Mi columna en El Español de esta semana se titula «Apple y la agenda» (pdf), e intenta explorar las razones por las que una compañía, Apple, consigue marcar la agenda de toda una industria que teóricamente no lidera en función del número de unidades vendidas, pero en la que decididamente se convierte en la sancionadora de todas y cada una de las tendencias que van surgiendo.
Nadie duda, más de diez años después de su lanzamiento, que el iPhone dio lugar a un cambio dimensional en el ecosistema tecnológico. En su momento generó críticas: era caro, no era 3G, no era lo más cómodo para hacer llamadas, no tenía teclado… sí, pero de manera inmediata, todos los terminales lanzados aspiraban a parecerse lo más posible al iPhone y pretendían etiquetarse como supuestos iPhone-killers.
Más de diez años después, seguimos exactamente igual: el iPhone X no es el primer terminal con identificación facial, pero sí parece ser el primero en ponerla en práctica lo suficientemente bien como para que sea de verdad usable y segura. No es ni mucho menos el primer terminal bezel-less, pero sí el que marca que a partir de ahora, todos los que vayan saliendo lo sean, y el que parece haber adoptado una interfaz mejor diseñada para esa circunstancia. Como eso, mil cosas más: la compañía no pretende especialmente ser la primera en lanzar nada, pero sí consigue ser la que marca la agenda que de alguna manera «oficializa» cada función, cada prestación, y las convierte en parte obligada del itinerario para todos los demás. Ninguna marca, por más que lo intentan, consigue convertir los lanzamientos de sus productos en auténticos eventos de trascendencia mundial a los que ser invitado físicamente supone un privilegio, ni convertir todo el panorama mediático en una gigantesca crónica que dedica todas sus portadas en exclusiva al tema.
Con el precio, ha hecho exactamente lo mismo: si quien marca la agenda decide que ya es el momento de superar la barrera psicológica de los mil euros, como comentaba ayer con Jose Antonio Luna en El Diario, el mercado asumirá que esto es lo que hay: que un smartphone ya es mucho más que un simple teléfono, que lo utilizamos más tiempo y para más funciones a lo largo del día que un ordenador, y que por lo tanto, tiene sentido que tengan un precio comparable. Después de todo, resulta más complejo tecnológicamente y desde el punto de vista tanto de diseño como de fabricación empaquetar las funciones que posee un smartphone en una carcasa de ese tamaño que en el caso de un ordenador, y además, el smartphone posee componentes y sensores que un laptop o un desktop no suelen incorporar. Llevar la tecnología de las baterías hasta el límite, generar nuevos sistemas de autenticación, idear nuevas tecnologías para la cámara o incorporar sistemas de machine learning o incluso chips específicamente preparados para ello tiene un precio, y la compañía lo repercute en su precio: no es lo mismo «un teléfono móvil» que «un terminal que escanea tu cara para autenticarte, que incorpora varias cámaras que aplican algoritmos de machine learning para optimizar cada fotografía que toman, que se pueden cargar simplemente dejándolos sobre una base, o que incorporan u optimizan unas cuantas funciones más». El precio de los smartphones como categoría lleva bastante tiempo descendiendo gracias al desarrollo de terminales cada vez más accesibles para países con economías débiles o en vías de desarrollo, pero Apple sabe que ese no es su juego, y por supuesto, no pretende jugarlo.
Por otro lado, parece claro que la compañía está dispuesta a plantear una apuesta clara por los servicios en su estrategia: si eres usuario de sus productos, es normal que puedas decidir, además, pagar por almacenamiento adicional en iCloud, por música en Apple Music, y dado el precio de sus terminales, por un seguro en AppleCare, que en consecuencia incrementa sus precios. ¿A cambio? Terminales que sus usuarios adoran y que evalúan con índices de satisfacción elevadísimos e inalcanzables para otras marcas, que deterioran sus prestaciones sensiblemente menos con el tiempo, y que si tienen algún problema, te llevan a una tienda monísima donde un tipo generalmente muy majo da servicio a tu producto exactamente como lo que es: un producto de lujo. El lujo está muy bien para quien lo quiere, pero se define por ese tipo de atributos, por ser bueno y por ser caro. Para quien no quiere lujo, hay otras marcas. Y mientras tanto, ahora, como hace diez años, con Jobs o sin él, Apple sigue marcando la agenda.
This post is also available in English in my Medium page, “Apple: still setting the agenda after all these years…»
Bueno,
Estoy de acuerdo en casi todo.
