Llamada de un ex-alumno reciente de uno de mis grupos con poca experiencia profesional, interesándose por una industria sobre la que escribo bastante últimamente: la automoción. La pregunta es muy clara: tiene una oferta de una empresa en ese sector, y no sabe si decantarse por ella, dadas las fortísimas y evidentes perspectivas de disrupción que se avecinan, o tratar de buscar entornos más tranquilos en los que desarrollar su carrera profesional.
En efecto, pocas industrias están viviendo una transición tan fuerte como la que tiene lugar en la automoción. En muy pocos casos hemos podido ver una industria enfrentándose a cambios tan fundamentales en su producto (de motores de combustión interna alimentados mediante combustibles fósiles, a vehículos eléctricos o de otras energías limpias), en su modo de uso (de vehículos conducidos por personas, a vehículos autónomos), en su régimen de propiedad (de producto adquirido por particulares, a servicio utilizado a demanda) y en su cliente final (de clientes individuales, a grandes flotas que prestan esos servicios). Un cambio radical, muy bien plasmado hace un par de días en este fenomenal artículo de Tom Price titulado «The last auto mechanic«, de muy recomendable lectura para todos los interesados en la industria, y en el que afirma que veremos absolutamente de todo: stocks de vehículos con tecnologías consideradas obsoletas siendo liquidados a precios de saldo en mercados más atrasados, automóviles de propietarios nostálgicos que se negaron a venderlos por prácticamente nada oxidándose en sus garajes o abandonados en descampados, compañías de seguros cambiando drásticamente su papel y sus relaciones de poder, redes de concesionarios y talleres desapareciendo… sin duda, no va a ser una industria para personas con vocación de vivir tranquilas. Y todo indica que los plazos que se han calculado para esa transición han sido trágicamente subestimados.
¿Quiere eso decir que la automoción se haya convertido en una mala industria para desarrollar una carrera profesional? Decididamente no. Precisamente es en estas industrias sometidas a fortísimos cambios en las que pueden adquirirse habilidades que, eventualmente, serán altamente cotizadas en la misma industria o en otras. No son, decididamente, lugares para vivir tranquilo, pero sí en los que aproximaciones frescas, con enfoques renovados y sin vicios adquiridos procedentes de lo que la industria era anteriormente pueden aportar bastante valor. La industria automovilística, de hecho, debería plantearse una auténtica purga: todo aquel que en pleno año 2017 siga creyendo en el motor de explosión, pensando en cómo prolongar su vida o cómo mejorar su eficiencia debería directamente ir buscándose otra empresa en la que trabajar.
Dicho esto, es también evidente que no todas las empresas en una industria son iguales, y que precisamente en el mundo de la automoción hay claramente compañías que han visto los cambios anteriormente mencionados de una manera mucho más clara que otras. Si no vas a trabajar en donde estas compañías tienen sus sedes centrales, esto es posible que te afecte relativamente poco: en una tarea comercial o en fabricación, tu trabajo será fabricar o vender lo que te venga impuesto por la estrategia de la compañía, y es evidente que nadie, y menos con poca experiencia, entra en una industria para tomar decisiones sobre su estrategia. Pero incluso en estos casos, el valor de los gestos, los titulares y las indicaciones de que la compañía sabe hacia dónde va el mundo, entiende las prisas por posicionarse en el nuevo escenario y, sobre todo, la necesidad de abandonar el antiguo es algo que determinará hasta qué punto una persona que trabaja en una compañía es capaz de creerse lo que hace con la convicción suficiente como para hacer bien su trabajo e ilusionarse con él, y será un elemento fundamental a la hora de atraer y retener talento.
Los petrol-heads que históricamente han dirigido estas compañías deberían ser, ahora, expulsados de ella lo antes posible si no son capaces de adaptar su mentalidad a los nuevos tiempos. Los que han vivido de organizar y dirigir estructuras de concesionarios y talleres deberán acostumbrarse a un futuro de ventas directas y a unos vehículos que se averían con frecuencias tan bajas, que no justifican la existencia de redes dedicadas a su reparación. Los que pensaban que la venta terminaba cuando el vehículo salía por la puerta del concesionario, deberán ahora adquirir la mentalidad de dedicación al dato, a la idea de que, precisamente, el proceso se inicia cuando los sensores de ese vehículo empiezan a enviar a la compañía datos a medida que se desplaza. Una disrupción sin duda brutal, no una evolución, sino un auténtico cambio de era. Y ver ese tipo de procesos desde dentro de una industria, aunque no sea un trabajo tranquilo, sí puede suponer, como experiencia un auténtico privilegio.
Creo que hay pocos sectores que no estén afectados por la revolución de internet, la robotización, etc. En algunos el cambio es muy lento, básicamente porque las empresas involucradas son todas iguales (y bastante regulares) y van cambiando muy lentamente, con mejoras incrementales, hasta que entra un actor que lo pone todo patas arriba, y en otras el cambio parece que va a ser muy rápido, precisamente porque entra ese actor nuevo.
