Hace algunas semanas recibí una llamada del equipo de producción de Chester, el programa de Risto Mejide que se emite actualmente en Cuatro: me pedían que hiciese una semblanza de tres minutos sobre Julian Assange, el polémico creador de WikiLeaks, especialmente de actualidad por sus recientes opiniones expresadas a través de Twitter sobre el proceso independentista catalán. El formato del programa ofrecería esa semblanza durante una entrevista a Pamela Anderson, que se define como amiga de Julian y que, de hecho, lo ha visitado en varias ocasiones recientemente en la embajada de Ecuador en Londres.
La idea era ilustrar la importancia de Assange, algo que me pedían por el hecho de haber escrito en numerosas ocasiones sobre su figura y haber prologado la edición en español de uno de sus libros, «Cypherpunks«. La ocasión, aparte de darme la divertida oportunidad de conocer a Pamela Anderson en su faceta más activista y entregada a causas de diversos tipos, me ponía en una situación potencialmente polémica, porque se me pedía claramente que glosase la figura de Assange con la importancia y dimensión histórica que ha tenido, pero en un momento en que está siendo objeto de fuertes críticas por su posicionamiento en torno al proceso independentista catalán, un tema sobre el que hablaba exclusivamente en base a su opinión personal, no como portavoz de WikiLeaks ni utilizando información de alguna manera desclasificada u obtenida por la organización. Mi idea en ese sentido fue, como comenté en varias ocasiones, separar persona de personaje: se puede considerar a Assange una figura de relevancia histórica que ha conseguido que fuésemos conscientes del cambio de papel que internet ha experimentado (de herramienta de libertad a instrumento de control), sin necesariamente estar de acuerdo con sus opiniones sobre fútbol, sobre relaciones personales o sobre política española.
El programa puede verse online en Vertele, y mi participación comienza en el minuto 25:40. A continuación, las notas que me escribí para estructurar mis ideas sobre el tema (notas que por supuesto, no traté de leer ni de memorizar en modo alguno, de manera que lo que posteriormente comenté en el programa tiene un formato completamente diferente).
Assange: el canario en la mina
En el año 2010, WikiLeaks saltó a la fama, y con ella, el protagonismo de una figura: Julian Assange. La publicación de una vasta colección de documentos extraídos de archivos militares evidenciaba el tipo de comportamientos que nadie quería ver: maniobras militares entre lo turbio y lo directamente inhumano, y actuaciones que evidenciaban abusos de todo tipo ocultos y amparados por estamentos gubernamentales.
La estructura que el gobierno norteamericano había previsto para, supuestamente, salvaguardar la transparencia no estaba funcionando. Y en los meses siguientes, se evidenció que la de muchos otros gobiernos, cuando efectivamente existía, tampoco. Archivos que evidenciaban corrupción a todos los niveles, abusos de todo tipo o cohechos para beneficiar a intereses económicos como el lobby de los derechos de autor fueron siendo publicados, en un ejercicio de transparencia brutal y, en algunos casos, incluso irresponsable. La reacción del gobierno norteamericano a la publicación de sus secretos más turbios engrandeció la figura de Assange, que había dedicado una parte significativa de su vida a crear una estructura capaz de validar, verificar y publicar revelaciones de cualquier tipo.
En lo personal, Assange es indudablemente una figura controvertida y compleja. Su tendencia a posicionarse fuertemente sobre todo tipo de temas, su vehemencia y su apariencia de estar más allá del bien y del mal en todos sus análisis le han llevado a ser objeto de no pocas críticas, y en varias ocasiones,a emitir juicios muy poco fundamentados sobre cuestiones en las que ha manifestado un fuerte desconocimiento. La propia WikiLeaks, en su papel de fomentar la transparencia, ha sido también acusada de instrumentalización, sobre todo a la hora de elegir el momento de publicar determinadas filtraciones como las de los correos electrónicos de la Convención Nacional Demócrata en plena campaña de las presidenciales norteamericanas.
