Manuel Bartual, la twitternovela y la viralidad

Manuel Bartual (principio del relato)El fenómeno mediático de los últimos días del verano lo ha protagonizado, sin duda, Manuel Bartual, editor, historietista y diseñador gráfico del grupo de los que abandonaron el semanario satírico El Jueves en 2014 tras la polémica con la retirada de la portada sobre la abdicación del rey Juan Carlos. La razón ha sido un relato de ficción circular desarrollado en un hilo de 388 actualizaciones en su cuenta de Twitter, que ha hecho elevarse su número de seguidores desde los alrededor de 17,000 que tenía el pasado miércoles 23 hasta, en el momento del fin del relato cuatro días después, por encima de los 449,000.

Durante los últimos días, desde la tarde del jueves 24 cuando el relato comenzó a convertirse en viral, hasta las primeras horas de la madrugada del domingo 27, se hizo relativamente normal ver a varias personas echando mano de sus smartphones a la vez para seguir las actualizaciones de la cuenta a medida que iban siendo publicadas, mientras el fenómeno iba siendo ampliamente comentado en numerosos medios de comunicación. Durante todo el sábado, poner varios de los tweets recientes escritos por Manuel en la pantalla y quedarse contemplando el crecimiento de sus estadísticas en tiempo real resultaba una experiencia casi hipnótica, con varios miles de interacciones por minuto.

El fenómeno de las twitternovelas o novelas de microblogging no es nuevo: ha habido autores interesados en llevar el formato de novela a todo tipo de soportes, con el caso del norteamericano Matt Stewart considerado habitualmente como pionero. Entre julio y octubre de 2009, tras no haber sido capaz de conseguir un buen contrato para la publicación de su novela «The French revolution», decidió comenzar a publicarla en una serie de 3,700 tweets comenzando el día de la conmemoración de la toma de La Bastilla, que terminó congregando a un total de unos mil lectores. En este caso, se trataba de una novela de unos 480,000 caracteres escrita de forma convencional y simplemente adaptada por su autor para su publicación en pequeños fragmentos que pudiesen entrar en un tweet, que terminó siendo publicada en papel el 14 de julio de 2010 y considerada uno de los libros del año por el SFGate.

En el caso de Manuel Bartual, claramente, hablamos de otra cosa: su relato, aún sin título, está pensado y desarrollado originalmente para Twitter, contiene abundantes elementos multimedia como fotografías o vídeos cortos, y tiene en total 33,140 caracteres incluyendo espacios, unas quince páginas si se imprimen en un formato de lectura mínimamente agradable. En los pocos días que ha durado el fenómeno, tenemos ya desde recopilaciones de todos los tweets en documentos, hasta análisis sobre su contenido, traducciones al inglés y hasta un trailer cinematográfico, con personajes conocidos comentando la historia y los supuestos community manager de compañías como Netflix y HBO pretendidamente terciando en tono de humor por ver quien se hacía con los derechos de la historia.

Un relato circular con un guión bien hilado, escrito de manera directa y cercana con el estilo y el lenguaje habitual de los tweets de su autor, y convertido en una historia entretenida y bien llevada, que divierte más cuanta más gente te imaginas pendiente de ella, en el mejor estilo de los procesos de viralidad social. El aprovechamiento de las características de Twitter, no solo en cuanto al uso de multimedia, sino también a la dosificación de los tiempos o a una tímida integración de las interacciones de los lectores en la historia, preparada con antelación, hicieron que seguir el resultado final a medida que discurría se convirtiese en una experiencia muy entretenida, no sé si para entrar en el Top 3 de Literatura, pero decididamente agradable.

Manuel Bartual tiene cuenta activa en Twitter desde marzo de 2007, y la ha utilizado en varias ocasiones para dar visibilidad a algunas de sus iniciativas, aunque nunca con un éxito tan impresionante como el actual. Será interesante ver ahora la explotación posterior del fenómeno: ¿decidirán algunos de los entusiasmados con la novela suscribirse a su revista, «Orgullo y satisfacción«, que lleva meses intentando obtener la financiación suficiente para continuar funcionando y tiene su cierre anunciado el próximo diciembre? ¿Se planteará capitalizar la fugaz atención obtenida de alguna otra manera?

 

14 comentarios

  • #001
    Jorge Fernández - 27 agosto 2017 - 14:54

    Hola Enrique,
    me parece que los community manager de @netfiix_es y @HBO_ESP poco tienen que ver con los originales. Un saludo.

    • Enrique Dans - 27 agosto 2017 - 15:51

      Ya lo sé, hombre, por eso puse «supuestamente»… :-)

    • Enrique Dans - 27 agosto 2017 - 18:18

      Bien mirado, tienes razón… el sitio en el que puse el adverbio hacía que afectase al verbo, no a los sujetos. Corrijo, gracias!

  • #004
    Alberto - 27 agosto 2017 - 15:57

    En el momento de leer esto, la cosa no ha acabado. Lo que pasa es que sigue en otra cuenta (@ManuelBartual_).
    Algunos posts se superponen temporalmente, lo que hace la trama más elaborada.

