Un artículo en Quartz, titulado «You probably should have majored in computer science«, anima a los jóvenes a iniciar estudios en Ciencias de la Computación en particular y en materias STEM en general, dado el enorme diferencial de puestos de trabajo sin cubrir en el mercado frente a la disponibilidad actual de graduados en la materia. La evidencia es clara: a medida que vivimos más y más rodeados de dispositivos programables, y estos pasan a definir de una manera más clara nuestro ecosistema y la forma en que llevamos a cabo más y más tareas, la demanda de profesionales capaces de interactuar con esa capa de la realidad crece de manera incesante.
¿Quiere esto decir que deberíamos conseguir que más y más personas optasen por estudiar Ciencias de la Computación? En efecto, los trabajos que requieren habilidades consideradas dentro de las llamadas disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) muestran un crecimiento de más del doble que el resto y se sitúan de manera consistente entre los mejor pagados, pero la conclusión no es tan sencilla. En primer lugar, porque la propia estructura de muchos de esos estudios es notablemente imperfecta, ha evolucionado muy poco a lo largo de las últimas décadas en contenidos y metodologías, y está en la actualidad bastante alejada de lo que el mercado parece demandar. Y en segundo lugar, porque nos pongamos como nos pongamos, la sociedad necesita profesionales de muchos tipos y habilidades muy variadas.
¿Tiene sentido un futuro en el que todos nos dedicamos a la computación? Obviamente, no. Que la demanda para ese tipo de puestos de trabajo crezca tiene todo el sentido del mundo dado que la tecnología evoluciona y forma una parte cada vez mayor de nuestras vidas, pero ni todos los puestos de trabajo van a ser cubiertos por graduados en Ciencias de la Computación, ni tendría sentido que fuese así. Lo que sí ocurre, sin embargo, es que la penetración de la cualificación en cuestiones relacionadas con las Ciencias de la Computación se extiende de manera natural a más y más disciplinas profesionales: el trabajo del biólogo, del médico, del arquitecto o del agricultor del futuro tienen, sin duda, un componente tecnológico cada vez más importante, y ese componente requiere cada vez más el desarrollo de las habilidades necesarias no solo para utilizarlo como simples usuarios, sino también para su conceptualización.
La solución, sin duda, está en incorporar STEM a la educación a todos los niveles. La elevada demanda de profesionales de STEM no solo está reflejando la necesidad de trabajadores dedicados estrictamente a STEM, sino también la ausencia total de graduados de muchas otras disciplinas con conocimientos operativos suficientes como para desarrollar adecuadamente su trabajo en sus materias. La preparación de un agricultor ha estado tradicionalmente muy alejada de las materias STEM, y sin embargo, hoy en día, para una agricultura eficiente, es preciso manejar, como comentaba en una entrevista el pasado enero, tecnologías que van desde tractores autónomos hasta drones, pasando por la sensorización, la planificación de la producción o la integración en redes de productores como la Farmers Business Network (FBN) , una iniciativa participada nada menos que por Google Ventures. Y si eso ocurre en una actividad tan supuestamente tradicional la agricultura, ¿qué no va a ocurrir en otros ámbitos? En Medicina, pronto un médico que opere a través de un sistema de asistencia robótica tendrá ventajas indudables frente a uno que lo haga de la manera tradicional, y aunque la disciplina aún se encuentre en la fase de tecnologías propietarias y no modificables, pronto llegará una segunda época en la que no será así, y el propio médico será quien defina y parametrice sus necesidades interaccionando con la máquina. O saltando a otra disciplina tradicionalmente poco sospechosa de interacción con las Ciencias de la Computación, un licenciado en Derecho deberá aprender, a lo largo de su grado, cómo interactuar con sistemas de inteligencia artificial como Ross, capaz de marcar hoy en día una gran diferencia a la hora de prepararse para un juicio. La penetración de la tecnología ocurre en una cantidad tan grande de disciplinas, que la demanda de profesionales preparados debe satisfacerse no solo a través de la creación de más graduados en STEM, sino también mediante la integración de STEM en una gran cantidad de disciplinas en las que en este momento no está presente, además de iniciar su aprendizaje en las fases más tempranas de la educación.
En el momento en que la educación se separa de la realidad del mundo en que vivimos, la sociedad pasa a tener un problema grave de inadaptación. No, no se trata de aprender «nuevas tecnologías» (por favor, ¿cuántos años tenemos que pasar conviviendo con smartphones con total normalidad como para que los dejen de considerar «nuevas» tecnologias?), sino de integrarlas en el proceso educativo a todos los niveles, con total normalidad, como una parte más del entorno. Ningún curriculum educativo debería considerarse completo o adecuado sin la necesaria dosis de Ciencias de la Computación, sin entender cómo la tecnología va a afectar al desarrollo de esa actividad en el futuro, y sin preparar a los profesionales para ello. Más graduados en materias STEM, pero también más materias STEM en cada grado, a todos los niveles. Más STEM, sí, sin duda. Pero también mucha más integración.