Sin embargo, y por encima de todas las polémicas, Julian Assange y su creación, WikiLeaks, tienen un enorme valor como señal de alarma, como evidencia y denuncia de un poder que opera en la sombra, completamente al margen de las reglas del juego democrático y de la legitimidad, y que, con el desarrollo y popularización de internet, han adquirido mucho más poder. Internet y, sobre todo, su uso por parte de personas incapaces de entender su complejidad, han posibilitado una deriva completamente distópica en nuestra sociedad, que va desde el sistema de vigilancia y monitorización integral que está construyendo China, hasta países como Rusia y otros con dudosos valores democráticos y de respeto de los derechos fundamentales, pero que además, parecen estar convirtiéndose, cada vez más, en la envidia de otros países que podríamos considerar democracias maduras consolidadas. De hecho, fueron los Estados Unidos y la hipertrofia de los sistemas de vigilancia generada por los atentados del 11S las que dieron origen a una de las mayores filtraciones, la protagonizada por Edward Snowden, también con la ayuda y colaboración activa de WikiLeaks.
Personas como Assange son absolutamente necesarias como auténticos canarios en la mina, los que los mineros llevaban en una jaula y eran los primeros en morir cuando aparecían bolsas de gases peligrosos. Con su sacrificio, el de verse obligado a vivir sin salir de una embajada y sin poner un pie en la calle durante ya más de cinco años, Assange – o lo que quede de él – da la voz de alarma cuando derechos fundamentales como la privacidad se vulneran para convertir nuestras sociedades en un escenario como el anticipado por George Orwell en 1984, en esquemas de control total sobre el pensamiento de los ciudadanos.
En Cypherpunks, libro cuya edición española tuve la oportunidad de prologar, Assange dibuja cómo los gobiernos están utilizando la red para dar lugar al mayor aparato de espionaje y vigilancia de los ciudadanos que ha existido nunca. Estamos viviendo una realidad que convierte a George Orwell en el más grande de los visionarios, una dinámica con muy pocas posibilidades de vivir una marcha atrás. La libertad de la que disfrutamos en internet desde su creación y popularización se nos está escapando entre los dedos, está desapareciendo a toda velocidad, mientras todo un conjunto de tecnologías como las cámaras, los sistemas de reconocimiento facial, la cibervigilancia, la deep packet inspection, los filtros o la retención de datos van convirtiendo el mundo en que vivimos en un entorno completamente diferente, en una dura realidad que nos va a costar mucho trabajo explicar a nuestros descendientes. Cabalgando junto a jinetes del Apocalipsis como la protección de los derechos de autor, la pornografía infantil o la amenaza terrorista nos están trayendo recortes de derechos y libertades sin precedentes, supuestamente en aras de un bien común, desdiciendo a aquel Benjamin Franklin que con tan buen juicio aseveraba que “aquellos que sacrifican libertad por seguridad no merecen tener ninguna de las dos”.
Es a la hora de darnos cuenta de esa dolorosa y desasosegante realidad cuando figuras como Julian Assange, acompañado de sacrificados héroes como Chelsea Manning o Edward Snowden, adquieren su verdadera dimensión. Una dimensión indudablemente histórica, que muchos serán incapaces de entender aunque tengan sus evidencias delante de sus mismísimas narices. Pero las cosas, porque el hecho de que no lleguemos a entenderlas o que su magnitud nos sobrepase, no dejan de ser importantes. Brutalmente importantes.
Tienes que disculparme, en el momento que has mencionado «conocer a Pamela Anderson» me he bloqueado y no he podido seguir leyendo…
En su faceta más «no sé qué…».
Tengo que resetear. Intentaré leerlo mañana.
En su faceta más ACTIVISTA.
Una cosita: Assange solo está siendo criticado (histéricamente) por el asunto catalán desde todos los medios de comunicación españoles del stablishment conjurados para acabar con el Procés, además de ridiculizado por su presunta relación con la señorita Anderson (envidia, supongo), en el exterior la percepción de su figura debe ser más o menos la misma que antes, no? Debemos escuchar a Assange porque tiene razón en todas sus denuncias menos cuando afectan al gobierno español y sus evidentes prácticas ilegales en la Operación Cataluña? Un poco de valentía por favor, eso de que «son sus opiniones personales» da un poco de vergüenza ajena, se supone que Assange es una persona bastante bien informada y con criterio, no? Para los curiosos, vean este interesante reportaje sobre las cloacas de Interior (vetado en España en todas la televisiones, por cierto) y después que se atrevan a decir que Assange es un pobre hombre que se inventa las cosas:
http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/30-minuts/operacio-catalunya/video/5668500/
Y también querría dejar constancia de mi profunda tristeza por ver a alguien del prestigio de Enrique Dans en un programa presentado por el ridículamente pseudoprofundo y altamente estomagante Risto Mejide, quien representa lo peor de la telebasura española en un canal cuya programación ya es de por sí una tragedia para la humanidad.
