La presentación del Apple Watch Series 3 el pasado día 12 de septiembre, con su Apple eSIM como novedad importantísima aunque no destacada por casi nadie, marca un momento muy interesante que sigue la estrategia habitual de la compañía: la de definir un «momento de la verdad» sin ser para nada el primero en hacerlo desde un punto de vista tecnológico.
Los smartwatches con tarjeta SIM propia están disponibles desde hace ya bastante tiempo: nadie recuerda especialmente cuál fue el primero, y sus ventas, en general, han sido más bien escasas en una categoría aún considerada relativamente secundaria, pero con un sano crecimiento anual y que Apple domina de manera aplastante. Ahora, con el lanzamiento de la tercera iteración de su smartwatch, la marca se adentra en un interesante territorio: el de la sustitución coyuntural del smartphone en determinadas situaciones.
En muy poco tiempo, el smartphone ha pasado de ser un simple terminal telefónico, a convertirse en un «aparato para todo» sin el que no podemos prácticamente salir a la calle. La semana pasada, salí de casa sin mi smartphone, algo que hacía muchísimo tiempo que no me pasaba: me di cuenta de que le faltaba un poco de carga, lo conecté a un cargador en una mesa supletoria, me lo dejé ahí, y no me di cuenta hasta llegar al despacho. La sensación de «desnudez», de «me falta algo» durante toda la mañana fue profundamente desagradable, culminada con momentos como enviar un correo desde el ordenador pidiendo a alguien que te llame a un terminal que no tenías, intentar pagar algo con Apple Pay, darte cuenta de que no puedes llamar a un Uber, que no puedes acceder al área de embarque de la estación de tren porque tu billete estaba en el Wallet, o que te resulta muy difícil saber en qué diablos de las muchas puertas de la estación te está esperando tu mujer (que además de viajar conmigo ese día, era la encargada de volver a traer el añorado iPhone a mi bolsillo). Decididamente, una mañana incómoda y bastante surrealista, sobre todo cuando mi Apple Watch, reducido durante varias horas a dispositivo para darme la hora y la agenda, se conectó a mi iPhone aunque mi mujer estaba fuera de mi vista y me permitió acceder a mi billete y comunicarme con ella (y lo extraño, pero no especialmente incómodo, que resulta escribir en la pantalla del reloj!) De esos momentos en los que te das cuenta de la dependencia que puedes llegar a tener de un aparato electrónico.
Que el smartwatch se convierta en un sustituto parcial pero razonablemente eficiente del smartphone es algo cuya comodidad atestiguan decenas de miles de aficionados a salir a correr en todo el mundo: decididamente, salir a correr con cien o doscientos gramos en el bolsillo no es cómodo, no tanto por el peso en sí sino por su comportamiento cuando te mueves, lo que lleva a muchos a sujetárselo al brazo con fundas y correas de todo tipo. Salir a correr es más incómodo si tienes que renunciar a cosas que, en cualquier otro momento del día, tienes disponibles simplemente metiendo la mano en el bolso o bolsillo. El momento en que el smartwatch se convierte en un sustituto o recambio digno de tu smartphone, en un dispositivo en el que puedes hacer determinadas cosas, como comunicarte decentemente aunque estés haciendo paddle surf en medio de un lago y sin tener que parecer Dick Tracy, o utilizar determinadas aplicaciones de manera autónoma para pedir un Uber, pagar en una tienda o entrar en un tren, es algo con una dimensión que deja de ser anecdótica. Entre otras cosas porque nadie está a salvo de olvidarse el smartphone, pero es poco habitual olvidarte algo que llevas todo el día sujeto a la muñeca.
Nunca tuve especial interés en el primer Apple Watch, que terminó llegando a mi muñeca como un regalo. En verano, tiendo a prescindir de él: soy muy aficionado al mar y al buceo, y habitualmente lo dejo en casa y o bien me llevo otro reloj, o simplemente no llevo ninguno, sin que me parezca terriblemente incómodo. Sin embargo, no prescindo el smartphone, y aunque obviamente no me lo lleve al mar, es evidente que sí me encontraría incómodo sin él. Como la propia Apple dice,
Whether users are out for a run, at the pool, or just trying to be more active throughout their day, Apple Watch Series 3 with cellular allows them to stay connected, make calls, receive texts, and more, even without iPhone nearby.
