Uber experimenta con un servicio de tarifa plana en Manhattan: por doscientos dólares, transporte ilimitado durante un mes en el servicio Uber Pool de la compañía. El precio, obviamente, no pretende disuadir a quienes habitualmente optan por el transporte público, sino a quienes típicamente se desplazan en una combinación de taxi y vehículo propio, que pueden encontrar esa cantidad disuasoria frente a la opción de pagar combustible, aparcamiento y taxis ocasionales.
Previamente, la compañía había experimentado, también en Manhattan, con otro tipo de tarifas planas asociadas a desplazamientos individuales, uniformizando en cinco dólares el precio de cada viaje durante las horas punta, y vinculándolo igualmente con su servicio Uber Pool, en el que varias personas comparten desplazamiento y se desplazan a confluencias de determinadas calles para que el transporte mantenga una ruta eficiente, una experiencia que se consideró exitosa.
En paralelo y en la costa contraria, en San Francisco, Google experimenta con servicios similares compartidos mediante Waze Rider, que permite que una persona que iba a llevar a cabo un desplazamiento pueda localizar a otros pasajeros y compartir con ellos el viaje mediante una tarifa previamente fijada, $0.54 por milla, no pensada para que obtenga un beneficio, sino para que comparta el coste.
La tarifa plana es uno de los esquemas de precio que más me han intrigado a lo largo de los años. Cuando una persona decide pagar un precio determinado a cambio de un derecho de uso ilimitado, surge un efecto psicológico que tiende a intentar plantear un aprovechamiento lo más eficiente posible de dicho servicio, con el fin de sentir que el pago ha merecido la pena. Así, una persona que paga por Amazon Premium pasa a desplazar una cantidad importante de sus compras a Amazon, porque así percibe que ese dinero pagado en concepto de logística se diluye entre un mayor número de envíos, y siente que ha tomado una opción inteligente (en el caso de los Estados Unidos, eso se une al incentivo que suponen los derechos de consumo ilimitado de otros artículos, como música, series de televisión o libros).
¿Cómo pueden afectar los modelos de tarifa plana a los patrones de desplazamiento dentro de las ciudades? Si trasladamos ese efecto de incentivo del consumo, podríamos imaginar cómo una persona que ha pagado la tarifa plana de Uber Pool deja automáticamente de tratar de encontrar taxi, se retira de ese mercado de manera casi total, y pasa a consumir casi exclusivamente el producto de la compañía en sus desplazamientos por la ciudad, sobre todo si estos son lo suficientemente habituales y si la oferta del producto no conlleva esperas adicionales o una experiencia sensiblemente inferior, como parece ser el caso. Ante una oferta de ese tipo, un auténtico golpe de mano competitivo, los taxis tendrían muy complicado reaccionar, dado que no existe una forma sencilla de coordinar sus intereses para ofrecer un servicio comparable. Del mismo modo, cabe pensar que, en aquellas ciudades donde existe competencia en ese tipo de servicios (Uber frente a Lyft en Nueva York, Cabify frente a Uber en Madrid, etc.), un usuario que pague por la tarifa plana de uno de esos servicios deje de considerar automáticamente a sus competidores, generando un mercado sesgado que podría dar una cierta ventaja al pionero.
El modelo de tarifa plana lleva ya muchos años existiendo en muchas ciudades, asociado con el transporte público. El abono transportes existente en muchas ciudades funciona como un eficiente disuasorio del uso del vehículo particular, aunque no cubre la totalidad de la demanda. ¿Podrían convertirse las tarifas planas asociadas a otro tipo de servicios de transporte en igualmente disuasorias? El efecto de sustituir desplazamientos en vehículos particulares por otros efectuados en vehículos que circulan con una tasa de ocupación más eficiente parece indudablemente positivo, al tiempo que ofrece una versatilidad y una capilaridad mayor que la que ofrece el transporte público. Si unimos a ese efecto la disponibilidad de opciones para desplazamientos desde la periferia de las ciudades, como el representado por Waze Rider, podríamos estar hablando de una importante disminución del número de desplazamientos diarios en ineficientes vehículos particulares y, por tanto, un tráfico sensiblemente menos congestionado y unas ciudades más eficientes.
¿Podría terminar el transporte en las ciudades sometido a un modelo predominante de tarifa plana?
This article is also available in English in my Medium page, “Urban transport: is flat rate the future?«
El concepto de tarifa plana, viene asociado en primer instancia a la idea de que si quien se apunta, es un gran consumidor del servicio, que va a encontrar un ahorro. Eso es lo que te lleva a abonarte a una tarifa plana.
Sin embargo, la tarifa plana, una vez que te has abonado, te da una experiencia de usuario mucho más placentera que el pago por uso, hasta el punto, que puedes llegar a preferir tarifa plana aunque te suponga que el monto total de lo que pagaras, exceda a lo que pagarçias por uso. La razón es que el pago por utilización lleva asociado un duro proceso de compra, en que en cada uso, has de evaluar si lo que te dan a cambio merece la pena o no..
Pongo un ejemplo. Cada trayecto cuesta 1,30€, esto hace que evalúes si el trayecto que vas a hacer está en proporción de lo que pagas y quizá coger el autobús para recorrer dos paradas, no te merezca la pena. En cambio, si tienes tarjeta de transporte, lo cogerás, porque montes o no, el gasto ya lo tienes hecho y es inmutable. Eso te produce que pases de sentirte un despilfarrador por coger el autobús o un miserable por no cogerlo, a sentirte un hombre libre que coge o no los autobuses sin tener en cuenta el dinero que le cuesta.