Ya no hay muchos trabajos «tranquilos». Toda la actividad comercial está en proceso de transformación. Esta mañana, en la reunión con el CIO de uno de mis clientes, comentaba que en el call center que lleva, hay que transformar a los teleoperadores de gestores de resoluciones a «agentes de ventas», mediante upselling y crossselling de productos, algo «para lo que no todo el mundo vale, y solo el 20% es algo que ya sabe hacer». También me comentaba que a él le gusta comprar en comercio tradicional, pero que el último calzado para jugar al golf se lo ha comprado en Amazon :-). Todo esto en la reunión en la que le convencía para llevar el control de versiones del código fuente de sus aplicaciones «a la nube», lo cual habilitará que los programadores puedan trabajar en cualquier parte incluso sin VPN, y futuros escenarios de DevOps.
Sr. Ex alumno
Cuando alguien ha cursado un master en el IE se supone que tiene al menos un grado universitario y una maestría en la cual ha adquirido las habilidades necesarias para poder gestionar y administrar una empresa con un mínimo de competencia profesional. Extraña situación ya que parece que le causa cierta angustia simplemente el elegir un sector como el automovilista en el cual, se avecinan cambios en el medio plazo.
Si Vd. no es un experto tecnólogo en los motores de cuco, no debería causarle la más mínima desazón este cambio tecnológico, ya que muy al contrario, lo que va a suceder en un plazo de unos 10/15 años que haya una evolución progresiva hacia el motor eléctrico. Es muy probable que los hechos que sucedan sean los siguientes:
a) Haya un nuevo mercado enfocado a un nuevo producto (coche eléctrico) que en resumidas cuentas será en términos de Organización Empresarial, similar al del vehículo actual. Aquellos actores que se reparten el mercado, cuando lo estimen conveniente coparán este mercado. Ya sebe a rio revuelto…
b) Habrá un mercado de gestión de los vehículos legacy que tendrán una vidaa aún mayor, cierto es, que con una reducción de precios, como sucede siempre que hay una disrucpión en la tecnología. Más oportunidades en empresas especialistas en manejar legacys.
c) El mercado del automóvil no se espera que haya nuevos entrantes, y los cantos de sirena de los tecnólogos actuales ( los google, Tesla) sufirirán una merma parecida a la liberalización de las eléctricas de los años veinte, o de las telco de finales de siglo. Es decir la tarta del mercado es la que es, y tras el ruido inicial, al final quedan 2 ó 3 marcas por país que lideran el mercado y que normalmente son las que ya estaban bien situadas de principio. P.ej. en España quedan en las Telco: Telefonica, Vodafone y Orange, y algún enano que se lleva un mercado de nicho. Resumiendo los grandes de ahora serán los grandes de mañana en un porcentaje alto.
Si Vd. como me imagino tiene el perfil normal de los ex alumnos del Sr. Dans, le habrán ofrecido un puesto de gestión, en la medida que no es un gran tecnólogo en mecánica, y por tanto su labor se enfocará en un departamento que tendrá que ver con la organización de la producción, gestión de personas, administración etc…. Su puesto será generalista haciendo coches o cualquier otro bien industrial.
Si la oprtunidad es decente en retribución y condiciones, no se deje llevar por comentarios peregrinos, acéptelas, si está de acuerdo.
Pero si las condiciones son de una empresa «colaboradora» mediante un contrato de obra mísero, con un regimen que roza la degradación, pues entonces la decisión viene dada por sus necesidades. Y ahí nadie puede ayudarle a decidir.
Si bien estoy de acuerdo en que un puesto de gestión se puede ir moviendo entre empresas de distintos mercados (hasta cierto punto, yo soy de los que piensa que un gestor ha de conocer muy bien el negocio, y haber sido «cocinero antes que fraile»), no tengo tan claro que tras una disrupción tecnológica (que no es simple ruido inicial) las empresas que queden son las que estaban bien situadas al principio.
En las telcos, Airtel y Amena no estaban antes, se creó un mercado nuevo con la telefonía móvil. En los fabricantes, hay casos de libro como el de Nokia y en sistemas operativos para móviles como el de Microsoft Windows Mobile. En las cámaras digitales, el caso de Polaroid y Kodak. Como Toyota, Volkswagen, General Motors, etc. no sepan ver bien la jugada y hacer la pivotación y/o compras/alianzas adecuadas, alguna lo va a pasar mal.
Además de lo ya dicho por Carlos Quintero, que cuando hay una disrupción muchas de las anteriormente grandes se van al garete, tampoco veo que tu único ejemplo (las telecos en España) sea muy sólido.
Inicialmente la única telefonía que había era la fija. Llegó una disrupción llamada telefonía móvil, que se acabó quedando con la mayor parte de la telefonía, y entre las 3 grandes de ahora que citas está precisamente una (Vodafone) que nació con la telefonía móvil, no existía en los tiempos de la telefonía fija (Orange sí existía, es France Telecom, para el que no lo sepa).
