Como lleva haciendo ya algún tiempo en cada feria a la que acude, Volkswagen aprovechó un Paris Motor Show 2016 centrado especialmente en los vehículos eléctricos para presentar un nuevo concept car, el Volkswagen I.D., con aspecto completamente futurista, y pensado fundamentalmente para intentar hacer olvidar la asociación de la marca con los gravísimos escándalos sobre el trucaje de sus vehículos para engañar los test de emisiones del pasado año, que certificaron el radical y absoluto fracaso de sus políticas de responsabilidad social corporativa.
Sí, lo de Volkswagen fue muy grave. Muy grave no, lo siguiente. Las voces que surgieron pretendiendo que lo ocurrido era algún tipo de «práctica común» en la industria chocan con la terca realidad de un año después, en la que la marca alemana sigue siendo la única procesada, cargos criminales incluidos, en todo el mundo por haber fabricado automóviles que excedían hasta en cuarenta veces los límites de emisiones permitidos. Tras el escándalo, la marca afirmó que se centraría en el desarrollo de vehículos eléctricos, e incluso se dice que recibió presiones de la EPA estadounidense para que esos vehículos eléctricos fuesen fabricados en los Estados Unidos, como parte de la negociación en torno a las sanciones.
En agosto de este año, la marca comenzó a esparcir rumores con respecto a sus progresos en la propulsión eléctrica: un automóvil aún sin nombre preparado para un lanzamiento en 2018, con una autonomía de entre 400 y 600 km por carga, que según algunos, debería hacer que marcas pioneras como Tesla se echasen a temblar. Al tiempo, la marca presentó también sus planes para el desarrollo de una megafábrica de baterías en Europa, y algunos otros detalles más, como una unidad dedicada a reforzar la seguridad del software de los vehículos autónomos.
Ahora, en el Paris Motor Show, nos hemos encontrado con el ambicioso concept car de Volkswagen: eléctrico, autónomo y con un vídeo futurista en el que una chica es recogida por su coche y el volante se escamotea para pasar a conducción autónoma:
Muy bonito, sí. Pero ¿es suficiente un vídeo futurista y un concept car anunciado ya no para 2018, sino para 2020, para lavar la imagen de una marca como Volkswagen? Dada la absoluta ausencia de ética que reveló el escándalo, por mí la marca puede anunciar lo que buenamente quiera, que mientras no vea un producto real y un plan diseñado ya no para centrarse en vehículos eléctricos, sino para terminar con la producción de vehículos con motor de combustión interna, no pienso creerme absolutamente nada.
Si Volkswagen quiere hacernos olvidar lo que hizo, suponiendo que le haga falta, tendrá que hacer mucho más que presentar un concept car y un vídeo: tendrá que demostrar que sus concept cars y sus vídeos tienen visos de realidad, que son más que voluntariosos anuncios, y que están además pensados para sustituir completamente en un plazo razonablemente corto a los vehículos que caracterizaron su sucio pasado. Lo demás son movimientos de marketing. Y con el marketing, ya sabemos lo que Volkswagen es capaz de hacer: pretender convencernos de que «han desarrollado una actitud global para la sostenibilidad ecológica» y que plantan muchos arbolitos, mientras lanzaban coches que contaminaban cuarenta veces más de lo permitido. La página de ThinkBlue de la compañía sigue inalterada desde antes del escándalo, a pesar de haberse demostrado fehacientemente que sus supuestas «actitudes ecológicas» no eran más que un mal chiste. Aunque en realidad, es muy posible que la marca no necesite hacer gran cosa: vivimos en un mundo tan profundamente asqueroso e irresponsable, que miles de personas aprovechan que los vehículos de Volkswagen bajan de precio para convertir a la marca en líder en ventas, a pesar del escándalo de sus motores… a mí dame muchos caballos por poco dinero, y lo que salga por el tubo de escape es problema de otro. Posiblemente, el problema sea precisamente ese: que tenemos lo que nos merecemos como sociedad.
This article is also available in English in my Medium page, “Volkswagen cleans up its image, but when will it clean up its cars?«
Realmente existe una creciente conciencia ecológica, que a veces se presenta con una especie de nueva religión con sus propios y nuevos pecados.
Pero al mismo tiempo sólo hay un activismo facilón, de memes y clicks, de exigir a la comunidad de propietarios de tu edificio que ponga los contenedores para separar los residuos «como se debe hacer», de mirar mal al vecino que pone la botella de plástico en el mismo lugar que los residuos orgánicos.
El caso Volkswagen no deja de ser una revisitación de la aplicación de la teoría de juegos en el clásico dilema del ‘dopaje’ en el ciclismo de Michael Shermer (BS vendors!) y como a veces el problema reside en que, desde esa regulación, se incentiva el fraude a causa de una legislación laxa y poco apropiada a la presión competitiva del mercado.