(Si el usuario sale a correr, a la piscina, o simplemente trata de ser más activo durante el día, el Apple Watch Series 3 con conectividad celular le permite mantenerse conectado, realizar llamadas, recibir textos y mucho más, incluso cuando no tienen su iPhone cerca)
La sustitución de muchas funciones de un dispositivo de entre cien o doscientos gramos que llevamos en el bolsillo para pasarlas a otro mucho más ligero que llevamos en la muñeca puede parecer, de alguna manera, «un problema del primer mundo«, pero no deja de indicar algo, una tendencia interesante. No sé si es tanto una sustitución, o simplemente la ganancia de grados de libertad que supone poder planteársela en determinadas circunstancias, sea porque sales a correr, porque vas a la playa, porque te has olvidado el smartphone o porque, simplemente, no te apetece llevarlo. Los wearables son una forma de poner presión a los fabricantes de componentes: queremos aparatos cada vez más pequeños, con baterías con mayor duración, con conectividad y con más funciones, hasta el punto de que podamos llegar a emplearlos como sustitutos para otros dispositivos. Un nuevo ecosistema. Pronto, el visor en las gafas, el reloj en la muñeca… y el bolsillo, ¿vacío?
This post is also available in English in my Medium page, “Is the smartphone already headed for obsolescence?»
El gadget está inventado, Ahora falta lo mas difícil, encontrar para él una utilidad real que no se haga con el Smartphone que todos llevamos.encima.
Pues eso… no tener que llevarlo encima! :-)
Escuchar música por streaming mientras nadas en la piscina creo que todavía no es posible porque el bluetooth de los auriculares no funciona bajo el agua. Si te parece buen nicho me avisas y pensamos algo ;-) Es broma.
Dick Tracy, que podeia sin problema haber utilizado su reloj para cualquier cosa, brújula, identificar criminales, analizar muestras de sangre,… para cualquier cosa, solo lo encontró dos utilidades reales a su fabuloso reloj, ver la hora, y hablar por teléfono, y esas dos cosas y bastantes más se hacen ahora perfectamente el smartphone.
Va a ser muy difícil sustituir el teléfono con un reloj que en el mejor de los casos, lo único que hace mejor, es tomarte la tensión.
Si un día olvidas el teléfono en casa te encuentras incómodo, ni tienes agenda, ni contactos, ni alertas, ni cámara de fotos, ni ,… App para todo lo que se te ocurra. Si olvidas el smartwatch, te es lo mismo , ya te tomaras la tensión cuando vayas al médico a la revisión anual.
Hace pocos meses que, por primera vez, salí a correr con un Android Wear 2 con Sim. Con mis flamantes nuevos auriculares lavables hice algo tan sencillo como escuchar música sin cables, sin 200g en el bolsillo (o en el brazo, qué horror) y de repente me llamó mi hermano, además creo recordar que era para algo importante, y la conversación fluyó. Y todo fue muy natural.
Negar que esto es el futuro es ridículo pero mi duda es si va a trascender ese uso coyuntural. Las interfaces de voz no gustan a todo el mundo y escribir en un reloj sigue siendo incómodo. ¿Qué vendrá para acelerar este proceso? ¿No pensáis que las interfaces son la clave del destino de los wearables?
Supongo que también servirá como banco de pruebas para la eSIM con el objetivo de popularizar la tecnología. ¿No será esto una amenaza para los operadores, el que el fabricante de dispositivos tenga la llave de entrada a la red?
