El martes de la próxima semana participo en un evento en San Sebastián, PREST 16, sobre transformación digital, uno de esos temas de los que llevamos muchos años hablando, pero que ha tomado renovada fuerza al hilo precisamente del uso de ese término, «transformación digital«, a modo de profecía autocumplida.
Para mí, hace ya bastantes años que la transformación digital no es una opción, sino una necesidad absoluta para las compañías, que implica ni más ni menos que la voluntad de adaptarse al entorno, a un mundo que ha evolucionado, como ya sabíamos desde hace muchos años, para convertirse en cada vez más digital.
No, la transformación digital no es una varita mágica, como en la imagen. No es «la última moda», sino la última llamada de un tren que lleva pasando mucho tiempo y que muchos van a perder. No implica contratar a alguna persona, producto o consultora que «nos vuelva mágicamente digitales». Simplemente, no funciona así. Funciona cambiando las percepciones sobre lo digital, cambiando los métodos de manera radical y obligatoria, y no permitiendo que nadie se escude en el apego a viejos métodos o en la falta de formación, porque la gran verdad es que la tecnología es cada vez más sencilla de manejar y reduce de manera cada vez más drástica sus barreras de entrada, con solo partir de una cierta voluntad de cambio. La transformación digital, como ya he dicho en otras ocasiones, tiene que implicar a absolutamente toda la organización, tiene que partir de personas con credibilidad (no de personas que claramente necesitan ser ellos los que se transformen) y no ocurre de manera paulatina ni evolutiva: si quieres cambiar cosas, tienes que romper cosas, sacar a la organización de su zona de confort y marcar las prioridades de manera inequívoca. Y cada día más, la transformación digital ya no es únicamente una manera de ganar eficiencia, de hablar con los clientes por los medios que ellos escojan o de procesar la información de manera ventajosa… es una cuestión de reputación.
Euskaltel me hizo una pequeña entrevista sobre el tema que han publicado en su blog corporativo, bajo el título «Los clientes quieren hablar con compañías que saben en qué año viven«.
Tendríamos que estar ya hasta votando por Internet pero la cruda realidad es que desde las instituciones se hace poco y mal para promover ese cambio de mentalidad en la sociedad, cambio que se trasladaría automáticamente a las empresas.
Prácticamente no hay trámite se que pueda efectuar al 100% por Internet, en alguna parte del proceso tienes que presentarte en algún sitio o firmar algún papel que alguien tiene que revisar, etc. El DNI electrónico muerto de risa, certificados digitales redundantes que para renovarlos tienes que seguir un proceso engorroso en una versión de navegador antigua (me di de baja tras ver esto), proyectos fallidos por cuestiones políticas, procedimientos lentos y con fallos que desmoralizan al usuario, etc.
Éste es el panorama por desgracia, no vemos los enormes beneficios de digitalizarlo todo.
Es que hay que mantener al funcionariado de alguna forma. No compro furgones para no tener que quitar los carros y los burros (y perdón por la analogía). Así nos va.
Tal como veo la cosa, hoy, a a 70 años de la introducción del ordenador y 25 de Internet, nos encontramos en lo digital como en 1930 se encontraban frente a lo eléctrico. Entonces muchas empresas fueron capaces de iniciar su andadura, gracias a la energía eléctrica, como los fabricantes de ascensores. Para otros en cambio fue el fin, como los fabricantes de candiles, tuvirton muy dificil pasar a fabricar bombillas y otros simplemente necesitaron reciclarse de lo tradicional a lo nuevo, como los fabricantes de planchas para la ropa, que sustituyeron fácilmente el espacio para poner unas brasas, por una resistencia eléctrica.
Pero aun así, habría muchos negocio en los que aparentemente la electricidad no les afectaba, por ejemplo, quizá los comerciantes de maíz, pensaron ¿y a mi que me importa la electricidad?.
Sin embargo, visto desde nuestras perspectiva, sabemos que TODOS los negocios resultaron afectados por la electricidad, aun los comerciantes de maíz. Quien se negó a subirse al fenómeno eléctrico. no puso aparatos eléctricos que movían de forma eficiente y rentable los productos de un sitio a otro, no puso iluminación que permitía trabajar con eficacia a la caída del sol, teléfonos y telégrafos que les conectaban con clientes y proveedores.,…
No se trataba de hacer negocio POR la electricidad, sino hacer negocio CON la electricidad, Hoy no se trata de vender POR Internet, sino hacer negocios CON Internet. Lo digital debe ya ser como la electricidad que ya nadie se plantea si es necesaria, antes de abrir el c local se contrata y en todas las paredes tenemos un enchufe, por si lo podemos necesitar No es seguro que lo necesitamos, pero tenemos que tenerlo a mano por si acaso. Hoy tenemos tener preparado nuestro negocio para conectarnos a lo digital, en cualquier momento y por cualquier razón, no es seguro que lo vayamos a necesitar, pero debemos poder hacerlo por si acaso..
Mucha gente «digitalizo» su tienda hace década, asi se dio cuenta que todos compiten con todos, pero sobre todo con Amazon, asi que ya cerraron, y ahora esperan a ver cuanto le dura la tienda física, no mucho ya …
Por otro lado esta revolucion no es la misma que la del siglo XIX, XX, eso fue establecer CREAR las empresas estructuras EXPANSION , pero hoy se trata de lo contrario hacer lo mismo , producir lo mismo y mas cosas, reduciendo «friccion», esto va por internet, lo otro ahora va por internet etc, ya no se necesitan rotativas ni furgonetas para llevar periodicos ni de esto y lo otro NI MILLONES DE COSAS que hacian falta en el siglo XX porque ya va ir por internet, que al reducir friccion sale mas economico, es su unica razon de ser, sinó …
Lo mismo todo, en el XVIII lo unico que habia era el coche caballos, barco a velas, chillar si quieres que se entere el del pueblo de al lado en telecomunicaciones … en el XIX, XX, se establecieron TODAS LAS INDUSTRIAS, la industria de petroleo, coche, carreteras, grandes superficies al lado de la carretera con cajeras y reponedoras que habia para comprar comida, ropa y electodomesticos, y tod lo demas que fomentaban …
a partir del siglo XXI es reducir friccion y estructuras, en vez de cin millones de barriles petroleo traido a refinar de la otra punta del mundo, energias renovables o la que sea que reduzca friccion y apenas sea aparatosa, en vez de conductores de coches, piloto automatico digital, en vez de tanta gente fabricando coches, unos pocos con automatizcion dan para producir, en vez de millones de biblitecas y libros, Google para todo el globo, y un ebook etc etc etc a partir del siglo XXI es la reduccion de estructuras y friccion o no habra … y el siglo XXII sera de aun mas reduccion entonces
A ver pero la idea tiene que entrar en la cabeza, el siglo XX fue de EXPANSION, y el siglo XXI de REDUCCION a estructuras mas pequeñas por que se quita la friccion, y eficaces (y muchisimas veces donde antes habia materiales ahora solo hay economia virtual sin peso fisico ) a todos los niveles
Hola Enrique.
Sugerencia chorra: como «los clientes cada vez más quieren usar WhatsApp para todo»… Te propongo que tu barra de enlaces para compartir el artículo incluya WhatsApp.
Te sigo atentamente desde hace mucho tiempo, gracias por ser una referencia para tanta gente.
Saludos.