucho más económico dado que hemos retirado ya el componente más caro del mismo: el conductor.
Pero si eliminar al conductor, además de proporcionar un transporte mucho más seguro, incide de manera importante en el coste del trasporte, comenzamos a ver escenarios en el que se ataca también la segunda fuente de coste más importante: la energía. Tradicionalmente denominada «combustible» debido a que hablábamos siempre de motores de combustión, ahora la idea es progresivamente sustituida por electricidad, que además de ser más eficiente en todos los sentidos – energéticamente, en términos de mantenimiento, etc. – puede ser obtenida a partir de fuentes sostenibles. El límite de esta idea parece encontrarse cuando la propia superficie sobre la que ruedan los vehículos pasa a ser una infraestructura de generación de energía, una idea ensayada originalmente en Francia hace un año, pero a la que parece estar incorporándose de manera muy entusiasta China, con autopistas recubiertas de asfalto transparente que se apoyan sobre paneles solares, con un coste que ha descendido ya hasta los 20¢/W, y una tercera capa destinada a aislar esos paneles de la humedad del terreno. Esas autopistas incluirían, además, infraestructuras de carga inalámbrica de los vehículos mediante sistemas de inducción, convirtiendo en realidad el sueño de eficiencia que supone generar la energía y consumirla prácticamente en el mismo punto.
Una autopista es, por definición, una superficie necesariamente grande, larga y plana. Convertir esa superficie en una infraestructura de generación de electricidad mediante energía solar es algo que, hasta el momento, la mayor parte de los ingenieros consideraban imposible, debido al coste de los paneles solares. Sin embargo, el impacto de la ley de Swanson, consistente en la caída del coste de los paneles en función del número de unidades producidas, convierte esa posibilidad en viable y real. El hecho de que China domine absolutamente la producción mundial de paneles solares y que haya sido capaz, entre 20o8 y 2013, de abaratar su producción en más de un 80% – solo en este 2017, la producción del país creció un 25% – indica que el país ha entendido perfectamente el impacto de la ley de Swanson, y que están perfectamente dispuestos a poner esos ahorros en valor. Obviamente, es preciso estudiar el impacto de los costes de mantenimiento, pero podríamos perfectamente estar hablando de u futuro de hiperabundancia de recursos: con costes como el conductor o la energía eliminados o drásticamente reducidos, podríamos estar hablando de un escenario para el transporte completamente diferente al que conocemos en la actualidad. Y sin duda, muy interesante.
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Hablas de un futuro utópico Enrique, no distópico ;-)
Lo que no entiendo es por qué has titulado el artículo «Imaginando futuros distópicos» si luego lo que describes es una aparente utopía con visos de hacerse realidad. A su lado lo que si parece distópico es lo que estamos viviendo hoy día.
Pensar que la energía eléctrica va a ser de precio bajo porque la fuente es renovable, es un error. Existe energía renovable desde el principio de la electricidad, los saltos de agua y, (eliminando los impuestos que soportan), en ningún momento incluso cuando la energía eléctrica era de origen hidroeléctrico en el 90%, la energía eléctrica ha sido mas barata que los derivados del petróleo,
Por ello se utilizan combustibles petrolíferos para producir electricidad y todos sabemos que cuesta menos tener calefacción y agua caliente de gas que de electricidad- Los costes de producción y transporte de la energía eléctrica son muy superiores a los de los combustibles petrolíferos.
De momento se pretende que la producción de energía renovable pueda competir con la producción de energía eléctrica de centrales gasísticas y salvo la hidroeléctrica las demos energías renovables se resisten a bajar de coste.
La ventaja de la energía eléctrica, no está en el coste de la energía, sino en la versatilidad de su uso y en el bajo valor y complejidad de los aparatos eléctricos que la consumen, comparado con aparatos similares mecánicos. Por ejemplo un cortacesped eléctrico y uno mecánico, o un «toro» de almacén électrico y uno a diesel.
Pensar que cuando hablo de este tipo de cosas en mi entorno, me ven como al «Doc Brown» hablando del futuro en la cantina del pueblo, en «Volver al futuro III»…
Hace ya tiempo que existe el transporte gratuito. Algunos hoteles un tanto alejados regalan el transporte a la playa.