Y todavía hay más :D
https://www.applesfera.com/iphone/desaparece-el-operador-del-iphone-x-el-ultimo-bastion-de-la-marca-de-las-companias-telefonicas
Los smartwatches están lastrados desde su concepción por la herencia del reloj de clásico de muñeca al que sustituyen: forma de reloj (redonda en su mayoría, aunque el de Apple es cuadrado), connotación de elegancia e incluso lujo, y… tamaño de reloj de muñeca. Esto hace que su pantalla esté limitada en tamaño, lo cual, para mí, es su principal inconveniente para hacer algunas tareas cómodas aunque tenga conectividad autónoma.
Imaginemos un Apple Watch casi el doble de ancho: nos parecería raro (comparado con un reloj), feo, excesivo, etc. pero ¿acaso no lo son los móviles actuales? Hace años no pasaban de 4″ y hoy apenas caben en algunos bolsillos. De repente, con una pantalla así de ancha, algunas cosas que necesitan un móvil por comodidad ya se podrían hacer en él. ¿está preparado el mercado para algo así? Aún no, ya que ni siquiera hay una «killer app» para el smartwatch, pero ya veremos en el futuro, con mejores interfaces de voz, auriculares inalámbricos, altavoces inteligentes en casa y con tabletas que sustituyen por completo a ordenadores de trabajo o de casa.
Resulta curioso el ejemplo que pones de lo incómodo que resulta salir a correr con el teléfono. La mayoría lo llevamos para escuchar música mientras corremos y de paso dejar registrado nuestro entrenamiento. Sin embargo, en lo que a música se refiere, me resultaba infinitamente más cómodo salir a correr con mi viejo walkman que enganchaba a la cintura gracias a una potente pinza y manejaba al tacto sin necesidad de mirarlo. Infinitamente mejor pese a pesar y ocupar mucho más.
En mi opinión, una de las novedades más interesantes del nuevo Apple Watch es la mejora de la monitorización cardíaca.
El nuevo dispositivo monitoriza la frecuencia cardíaca tanto en reposo como en recuperación y envía una notificación de frecuencia cardíaca elevada cuando el usuario parece no estar activo.
El seguimiento de del ritmo cardíaco. puede ser particularmente útil para aquellas personas que presentan un ritmo irregular del corazón (arritmia) o que pueden no saber que lo tienen.
La conectividad ofrece además la posibilidad de avisar al médico, informar a los servicios sanitarios y, eventualmente, incorporar los datos a la historia clínica electrónica del sujeto.
Yo creo que la solución es un dispositivo minúsculo ( ya lo vi hace más de 10 años en una web japonesa y no se me ha olvidado… Aunque era un proyecto, ni siquiera era un prototipo) y que proyectaba toda la información necesaria en una lentilla. (Y especie de realidad aumentada) . en fin, ya llegaremos al momento que no haga falta llevar un «parato» de estos ya que con una simple lentilla se solucionarán la mayoría de los inconvenientes.
Para mi lo mejor es la mejora de la monitorizacion cardiaca sin duda!!!
Es que todo se encamina a que en un futuro, probablemente no muy lejano, todo eso y más se haga con un chip que llevaremos implantado. Todo lo actual son sólo pasos intermendios. Al tiempo.
Es posible que el smartwatch evolucione en dos direcciones opuestas. Por un lado hacia modelos «Dick Tracy», y teniendo en cuenta que el uso por voz está infrautilizado. Y por otro, hacia las pantallas mas grandes, relojes que ocupen buena parte de la muñeca y hasta el antebrazo, de 3″ o incluso mas.
La dependencia de estos dispositivos irá en aumento hasta que lleguen los implantes subcutáneos, que solucionarán muchos «problemas» (los mas jóvenes ya estarán preparados para recibirlos gracias a la moda de los tatuajes).
Poner «relojes que ocupen buena parte de la muñeca y hasta el antebrazo» es fácil, basta poner correa a un teléfono móvil.
Lo que no se, es si es cómodo, ¿Como haces una foto desde el antebrzo? ¿Es mas cómodo escribir con las dos manos, o solo con un dedo en el antebrazo izquierdo? ¿Es mas cómodo poner el teléfono en la tablero del coche, para utilizarlo como TonTon o mirar en el antebrazo?
