Noemí Navas, de Cinco Días, me llamó la semana pasada para hablar sobre la importancia de los sistemas de cartografía en el futuro del vehículo autónomo, y hoy utiliza algunos de mis comentarios en su artículo en El País titulado «Sensores: los ‘sherpas’ del coche autónomo» (pdf).
Mi conversación con Noemí giró en torno a la importancia de las compañías dedicadas al desarrollo de cartografías digitales, y hasta qué punto podíamos encontrarnos en un panorama interesante o cada vez más comoditizado, al hilo de operaciones como la venta de Nokia Here en el año 2015 a un consorcio de fabricantes de automóviles alemanes compuesto por Daimler, Audi y BMW, o de la reciente desinversión de Google en satélites de alta definición. Los mapas confeccionados mediante satélite, en los que ya hemos alcanzado resoluciones inferiores al metro, suponen, cada vez más, un esfuerzo relativamente rutinario de mantenimiento, no tanto un componente estratégico, al menos de cara a la conducción autónoma.
Es importante entender que un vehículo autónomo no depende exclusivamente de los mapas de satélite para su navegación. De hecho, ese tipo de herramientas supone un elemento fundamental en la elección de la ruta y en su adaptación dinámica puntual a medida que transcurre la conducción en función de variables como el tráfico, pero no son estrictamente determinantes de cara a la navegación en sí, a decisiones como el frenar, acelerar o girar. Este tipo de decisiones se toman mayoritariamente en función de la lectura en tiempo real de los sensores del propio vehículo, el conjunto de cámaras, radares y LiDAR que componen herramientas como el control dinámico del entorno o surround view, la detección de puntos ciegos, la asistencia de aparcamiento o de mantenimiento en el carril, la alerta de tráfico en cruces, el reconocimiento de señales de tráfico, el frenado de emergencia, la detección de obstáculos o el control de velocidad adaptativo. Para todos esos sistemas, el conjunto de inputs definidos por la sensorización del vehículo resulta mucho más importante que el procedente de la cartografía, y se encuentra aún en un nivel de comoditización muy inferior, en el que las decisiones de adopción o abandono de los sensores de un proveedor determinado aún tiene un peso muy importante en las posibilidades que cada compañía tiene de alcanzar el liderazgo tecnológico.
Del mismo modo, los datos procedentes de la navegación en tiempo real de la flota de vehículos controlados por una compañía y su uso para alimentar a los algoritmos de machine learning suponen también un elemento fundamental, que otorga ventaja a aquellas empresas capaces de mantener una flota en un territorio determinado. El tamaño de la flota y su capacidad para mantener un sistema actualizado pasa a ser fundamental, como lo es en la confección de mapas de tráfico en tiempo real. La comunicación entre vehículos, entre esos vehículos y las infraestructuras, y entre los vehículos y el sistema en el que esos datos son procesados en tiempo real se convierte en clave, de ahí la importancia de elementos como el 5G y la orientación al tratamiento de datos. La actividad de una compañía automovilística en el futuro tendrá mucho menos que ver con el diseño y fabricación de automóviles, y mucho más con el tratamiento en tiempo real de los datos generados por estos, lo que supone un cambio en la naturaleza del negocio y un paso desde orientación a producto hasta orientación a servicio que no todas serán capaces de llevar a cabo.
This post is also available in English in my Medium page, “Maps, sensors and algorithms: understanding what drives an autonomous vehicle»
Hablando de 5G, lo que nos espera
Sobre el futuro del trabajo humano hay opiniones diversas. Unos creen que unos trabajadores desaparecerán (por ejemplo, los conductores de automóviles) pero que siempre se crearán otros puestos de trabajo relacionados con las nuevas tecnologías.
Otros pensamos que tendremos que resolver el problema de la falta de trabajo masiva. Algo que finalmente se resolverá, seguramente, porque las sociedades, en conjunto, si hay una correcta distribución, serán mas ricas.
Yo no comprendo un mundo donde las «necesidades de trabajo sean infinitas» osea «si desaparece uno aparece otro» eso significa ni mas ni menos que las necesidades de cada uno son infinitas, que el consumo de cada uno en productos y servicios es paulatinamente infinito … el humano ni el planeta puede funcionar asi … si es normal lo que esta pasando que las estructuras que se crearon en la epoca industrial, los automoviles, el sector alimentacion sector energia, sectores servicios, apenas necesiten ya puestos de trabajo, eso si es razonable, ES EN LO QUE CONSISTE EL SIGLO XXI FUNDAMENTALMENTE … «pero que siempre tengan que aparecer sectores, necesidades nuevas que aporten puestos de trabajo de manera infinita indefinida y continua», pues es una tonteria que puebla la cabeza de muchisimos
Con seguridad vamos hacia un mundo donde se va acabar, (al menos), conducir por carreteras y autopistas, porque indudablemente los sistemas automáticos, lo van a hacer mejor que los humanos y eso, va a tener todo tipo de repercusiones, de rebajas en los seguros, a cambios en los negocios que dan descanso a los «conductores», puesto que estos irán descansando dentro de sus vehículos y pueden perfectamente y beberse una cerveza mientras «conducen».
Podemos discutir si eso llegará en el año 2020 o en el año 2028 , pero es indudable que llegará. Por tanto deberemos empezar a fijarnos YA en la transición, o sea cuando los vehículos sean CASI automáticos y precisen SOLO la intervención humana cada 8.000 o 10.000 kilómetros, algo que según mis noticias está, a la vuelta de la esquina, tanto por los coches de Googe como por los Tesla y los últimos que se han subido al carro como el AUDI A8 https://www.technologyreview.es/s/8330/audi-presenta-un-coche-semiautonomo-pesar-de-las-criticas-la-seguridad
¿Que va a pasar en las carreteras cuando la mitad de los coches tengan una incidencia cada 10000 km que exija sacar al «conductor» del sopor más profundo, para tomar los mandos y resolver la incidencia?
Una incidencia cada 10000 kilómetros supone que en un recorrido de 100 Km, de cada cien coches que te cruzas, uno ha tenido una incidencia donde un conductor amodorrado ha tenido apresuradamente que ponerse a los mandos.
Pero el problema es que si no sabemos como pasar la fase de transición, no llegaremos nunca a los famosos robotaxis. ¿Cómo se hace esta transición y cuales son las previsiones que tenemos que tomar?
Que ansiosos estáis con la llegada de los taxis autónomos. Por que no empezáis por reclamar el bus, el metro, el tren o el avión autónomo. El bar autónomo también estaría muy bien
Un bar autónomo lo tengo ya montado en mi casa
Un camarero con sentido del humor y sarcasmo es irreemplazable.
¿Cómo va la solución al curioso problema de los canguros?
Pues yo lo veo bien, es más seguro y eficiente, se perderían muchos puesto de trabajo (obviamente) pero se podría buscar otra manera de participar en el sistema. Un saludo.