Si Assange hubiera hablado bien del rey seguramente tu post sería muy diferente. Y Enrique Dans puede hablar donde le dé la gana, que para algo es divulgador de información. No te deprimas con tanta facilidad.
A Assange se le ha escuchado cuando ha hecho denuncias con pruebas, documentos filtrados. Por lo que sé no ha habido ningún documento filtrado respecto al tema del proceso independentista. Assange leía el periódico ese día y decía si las cosas le parecían bien o mal, según vete tú a saber qué criterios. Lo que se suele llamar opinar sobre algo.
Me da la impresión de que el link que has escrito tampoco aporta pruebas de lo que afirma.
Fran, me has quitado las palabras de la boca.
Marcelo, gracias por existir. Sin ti el mundo no sabría de la conjura contra el proces. Sin ti, personas como Enrique Dans darían sus opiniones donde les pareciera. Sin ti, canales de TV seguirían teniendo programas con gente incómoda. Sin ti, y la ayuda de TV3, pensaríamos que esto del proces ha sido una broma de mal gusto que todos pagaremos por la irresponsabilidad de unos cuantos. De nuevo, gracias por existir Marcelo y ayudar a formarnos en el pensamiento único, censurando todo lo que no te gusta. Cuídate mucho. Te necesitamos!
Criticado histéricamente, en muchas ocasiones (o la mayoría), por los mismos que le defendían a capa y espada hace bien poquito, y ahí estarán sus «malditas hemerotecas» para comprobarlo. Si, esos mismos que ahora hablan con odio o condescendencia barata sobre él.
Querido Assange en boca cerrada no entran moscas.
Yankilandia espia a todo el mundo y todo el mundo sabe lo de los correos de Hillary Clinton o las conversaciones privadas de Trump. Me parece que el «espionaje» no les está funcionando como desearan.
No he visto el programa pero el artículo me ha gustado bastante.
Julian Assange es una suerte de neo mártir; aunque no está en la cárcel es casi como si lo estuviera, y van varios años. También ha sufrido problemas mas o menos serios en su hombro derecho sin haber podido tratarlo adecuadamente.
No me gusta lo que hizo Wikileaks con los correos de Clinton, ni la relación con Trump y sobre todo con uno de sus hijos, pero Assange, que se ha enfrentado al sistema pagando un alto precio por ello quizás tenga ahora derecho o razones para pactar con quien sea por su futuro. Otra cosa es que Trump termine ayudándole después de haberle utilizado.
Seguramente Wikileaks haya cometido también muchos errores importantes. Pero ha abierto (o ha intentado abrir) un camino esperanzador para acabar con la corrupción en el mundo.
Me encanta lo del canario, pues es típico del rancio conservadurismo matar al canario en vez de mejorar la mina.
Para gustos colores, prefiero un canario que se pase de cantada a un gorrión asustado por el poder (sea putinesco, trumpiano o xijinpinero) incapaz de hablar de lo que ve. Sin entrar, por supuesto, en negar la justificación casi natural del gorrión para «estar mudo».
Y puestos a degustar, pienso que comparar a Risto con Jorge Javier resulta de «»quedarse castigado en un rincón de clase».
Hola Enrique, debes decirle a los que te inviten a una charla, que tu no eres profesor de sistemas de información.
Hombre, serlo, sí que lo soy. Tengo un precioso diploma en la pared de una gran universidad norteamericana que afirma que estoy doctorado en eso, me costó un montón de tiempo y trabajo, me mantengo actualizado en el tema, y lo he enseñado en muchas ocasiones. Que actualmente esté enseñando Innovación no quiere decir que me retiren las credenciales anteriores (o eso espero). No me definiría como Biólogo porque no llegué a ejercer como tal profesionalmente en ningún momento, pero los Sistemas de Información los tengo más cercanos y sí los he utilizado profesionalmente tanto dentro como fuera del entorno académico…
Enrique espero que no hayas mal interpretado mi sugerencia. Sólo pensé que ese titulo se queda muy corto para lo que verdaderamente haces. Saludos
Jajaja, no, en absoluto. Como dicen los norteamericanos, «no offense» :-)