This post is also available in English in my Medium page, “Computer Science, STEM and integration«
Me alegra ver, que has dado un giro en el enfoque de la tecnología hacia la educación, y no exclusivamente la inmersión en productos de digitales de consumo. Es un buen abordaje. :-)
Es mucho más necesario fomentar la comprensión de la misma y sus principios, en el ámbito educativo, que la popularización de su uso, o la desinformación acerca de su nuevo papel en la sociedad.
Hay toda una generación, a quienes la palabra ‘algoritmo’ o ‘Redes Sociales’ solo les sugiere un monstruo acechando en el armario. Una botella de Coca-cola en la tribu.
Yo, que después de ser varias cosas, terminé en informático, he orientado la vida profesional de varios de mis sobrinos hacia la informática, precisamente por ello. Si sabes elegir un área emergente, puedes llevar una vida digna y razonablemente bien pagada en informática sin ser un lumbreras.
Si hoy tuviera que abrirme nuevamente camino, creo que hay muchas áreas prometedoras, como la «ciberseguridad «, el «data mining» o «big data», la automática, la robótica, todo lo relacionado con la geolocalizacion, etc, que dan para que te especialices y con cierto reciclado periódico, (algo imprescindible en esta profesión) , puedas vivir de ello indefinidamente con cierto deshago.
.
Sí, Gorki, si yo lo entiendo. Pero el problema de contratar a personas que no son unas ‘lumbreras’ como dices, pero son buena gente, se traduce en un paro estructural del 30%.
Porque cuando no hay productividad, o empresas competitivas, esa práctica acaba por transformarse en desempleo.
Precisamente, el post de Enrique trata sobre la importancia de la educación en disciplinas académicas de computación, en otras titulaciones, para no desviarnos del tema.
El futuro es una educación de calidad, que es lo que deberías proporcionarles a tus sobrinos. No jugar con el último cachivache, a ver si te ‘colocas’ con la coletilla ‘digital’.
Si esperas que una empresa tenga 100% empleados lumbreras, espera sentado.
Total empleados: 2
Tasa de Lumbreras: 100%
;-)
«La solución, sin duda, está en incorporar STEM a la educación a todos los niveles. »
Totalmente de acuerdo. Y no sólo se trata de incluir materias de STEM, y en particular ciencias de la computación, sino de sino como bien dices, de integrar las tecnologías en el proceso educativo a todos los niveles.
Pero además, pienso que la integración de las («nuevas» y no tan nuevas) tecnologías en la educación, debiera ir complementada con la integración de otros elementos que también suelen ignorarse y que forman parte del desarrollo profesional, de la «vida real» como suele decirse.
Esos otros elementos suelen estar más relacionados al desarrollo de habilidades sociales, tales como negociación, emprendedurismo, networking, branding, etc.
Desde luego, es impresionante lo avanzadas que están las granjas de USA y algunos otros países, con sus tractores y cosechadoras autónomos, sus campos plagados de sensores, y sus sistemas de análisis y control computerizados, pero eso no es nada en comparación con la nueva revolución agrícola que se está gestando, las granjas verticales:
http://www.technologist.eu/the-key-cool-leds/
http://www.technologist.eu/growing-spinach-where-the-sun-doesnt-shine/
No nos da tiempo a llegar a todo. Tenemos que gastar recursos (tiempo, dinero y esfuerzo) para aprender inglés; recursos que ellos pueden dedicar a más STEM :S
Como siempre nos pasa en este país, siempre cogemos el tranvía confundido, Yo hice todo el bachillerato en francés, ( la lengua de los diplomáticos se decía), y me he pasado la vida necesitando inglés que lo tengo deficiente tiran do a muy malo, porque nunca lo he estudiado en una academia, sino directamente en los manuales de IBM.
Hoy el esfuerzo se gasta en aprender inglés, toda la enseñanza se está haciendo bilingüe. Cuando hayamos gastado hasta el último euro en conseguirlo, se habrá inventado un megáfono, que hablas en tu idioma y se oye en inglés, (ya existe). Entonces descubriremos que lo importante es saber lógica aristotélica, fundamental en la programación neuronal, pero habremos quitado la filosofía del bachillerato.
Para agricultura tecnológica la que se practica en Lepe, ( y no va de coña)
Gracias por el dato. Hay veces que no sabemos lo que tenemos en nuestro país:
http://lepetalycomoes.blogspot.com.es/2011/11/lepe-y-su-agricultura-el-salto-de-los.html
El tema de la educación me parece especialmente estratégico para construir un futuro mínimamente prometedor.
El problema es que ya ni siquiera se trata de incluir o reforzar las materias STEM, es que la metodología en colegios e institutos es, en la mayoría de los casos, un ejemplo de falta de imaginación e inmobilidad.
Con tantos recursos para el aprendizaje como existen hoy día, motivar y guiar deben ser la máxima prioridad y sin embargo parece que estamos empeñados en todo lo contrario: desmotivar y forzar itinerarios formativos más que discutibles.
A veces basta con plantar la semilla de la curiosidad, de la pasión. Regarla un poquito y dejar que florezca.
Por tú comentario da la impresión que sólo con la curiosidad y la pasión hacemos expertos en cálculo integral, pero creo que se necesitan más cosas. Y no niego que la curiosidad y la pasión ayuden, pero no es suficiente.
No, también hay que regar ;)