Además, las 3 que mencionas tenían antes el muy jugoso mercado de los SMS, con un margen bestialmente elevado (un SMS es beneficio casi puro), y ahora usamos Whatsapp, no los SMS ni ninguno de los varios sustitutos del SMS que apoyaron los operadores móviles. El Whatsapp incluso ha sustituido parcialmente a las llamadas.
Combina esto con el wifi (en casa, en los locales de hostelería, y el wifi público gratuito), y el panorama acaba por no ser muy alentador para las telecos. Telefónica se está refugiando en la tv de pago, y está perdiendo esa guerra frente a Netflix.
No se si la industria del Automóvil está en peligro, pero en todos las sectores que he trabajado yo han pasado de todo, en todos ha habido eres, jubilaciones anticipadas y despidos
Banca – Padecí la fusión del Bilbao con el Vizcaya, el hundimiento de Banesto, y su fusion con el Santander. El colapso de Caja Madrid y el numerito de Banca Morgan y su Fondo Corsair, la salida de España la mayoría de los bancos extranjeros para los que trabajé Indosuez, Chemical, First Interstate, Lloyds, ,,,
Compañías de seguros – Desaparecio la Union y el Fenix, Euroseguros,y Catalana ,…
Empresas Industriales, Desaparicio Antibioticos,
Tecnologicas – Sagem hacía telex ¿Que habra sido de ella? Cuando trabajé en ella NCR hacia cajeros automáticos, Hoy no veo sus iniciles en la M30 . Trabajé para una compañía que hacia tarjetas de prepago de llamadas telefónicas, supongo que ha desaparecido
Industria- Desconozco que hace Santa Bárbara,pero en muchos lugares han cerrado los talleres
Matoristas. Aun sigue Cortefiel. pero cambio de dueño y orientacion
únicas empresa que mas o menos siguen Igual, una tecnológicca, Telefónica y dos del ramo del seguro de entierros, El Ocaso y Santa Lucía, Si hay algo seguro es que nos terminamos muriendo.
Buscar hoy un trabajo para toda la vida, ni haciéndote funcionario lo consigues Yo también trabaje en TVE y a mis compañeros los privatizaron
Por cierto, no han sido clientes míos, pero la Industria del motor ya ha padecido montones de problemas y cambios-
or hacer un poco de historia, desaparecieron dos historicos Barreiros y Matacas, A Bareiros la compro Chrysler que también cerró..Otra histórica Motor Iiberica que hacia fundamentalmente tractores (EBRO) y furgonetas a compro Nissan que yo creo que ahora no fabrica nada en España,
Tambien cerro la mejor fábrica de camiones de España Pegaso y fracasaron unos que vinieron a hacer carrocerias Van Hool, que tambien patinaron en España
También vinieron unos tractores japoneses Kabuto que duraron dos telediarios.
Seat estuvo a punto de cerrar porque Fiat no podía seguir con ella y en última instancia la compró. (vade reto) Wolkswagen
Otras fabricas, Renault, Citroen, Ford, y General Motors, siguen mal que bien y siempre con el riesgo que corten las cadenas de producción.
Claro que si te parece mas seguro trabajar en vehículos eléctricos que parece que es el futuro, hay SIETE fabricas en España que los hacen. Solo tienen que acertar, con la que siga produciéndolos los próximos 20 años,
http://aedive.es/vehiculos-electricos-4r-made-in-spain/
Lo de que los vehículos del futuro inminente se averían con frecuencias bajas… pues no se yo.
Desde hace 12 años que los dos vehículos que he tenido solo padecen de «averías electrónicas». Mensajes que da el ordenador y que nunca sabes si son reales o rutinas programadas para que pases por caja y así mantener esa red de concesionarios-taller donde la venta de coches les deja tan poco margen que exprimen a los clientes mediante revisiones y reparaciones cada vez más caras y componentes caja negra que limitan lo que un taller no oficial puede reparar.
Es parecido a lo que pasó con las impresoras domésticas. Casi te las regalan y donde sacan el beneficio es en los cartuchos.
Mucha disrupción tiene que ocurrir en esa industria automovilística oligarca, enferma y mentirosa (dieselgate…) para que mis ojos vean unos coches con averías muy poco frecuentes.
Ojalá Enrique.
Tengo la impresión que las mayores trabas no son técnicas para el desarrollo e implantación del coche eléctrico.
Hay toda una economía inversiones e intereses creados en torno al motor de explosión y el mercado de la gasolina que van a necesitar de la implicación y apoyo de la sociedad para ser superadas.
Si no llega a plantarse un valiente como el Sr. Elon Munsk y poner en el mercado un producto competitivo y de calidad, estábamos condenados a ver una muy lenta transición. Pero puede que Tesla haya trastocado los planes de muchos, y me alegro.
Espero que le vaya muy bien y que pronto tenga ayuda/competencia de otras marcas para mejorar la producción a gran escala de baterías e intentar bajar aún mas su precio.