A veces, a las empresas les resulta más aceptable correr el riesgo del fraude y asumir la sanción, que afrontar un perdida de competitividad.
El problema radica, en una estrategia que es aceptable desde el punto de vista económico o estadístico, pero que resulta ser un riesgo moral inaceptable que trunca la confianza del mercado y la torna en inviable. Un evento catastrófico.
Es el tipo de dilema que se evalúa en lógica formal cuando un riesgo leve, la sanción de las autoridades, no tiene en cuenta una consecuencia de mayor gravedad, como la ruptura del mercado. O el coste de un accidente de aviación en un núcleo urbano, por poner otro ejemplo de riesgo amplificado por asumir un error nominal.
En estos casos, el margen de error es subestimado en perjuicio de las consecuencias y en aras de una ganancia execrable.
Ese tipo de fraude es una constante, desde el Lysenkoísmo, Piltdown o el Ford Pinto. Una forma de evaluar el riesgo sin prever el coste real implícito.
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Dilema Corneliano
«Inseguro a cualquier velocidad» R. Nader
‘But Everybody’s Doing It!’ Lance Armstrong and the Philosophy of Making Bad Decisions
Marcas como Wolksvagen, Sony, Netsle, Coca-cola, son insumergibles, porque son el coche, la electronica, el chocolate, el refresco EN MAYORIA DE PORCENTAJE DEL MERCADO BAJO CIENTOS DE OTRAS MARCAS Y NOMBRES que dan ilusion de que en el «mercado hay donde elegir, hay sitios distintos donde ir» ja ja ja que risa…
osea habia muchas marcas de coche implicadas en esto de las emisiones, porque aqui la marca ni el coche pinta nada, sino el que fabrica las piezas, que todas las marcas llevaran la misma pieza si tiene el mismo problema, que suele coincidir que los dueños o grandes accionistas son los mismos de la gran marca, pero como si se hunde Wolksvagen les da igual que ya estan creando mil Kias y otras mil marcas salidas por generacion espontanea, y que de repente, estos novatos, te hacen una tele plana led la ultima tablet o mp3 de 100 gigas o un coche de ultima generacion sin «experiencia previa» ni decadas de evolucion tecnologica ni nada … la marca, el nombre Wolksvagen o los demas pueden desaparecer de manera irrelevante, seguiriamos consumiendo los productos de los mismos, con otro nombre subsidiario que ya tienen a miles, sin remedio …
Veo el anuncio y veo al par de individuos más aburridos del mundo en el puesto de un conductor que ya no conduce nada: «los conducen», el sueño del gran capital.
Si Volkswagen quiere hacernos olvidar lo que hizo, suponiendo que le haga falta, tendrá que hacer mucho más que presentar un concept car y un vídeo
Esto es como Blablacar, Uber y AirBnb, te pueden gustar o no pero existen y la realidad es como es y no como a ti te gustara que fuera. Wolkswagen ni siquiera tiene que hacer el «concpt car», la publicidad que levantó su escándalo, fue suficiente para que liderara la lista de marcas más vendidas.
Sólo si se prohibiera la venta se podría frenan esto, ¿Pero cómo prohibirla, si todos las marcas hacen trampas y encima es una marca de un Lander de Alemania, que es el motor de la economía europea?
Agua, ajo y resina.
«…miles de personas aprovechan que los vehículos de Volkswagen bajan de precio para convertir a la marca en líder en ventas, a pesar del escándalo de sus motores… a mí dame muchos caballos por poco dinero, y lo que salga por el tubo de escape es problema de otro. Posiblemente, el problema sea precisamente ese: que tenemos lo que nos merecemos como sociedad.»
Tocado y hundido. Ese es el quid de la cuestión. Ahora aplícalo a renovables, revolución en el transporte, …. mientras haya publico para que existan opciones «populares» a precios «populares», nada que hacer. Bailes de salón que dirían algunos.
Yo tengo un VW Tiguan 2.0 TDi afectado, y todavía la marca no me ha propuesto una solución, ni explicado bien cual va a ser. Todo es campañas de comunicación y marketing, pero acciones y soluciones cero. Mientras tanto, a mi me vendieron un coche mintiendo en sus parámetros de contaminación, pagado hace 8 años y afectado…
Un caso más de «greenwashing»…
Me he dado cuenta que seguramente mi próximo coche sea eléctrico.
¡¡¡Y ME ENCANTA!!!
VW bien puede irse a freir esparragos, porque dudo mucho que mi primer «eve» sea europeo.