    Esto, por cierto, es un ejemplo de alimentar el fenómeno ;)

  • #005
    Xaquín - 27 agosto 2017 - 18:44

    No me gusta ser tisquismiquis (puede ser mi legado profesoril), pero las comas anglosajonas quedan un poco en evidencia.

    • Enrique Dans - 27 agosto 2017 - 18:57

      Hmmm… ¿comas anglosajonas? ¿A qué te refieres?

      • Jose Manuel Ortiz Egea - 27 agosto 2017 - 23:29

        Hola Enrique,
        Creo que Xaquin se refiere a la puntuación numérica…. no es lo mismo 33,140 caracteres que 33.140….
        Un saludo.

      • Miguel A. Tovar - 28 agosto 2017 - 08:13

        Lo comenté en tu post del pasado 24 de julio: ¿Qué dice Fundeu sobre cómo deben escribirse las cifras?

  • #009
    Borja Giron - 27 agosto 2017 - 19:57

    Ahora me toca leer el relato en Google Docs :) Muchas gracias Enrique por el post con el que me he enterado de lo sucedido.

    Con estos casos de viralidad siempre me ha pasado por la cabeza hasta qué punto es real este fenómeno. ¿Nos hacen creer que es viral para que finalmente lo sea? ¿Hay una estrategia bien planteada en la que participan personas capaces de generar esta «viralidad»?.

    El caso es que me han entrado ganas (supongo que no soy el único) de empezar a crear una historia a través de Twitter para conseguir tal éxito espontáneo, pero me temo que esto no funciona así. Que todo esto está al alcance de unos pocos que lo controlan.

    Un abrazo!

    • Enrique Dans - 27 agosto 2017 - 20:03

      No, no tiene ningún indicio de no ser espontáneo, y créeme que esas cosas se suelen reconocer cuando has visto unas cuantas. Simplemente han confluido varias cuestiones: la primera, que Manuel es un gran guionista y contador de historias. La segunda, que conoce Twitter y sus dinámicas muy bien porque lleva ahí desde 2007. Y la tercera, que el número de followers que tenía era suficiente como para desencadenar un proceso de difusión viral. Nada apunta a ningún tipo de estrategia de difusión pre-diseñada, simplemente la historia era buena y había un número suficiente de seguidores para difundirla espontáneamente…

      • Borja Girón - 27 agosto 2017 - 21:12

        Gracias Enrique por la aclaración y por los puntos. Acabo de leer todos (o casi todos) los tweets desde el doc y he visto sus últimos tweets. Toda una novela. Genial la iniciativa y mejor final :) Un saludo!

  • #012
    JJ - 27 agosto 2017 - 22:53

    Muchos han criticado que la historia, paranoide, no fuese real. Pero es lo contrario. Lo mejor es conseguir desde un principio esa credibilidad que te hace sentir que lo que lees es real, aunque luego descubras que todo era ficción. Y conseguir eso no es fácil.

  • #013
    Miguel A. Tovar - 28 agosto 2017 - 11:59

    Buen post
     de José Luís Orihuela.

  • #014
    Gorki - 28 agosto 2017 - 12:23

    Un experimento anterior y en blogs, que tuvo muy buenos resultados lo llevo a cabo Casciari, recuerdo tres historias cada cual mas delirantes, «Weblog de una mujer gorda», «El diario de Letizia Ortiz», y «Juan Dámaso, vidente»

    En ellos Casciari exploraba las posibilidades literarias del blog en particular y del soporte digital en general. Como en este caso, jugaba con la ambigüedad de no aclarar si lo que escribía era real o imaginario y a la vez, mediante los comentarios de los lectores mantenía una interactividad, de modo que las historias se desarrollaban en parte, de acuerdo con las peticiones del público.

    Estos intentos son importantes, porque hay que desarrollar un lenguaje específico para el soporte digital y en red, que yo llamo Netgráfico, a semejanza de los lenguajes radiofónico, cinematográficos y dramáticos, que están diseñados para canales concretos con ventajas y limitaciones específicas,

    En mi opinión, un ebook es un libro scaneado que se queda con lo peor de los dos soportes, las limitaciones del papel y de la pantalla y que por eso, no gustan a nadie, mientras que hay otros productos que han sabido aprovechar el medio y son claramente exitosos.

    Por ejemplo, las enciclopedias sea la Wikipedia o de arte, han acabado con las enciclopedias en papel porque tiene medios de consulta y soporte multimedia que las hacen muy superiores a las Enciclopedias de papel.

    En general, los libros de consulta, sea un diccionario, un recetario o, el Aranzadi han encontrado su camino en el soporte digital superando el soporte papel

    Los planos y atlas también han enterrado a los de papel, por dar prestaciones inimaginables hace años, por ejemplo las rutas por la montaña obtenidas por la colaboración de todos los excursionistas son mejores que cualquier libro de rutas tradicional.

    Sin embargo, la literatura, novelas, relatos, o ´los ensayos no encuentran en el mundo digital su medida, no por que la gente no sepa hacerlos, sino, (a mi juicio), porque no saben como venderlos, por lo que nadie de prestigio se atreve a hacer una novela para soporte digital y multimedia,

    Sin embargo, los videojuegos marcan claramente las posibilidades del lenguaje netgráfico aplicado a la narración literaria.

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