Llegará el verano y te dará la tentación de no sacar el abono, porque vas a hacer poco uso de él, pero la primera vez que te sientas miserable o manirroto, pensaras lo felíz que eras con el abono, por lo que al final, sacarás el abono sea una opcion rentable o no lo sea.
Me pasa lo mismo con la tarifa plana de Internet, cuando voy de viaje, tengo un pincho que me da internet via movil, que solo tiene 6 gigas, lo que me viene a dar para 5 días de uso intensivo, o mas si no bajo videos, ni tengo música ambiental en segundo plano de Youtube . Puedo pedir más gigas y no es muy caro, pero entra ya la evaluación constante de si el sonido y los videos que veo merecen o no la pena por lo que pago y comienzan los sufrimientos, Yo con gusto preferiría que me dejaran pagar dos o tres euros más al mes y que el pincho tuviera también tarifa plana. En euros quizá fuera un poco mas de lo que pago, porque tampoco viajo tanto, pero en sufrimientos me lo ahorraba.
Interesante perspectiva, pero de nuevo omite el hecho de si efectivamente el traslado a Uber (o EasyTaxi, TaxiBeat, etc) de los usuarios de auto privado representa o no una mejora para los problemas de movilidad de la ciudad, asi como (o no) una optimización del uso del espacio publico. Aquí una excelente reflexión sobre ello (recordemos que Uber no esta unicamente en USA o Europa) https://elultimodelavia.wordpress.com/2016/09/10/uber-y-la-revolucion-fallida-de-la-movilidad/
Y por otro lado, Uber Pool aun tiene que corregir algunos detalles, como las trampas al que espera y luego dicen que no estuvo en el punto de recogida (pero le cobran igual el minimo), que no implique la duplicación (si duplicación) del tiempo esperado para un recorrido…
Es evidente que si todos los que van en coche privado, fueran en taxi, al menos se recuperarían los carriles que se utilizan para aparcar, lo que por fuerza contribuye a una mejor circulación y una optimización del espacio público. Otra cosa es, que no hay ahorro excesivo de combustible, (solo el derivado de circular mejor), lo que es probable, si la gente se desplaza en transportes públicos.
Sí hay ahorro de combustible, y considerable. Recuerda que no hablamos de Uber, donde una persona o personas se desplazan ellas solas en un vehículo que han reservado mediante una app, sino de Uber Pool, un vehículo que recoge constantemente viajeros y va ajustando su ruta mediante un algoritmo de optimización para ir dejando a cada uno en su destino… es como un autobús pequeño que se adapta a tus puntos de recogida y destino, y al optimizar la ocupación, ahorra mucho combustible…
En Madrid los taxis son muy baratos y eficientes, esto se logra dedicando el taxista muchas horas diarias a su trabajo, es por lo tanto difícil competir con ellos. Cualquier usuario que puede levantar la mano y recorrer la ciudad de norte a sur por diez euros no creo que busque experimentos menos eficientes sin un ahorro descomunal, lo cual no es posible.
Otra cosa sería que el propio Taxi estableciese una serie de ventajas similates o parecidas a su propuesta.
Algo mucho más eficiente es el Car2Go sin ir más lejos. El taxi en Madrid es muy caro, es cierto que los taxistas trabajen muchas horas, pero esa es la señal mas clara, de lo ineficiente del servicio. La mayoría del tiempo la pasan los taxistas esperando un cliente, sin que ello sea beneficio ni para el usuario, ni para el taxista. Lo que se proponen, son métodos basados en nuevas tecnologías que mejoren la eficiencia del taxista, lo monte UBER o la Cooperativa del Taxi y que ello redunde en mejor precio para el usuario y mas ganancias para el taxista.
Venga esta vez solo un pequeño apunte hacia donde va los servicios de ride Sharing que quieren sustituir los servicios públicos que pagamos todos.
Aquí no puedo poner imágenes pero la zona de tarifa plana que quieren poner en Los Angeles coincide exactamente con la zona más rica de la ciudad. Esto tiene una consecuencia, y es que se deja de lado a las zonas más deprimidas de la ciudad, promoviendo que los conductores se vayan a las zonas más aprovechables económicamente.
Puro servicio público…..o privado.
Creo que no has vivido en Los Angeles. Yo sí, cuatro años. Y te aseguro que tenías que tener muy buena suerte si pretendías encontrar un taxi en determinados barrios, y mucha más si intentabas que te llevase a ellos…
Pues no, no he vivido en Los Angeles. Pero este fenómeno de conseguir un taxi en zonas «problemáticas» siempre ha sido así. Es complicado que te lleven a una zona para que te roben o te destrocen el taxi. No tenemos ninguna subvención de ningún tipo más allá de la desgravación del iva de la compra del coche. No somos como los autobuses o metro que son subvencionados por todos (y bien que lo veo)
Pero Uber oficializa esa discriminación, marcando la zona a la que los conductores de uber se van a desplazar para obtener mayor rendimiento. Y dejando al resto de zonas sin alternativa porque la industria del taxi ya de por sí pequeña ha menguado desde la irrupción de uber.