Josep Fita, de La Vanguardia, me llamó por teléfono para hablar sobre el doxing, la práctica de investigar, revelar y distribuir públicamente información privada sobre una persona que permita su identificación o localización, con el propósito de generar un ambiente hostil o incluso posibilitar acciones de represalia fuera de la red. Hoy publica su artículo titulado «El ‘doxing’, una forma de acoso en la red«, en el que me cita.
El doxing es una práctica tristemente habitual, que por lo general suele tratar de generar una situación de acoso o aislamiento de una persona en función de ideas o comportamientos que otros consideran censurables. En cierto sentido, se trata de señalar a una persona en función de sus ideas, opiniones o comportamientos, y hacerlo de una manera pública, tratando de demostrar a esa persona de manera más o menos implícita que su comportamiento discordante conlleva un riesgo y que podría materializarse fuera de la red. Desvelar, por ejemplo, el teléfono o el domicilio de una persona puede dar lugar a fenómenos de acoso, y elimina barreras de entrada a diversos tipos de represalia. Algunas compañías, como Twitter, consideran el doxing un comportamiento censurable, lo definen claramente como «no puede publicar la información privada de otras personas sin su expresa autorización y permiso», y tienen protocolos de actuación específicos que típicamente suelen conllevar la suspensión de las cuentas que lo practican.
En muchos sentidos, el doxing es una práctica de escrache virtual, que se torna más amenazante porque pasa a posibilitar el escrache fuera de la red, en la puerta de tu casa o por otras vías. Su uso como arma política ha sido habitual en numerosos contextos, como forma de hacer ver a una persona que sus ideas están aparentemente en minoría y que podría haber una mayoría con ideas contrapuestas con el potencial de tornarse hostil. Una versión virtual de comportamientos mafiosos del tipo «sabemos quién eres y dónde vives» que puede responder a infinitos esquemas y variaciones, que puede ir desde la represalia al linchamiento o que puede incluso tener lugar contra organizaciones, pero que tiende como elemento común la revelación de información personal o privada, y que tiende a tipificarse cada vez más como un comportamiento censurable o incluso potencialmente delictivo.
Los hay muy cobardes. La expareja despechada de una amiga mía, se hizo pasar por ella en un chat de contactos dando todos sus datos personales, explicando como iba vestida e incluso en que local estaba o iba a estar esa noche. Así que mi amiga sufrió todo tipo de desagradables situaciones hasta que pudo enterarse de lo que estaba pasando.
El scratch, tanto dentro como fuera de la red, es la mas clara señal de chulería enfermiza del populismo, tanto de derechas como de izquierdas.
Si en embargo el poder localizar por Internet los datos de cualquiera, facilita mucho las relaciones normales entre las personas. Por ejemplo, un hijo mio venía a Madrid desde Valencia y quería comprar un queso manchego en un sitio donde nosotros lo habíamos comprado anteriormente,
No recordábamos ni el nombre del pueblo, ni es del lugar donde lo compramos. pero teníamos una idea muy aproximada de donde se encontraba. Mediante Google maps vimos que el pueblos se llamaba Villar de Cañas y con la búsqueda de ese nombre y «queso», dimos con el lugar concreto donde lo compramos, Venta San José.
Como venia el teléfono. llamamos y nos confirmaron que estaría abierto a la hora que pasaba mi hijo. Ellos vendieron un queso y mi hijo c.nsiguió el queso que quería.
No es malo en Internat, son los usos que los damos los que pueden ser buenos o malos..
Porque tenemos que salir en Google si no queremos?? Donde esta el derecho a que esa empresa del demonio nos de de baja en sus servidores? No vale la disculpa de que ellos solo cachean a otras paginas, aún así, en sus propios servidores ya estan mostrando esa informacion aunque sea reproduccion de terceras. Y lo mismo las fotos de street view, es una autentica vergüenza que salga mi casa sin mi permiso.
Creo que cometes un error de concepto,. Google no obtiene información, Google simplemente cataloga información de paginas web abiertas al público por sus propietarios legales, que desean que la información que contienen sea accesible a todo el que desee verlo.
Si tu no quieres que esa información se publique, tienes como primera medida solicitar a quien lo publicó que la borre, y en segunda medida puedes solicitar a Google que no la catalogue.
Lo mismo pasa con tu casa, Google no indica que una vivienda sea tu casa, si tu no pagas para que lo digan. Solo muestra fotografías de vías publicas, algo totalmente legal, para lo que no hay que pedir permiso a nadie.
Las manifestaciones, los eschaches, los panfletos… no son medios muy democráticos de protestar porque permiten que actúen personas poco informadas… pero hay circunstancias muy antidemocráticas que lo hacen necesario.
El acoso contra la dignidad de las pesonas (un escrache donde se involucran, por ejemplo, hijos del «malnacido») no tiene justificación democrática ni humana. Es la clara muestra de una escasa evolución de la parte sapiens del homo. Y desde luego resulta independiente del color político o religioso de quien lo haga. Por ahora, lo de izquierda o derecha (musulmán, cristiano…), no ha quedado demostrado que venga en el ADN.
«pero hay circunstancias muy antidemocráticas que lo hacen necesario.»
Falso, donde hay «circunstancias muy antidemocráticas», no es posible hacer scrach, trata de organizar un scrach en Corea del norte en China o incluso en Argelia y veras lo que pasa, en esos países. De darse un scrach lo ha organizado el gobierno para un opositor.
En efecto no esta demostrado (y probablemente es falso), que ser de izquierdas o de derechas se refleje en el ADN, pero en cambio los scratch de tipo político) siempre los han llevado a cabo populistas de izquierdas y de derechas y no gente moderada sean de la tendencia que sean. Los scratch de tipo personal los montan personas execrables y despreciables, sean cual sean sus opiniones políticas.
A mí me parece que la palabra escrache -no digamos ya el anglicismo doxing– se emplea para disfrazar como bueno un acto totalmente repudiable.
Deberían llamarlo acoso, ya sea en la calle o en Internet. Y el acoso es un delito.
Basta ya de eufemismos, llamemos a las cosas por su nombre.
Gracias Enrique,
pero no entiendo donde está el límite entre doxing y dejar una (o varias) referencias sobre un profesional en la red (Google o redes sociales) siempre que esta sea real y objetiva…
Si puedes explicame, por favor !!!