La Confederación Española de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (CONETIC) tiene a bien otorgar un premio a la barra tecnológica de La Noche en 24 horas, que llevo haciendo de la mano de Sergio Martín desde la creación del formato en septiembre de 2014.
La barra tecnológica surgió cuando Sergio tuvo la idea de convertir lo que hasta ese momento eran colaboraciones puntuales cuando había alguna noticia interesante de tecnología que comentar, en una sección fija que comenzó siendo quincenal, pero pasó rápidamente a ser semanal. El problema del formato anterior era que encajar los comentarios sobre tecnología en el formato de mesa de debate que tenía el programa hacía que terminases pasando más tiempo debatiendo con los participantes en el debate – que eran en general analistas políticos y estaban ahí por cuestiones no relacionadas con la tecnología – que realmente haciendo didáctica tecnológica, lo que quitaba posibilidades al verdadero papel que se buscaba para ese espacio.
Salvo cambios (y ahí Sergio ha sido capaz darme la flexibilidad que a veces requieren mis viajes y compromisos variados), es los miércoles un poco pasada la medianoche, y dura generalmente unos veinte minutos… si a esa hora estáis durmiendo, como de hecho es recomendable, puede verse en cualquier otro momento en la página del programa.
La divulgación tiene, como es bien sabido, múltiples retos: por un lado, tienes que llevar la interlocución a un nivel que no haga que muchos oyentes simplemente desconecten – o se duerman, que es lo suyo a esa hora – o piensen que eso no es para ellos. Por otro, tienes que tratar con todas tus fuerzas de evitar razonamientos y explicaciones simplistas: el ser humano, ante cuestiones que le parecen complejas, tiende a recurrir a un tópico, a una explicación sencilla. Que la explicación sea sencilla, al menos en cuanto a sus planteamientos iniciales, es la parte que me toca a mí, pero que se convierta en simplista es lo que me toca intentar evitar. De ahí un formato en modo barra, con preguntas y respuestas con un Sergio que disfruta de la tecnología tanto como yo, que sabe bastante más de lo que parece y que plantea sus preguntas con esa misma idea, que den pie a explicaciones sencillas, que no intimiden, que no «suenen raras».
En realidad, aunque solemos enviarnos mensajes los dos días anteriores con el contenido y con las razones por las cuales lo consideramos relevante, acabamos no recurriendo tanto a lo que nos hemos enviado – que se termina utilizando más para los recursos de imagen que aparecen a mi lado – como simplemente a una conversación distendida y sin guión. Cuando consulto mis notas en el smartphone o en la tableta, cosa que hago fatal y se me nota muchísimo, es simplemente para intentar no dejarme temas importantes en el tintero. No las pongo en el teleprompter, aparte de porque no lo he utilizado nunca, porque no sería capaz de seguir un guión al pie de la letra, y además, porque durante la barra, Sergio tampoco lo usa… lo dicho, una conversación distendida sobre tecnología, con la «evocación» de una barra de bar, pero tratando de darle algo más de nivel que la típica conversación de barra de bar. Además, lógicamente, pretendemos hacer eso con un carácter independiente, sin responder a ningún estímulo comercial – no hemos «vendido» jamás ninguna mención a nada, aunque obviamente se mencionen marcas y compañías de todo tipo en el ámbito de la tecnología – y con ese carácter de divulgación general que creemos que corresponde a una televisión pública.
El impacto del programa, la verdad, me ha sorprendido mucho. Cuando comencé las conversaciones con Sergio, mi impresión era que a esa hora, me iban a ver básicamente mis padres y mi hermana (hola papá, hola mamá, hola Tanya! :-) Sin embargo, pronto me encontré con que los comentarios que me hacían en diversos sitios o por correo electrónico sobre mi participación en la barra se convertían en habituales, con que esos comentarios venían además muchas veces de otros países a los que llegaba RTVE Internacional, y con que la conversación en redes sociales como Twitter o Facebook (a las que cuando puedo procuro contestar sobre la marcha, a veces aún estando en cámara) iban creciendo.
Ahora mi reto es convertir la barra en un segmento con más «fundamento»: que cuando termine, puedas encontrar fácilmente el guión que utilicé (y puedas ver no solo la temática que comenté, sino también las partes que no me dio tiempo a cubrir), sino también enlaces adicionales, algún vídeo u otros recursos que permitan que los interesados obtengan esa «segunda capa» que va un poco más allá de lo que se puede humanamente comentar en veinte minutos. Considerando que la producción de la barra tecnológica, en realidad, son los dos o tres mensajes que me cruzo con el equipo y el ratito que le dedico a escribirme un listado de temas en bullet points, creo que puede valer la pena. Si además, a alguien le parece interesante lo que hacemos y nos premia… pues mejor aún! Y eso sí, me ha servido para aprender un montón sobre televisión!
Mañana miércoles por la noche (en realidad será el jueves de madrugada), más…
Pues felicitaciones !!
Creo que este es el mejor ejemplo de lo que hablas siempre, sobre lo que es la creación de marca. Trabajo constante, objetivos claros y más trabajo, además de estar siempre informándote y compartiendo todo de forma escrita, y en este caso, a través de un programa televisivo.
Que los premios sigan llegando…
Enhorabuena Enrique! (Y Sergio por la parte que le toca).
No lo suelo seguir en directo (salvo que esté de viaje, que cuando estoy de hotel me voy a dormir más tarde planificando el día siguiente) pero siempre que puedo lo visualizo al día siguiente a través de RTVE a la carta.
Da gusto oir esos 15-20 minutos en los que se habla de todo: Wearables, Apple, Google…
A seguir así!
Enhorabuena, Enrique, por el merecido reconocimiento.
Es evidente que en television suponen que su audiencia tiene un bajísimo nivel intelectual y nula curiosidad, por lo que son rarísimos los programas de tipo divulgativo que incluyen en su programación.
Sin embargo, cundo estos programas consiguen pasar la autocensura de los medios, tiene generalmente una buena aceptación del público, lo que demuestra que el espectador de televisión no es nadie especialmente idiota. sino una persona normal. A mi no me extraña el éxito de este programa, que no hace mas que seguir la huella que marcaron programas de éxito como Redes o los programas de naturaleza de Rodriguez de la Fuente.
Mi extrañeza está en entender por qué los programadores de TV piensan que los seres inteligentes son noctámbulos o insomnes, pues siempre eligen horarios de madrugada para este tipo de programas.
¡¡¡¡ Enhorabuena a todo el equipo. !!!!
Muy bueno el programa. Enhorabuena Enrique!
Sin reblar!
Enhorabuena.