Por ahora no creo mucho en escenarios utópicos ni para el transporte ni para lo demás.
La tecnología hace al mundo mas rico pero estamos lejos de beneficiarnos todos, equitativamente, de esa riqueza que se va generando. Y en muchos casos solo ganan los «listos» apropiándose con astucia (o haciendo trampas) de lo que debería ser de todos.
Y es que lamentablemente no manda en el mundo el hombre reflexivo y de inteligencia superior sino solo el mono que es mas listo. Y todavía muchos aspiran a ese tipo de éxito que permite pavonearse con un Rolls o un Ferrari… (incluso en la China que para peor, es una dictadura con futuro).
Pero bueno, por lo menos este año se ha descubierto a Weinstein y sus tropelías. Alguien que antes fue admirado y envidiado por su riqueza y poder. Por algo se empieza, por llamar a las cosas por su nombre. Y dejando de tener como modelos de éxito a esos hombres que se han convertido en «monos depredadores».
Y una frase para la polémica: necesitamos menos Trump y mas Bill Gates. Multimillonarios que dediquen su tiempo y su dinero a la filantropía para ayudar a crear un mundo mejor.
Para cerrar la ecuación, con la energía eléctrica que sobre en la carga del vehículo autónomo, se puede generar cryptomoneda dentro de un cloud y en un entorno de IoT, con los bitcoins generados durante el trayecto obtendrías descuentos para comprar productos a la marca que patrocine el trayecto, no creo que sea ciencia ficción, en una conducción autónoma estarás consumiendo contenidos y mirando una pantalla, vaya que la publicidad entrará dentro del modelo de negocio.
¡Vayaª, que en ve de trabajar, sólo tendremos que viajar sin cesar de un sitio a otro para volver a casaa con unos bitcoin en los bolsillos.
¡¡¡Eso si que es una distopía !!! , acabas de inventar el movimiento contínuo.
El bit coin (y cualquier otra cryptomoneda) son una ruina en términos de eficiencia energética, porque es la única moneda que necesita consumir energía para sobrevivir (la que gastan millones de ordenadores que minan bitcoines repartidos por todo el mundo).
Curiosa esa autopista de paneles solares, pero aparte de ser carísima (supongo), qué pasa cuando los paneles se han agotado, estropeado (los pavimentos de asfalto sufren muchísimo) o han quedado obsoletos? A levantar todo el asfalto y sustituir los paneles? Eso es una carísima pesadilla. Claro que peor es esa ridícula autopista alemana con catenaria donde los camiones circulan como si fuesen tranvías…
Mucho más simple y barato sería que las propias carrocerías de los vehículos fuesen a la vez paneles solares, que son unos cuantos metros cuadrados de valiosa superficie, y por supuesto con baterías de apoyo para circular de noche o con mal tiempo. Flexibilidad total de los vehículos para moverse por cualquier lado, incluso desiertos y parejes dejados de la mano de dios, las carreteras actuales servirían perfectamente y te ahorras la infernal inversión en infrastructuras. Win win.
No te has fijado bien en lo que dice: los Bitcoins no serán para que los lleves de vuelta en el bolsillo, serán para que los gastes en las marcas que patrocinan el viaje.
Otra causa importante de reducción costes son los sistemas tarifarios. Seguro que hay sistemas cuyo coste global es mayor que lo que paga el usuario.
Siempre me sorprende que personas que van solas en su coche (o en un taxi), desperdiciando energía y varios asientos libres en cada viaje que hacen; pierdan el tiempo en imaginar utopías de tamaño calibre, que nunca se llevarán a cabo (o en el mejor caso lo harían dentro de muchos años).
¿No sería mejor poner en marcha ahora mismo una solución sencilla pero realista? como ir en BlablaCar, o utilizar para ir al trabajo una simple app en tu smartphone (como DedoCar)que te diga quién más está yendo en tu misma dirección, para ir juntos en el mismo coche. Así, ahorraríamos energía y dinero desde ya, al compartir gastos, y reduciríamos inmediatamente algunos problemas graves (como la contaminación y el cambio climático) y evitaríamos otros (como los atasco de tráfico en hora punta y las dificultades para aparcar).
Está mejor.explicado en este Post.