Un teléfono es mucho más que un teléfono, es el dispositivo que más tiempo usa la mayoría de personas, lleva la tecnología al límite…
Pero ha sido Samsung y no Apple la primera en superar los 1000€
Bien cierto, pero este artículo no va por ahí. Más bien viene a decir que si bien Apple no suele ser la primera en nada, sí es quien de algún modo marca el ritmo a seguir: a partir de ahora a todo el mundo le parecerá de lo más normal que haya smartphones a la venta por ese precio.
Y tengo que estar de acuerdo con eso, a pesar de que Apple me gusta entre poco y nada.
Decir que es la empresa que marca la industria me parece desacertado. Todo lo que han presentado en el iPhone X no tiene nada de novedoso, y veo que es más bien un n follower antes que alguien que impone algo. Es sólo su legión de fanáticos, a quienes los tiene amarrados por su ecosistema y un número más de usuarios, quienes siguen comprando su dispositivo (lo cual es algo elogiable, parecen zombies corriendo tras un cerebro fresco). Sería interesante conocer cuántos usuarios son recurrentes y cuántos nuevos.
Parece que no entendió bien el artículo, de lo que se trata no es que sea el primero en todo, de trata de que en lo que otros han fracasado Apple lo hace funcional y exitoso, de eso se trata. Un ejemplo es el sistema facial de Samsung, un gran fracaso en el que Apple ha sabido ser inteligente y desarrollarlo mejor que ellos.
Qué ocurre con el sistema de reconocimiento facial cuando duermes…
Dicen que es el momemto en que (por ejemplo) tu novia puede acercarse con tu iPhone y acceder a todos tus secretos…
Lo del reconocimiento facial mientras duermes es lo de menos, al tener los ojos cerrados se dificulta reconocer la cara y además es algo que se puede hacer con la huella dactilar y nadie se queja.
Apple no hace nada especial ni increíblemente bueno, lo que sí que sabe hacer bien es vender el producto.
Ejemplo de que el face ID no es lo mejor: https://www.youtube.com/watch?v=m7xmCCTVS7Q
Enrique, ciertamente que Apple marca, como tú dices, la agenda de toda una industria. Eso se debe, principalmente, a que desde el principio se presentaron como una empresa diferente a las demás y lograron formar un sólido grupo de devotos seguidores.
Hay otras compañías que, en mayor o menor medida, tienen mucha fuerza gracias a sus fieles seguidores. Volkswagen es una de ellas. Quizá con este ejemplo puedas ver lo complicado que resulta analizar este tipo de empresas, donde la indulgencia de los clientes ante los errores es enorme y el modo como ellos se acercan a los nuevos productos bordea lo religioso.
Me pregunto si el Huawei Mate 9 Porsche Design, por 1395 euros, podrá competir con el nuevo iPhone X. ¿Se puede ganar prestigio a golpe de talonario?
http://computerhoy.com/fichas/huawei-mate-9-porsche-design
El previsible post de un «fanboy». Lo cual ni me parece bien ni mal, simplemente ES. Cada cual tiene derecho a tener sus fobias y sus filias.
Ni una sola frase de fría critica a sus productos, ni tan siquiera de opiniones en su defensa, simplemente repetir varias veces. «Son los Números UNO», Aunque hayan sido en casi todo los Número DOS, y olvidarse de los múltiples campos en que Apple, ha sido rebasada sin ningún género de dudas por los competidores.
«Aunque hayan sido en casi todo los Número DOS»
¿Sido en qué? ¿en presentar tecnología por primera vez? ¿en presentar a la venta esa tecnología? ¿en tener éxito con una tecnología?
¿Qué mérito tiene cada uno de esos hitos? ¿es subjetivo valorar la importancia de cada uno?
En penetración de mercado son sin duda, el número 2.
Dicen que quien da primero da dos veces, pero en el caso de Apple no ha sido así.
El crecimiento de Android partiendo en desventaja, es digno de estudio.
Steve Jobs intentó frenarlo sin éxito y el resultado es que hoy el 77% de terminales a nivel mundial son Android.
Apple’s facial recognition technology isn’t just able to detect your face – it’s able to detect what your face is doing, too. So the iPhone X will check that it has your «attention», as well as checking that you’re the right person.
In practise, that probably means that the phone will check that your eyes are open and that you’re looking at the phone. That means that people won’t be able to hold it up to your face while you’re asleep to access your personal information or send embarrassing messages; and it also gives an extra way to resist if someone is trying to force you to unlock your phone.
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If someone knocks you unconscious or attempts to unlock your iPhone X with your face while you’re sleeping, it’s not going to work . […] you need to look at your iPhone for Face ID to grant access to your device.
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Face ID also requires a person’s attention, so users must have their eyes open and be looking at the device for it to work. This could, for example, prevent someone from opening the device using your face when you’re sleeping.