No lo tengo nada claro, ¿quizá un soporte de quita y pon?. Claro que tendríamos que poner en las camisas, (al menos en el brazo izquierdo), mangas japonesas, para poderlas retirar con facilidad
Gorki, tu lo quieres todo. Algo habrá que dejar al smartphone, por ejemplo la cámara. Pero también se puede pensar en usar la cámara quitándote el smartwatch (total o parcialmente) para hacer la foto.
Pienso en una muñequera, tipo heavy, clásica, o mas futurista, etc, pero que vaya desde la muñeca unos 5 o hasta 7 cm. hacia atrás. Algo mas ergonómico y no tan exagerado como un móvil de 4″. Digamos mejor unas 2,5″ o 3″ de pantalla.
Fíjate en esta, que va a juego con muchos tattoos.
http://www.artesanum.com/upload/grande/7/6/5/munequera_heavy_de_cuero-1002913.jpg
Sin duda la incorporación de una eSIM al Apple Watch abre la puerta a un futuro que las operadoras no quieren, pero que será un gran avance para el resto de los mortales. La SIM ya no será eso que te da la operadora, y que solo sirve para ella, eso que tienes que ir a recoger a una tienda antes de disfrutar del servicio, o esperar pacientemente a que te la lleven a casa. Estas son algunas de las ventajas de una eSIM:
– Te sirve para cualquier operador, y para tener contratados en el mismo móvil todos los operadores que quieras, al mismo tiempo. Como un móvil con SIM dual, pero a lo bestia. Como si quieres usar un operador para las llamadas y otro para Internet, uno para España, otro para Francia, y otro más para USA o cualquier otro país al que viajes (adiós al roaming).
– Cambiar de operador para los datos (sin portabilidad del número) es tan sencillo como pulsar con el dedo en la pantalla de tu móvil para seleccionarlo.
– Ocupa mucho menos espacio que una nanoSIM, sobre todo si tenemos en cuenta que una SIM requiere un conector que consume todavía más espacio, mientras que una eSIM es simplemente un (muy pequeño) chip soldado directamente a la placa, como los demás.
Además, la eSIM es el preludio de la soft SIM. Técnicamente no hay ningún motivo para que la funcionalidad de la SIM tenga que ir en un chip aparte, puede ser simplemente un soft como otro cualquiera. El espacio ocupado y el coste de fabricación pasan a ser cero.
Verdaderamente esto es algo que se podía haber hecho hace años, pero como las operadoras no lo quieren ha tenido que ser Apple, con su fortísima imagen de marca y la gran fidelidad de sus clientes, la que actúe de ariete y meta la eSIM en un aparato que, aunque no sea un móvil, sí que sirve para hacer llamadas. El siguiente paso, por supuesto, será que también lo hagan en alguna futura versión del iPhone.
Así que Google ya puede ir tomando nota. Aunque Android no maneja nunca directamente la SIM (tampoco iOS, el GSM es un sistema autónomo con su propio procesador), de cara al usuario sí que es necesario darle soporte a las nuevas posibilidades que ofrece la eSIM.
El apple Watch Serie 2 ya lleva lectura de ritmo cardíaco, es sumergible y permite escuchar tu música favorita al correr sin necesidad de llevar el móvil encima.
Yo estoy encantado con él. Además tiene otra ventaja (para mi) que no tendrá el serie 3: Me permite desconectar de mensajes y llamadas cuando estoy disfrutando de un rato de tranquilidad haciendo deporte.
Un saludo
Lo que necesito es un sistema operativo en el coche digno de Apple o Android, en vez de la basura que ponen los fabricantes de coches.
Tuvo que venir Tesla a poner orden en el salpicadero con una pantalla táctil, pero seguimos sin tener la libertad de un Apple Store o Google Play para personalizar nuestro coche.
3/4 de lo mismo con la TV, pero ahí se ve mucho progreso y me veo dejando de lado la señal de TV a favor de la conexión de datos.